Dieta de la Cetosis: Guía Para Principiantes
La dieta de la cetosis o cetogénica es una dieta proteinada y baja en hidratos que promueve la aparición de la cetosis. Se trata de un régimen alimenticio considerado agresivo por su rápida capacidad para adelgazar.
La cetosis es un estado orgánico y metabólico en el que se enmarca nuestro cuerpo cuando comenzamos a asimilar pocos hidratos de carbono, es decir, cuando consumimos un bajo porcentaje de estos.
Ahora bien, ¿Cómo se origina químicamente este tipo de estado en nuestro interior? Básicamente por la producción masiva de acetona y de diferentes compuestos en nuestra sangre y orina, que hace que se induzca a un catabolismo de grasas y sus consecuentes efectos a fin de poder “arañar” un poco más de energía.
Podemos comprobar esto al encontrar cetonas en la orina. Hay que señalar que las cetonas son compuestos orgánicos que contienen carbonillos junto a dos átomos de carbono. El porcentaje de cetonas eliminadas en el cuerpo es en la mayoría de los casos proporcional al peso que se irá perdiendo poco a poco.
No podemos obviar que, pese a que puede producirse en cualquier tipo de organismo, los diabéticos tienen más probabilidades de contraer cetosis.
Beneficios de la dieta de la cetosis
Control de los antojos
Esto se consigue gracias al control sobre los nutrientes, ya que en muchas ocasiones estos son producidos debido a una potente falta de los mismos nutrientes en nuestro organismo.
Elimina el apetito
La sensación del querer comer se va perdiendo poco a poco de una manera paulatina.
Acciones de neuroprotección
La dieta cetogénica nos sirve como una herramienta de protección frente a multitud de enfermedades.
Según un equipo de investigación de Estados Unidos, se llevaron a cabo una serie de pruebas clínicas publicadas en 2006 en el Behavioural Pharmacology respecto a enfermedades tales como Parkinson y Alzhéimer, donde se dieron por sentado las teorías anteriormente postuladas.
Disminuye el colesterol en sangre
Según un estudio publicado por el la revista científica Nutrition and Metabolism en 2002, se comprobó que la cetosis ayuda a que el colesterol malo disminuya.
Prevención de enfermedades cardiovasculares
Esto deriva del punto anterior, ya que tener el colesterol bajo lleva a postular un menor riesgo a padecer diferentes enfermedades cardiovasculares.
No se produce el efecto rebote
Se trata de una de las pocas dietas que no produce ningún tipo de efecto contraproducente al acabar. Cuando esto si se produce en otro tipo de dietas, se suele denominar de una manera común como efecto yo – yo.
Disminución de peso
Como hemos señalado anteriormente, vamos a poder quemar las grasas más rápidamente, sin tener que exigir a la glucosa que actúe.
Problemas que puede acarrear
Llevar a cabo un tipo de alimentación puede conllevar a multitud de efectos y problemas temporales. Estos aparecen normalmente a los dos días:
– Cansancio o fatiga unidos a un dolor de cabeza.
– Sensación temporal de sed.
– Boca seca junto a un mal aliento.
– Probabilidad de desarrollar arritmias.
– Sabor metálico y desagradable en la boca, siendo especialmente particular en la parte inferior de la lengua.
– Problemas con la diabetes tipo 1, pues puede llegar a ser perjudicial.
– Debilidad corporal y pérdida de músculo.
– Nauseas o dolor de estómago.
– Problemas de insomnio.
– Manos y pies fríos.
– Orinar con frecuencia y olor fuerte.
Estos síntomas pueden durar alrededor de tres o cuatro días, llegando incluso a alargarse hasta en una semana en algunos casos. Ese es justamente el tiempo necesario para que nuestro cuerpo se acostumbre quemar grasas y no glucosa como hacia anteriormente.
Alimentos permitidos para la dieta
La siguiente lista de alimentos os ayudará a poder comer sin tener preocupación alguna acerca del porcentaje de hidratos de carbono. Los podemos dividir en diferentes grupos:
– Proteínas de origen animal: las carnes, ya sean frescas o curadas, junto a los huevos y los diferentes pescados y mariscos, están más que admitidos a la hora de realizar una dieta que nos induzca a un estado de cetosis.
– Grasas saludables: dentro de este conjunto podemos incluir el aceite de coco, de aguacate, oliva virgen o virgen extra (siempre que no se caliente a más de 160ºC. Los quesos curados también están admitidos.
– Frutos secos: principalmente es recomendable la almendra y la nuez. Pero también aprovéchate, si te gustan, de las semillas de lino, piñones, de calabaza o de girasol.
