Trastorno Bipolar (Tipo 1 y 2): Síntomas, Causas, Tratamientos
El trastorno bipolar es una enfermedad mental caracterizada por la tendencia de una persona a alternar entre episodios depresivos y episodios maníacos. En el tipo 1 la persona alterna episodios depresivos con episodios maníacos completos, y en el tipo 2 alterna entre episodios depresivos y episodios hipomaníacos (menos graves).
Los síntomas de este trastorno son severos, diferentes a las bajadas y subidas normales del estado de ánimo. Estos síntomas pueden resultar en problemas en las relaciones personales, en el trabajo, en la escuela, financieros o incluso en el suicidio.
Durante la fase de depresión, la persona puede experimentar percecpción negativa de la vida, incapacidad por sentir placer por la vida, falta de energía, llantos, autolesiones, y en casos extremos, sucidio.
Durante la fase maníaca la persona puede experimentar negación de que tiene algún problema, actuar de forma energética, feliz o irritable, tomar decisiones financieras irracionales, sentir un gran entusiasmo, no pensar en las consecuencias de sus actuaciones o falta de sueño.
Aunque existen casos de comienzo en la infancia, la edad normal de aparición del tipo 1 son los 18 años de edad, mientras que para el tipo 2 son los 22 años. En torno al 10% de los casos de trastorno bipolar 2 se desarrollan y se convierten en el tipo 1.
No se entienden claramente las causas, pero influyen factores genéticos y ambientales (estrés, abusos en la infancia). El tratamiento suele incluir psicoterapia, medicación y en casos que no responden puede ser útil la terapia electroconvulsiva.
Los signos y síntomas de la fase depresiva del trastorno bipolar incluyen:
Tristeza persistente.
Falta de interés por participar en actividades placenteras.
Apatía o indiferencia.
Ansiedad o ansiedad social.
Dolor crónico o irritabilidad.
Falta de motivación.
Culpa, desesperanza, aislamiento social.
Falta de sueño o de apetito.
Pensamientos suicidas.
En casos extremos pueden haber síntomas psicóticos: delirios o alucinaciones normalmente displacenterios.
-Síntomas maníacos
La manía puede ocurrir en distintos grados:
Hipomanía
Es el grado menos grave de la manía y dura al menos 4 días. No provoca un descenso marcado de la capacidad de la persona para trabajar, socializar o adaptarse. Tampoco requiere hospitalización y carece de características psicóticas.
De hecho, el funcionamiento general puede mejorar durante un episodio hipomaníaco y se piensa que es un mecanismo natural contra la depresión.
Si un evento de hipomanía no va seguido o precedido de episodios depresivos, no se considera como un problema, al menos que ese estado de ánimo sea incontrolable. Los síntomas pueden durar desde algunas semanas hasta varios meses.
Se caracteriza por:
Mayor energía y activación.
Algunas personas pueden tener más creatividad y otras ser más irritables.
La persona se puede sentir tan bien que niega que pasa por un estado de hipomanía.
Manía
La manía es un periodo de euforia y alto estado de ánimo de al menos 7 días. Si no se trata, un episodio de manía puede durar de 3 a 6 meses.
Se caracteriza por mostrar tres o más de los siguientes comportamientos:
Habla rápida e ininterrumpida.
Pensamientos acelerados.
Agitación.
Distacción fácil.
Comportamiento impulsivo y de riesgo.
Gastos excesivos de dinero.
Hipersexualidad.
Una persona con manía también puede sentir falta de necesidad de dormir y juicio inadecuado. Por otra parte, los maníacos pueden tener problemas con abuso de alcohol u otras sustancias.
En casos extremos, pueden experimentar psicosis, de modo que se rompe el contacto con la realidad a la vez que se tiene un alto estado de ánimo. Algo usual es que la persona con manía se sienta inparable o indestructible y que se sienta elegida para realizar una meta.
Aproximadamente el 50% de las personas con trastorno bipolar experimentan alucinaciones o delirios, lo cual puede guiar a comportamientos violentos o al ingreso psiquiátrico.
