Biología

Competencia (biología): características, tipos, ejemplos


La competencia, en biología, es un tipo de interacción ecológica en la que organismos de especies diferentes o de la misma especie que cohabitan en un espacio común explotan un recurso limitado, es decir, que no es suficiente para satisfacer las necesidades de todos.

Sin importar de qué organismo se trate, todo ser vivo sobre la biosfera pertenece a algún ecosistema y cada ecosistema está formado por un conjunto de comunidades compuestas por poblaciones de distintas especies, bien sea animales, vegetales, fúngicas, bacterianas u otras.

Cualquier ecosistema se caracteriza por sus elementos o factores bióticos y abióticos, así como por las relaciones que existen entre ambos. Los factores bióticos de un ecosistema son sus “elementos” vivos, mientras que los factores abióticos son todos aquellos elementos “no vivos” como el agua, el viento, la temperatura, las rocas, la radiación solar, el pH, la salinidad, etc.

La composición de especies en las comunidades que forman parte de un ecosistema particular está determinada, principalmente, por las relaciones existentes entre sus organismos y entre estos y el ambiente que los rodea.

Las interacciones entre organismos dentro de una comunidad o de una población se conocen como interacciones ecológicas o específicas, las cuales pueden ser intraespecíficas (entre individuos de la misma especie) o interespecíficas (entre organismos de especies diferentes).

Existen seis tipos principales de interacciones ecológicas: la simbiosis, el mutualismo, el amensalismo, el comensalismo, la depredación y la competencia. De estos, la competencia y la depredación juegan un papel fundamental tanto en la definición de los ecosistemas, como en el mantenimiento de su dinámica y equilibrio.

Índice del artículo

Características de la competencia

– La competencia es un tipo de interacción ecológica que se da entre organismos diferentes, sean de la misma especie o de especies distintas.

– Se caracteriza principalmente por la necesidad de las partes en interacción por el mismo recurso, el cual se encuentra en cantidad o disponibilidad limitada (agua, alimento, espacio, pareja reproductiva, luz solar, etc.).

– La competencia ocurre cuando el ambiente para proveer determinado recurso es menor que los requerimientos biológicos de dos o más organismos que se aprovechan del mismo.

– Independientemente del recurso por el cual dos organismos compiten, siempre una relación de competencia implica que existe un “ganador” y un “perdedor”, es decir, uno de los organismos que compite recibe el beneficio del recurso y el otro no, por lo que se ve perjudicado en ausencia de este (resulta en una modificación del fitness de los individuos).

– La competencia es un tipo de interacción ecológica, pero tiene un fuerte carácter evolutivo, pues “moldea” muchas características de las especies que compiten para hacerlas “mejores competidoras” en el entorno en el que se desarrollan (adaptación)

– La competencia entre organismos puede ser una interacción directa o indirecta. Es directa cuando los organismos entran en contacto entre sí y compiten por el mismo recurso, e indirecta cuando, a pesar de no competir exactamente por el mismo recurso, la explotación de un recurso relacionado por uno de los organismos afecta indirectamente la disponibilidad de otro recurso para el otro organismo.

– La forma más común de evidenciar los efectos de la competencia entre dos organismos es estimar la proporción de descendientes posterior al evento de competencia y compararla con el número de crías antes de que ocurriera la interacción.

– La competencia puede ser un importante factor de regulación del tamaño poblacional de las especies.

Tipos de competencia biológica

La forma más común de categorizar las interacciones de competencia en la naturaleza es identificando a los organismos que participan de dichas interacciones. Así, se han definido dos tipos principales de competencia:

  • La competencia intraespecífica, que se da entre organismos de la misma especie, cuyo ejemplo más común es la competencia por parejas reproductivas, y
  • La competencia interespecífica, que ocurre entre organismos de especies diferentes; un ejemplo podría ser el de dos polinizadores que se alimentan del néctar de la misma flor.

La competencia interespecífica puede terminar con la extinción de la especie menos favorecida, aunque es muy común observar eventos de especialización y adaptación, gracias a los cuales las especies desarrollan características que les permiten explotar recursos diferentes.