– Verduras: una de los grupos que más beneficio producirá a nuestro organismo, siendo la lista interminable. Se incluyen todas las verduras de hojas verdes, además de coliflores, calabacín, berenjenas, etc…
– Edulcorantes: si buscamos endulzar nuestras comidas podremos hacer uso de edulcorantes tales como stevia, xilitol, eitritolo tagatosa sin ningún tipo de riesgo.
– Lácteos: en los lácteos se enmarcan las natas, ya sean para montar o para cocinar, junto a yogures del tipo natural que no tengan lactosa añadida. Junto a estos, la variedad de quesos para ingerir está permitida, aunque eso sí, con cuidado ya que algunos de ellos pueden contener porcentajes bajos de niveles de hidratos de carbono.
– Espacios y condimentos: respecto a este grupo de alimentos debemos fijarnos en una simple regla básica: mientras no encontremos azúcares, almidones, aceites y grasas vegetales, podremos hacer uso de cualquiera de estos a la hora de realizar una comida correspondiente a nuestra dieta.
Hemos visto la gran multitud de alimentos que se puede ingerir, pero también hay que hacer un punto y aparte para señalar algunos de los productos que no podemos usar.
Entre ellos, se encuentra las bebida y comidas procesadas o industriales, al igual que todos los que contengan el nombre “light”, que muestren soja, o por supuesto altos niveles de glucosa.
Además, también sería conveniente eliminar de nuestra dieta barritas energéticas proteicas, junto a todos los alimentos o productos que contengan distintos azucares añadidos.
Algunas claves de la dieta
Para lidiar de una manera mucho más amena y menos agresiva con la dieta, es necesario seguir estas cuatro claves:
– Comer con asiduidad: sobre todo alimentos ricos en proteínas, algo que actuará especialmente.
– Ingerir grandes porcentajes de vitaminas y minerales: además de las vitaminas anteriormente citadas, sería conveniente alimentos tales como frutas y vegetales, ya que son especialmente beneficiosas en dietas que se basen en la ingesta de bajos niveles de hidratos de carbono.
– Incorporación de cítricos en la dieta: amén de tener unos niveles mínimos calorías, nos aportaran abundantes cantidades de calcio. También nos servirá para luchar contra los diferentes radicales libres que se producen en nuestro cuerpo, sobre todo en los momentos que se genera la quema de grasas gracias a la vitamina C que contiene. Aquí encontramos alimentos tales como las naranjas, los limones, las mandarinas y su jugo.
– Beber agua: esto es tan importante como que hay que beber un mínimo de dos litros de agua al día. Igualmente, las infusiones también nos ayudarán con la dieta.
– Preparar batidos de proteínas: gracias a su cantidad de aminosácidos que podemos observar en su composición, los batidos nos ayudarán a disminuir de manera eficaz los síntomas que podamos padecer durante el periodo de cetosis, mejorando nuestras diferentes características corporales.
Dieta por días
Día 1
Desayuno: Huevos, pechuga de pollo, cebolla y aceite de oliva.
Comida: Salmón, lechuga, cebolla, vinagre y aceite de lino.
Merienda: Almendras tostadas.
Cena: Brócoli con bacon, salchicha y bacalao.
Día 2
Desayuno: Semillas de lino en remojo, huevos, pechuga de pollo y aceite de oliva.
Almuerzo: Aguacate y lomo embuchado.
Comida: Salmón, lechuga, cebolla y aceite de lino con vinagre.
Merienda: Cacahuetes fritos.
Cena: Brócoli, pechuga de pollo.
Día 3
Desayuno: Huevos, pechuga de pollo, coco y con un poco de aceite de oliva.
Almuerzo: Pequeña porción de lomo embuchado.
Comida: Salmón.
Merienda: Aceituna rellena de pepinillo.
Cena: Mezcla de lechuga, cebolla, vinagre y bacalao desalado con aceite de lino y vinagre.
¿Cómo se reparten las grasas durante la dieta?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la recomendación se basa en la ingesta de menos de 100 gramos de hidratos de carbono por día. El resto de nutrientes se conformarán según los siguientes porcentajes:
65% de grasa: Nos referimos a casi 1500 kilocalorías.
30% de proteína: 690 kilocalorías.
5% de hidratos de carbono: un total de 115 kilocalorías.
Todo esto debería de ser algo orientativo, pero siempre que no nos pasemos de estas cantidades, obtendremos los beneficios para conseguir el objetivo que se está buscando.
Finalmente, como dato curioso para reflejar el potencial de adelgazamiento que tiene esta dieta, hay que señalar que en países nórdicos como Suecia, aproximadamente una cuarta parte de su población lleva a cabo este régimen de comida.