América Anglosajona: colonizadores, historia, cultura, clima
La América Anglosajona es un concepto que hace referencia a la parte del continente americano que tiene el inglés como idioma oficial o principal. Históricamente, serían aquellos países que fueron colonizados por los británicos en lugar de por los españoles. Las dos naciones más importantes dentro de esta denominación son los Estados Unidos y Canadá.
El término, no obstante, no refleja al cien por cien las particularidades históricas de esos territorios. Así, por ejemplo, los primeros exploradores que levantaron asentamientos en Canadá fueron franceses. Igualmente, buena parte de los Estados Unidos fue colonizada por españoles y por los propios franceses.
Además de estos dos países, la América Anglosajona también comprende otra serie de territorios. La mayoría de ellos están localizados en el Caribe, como Jamaica o Barbados. Aparte, en América del Sur hay algunos territorios aún en manos inglesas y en litigio con otras naciones, como las islas Malvinas o Falkland.
La influencia de los Estados Unidos ha provocado que, generalmente, los expertos solo se fijen en sus características para describir a la América Anglosajona. Por ese motivo, se la considera muy desarrollada económicamente, de religión mayoritariamente protestante y políticamente estable.
Índice del artículo
- 1 América Anglosajona: colonizadores e historia
- 2 Características generales
- 3 Cultura
- 4 Relieve
- 5 Clima
- 6 Referencias
Aunque Colón había llegado al Caribe en 1492, las otras potencias europeas aún tardaron unos años en viajar a las tierras recién descubiertas. Cuando lo hicieron, comenzó una carrera por dominar las zonas no controladas por los españoles.
El primero que alcanzó el territorio de la actual Canadá fue el italiano Giovanni Caboto, aunque lo hizo contratado por la Corona inglesa. Más adelante, en 1534, llegó el turno de los franceses, que enviaron a Jacques Cartier a explorar la costa atlántica.
Sin embargo, no fue hasta 1603 cuando se levantaron los primeros asentamientos estables en la zona. El responsable fue el francés Samuel De Champlain, quien fundó Port Royal (1605) y Quebec (1608).
El explorador bautizó la región como Nueva Francia y pronto comenzaron a llegar comerciantes y misioneros. Desde allí, partieron expediciones hacia el sur, llegando hasta la actual Luisiana.
Por su parte, Inglaterra se unió a esta carrera en 1610, cuando construyó puertos pesqueros en Terranova.
Esto acabó provocando cuatro guerras coloniales entre ambas potencias. Como resultado, Nueva Escocia pasó a manos británicas en 1713.
Otro conflicto, esta vez entre Francia y las tribus indias de la zona, en 1763, terminó con el Tratado de París mediante el que los franceses cedían casi toda Canadá a Inglaterra.
La división territorial acordada en 1763 dejó a la provincia de Quebec en poder de los franceses y anexionó Cabo Bretón a Nueva Escocia.
Años después, en 1774, los británicos promulgaron el Acta de Quebec con el fin de evitar conflictos. Así, ampliaron la provincia hasta alcanzar los Grandes Lagos y el valle del río Ohio. Como aún sucede en la actualidad, se declaró el francés como idioma de la provincia y el catolicismo como religión Esto provocó el descontento de las Trece Colonias.
Después de la declaración de independencia de los EE.UU, el nuevo país asumió la soberanía del sur de los Grandes Lagos. Por otra parte, algunos de los antiguos partidarios de los ingleses durante la guerra de independencia prefirieron huir a Canadá y crearon asentamientos nuevos en ese territorio.
Para poder asumir la convivencia entre los habitantes de la francófona Quebec y los colonos anglosajones, el gobierno dividió el territorio en dos partes, cada una con su Asamblea Legislativa propia.
Durante los siguientes años se firmaron varios acuerdos para tratar de estabilizar los límites fronterizos entre las distintas zonas de Canadá y de este país con los Estados Unidos. Aparte, los canadienses organizaron varias expediciones hacia el norte, hasta alcanzar el Ártico.
En 1867 se promulgó el Acta Constitucional con la que nació la Confederación Canadiense. Este país quedaba conformado por cuatro provincias: Quebec, Ontario, Nueva Escocia y Nuevo Brunswick.
Los primeros exploradores que llegaron a la costa atlántica de los actuales Estados Unidos lo hicieron siguiendo las órdenes del rey Jacobo. Hasta ese momento, los británicos habían estado más interesados en impedir el comercio español que en levantar asentamientos.