No obstante, algunos autores proponen una clasificación adicional, describiendo tres tipos de competencia en función de los recursos involucrados:

Competencia por interferencia

La competencia por interferencia ocurre directamente entre los individuos que compiten. Esta ocurre cuando un organismo altera directamente el comportamiento de otros individuos en relación con la explotación de un recurso.

Un buen ejemplo podría ser el de un león alfa en una manada que impide, empleando un comportamiento agresivo, que otros machos más jóvenes se apareen con las hembras, lo que resulta en un cambio de comportamiento en los leones más jóvenes.

Competencia por explotación

La competencia por explotación podría considerarse como un tipo de competencia “indirecta”, pues los organismos en cuestión no interactúan directamente entre sí, sino que lo hacen a través de la explotación de un recurso común, bien sea territorio, alimento, agua, etc.

En este tipo de competencia, la explotación de un recurso por un organismo limita la cantidad del mismo recurso que está disponible para el otro organismo con el que compite indirectamente, disminuyendo la aptitud y la capacidad reproductiva de este último.

Cuando se da la competencia por explotación, eventualmente el competidor “más fuerte” logra eliminar o desplazar a los competidores “inferiores” del área donde se encuentra el recurso común, provocando una exclusión competitiva.

Competencia aparente

La competencia aparente se describe como aquella que se da entre dos individuos que, aunque no compiten directamente por el mismo recurso, se afectan entre sí indirectamente. No es fácil de observar en la naturaleza, pues es más compleja que las relaciones directas y puede implicar la participación de más de dos especies y condiciones ambientales diversas.

Un ejemplo es el de dos presas de un mismo predador, como las ardillas y los ratones son, ambas, presas de los halcones:

  • Cuando la población de ardillas incrementa, ocurre un efecto positivo en las poblaciones de ratones, pues más halcones se alimentan de ardillas que de ratones.
  • Un aumento en la población de ardillas, a su vez puede traducirse en un aumento en la población de halcones, lo que implica un mayor número de halcones que necesitan alimentarse, lo que puede incidir negativamente en las poblaciones de ratones a medida que la población de ardillas disminuye.

Ejemplos de competencia biológica

Competencia en plantas

En muchos bosques es muy común describir ejemplos de competencia entre organismos vegetales de diferentes especies por la luz del sol.

Tal es el caso de muchos árboles en la selva Amazónica o en muchos otros bosques tropicales, donde algunas especies, como las pertenecientes a la familia de las Malvales, que alcanzan grandes alturas evitan que especies más pequeñas obtengan suficiente luz solar.

También puede existir competencia a nivel del suelo, es decir, entre las raíces de plantas de especies diferentes o, incluso, entre las raíces de una misma planta por el acceso al agua y a los nutrientes del suelo, por espacio, etc.

Competencia en animales

El concepto de competencia quizá es más familiar desde el punto de vista animal, pues hay muchas evidencias de comportamiento en lo que se refiere a este tema, especialmente en el caso de los depredadores.

Un ejemplo muy común tiene que ver con los leones (Panthera leo) y las hienas (Crocuta crocuta), que en ocasiones pueden dedicarse a la caza de las mismas presas de las que se alimentan los leones, compitiendo, entonces, por estas.

Otro ejemplo de competencia, pero esta vez por refugio, es el de los cangrejos ermitaños (Coenobitaclypeatus) que habitan en el fondo del mar y que compiten entre sí por conchas de moluscos deshabitadas en las cuales refugiarse de sus depredadores.

Referencias

  1. Begon, M., Townsend, C. R., & Harper, J. L. (2006). Ecology: from individuals to ecosystems (No. Sirsi) i9781405111171).
  2. Fargione, J., & Tilman, D. (2002). Competition and coexistence in terrestrial plants. In Competition and coexistence (pp. 165-206). Springer, Berlin, Heidelberg.
  3. Jordán, F., & Scheuring, I. (2004). Competition and Coexistence. Ecological Studies.
  4. Lang, J. M. & Benbow, M. E. (2013) Species Interactions and Competition. Nature Education Knowledge 4(4):8
  5. Marino, P. C. (2020). Ecological competition. AccessScience. Retrieved October 11, 2020, from https://doi.org/10.1036/1097-8542.757554