Episodios mixtos
En el trastorno bipolar, un episodio mixto es un estado en el que la manía y la depresión ocurren al mismo tiempo. Las personas que experimentan este estado pueden tener pensamientos de grandiosidad a la vez que tienen síntomas depresivos como pensamientos suicidas o culpa.
Las personas que se encuentran en este estado se encuentran en un alto riesgo de cometer suicidio, ya que se mezclan emociones depresivas con cambios de humor o dificultades para controlar los impulsos.
Causas
Las causas exactas del trastorno bipolar no están claras, aunque se cree que dependen principalmente de causas genéticas y ambientales.
-Factores genéticos
Se cree que el 60-70% del riesgo de desarrollar bipolaridad depende de factores genéticos.
Varios estudios han sugerido que ciertos genes y regiones de cromosomas están relacionados con la susceptibildiad a desarrollar el trastorno, teniendo cada gen una mayor o menor importancia.
El riesgo de TB en personas con familiares con TB es hasta 10 veces mayor comparado con la población general. Las investigaciones apuntan a la heterogeneidad, es decir que diferentes genes están implicados en distintas familias.
-Factores ambientales
La investigación demuestra que los factores ambientales tienen un papel importante en el desarrollo del TB, pudiendo interactuar variables psicosociales con disposiciones genéticas.
Acontecimientos vitales recientes y relaciones interpersonales contribuyen a la probabilidad de la ocurrencia de los episodios maníacos y depresivos.
Se ha encontrado que del 30-50% de adultos diagnosticados con TB reportan experiencias de abuso o traumáticas en la infancia, lo cual esta relacionado con una aparición más temprana del trastorno y con mayores intentos de suicidio.
-Factores evolutivos
Desde la teoría evolutiva se podría pensar que las consecuencias negativas que tiene el trastorno bipolar en la habilidad para adaptarse, provoca que los genes no sean seleccionados por la selección natural.
Sin embargo, sigue habiendo altas tasas de TB en muchas poblaciones, por lo que puede que haya algún beneficio evolutivo.
Los defensores de la medicina evolutiva proponen que las altas tasas de TB a través de la historia sugieren que los cambios entre estados depresivos y maníacos supusieron alguna ventaja evolutiva en los humanos ancestrales.
En las personas que tuviesen un alto grado de estrés, el estado de ánimo depresivo podría servir como una estrategia defensiva con la que apartarse del estresor externo, reservar energías y aumentar las horas de sueño.
La manía podría beneficiar por su relación con la creatividad, confianza, altos niveles de energía y mayor productividad.
Los estados de hipomanía y depresión moderada podrían tener ciertas ventajas para las personas que se encuentran en un ambiente cambiante. El problema estaría en si los genes responsables de esos estados son sobreactivados y guían a la manía y a la depresión mayor.
Los biólogos evolucionistas han propuesto que el TB podría ser una adaptación de los humanos ancestrales a los climas extremos del norte durante el Pleistoceno. Durante el verano cálido, la hipomanía podría permitir realizar muchas actividades en un corto periodo de tiempo.
Al contrario, durante el largo invierno, el sueño excesivo, la ingesta en exceso y la falta de interés podría ayudar a la supervivencia. En ausencia de condiciones climáticas extremas, el TB sería desadaptativo.
Una evidencia para esta hipótesis es la correlación entre estacionalidad y cambios de humor en las personas con TB y las bajas tasas de TB en afroamericanos.
-Factores fisiológicos, neurológicos y neuroendocrinos
Los estudios de imagen cerebral han mostrado diferencias en el volumen de varias regiones cerebrales entre pacientes con TB y pacientes sanos. Se han encontrado incrementos en el volumen de los ventrículos laterales, globo pálido e incremento en la tasa de hiperintensidades de la materia blanca.
Estudios con resonancia magnética han sugerido que existe una modulación anormal entre el área prefrontal ventral y las regiones límbicas, especialmente la amígdala. Esto contribuiría a la pobre regulación emocional y a los síntomas relacionados con el estado de ánimo.
