Historia de la metrología desde sus orígenes
La historia de la metrología se refiere a todos los sucesos y avances que acompañaron a esta disciplina desde sus orígenes hasta la actualidad. La metrología es la ciencia que estudia los pesos y las medidas de las cosas.
Se trata de una ciencia muy antigua, ya que desde siempre los seres humanos han intentado calcular la longitud y las medidas de las cosas. De hecho, se puede afirmar que desde sus comienzos la metrología ha formado parte de la vida diaria de los pueblos, empezando por las primeras sociedades humanas hasta llegar a las increíbles ciudades de nuestros días.
Al principio, las personas contabilizaban las medidas a partir de la distancia de las partes de su cuerpo; es decir, utilizaban sus extremidades para establecer las distancias de las cosas.
Por ejemplo, los antiguos egipcios usaron sus codos para delimitar las medidas de las pirámides; también se sabe que emplearon la palma de la mano y los pulgares, una medida que todavía se usa en la actualidad y que conocemos como “pulgada”. Posteriormente, se crearon otros sistemas de medida y de peso como los centímetros, los metros, los gramos, los kilogramos, entre otros.
Es importante destacar que la metrología es una disciplina que ha permitido la existencia de otras ciencias y de otras actividades humanas. Por ejemplo, la metrología ha contribuido con el desarrollo de la arquitectura, la agrimensura, las transacciones comerciales, la organización de las ciudades, entre muchas más cosas.
Índice del artículo
- 1 Origen de la metrología en sus inicios
- 2 Durante el Imperio bizantino
- 3 Durante el Renacimiento
- 4 Siglo XVIII
- 5 Siglo XIX: inicio del sistema métrico decimal
- 6 El Sistema Internacional de Unidades
- 7 Referencias
Desde los inicios de la humanidad, las personas han intentado medir y pesar las cosas: es por ello que varios autores afirman que medir es una necesidad innata en el hombre. Se cree que, mucho antes de que se crearan civilizaciones como el antiguo Egipto y Babilonia, ya las personas habían implementado formas de medir los objetos.
De hecho, se afirma que los primeros sistemas de medición datan del 6000 a.C., pues fue en este momento que los humanos se vieron en la necesidad de calcular las medidas de las cosas; esto sucedió porque el desarrollo agrícola requería realizar cálculos de la distribución y el volumen de los alimentos.
En otras palabras, los sistemas de medida eran necesarios para el crecimiento y desarrollo de las civilizaciones humanas.
La antigua civilización egipcia fue una de las primeras en establecer un sistema de medición. De hecho, se cree que la primera unidad de longitud se creó en el antiguo Egipto. Esta llevaba el nombre de meh, que se traduce como codo; dicha unidad medía unos 0,45 metros.
Posteriormente, durante la tercera dinastía egipcia, se le atribuyeron otras medidas: el meh pasó a conocerse como codo vulgar (cuya medida abarcaba la distancia entre el brazo y el puño cerrado) y se introdujo otro sistema conocido como “codo real”, el cual tenía uno 0,523 metros (se diferenciaba del codo vulgar porque calculaba la distancia entre el brazo y la mano abierta).
Aunque los egipcios fueron pioneros en este sistema de unidades, en otros lugares también se empleó el codo como sistema de medición. Sin embargo, la medida de cada codo variaba de acuerdo a la región. Por ejemplo, el codo del Imperio persa era de 0,500 metros, mientras que el codo griego era de 0,463 metros.
Se dice que los antiguos griegos hicieron innumerables aportes a los estudios de metrología. De hecho, gracias a ellos pudimos conocer varios de los estudios de los egipcios, pues los griegos se encargaron de interpretar el conocimiento egipcio y de explicarlo según su perspectiva.
Las medidas que usaron los griegos para calcular la longitud de las cosas se basó en las proporciones del cuerpo humano, específicamente en el tamaño de los dedos y de los pies. No obstante, los valores que se le atribuyeron a estas distancias podían variar de acuerdo al lugar.
Por ejemplo, en Atenas un pie medía 11.6 pulgadas, mientras que en Egina medía 13 pulgadas.
Los romanos siguieron los pasos de los griegos para establecer su sistema de medidas, sin embargo, instauraron un concepto interesante que hoy conocemos como “milla romana”. Esta consistía en un cálculo de mil pasos; es por ello que se le denominó “milla”.
Este sistema fue muy usado por el ejército romano, cuyos soldados se encargaban de calcular cada mil pasos que daban con unas varas de madera. Dichos cálculos permitían una delimitación más concreta del terreno y de la posición de los enemigos.
