Matanza de Cholula: antecedentes, causas, desarrollo, consecuencias
La matanza de Cholula fue cometida por las fuerzas dirigidas por Hernán Cortés durante la conquista de México. El 18 de octubre de 1519, un ejército formado por los españoles y sus aliados tlaxcaltecas y totonacas acabaron con la vida de más de cinco mil cholultecas en el importante centro ceremonial de Cholula, situado en el actual estado mexicano de Puebla.
Los cholultecas eran un pueblo tributario de los mexicas y enemigos tradicionales de los tlaxcaltecas. Estos últimos se habían aliado con los españoles para deshacerse del dominio mexica y habían aportado una gran cantidad de guerreros para culminar la conquista de Tenochtitlán.
Las tropas de Cortés habían sido bien recibidas en Cholula, pero según los cronistas españoles se trataba de una trampa. Esas mismas fuentes afirman que la matanza se produjo después de que la Malinche avisara a Cortés de que los mexicas habían enviado a 20 000 guerreros para preparar una emboscada a los conquistadores españoles.
Esta masacre fue una seria advertencia para el resto de los pueblos de Mesoamérica. Como resultado, muchos de ellos optaron por unirse a los españoles en contra de los mexicas. Sin apenas encontrar resistencia, Cortés y los suyos llegaron a la capital del Imperio azteca y sometieron a Moctezuma.
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Tras su campaña de conquista en Tabasco, Cortés fue informado de la existencia de una importante ciudad repleta de riquezas. Se trataba de Tenochtitlán, capital del Imperio azteca.
En San Juan de Ulúa, Cortés recibió una embajada enviada por el tlatoani Moctezuma, el emperador mexica. Este había enviado regalos como señal de paz, pero rechazó la pretensión del conquistador español de visitar su capital.
A pesar de eso, Cortés inició una expedición de conquista. Por el camino encontró varios pueblos sometidos por los mexicas y se dispuso a convertirlos en aliados.
El conquistador español consiguió el apoyo de los totonacas, uno de los pueblos obligados a pagar tributo a los mexicas.
Después, en su marcha hacia el interior, debió enfrentarse con los tlaxcaltecas, enemigos tradicionales de los mexicas. Tras derrotarlos, los convenció de que formaran una alianza para acabar con el imperio.
Entre las ciudades-estado más importantes del valle de Puebla-Tlaxcala era Cholula, Además, se trataba de un estrecho aliado de los mexicas y su ubicación la convertía en un objetivo estratégico de primer orden para poder llegar a Tenochtitlán.
Cholula era también un importante centro comercial y religioso. Allí se encontraba un gran templo dedicado a Tláloc, además de ser un centro de adoración de Quetzalcóatl.
Los españoles deseaban que los dirigentes de Cholula se unieran a su alianza contra los mexicas. Para conseguirlo, usaron a los tlaxcaltecas, a pesar de que estos eran enemigos acérrimos de los cholultecas.
Así, los tlaxcaltecas enviaron a un embajador llamado Patlahuatzin a Cholula con la misión de convencer a sus gobernantes de que accedieran a dialogar con Cortés.
La reacción de los cholultecas fue desollar el rostro y las manos de Patlahuatzin. Los tlaxcaltecas, indignados, pidieron a Cortés venganza, pero este atendió a la invitación realizada por Moctezuma y decidió dirigirse a Cholula junto con sus aliados indígenas.
La matanza de Cholula se enmarca dentro de las acciones que tuvieron lugar durante la conquista del Imperio azteca. La mayoría de las fuentes históricas provienen de los españoles o de sus aliados, que justifican lo ocurrido por una posible emboscada preparada contra la expedición de Cortés.
Las crónicas escritas por Bernal Díaz del Castillo afirman que Moctezuma había enviado un ejército compuesto por 20 000 guerreros para preparar una emboscada en las afueras de Cholula.
Además, otras fuentes señalan que los propios cholultecas tenían la intención de atrapar a unos 20 españoles y sacrificarlos en honor de Quetzalcóatl.
Ylamateuhtli, una anciana perteneciente a la nobleza de la ciudad, informó sobre estos planes a la Malinche y esta avisó inmediatamente a Cortés.
Cuando Cortés y los suyos llegaron a Cholula, una comitiva de la ciudad salió a recibirlos, incluidos los gobernantes de la ciudad. Tras realizar los acostumbrados obsequios, se disculparon ante el conquistador español por no haber acudido a Tlaxcala, ciudad con la que mantenían un gran rivalidad.
Los gobernantes de Cholula invitaron a los españoles y a los totonacas a que entraran en la ciudad, pero pidieron que los tlaxcaltecas permanecieran fuera. Cortés accedió a su petición.
Según relató el propio Cortés en una carta dirigida el rey Carlos I de España, la ciudad contaba con más de 20 000 casas y unos 365 templos y la describió como bellísima.
Los cholultecas fueron muy hospitalarios con los españoles durante los dos días siguientes y les ofrecieron alojamiento y alimentos. Sin embargo, a partir del tercer día parecieron rehuir el contacto con los conquistadores.
