Ocelote: características, peligro de extinción, alimentación
El ocelote (Leopardus pardalis), también conocido por jaguarcito, cunaguaro, manigordo, tigrillo o gato de onza, es un mamífero placentario perteneciente a la familia Felidae. Este felino se caracteriza por su suave pelaje de colores pardos, con manchas redondas y franjas horizontales en colores oscuros, generalmente negro.
Tiene un cuerpo robusto, que mide de largo, incluyendo la cola, entre 100 y 140 centímetros. Su peso pudiera estar entre 7 y 16 kilogramos. Las extremidades son cortas, permitiéndole no solo correr tras su presa, sino también trepar con facilidad los árboles y nadar.
El Leopardus pardalis es el tercer felino de mayor tamaño en el continente americano y el segundo más distribuido, después del Puma concolor. Se localiza en bosques costeros, pastizales y bosques espinosos. Se distribuye en Texas y en casi todos los países de Centroamérica y de Suramérica.
La población de ocelotes está siendo afectada por la fragmentación de su hábitat y por la caza furtiva, lo que ha originado que su población esté decreciendo. Debido a esto, la IUCN incluyó al Leopardus pardalis en la lista roja de animales que se encuentran en peligro de extinguirse.
Índice del artículo
- 1 Evolución
- 2 Características
- 3 Hábitat y distribución
- 4 Alimentación
- 5 Peligro de extinción
- 6 Taxonomía
- 7 Comportamiento
- 8 Reproducción
- 9 Referencias
Evolución
La familia Felidae se originó durante el Eoceno, hace aproximadamente entre 34 y 23 millones de años. El fósil de mayor antigüedad correspondiente a este grupo es el Proailurus lemanensis, una especie carnívora extinta que vivió en Eurasia.
Los primeros felinos llegaron a Norteamérica por primera vez hace 8 millones de años, a través del puente de Beringia. De ese ancestro, posteriormente se diferenciarían los linajes del puma, lince y del ocelote. En años posteriores, estos migraron a Centro y Sur América, atravesando el istmo de Panamá.
Los investigadores han encontrado fósiles de Leopardus pardalis en México, Florida y Brasil. Estos corresponden al período prehistórico del Pleistoceno tardío, entre 500,000 a 10,000 años atrás.
Características
Pelaje
El pelo del ocelote es liso y corto, pudiendo tener colores que van desde blanco hasta amarillo rojizo, gris o rojizo. Las tonalidades del pelaje pueden variar según el hábitat. Los que viven en matorrales áridos son más grises que aquellos ubicados en los bosques. En raras ocasiones se han visto especies completamente negras.
El ocelote se caracteriza por las manchas y las rosetas de su pelaje. Estas tienen el borde de color negro, con el centro más oscuro que el color del cuerpo.
La zona ventral es blanca y la dorsal puede variar de blanco a gris rojizo o amarillo pardo. En la parte interna de las piernas tiene franjas negras. La cola posee manchas únicamente en la zona dorsal.
En la cabeza tiene unas manchas de color negro, presentando en cada mejilla dos franjas negras. Las orejas son negras, con una línea blanca en la región posterior de cada una de estas. El área del cuello, donde el pelo crece con dirección hacia la cara, tiene rayas negras distribuidas de manera paralela.
Tamaño
El ocelote es un felino de mediano tamaño, con una longitud, desde la cabeza hasta la cola, de aproximadamente 70 a 100 centímetros. La cola mide alrededor de 30 a 40 centímetros.
Las hembras suelen pesar entre 7 y 12 kilogramos y los machos de 7 a 16 kilogramos. El dimorfismo sexual es muy leve; la hembra solo es un tercio más pequeña que el macho, y en apariencia es muy similar.
Patas
Tomando en consideración el tamaño de su cuerpo, el Leopardus pardalis tiene las patas grandes, siendo las anteriores más anchas que las posteriores. Esto le ha atribuido el nombre de manigordo, como es llamado en Panamá y Costa Rica.
Las extremidades traseras tienen cuatro dedos y las delanteras cinco. Las patas poseen almohadillas, permitiendo que el animal camine silenciosamente. Las garras son afiladas, largas y retráctiles.
Cara
Los ocelotes tienen un hocico de forma cóncava. Sus orejas son grandes y tienen el sentido del oído bien desarrollado.
Los ojos son de color marrón, reflejando tonos dorados cuando incide sobre ellos la luz del sol. Estos se encuentran adaptados a los cambios de luminosidad.
En los momentos más luminosos del día, sus pupilas se contraen hasta que forman una delgada línea vertical. En situaciones de oscuridad, estas se muestran redondeadas y grandes.
Hábitat y distribución
El ocelote se encuentra distribuido ampliamente en Suramérica, pudiendo localizarse en Bolivia, Argentina, Surinam, Uruguay, Colombia, Brasil, Ecuador, Guyana, Paraguay, Venezuela y Perú.