Por otra parte, hay evidencia que apoya la asociación entre experiencias estresantes tempranas y disfunción del eje hipotalámico-pituitario-adrenal, lo cuál guía a su sobreactivación.
Un TB menos común puede ocurrir como resultado de una lesión o condición neurológica: trauma cerebral, stroke, VIH, esclerosis múltiple, porfiria y epilepsia del lóbulo temporal.
Se ha encontrado que un neurotransmisor responsable de la regulación del estado de ánimo, la dopamina, incrementa su transmisión durante la fase maníaca y desciende durante la fase depresiva.
El glutamato se incrementa en el cortex prefrontal dorsolateral izquierdo durante la fase maníaca.
Diagnóstico
El trastorno bipolar no se reconoce a menudo y es difícil distinguirlo de la depresión unipolar.
Su diagnóstico requiere tomar en cuenta varios factores: experiencias de la persona, anormalidades de comportamiento observadas por otras personas y signos evaluados por psiquiatras o psicólogos clínicos.
Los criterios diagnósticos que más ampliamente se usan son el DSM y el CIE-10 de la OMS.
Aunque no hay pruebas médicas que confirmen el TB, es aconsejable hacer pruebas biológicas para asegurar que no existe una enfermedad física, como hipotiroidismo o hipertiroidismo, trastornos metabólicos, VIH o sífilis.
También es aconsejable descartar lesiones cerebrales y realizar un electroencefalograma para descartar la epilepsia. Según el DSM-IV, existen los siguientes tipos de trastornos dentro de los trastornos bipolares:
Trastorno bipolar I, episodio maníaco único
Trastorno bipolar I, episodio más reciente hipomaníaco
Trastorno bipolar I, episodio más reciente maníaco
Trastorno bipolar I, episodio más reciente mixto
Trastorno bipolar I, episodio más reciente depresivo
Trastorno bipolar I, episodio más reciente no especificado
Trastorno bipolar II
Trastorno ciclotímico
Trastorno bipolar no especificado.
En este apartado se describirán el Trastorno Bipolar II, el episodio maníaco y el episodio depresivo mayor.
Criterios diagnósticos para el Trastorno Bipolar II
A) Presencia de uno o más episodios depresivos mayores.
B) Presencia de al menos un episodio hipomaniaco.
C) Los síntomas afectivos de los criterios A y B no se explican mejor por la presencia de un trastorno esqizoafectivo y no están superpuestos a una esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, un trastorno delirante o un trastorno psicótico no especificado.
E) Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
Especificar el episodio actual o más reciente:
Hipomaníaco: si el episodio actual (o más reciente) es un episodio hipomaníaco.
Depresivo: si el episodio actual (o más reciente) es un episodio depresivo mayor.
Criterios diagnósticos para el episodio maníaco (DSM-IV)
A) Un periodo diferenciado de un estado de ánimo anormal y persistentemente elevado, expansivo o irritable, que dura al menos una semana (o cualquier duración si es necesaria la hospitalización).
B) Durante el periodo de alteración del estado de ánimo han persistido tres (o más) de los siguientes síntomas (cuatro si el estado de ánimo es solo irritable) y ha habido un grado significativo:
Autoestima exagerada o grandiosidad.
Disminución de la necesidad de dormir.
Más hablador de lo habitual o verborreico.
Fuga de ideas o experiencia subjetiva de que el pensamiento esta acelerado.
Distraimiento.
Aumento de la actividad intencionada o agitación psicomotora.
Implicación excesiva en actividades placenteras que tienen un alto potencial para producir consecuencias graves.
C) Los síntomas no cumplen el criterio para el episodio mixto.
D) La alteración del estado de ánimo es lo suficientemente grave como para provocar deterioro laboral, de actividades sociales habituales, de relaciones con los demás, o para necesitar hospitalización para prevenir daños a uno mismo o los demás, o hay síntomas psicóticos.
E) Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia ni a una enfermedad médica.
Criterios diagnósticos para el Episodio Depresivo Mayor (DSM-IV)
A) Presencia de cinco o más de los siguientes síntomas durante un periodo de 2 semanas, que representan un cambio respecto a la actividad previa; uno de los síntomas debe ser 1. estado de ánimo depresivo, o 2. pérdida de interés o de la capacidad para el placer:
Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi cada día según lo indica el propio sujeto (triste o vacío) o la observación realizada por otros (llanto). En los niños o adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable.
Disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades, la mayor parte del día.
Pérdida importante de peso sin hacer régimen, o aumento de peso, o pérdida o aumento del apetito casi cada día. En niños hay que valorar el fracaso en lograr los aumentos de peso esperables.
Insomnio o hipersomnia cada día.
Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados casi cada día.
Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi cada día.
Pensamientos recurrentes de muerte, ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para suicidarse.
B) Los síntomas no cumplen los criterios para un episodio mixto.
C) Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de actividad del individuo.
D) Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia o una enfermedad médica.
E) Los síntomas no se explican mejor por la presencia de un duelo, los síntomas persisten durante más de dos meses o se caracterizan por una acusada incapacidad funcional, preocupaciones mórbidas de inutilidad, ideación suicida, síntomas psicóticos o enlentecimiento psicomotor.
Trastornos comórbidos
Se pueden dar algunos trastornos mentales co-ocurrentes al TB: trastorno obsesivo compulsivo, déficit de atención e hiperactividad, abuso de sustancias, síndrome premenstrual, fobia social o trastorno de pánico.
Tratamiento
Aunque el TB no se puede curar, si puede ser controlado de forma efectiva a largo plazo con medicación y psicoterapia.
-Psicoterapia
Combinada con la medicación, la psicoterapia pueden ser un tratamiento efectivo para el TB.
Algunos tratamientos psicoterapéuticos para el TB son:
Terapia familiar: permite mejorar las habilidades de afrontamiento de la familia, como ayudar a la persona afectada o reconocer nuevos episodios. También mejora la solución de problemas y la comunicación familiar.
Terapia cognitivo-conductual: permite al afectado cambiar pensamientos y comportamientos negativos o desadaptativos.
La terapia interpersonal y de ritmo social: mejora las relaciones personales del afectado con los demás y ayuda a controlar sus rutinas diarias, lo cual puede prevenir episodios depresivos.
Psicoeducación: educa al afectado sobre el trastorno y el tratamiento.
Según la investigación, la medicación junto a psicoterapia intensiva (terapia cognitivo conductual semanal) tiene mejores resultados que solo psicoterapia o psicoeducación.
-Medicación
Los síntomas del TB se pueden controlar con distintos tipos de medicación. Debido a que no todo el mundo responde de la misma forma a una misma medicación, puede que se tengan que probar distintos fármacos antes de encontrar el correcto.
Llevar anotaciones de los síntomas diarios, tratamientos, patrones de sueño y otros comportamientos ayudará a poder tomar decisiones de forma efectiva. Los fármacos que normalmente se usa para el TB son antidepresivos, estabilizadores del estado de ánimo y antipsicóticos atípicos.
Estabilizadores del estado de ánimo
Son normalmente la primera línea de tratamiento para el TB y en general se toman durante años.
El litio fue el primer estabilizador aprobado para tratar episodios maníacos y depresivos. Existen anticonvulsivos que también se utilizan como estabilizadores del estado de ánimo:
Ácido valproico: es una alternativa popular al litio, aunque deben tener cuidado las mujeres jóvenes.
Lamotrigina: es efectivo para tratar los síntomas depresivos.
Otros anticonvulsivos: oxcarbazepina, gabapentina, topiramato.
El uso de ácido valproico o lamotrigina puede aumentar los pensamientos o comportamientos suicidas, por lo que hay que tener precaución en su uso y observar a las personas que lo toman.