Los totonacas avisaron a Cortés de que habían encontrado hoyos disimulados en las calles y lo interpretaron como trampas para los caballos. Además, comunicaron al conquistador que se habían producido algunos sacrificios de niños a los dioses de la guerra, un ritual habitual ante del inicio de cualquier enfrentamiento.
Cortés puso en alerta a sus hombres y avisó a los tlaxcaltecas para que les cedieran 300 soldados. Durante la noche, los españoles debatieron si abandonar la ciudad rumbo a Huejotzingo o Tlaxcala o atacar por sorpresa a los cholultecas. Finalmente, se decidieron por esta última acción.
Cuando amaneció, Cortés informó a los gobernantes de la ciudad de que estaba enterado de la emboscada. Después, ordenó que los arrestaran.
Tras esto, el conquistador disparó con su escopeta al aire, la señal acordada para iniciar el ataque. Los españoles contaban con armas muy superiores y, además, tomaron a los cholultecas desprevenidos.
Junto con sus aliados tlaxcaltecas y totonacas arremetieron contra los habitantes de la ciudad, sin importar si eran mujeres, niños o si estaban desarmados. La matanza costó la vida a entre 5 000 y 6 000 personas. Además, cientos de cholultecas fueron capturados.
Los supervivientes solicitaron clemencia a Cortés y adujeron que habían sido obligados por los mexicas.
El conquistador ordenó detener la matanza y pactó con los dirigentes que quedaban con vida la rendición. Entre las condiciones se encontraban que cesaran los sacrificios humanos y que se convirtieran al catolicismo.
Aunque en un primer momento muchos cholultecas se negaron a abandonar sus dioses, finalmente aceptaron convertirse en aliados de los españoles. Cinco días después, la ciudad regresó a la normalidad.
Los 20 000 guerreros aztecas que supuestamente estaban esperando a los españoles para atacarlos nunca aparecieron, ni cerca de Cholula ni durante el trayecto que los conquistadores realizaron para alcanzar Tenochtitlán.
El primer resultado de la matanza de Cholula, aparte de las muertes, fue que la conversión al cristianismo de los cholultecas y la firma de una alianza con los españoles.
A pesar de la justificación de Cortés y Díaz del Castillo, varios años más tarde Bartolomé de las Casa y fray Toribio de Benavente condenaron la masacre, a la que calificaron como innecesaria y exagerada. Ambos religiosos señalaron que el único motivo había sido aterrorizar a los indígenas para que no se enfrentaran a los españoles.
La matanza sirvió como advertencia a los mexicas y al resto de los pueblos indígenas de las consecuencias de resistir la conquista. El resultado fue que muchas de las confederaciones indígenas se sometieron a las exigencias de los españoles.
Después de tres meses de trayecto, Cortés y su ejército alcanzaron Tenochtitlán prácticamente sin encontrar resistencia. Moctezuma recibió a los conquistadores con honores y les ofreció oro y otros regalos.
Esto, sin embargo, no fue suficiente para Cortés, que prosiguió con sus planes de conquista hasta tomar Tenochtitlán y acabar con el Imperio azteca.
Hernán Cortés nació en la localidad extremeña de Medellín, entonces perteneciente a la Corona de Castilla. Siendo aún joven, decidió mejorar su fortuna viajando al Nuevo Mundo. Sus primeros destino fueron La Española y Cuba, donde fue alcalde de la segunda ciudad fundada por los conquistadores.
A pesar de que el gobernador de Cuba, Diego Velazquez, se lo prohibió expresamente, Cortés organizó una expedición para conquistar el actual México. Una vez en el continente consiguió el apoyo de varios pueblos indígenas sometidos por los mexicas.
En su campaña contó con la ayuda de una mujer nativa, la Malinche, quien le sirvió de intérprete y con la que tuvo un hijo.
El gobernador de Cuba intentó apresar a Cortés, pero sin conseguirlo. Después de tomar Tenochtitlán, el rey de España terminaría por reconocer sus conquistas y lo nombró marqués del valle de Oaxaca, aunque no virrey.
Conocida también como Malintzin o por su nombre cristiano, Doña Marina, la Malinche fue una mujer de etnia náhuatl nacida en el actual estado de Veracruz, sobre el año 1500.
La Malinche fue una de las 19 mujeres entregadas como esclavas a los conquistadores españoles por los indígenas de Tabasco. Su papel durante la conquista fue más allá de la de intérprete, ya que también ejerció de consejera e intermediaria de Cortés. Su hijo en común fue uno de los primeros mestizos de América.
En Cholula fue quien advirtió al conquistador de la existencia de un plan para emboscarlos, acción que desembocó en la matanza que acabó con la vida de unas 5 000 personas.
Aunque su existencia solo se apoyo en lo recogido en el Códice de Cholula, se considera que Ylamateuhtli, bautizada como Doña María, tuvo un papel muy importante en la matanza de Cholula.
De acuerdo con el códice señalado, Tlamateuhtli era la esposa de Quetzalcoatzin, un cacique que gobernador un señorío secundario de Cholula. Esta mujer avisó a la Malinche de la supuesta emboscada que se estaba preparando contra los españoles. Además, le ofreció su casa y la mano de su hijo para que salvara su vida.
Cortés interpretó este aviso como un gesto de buena voluntad y nombró a Ylamateuhtli reina de Cholula.
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