En Centro América, el Leopardus pardalis vive en Trinidad y Tobago, Belice, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala, Nicaragua, México y Panamá.
Anteriormente habitó en algunas regiones de Estados Unidos, específicamente en la costa sureste del golfo de Texas, en Luisiana, Arizona y Arkansas. En la actualidad, solo al sur de Texas se encuentra una pequeña población de ocelotes.
Hábitat
Este felino vive en bosques y matorrales espinosos, bosques húmedos tropicales, manglares y pastizales de sabanas. Sus patrones de movimiento indican que prefiere regiones con una densa cobertura vegetal.
Debido a esto, evitan durante el día los espacios abiertos, pero se movilizan hacia esas áreas descubiertas en la noche para cazar a sus presas.
El Leopardus pardalis también se ubica en marismas costeras, bosques subtropicales primarios y secundarios con hojas perennes, montanos y estacionales. Estos hábitats suelen estar por debajo de los 3000 msnm, sin embargo, se han encontrado ocelotes viviendo en alturas mayores.
Los machos adultos frecuentemente habitan zonas más extensas que las hembras, aunque dependiendo del hábitat esta distribución puede variar. Por ejemplo, en los bosques de galería suelen tener menor rango que en las zonas llanas.
En los bosques subtropicales de Argentina y Brasil se han encontrado los mayores rangos del ocelote, siendo estos de 32 kilómetros para los machos y 16 kilómetros para las hembras.
Las áreas menos extensas, alrededor de 2 y 6 km para los machos y de 1 a 3 para las hembras, están en Texas, la amazonia peruana, el pantanal brasileño y el chaco boliviano.
Alimentación
El ocelote es un animal carnívoro. Su dieta es estacionaria, ya que puede variar dependiendo de la temporada. En Venezuela, durante el verano, este animal consume mayormente roedores e iguanas. En el invierno prefiere los cangrejos de tierra.
También podría haber variaciones según el hábitat donde se encuentre. Al sureste de Brasil, el Leopardus pardalis consume principalmente primates, mientras que en México la iguana es su presa principal.
Normalmente caza animales que pesan menos de 10000 gramos, por lo que muy rara vez persigue a grandes presas como el pecarí y el ciervo. El ocelote se alimenta de monos, conejos, zarigüeyas, murciélagos, armadillos y marsupiales y roedores.
Además de estos pequeños mamíferos, consume aves, insectos, peces y reptiles. Dentro de este grupo suele cazar caimanes, tortugas, lagartos y serpientes.
La caza
Estos animales son excelentes cazadores en el suelo, aunque también lo hacen sobre los árboles. Los investigadores reseñan que los ocelotes siguen los rastros de los olores dejados por sus presas, los cuales siguen para capturarlos.
Cuando andan en búsqueda de su alimento, pueden caminar a una velocidad de 300 m/h. También pueden tomar la opción de esperar en una zona del bosque entre 30 y 60 minutos, si no consiguen algún animal, se desplazan a otro sitio diferente.
Los ocelotes frecuentemente cazan en solitario. También puede ocurrir que salgan en grupos en búsqueda de alimento. Son cazadores calificados; una vez que capturan a la presa, la consumen en el mismo sitio, utilizando sus dientes carnasiales para cortar los tejidos.
Peligro de extinción
Un número considerable de ocelotes se encuentran viviendo en su hábitat natural. Sin embargo, en los últimos tiempos la población de ocelotes está sufriendo un rápido decrecimiento.
Dicha situación ha activado la alarma a nivel mundial sobre el peligro de extinción que pudiera aquejar a esta especie. Esto ha conllevado a que los organismos proteccionistas, como IUCN, hayan incluido al Leopardus pardalis en su lista de animales vulnerables a extinguirse.
Los gobiernos nacionales de las regiones donde habita el ocelote también están tomando medidas proteccionistas. En 2010, México clasificó a este felino como una especie en peligro de desaparecer, según la Norma oficial mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010.
Causas
Debido a su hermoso pelaje, el cunaguaro, como se le conoce en Venezuela, fue uno de los felinos de tamaño mediano más cazados en los años 60 y 70. La cifra anual llegó a ser de 2000.000 ocelotes capturados para ser comercializados a nivel mundial.
Este animal no solo es perseguido y capturado furtivamente para vender su piel, sino que a nivel comercial también tiene una alta demanda como mascota exótica. A menudo, los cazadores matan a las hembras, tomando a las crías para ser vendidas.
Fragmentación del hábitat
La principal amenaza del Leopardus pardalis es la pérdida de su hábitat natural. Los bosques densos, donde suele habitar esta especie, están siendo utilizados para construir asentamientos agrícolas o pecuarios.