Además, el ácido valproico puede aumentar los niveles de testosterona en chicas adolescentes, lo cuál puede llevar a una condición llamada síndrome de ovario poliquístico, que tiene síntomas como excesivo bello corporal, obesidad o ciclo menstrual irregular.
Los efectos secundarios del litio pueden ser: boca seca, inquietud, indigestión, acné, incomodidad a bajas temperaturas, dolor muscular o en articulaciones, uñas o cabello quebradizo.
Al tomar litio, es importante comprobar sus niveles en sangre, al igual que el funcionamiento del hígado y de la glándula tiroides.
En algunas personas, el consumo de litio puede provocar hipotiroidismo.
Los efectos secundarios de otros estabilizadores del humor pueden ser:
Mareos.
Somnolencia.
Diarrea.
Dolor de cabeza.
Acidez.
Estreñimiento.
Congestión o secreción nasal.
Cambios de humor.
Antipsicóticos atípicos
A menudo estos fármacos se utilizan junto a los antidepresivos para tratar el TB. Los antipsicóticos atípicos pueden ser:
Aripiprazol: se usa para tratar episodios maníacos o mixtos, además de para mantener el tratamiento.
Olanzapina: puede aliviar los síntomas de la manía o psicosis.
Quetiapina, respiridona o ziprasidona.
Los efectos secundarios de los antipsicóticos atípicos pueden ser:
Visión borrosa.
Mareos.
Taquicardia.
Somnolencia.
Sensibilidad al sol.
Erupciones en la piel.
somnolencia
Problemas menstruales en mujeres.
Cambios en el metabolismo.
Ganancia de peso.
Debido a los cambios de peso y en el metabolismo, puede incrementar el riesgo de desarrollar diabetes o colesterol alto, por lo que es importante controlar los niveles de glucosa, el peso y los lípidos.
En casos extraños, el uso a largo plazo de los antipsicóticos atípicos puede llevar a una condición llamada discinesia tardía, la cual provoca movimientos musculares incontrolables.
Antidepresivos
Los antidepresivos que suelen prescribirse para tratar los síntomas de la depresión bipolar son: paroxetina, fluoxetina, sertralina y bupropion.
Tomar solo antidepresivos pueden aumentar el riesgo de pasar al estado de manía o hipomanía. Para prevenirlo, se suele requerir el uso de estabilizadores del estado de ánimo junto a los antidepresivos.
Los efectos secundarios de los antidepresivos pueden ser:
Náuseas.
Dolores de cabeza.
Agitación.
Problemas sexuales.
Los pacientes que toman antidepresivos deben ser observados cuidadosamente, debido a que pueden aumentar los pensamientos o comportamientos suicidas.
Si estas embarazada o tienes un bebe recién nacido, consulta a tu doctor sobre los tratamientos disponibles.
-Otros tratamientos
Terapia electroconvulsiva: puede ser útil si no funciona la psicoterapia ni la medicación. Puede incluir efectos secundarios como desorientación, pérdida de memoria o confusión.
Medicaciones para dormir: aunque el sueño suele mejorar con la medicación, si no lo hace se pueden utilizar sedantes u otros fármacos para mejorar el sueño.
Para tratar correctamente el TB es necesario realizar ciertos cambios en el estilo de vida:
Dejar de beber o consumir drogas ilegales.
Alejarse de las relaciones personales tóxicas y construir relaciones personales sanas.
Hacer ejercicio físico regular y mantenerse activo.
Mantener hábitos del sueño saludables.
Epidemiología
El trastorno bipolar es la sexta causa de discapacidad en el mundo y tiene una prevalencia del 3% de la población general.
Su incidencia es igual en mujeres y hombres, al igual que a través de diferentes culturas y grupos étnicos. La adolescencia tardía y el inicio de la edad adulta son edades en las que aparece más el TB.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar TB son:
Tener un familiar cercano con trastorno bipolar.
Periodos de mucho estrés.
Abuso de alcohol o drogas.
Eventos vitales, como la muerte de una persona querida o experiencias traumáticas.