Las unidades de medida durante el Imperio bizantino (que abarca desde la Antigüedad tardía hasta la Edad Media tardía) fueron una combinación de las unidades griegas y romanas, aunque sufrieron algunas modificaciones.
Se dice que el período bizantino fue un momento importante para la metrología, ya que en esta época se delimitaron las mediciones que posteriormente inspirarían a los estudios árabes. En este momento todavía no existía un sistema de medidas para calcular la longitud y el peso de las cosas; seguía sucediendo que cada lugar tenía sus propios cálculos.
Sin embargo, durante el reinado de Justiniano I (527-565) se empezó a instaurar un solo sistema de medición en todo el territorio. Esto sucedió porque Justiniano se dio cuenta de que era necesario utilizar el mismo sistema de medidas para organizar de forma más efectiva la administración fiscal de las ciudades.
Al igual que los griegos y los romanos, los bizantinos usaron el cuerpo humano para establecer las medidas: La palma de la mano medía 0,0787 metros, mientras que un pie medía 0,3123 metros.
Es sabido que el Renacimiento implicó una época de cambios para los seres humanos: durante esta época se incrementaron los estudios en distintas áreas del conocimiento. Esto trajo como consecuencia un acercamiento al pensamiento científico, lo que eventualmente influenciaría en el desarrollo de la metrología.
Antes del Renacimiento, la metrología solo era aplicada principalmente en las transacciones comerciales y en la datación de impuestos; sin embargo, a partir de esta época los estudiosos hicieron una distinción entre la metrología científica y el resto de las actividades metrológicas.
En otras palabras, en el Renacimiento se hace una división entre la metrología como estudio y su aplicación en la vida diaria. Se puede decir que a partir de este momento la metrología se convirtió en una disciplina formal, la cual se fue desarrollando y mejorando a partir de otras ciencias, como por ejemplo la astronomía.
Una de las razones por las que la metrología mejoró durante este período se debió al desarrollo del comercio y de la clase burguesa (es decir, una clase acomodada con propiedades y negocios); esto sucedió porque una economía más avanzada requería de unos sistemas de medición más avanzados.
Además, los intentos por unificar los pesos y las medidas en las distintas naciones adquirieron más solidez en este período. No obstante, se siguieron utilizando las partes del cuerpo humano para establecer los cálculos.
Aunque resulte difícil de creer, todavía en el siglo XVIII no existía un sistema de medición unificado, ni siquiera a nivel nacional. En Francia –por ejemplo− se determinó que para 1795 existían más de 700 sistemas de medición en el país; todos ellos diferentes y con sus propias reglas.
No obstante, a partir de 1791 se dirigió una comisión que tenía como objetivo determinar las siguientes medidas y distancias:
– La distancia desde el Polo Norte hasta el ecuador
– La longitud de una cuarta parte del ecuador
– La longitud de un péndulo que late a la velocidad de un segundo (a una latitud de 45°)
Al establecerse estas primeras medidas universales, se tuvieron que delimitar muchas otras. Esto trajo como consecuencia que en 1795 se introdujera el famoso sistema métrico decimal, el cual quedó definido en una ley de pesos y medidas.
Poco después, en 1799, este sistema aumentó notablemente su popularidad, lo que permitió establecer los primeros estándares universales; por ejemplo, a partir de ese momento el kilogramo se convirtió en una unidad de medida de uso diario.
El sistema métrico decimal primero se extendió por toda Francia y posteriormente llegó a otros países, pero este cambio sucedió durante los inicios del siglo XIX. Además, este sistema se volvió obligatorio en los Países Bajos en 1816; en cambio, fue adoptado por España a partir de 1849.
El sistema métrico decimal se trata de un método simple, universal y accesible; en la actualidad, todos sabemos que el metro es la unidad que se usa para la longitud, mientras que el kilogramo es la que se usa para calcular la masa de los objetos.
Dentro de este sistema decimal también podemos encontrar el litro (que sirve para el volumen de los líquidos). De igual forma, utilizamos el área, la cual es una unidad de superficie.
En 1960, se terminaron de establecer otras medidas internacionales de Unidad. En total, la lista de unidades quedó así:
– Metro: medida de longitud.
– Segundos: medida de tiempo.
– Kilogramos: medida de masa.
– Amperes: medidas de electricidad.
– Kelvins: medida de temperatura termodinámica.
– Candelas: medida de luminosidad.
– Moles: medida de sustancia.
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