Debido a esto, son taladas grandes extensiones de terreno para crear áreas libres, destinadas a la siembra o al desarrollo de las diversas actividades ganaderas.
La continua y desmedida deforestación en la que se encuentra sometido el territorio del ocelote no solo ha traído como consecuencia la destrucción de su hábitat. También provoca un desequilibrio en todos los aspectos relacionados con el desarrollo de este animal, especialmente en su alimentación.
Las especies que conforman su dieta también se ven afectadas, por lo que el ocelote se ve obligado a incursionar en las granjas cercanas, en búsqueda de aves de corral, cerdos, cabras y ovejas. Debido a esto, suelen ser matados.
Acciones
Esta especie se encuentra en el Apéndice I de CITES. En el caso específico del Leopardus pardalis, su comercialización solo se encuentra autorizada en circunstancias especiales.
La mayoría de los países donde habita han promulgado leyes que protegen al ocelote, prohibiendo, entre otras cosas, su caza. A pesar de esto, aunque estén contemplados diversos tipos de penalizaciones, la captura indiscriminada por la obtención de su piel sigue ocurriendo.
Taxonomía
Reino Animal.
Subreino Bilateria
Filum Cordado
Subfilum Vertebrado.
Clase Mamífero.
Subclase Theria.
Infraclase Eutheria.
Orden Carnivora
Familia Felidae.
Género Leopardus
Especie Leopardus pardalis (Linnaeus, 1758)
Comportamiento
Como muchos felinos, el ocelote es un animal solitario, reservado y sedentario. Generalmente se desplaza solo, aunque de manera ocasional pudiera formar pequeños grupos.
En los territorios de los machos pueden existir dos o tres agrupaciones de hembras. La interacción social entre ambos sexos es mínima, aunque algunos adultos pueden agruparse fuera del período de apareamiento. También, los cachorros podrían interactuar por largo rato con sus padres.
El Leopardus pardalis puede escalar árboles, saltar y nadar en aguas de poca corriente. Tiene hábitos tanto diurnos como nocturnos, aunque el período de mayor actividad sucede en la noche, cuando cazan a sus presas.
En el día, suele descansar tranquilamente dentro de un árbol hueco o en una rama alta y gruesa, de donde baja solo para alimentarse. Cuando se encuentra en el suelo, generalmente se oculta entre los matorrales.
Comunicación
Leopardus pardalis tiene desarrollado el sentido de la vista y del olfato. Con este puede localizar, rastrear y acercarse a las presas. Su visión es binocular, estando adaptada para la caza en la oscuridad.
Este animal se comunica utilizando señales químicas, con las cuales demarca los límites de su territorio. Para lograr esto, el ocelote suele depositar orina y heces en uno o en varios sitios del terreno, llamados letrinas.
También emite vocalizaciones, como aullidos y maullidos, para atraer parejas con la finalidad de aparearse.
Reproducción
Las hembras de esta especie alcanzan la madurez sexual alrededor entre los 18 y 22 meses de edad, pudiendo reproducirse hasta los 13 años. Los machos maduran sexualmente a los 15 meses, sin embargo, la producción de espermatozoides suele iniciarse a los 30 meses de edad.
El estro tiene una duración de 4 o 5 días, repitiéndose cada 25 días, en caso de que la hembra no se encuentre en etapa de gestación. Su tasa de reproducción es baja, ya que se aparea una vez cada dos años.
De manera general, el Leopardus pardalis no tiene una temporada en específico para reproducirse. Sin embargo, los que viven en Argentina y Paraguay se aparean con frecuencia en el otoño, mientras que los que se encuentran en Texas y México lo hacen en otoño o en invierno.
Una vez que el macho y la hembra hayan copulado, se inicia el período de gestación, que podría durar entre 70 y 90 días. El nacimiento de los cachorros ocurre en la madriguera, que se encuentra generalmente escondida entre la vegetación. La camada es de 1 a 3 crías, pesando cada una de 200 a 340 gramos.
Referencias
- Paviolo, A., Crawshaw, P., Caso, A., de Oliveira, T., Lopez-Gonzalez, C.A., Kell, M., De Angelo, C., Payan, E. (2015). Leopardus pardalis. The IUCN Red List of Threatened Species. Recuperado de iucnredlist.org.
- Wikipedia (2019). Ocelot. Recuperado de en.wikipedia.com.
- Kittel, J. (2011). Leopardus pardalis, Animal Diversity Web. Recuperado de animaldiversity.org.
- ITIS (2019). Leopardus pardalis. Recuperado de itis.gov.
- Dana Havlanová, Ivana Gardiánová (2013). Reproductive Characteristics of the Ocelot (Leopardus pardalis) under Captive Conditions. Recuperado de hrpub.org.