Complicaciones
Si no se trata, el TB puede resultar en varios problemas que afectan a todas las áreas vitales:
Intentos de suicidio.
Problemas legales.
Problemas financieros.
Abuso de alcohol o drogas.
Problemas con relaciones familiares o de pareja.
Aislamiento social.
Baja productividad laboral o en la escuela.
Ausencias del trabajo o formación.
Consejos si tienes trastorno bipolar
Es necesario llevar un estilo de vida sano para mantener los síntomas del TB bajo control, reducir los síntomas y evitar recaídas. Además de la psicoterapia y medicación hay otras cosas que puedes hacer:
Autoeducación: aprende sobre tu trastorno para poder tomar mejores decisiones y para poder controlarlo.
Ten un compromiso con tu tratamiento: el tratamiento requiere un proceso para ver mejoría y requiere un compromiso a largo plazo. Se paciente, toma la medicación como te haya sido prescrita y continúa la terapia.
Observa tus síntomas y estado anímico: si eres consciente de cuando se esta produciendo un cambio de estado de ánimo, podrás prevenir que se desarrolle completamente. Intenta identificar qué es lo que provoca que comiencen los episodios maníacos o depresivos (estrés, discusiones, cambios estacionales, falta de sueño…).
Crea hábitos saludales: relacionarte con gente saludable, dormir lo suficiente, realizar ejercicio, eliminar alcohol, cafeína o azúcar, acudir a terapia y tomar medicación…
Crea un plan de emergencia: puede haber momentos en los que caigas en un episodio depresivo o maníaco. Tener un plan para esas crisis te ayudará a controlarlas mejor.
Busca apoyo social: tener apoyo social es importante para mantenerse feliz y saludable. Construye tus relaciones familiares y con amigos, acude a grupos de apoyo y construye nuevas relaciones personales.
Controla el estrés: practica técnicas de relajación y realiza actividades de ocio.
Consejos para ayudar a un familiar
Los cambios de estado de ánimo y los comportamientos de una persona con TB afectan a las personas que están alrededor.
Se pueden tener que afrontar decisiones irresponsables, demandas exageradas, arrebatos explosivos o comportamientos grandilocuentes. Una vez que la manía termina, habrá que tener que afrontar la falta de energía del familiar para seguir con una vida normal.
Sin embargo, con un correcto tratamiento la mayoría de personas pueden estabilizar el estado de ánimo. Estas son algunas formas en las que puedes ayudar:
Animar a tu familiar a recibir tratamiento: el TB es una enfermedad real y cuanto antes se comienza el tratamiento, mejor es el pronóstico.
Ser comprensivo: recuerda a la otra persona que estas dispuesta a ayudarla.
Aprende sobre el trastorno bipolar: aprende sobre los síntomas y tratamiento para estar mejor preparado para ayudar.
Se paciente: tras el inicio del tratamiento la mejora requiere cierto tiempo.
Aceptar los límites de la persona afectada: las personas con TB no pueden controlar sus estados de ámimo con autocontrol.
Aceptar tus propios límites: no puedes obligar a nadie a mejorar si no quiere. Puedes ofrecer apoyo, aunque la recuperación esta en manos de la otra persona.
Reducir el estrés: el estrés empeora el TB.
Observar signos de recaída: si se tratan con tiempo, se puede prevenir que se desarrolle completamente un episodio de depresión o manía.
Prepárate para los comportamientos destructivos: la persona con TB puede actuar de forma irresponsable o destructiva en la manía o en la depresión. Estar preparado para ello te permitirá afrontar mejor la situación.
Saber qué hacer en una crisis: conocer qué tienes que hacer en una crisis te ayudará a actuar correctamente cuando aparezca una. Conoce los números de emergencia por si hay comportamientos suicidas o violentos.
En la manía: evita las discusiones, muéstrate cercano, prepara comidas sencillas, evita que la persona tenga mucha estimulación.
¿Y tú qué experiencia tienes con el trastorno bipolar?
Referencias
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