A partir de las primeras décadas del siglo XVII, la Corona británica, apoyada por comerciantes, impulsó la colonización de varios territorios. Para ello se creó la Compañía de Londres, que financió el envío de tres barcos a la Bahía de Chesapeake. Estos primeros colonos, liderados por John Smith, fueron los fundadores de Jamestown.
Otro tipo de colonos que llegaron a América fueron los peregrinos. Estos alcanzaron las costas del continente en 1620, huyendo de las persecuciones religiosas que tenían lugar en Europa. A su llegada, bautizaron el territorio que ocuparon con Nueva Inglaterra.
Ocho años después se les unieron grupos de puritanos ingleses. Entre las localidades que fundaron se encuentran Boston o Salem.
Otra oleada colonizadora comenzó en 1632, cuando el rey Carlos I concedió a Lord Baltimore todos los territorios comprendidos entre el Potomac y el paralelo 40. Los que viajaron hasta allí se caracterizaban por una mayor tolerancia religiosa que los peregrinos anteriores.
Esta actitud quedó reflejada en el Acta de Tolerancia redactada por el hijo de Lord Baltimore a mediados del siglo XVII.
Además de los colonos liderados por este noble, el rey dio permiso a William Penn, cuyo padre había conquistado Jamaica, para establecer nuevas colonias al sur de Nueva York. El nombre de la nueva colonia fue Pennsylvania y fue la primera en reconocer los derechos de los indígenas.
Tras todas estas expediciones, para el siglo XVIII se habían establecido trece colonias británicas en la costa atlántica americana. Serían estas las que protagonizaron la guerra de independencia y conformarían los Estados Unidos.
Más adelante, ya como país independiente, los Estados Unidos iniciaron un proceso de expansión territorial en dos frentes. Por una parte, hacia los territorios del oeste y, por otra, hacia los del sur.
Para lograr anexionar estos últimos, los estadounidenses tuvieron que enfrentarse (militar y económicamente) a los españoles, a los franceses y a los mexicanos.
La otra región americana con presencia anglosajona es el Caribe. Las primeras localidades fueron fundadas a comienzos del siglo XVII, en las pequeñas Antillas.
La incorporación más importante fue Jamaica. Como se ha señalado, fue William Penn padre quien conquistó la isla durante el gobierno de Cromwell en Inglaterra. Además, los británicos se asentaron en Belice y en alguna zona de la actual Nicaragua.
La primera característica propia de la América anglosajona es el idioma. Frente al castellano y al portugués que se habla en Latinoamérica, las zonas colonizadas por los británicos mantienen el inglés como lengua principal.
Existen, no obstante, algunas excepciones a esto. Canadá, por ejemplo, también considera el francés como idioma oficial, aunque su uso está, prácticamente, limitado a Quebec. Por otra parte, el español es ampliamente hablado en áreas de los Estados Unidos.
La demografía de la América Anglosajona está marcada por varios factores diferentes. El primero, la llegada de colonizadores blancos europeos y el escaso mestizaje con las poblaciones indígenas de Canadá y los EE.UU.
La esclavitud provocó que miles de africanos fueran trasladados a América. Por este motivo, hoy la población afroamericana tiene una gran presencia. En algunos, países, como Bahamas o Jamaica, son incluso mayoritarios.
Por otra parte, la América anglosajona, especialmente los Estados Unidos, acogió durante décadas a una gran multitud de emigrantes. En un primer momento primaron los europeos no anglosajones, como italianos o alemanes. Más adelante, hispanos provenientes de Latinoamérica.
El origen de los colonos ha dado lugar a que el Protestantismo sea la religión más seguida en la América anglosajona.
El catolicismo, por otra parte, también muestra una importante fortaleza. La inmigración irlandesa (eminentemente católica) provocó que el 10% de la población estadounidense profese esta rama del cristianismo. La llegada de población hispana está haciendo crecer ese porcentaje en los últimos años.
La situación económica de la América anglosajona presenta una gran desigualdad. Por una parte, EE.UU y Canadá son dos de los países más ricos del planeta, pero las naciones caribeñas padecen serios problemas de pobreza.
La gran mayoría de la población reside en las grandes ciudades, lo que indica un reparto demográfico muy desigual.
Esta concentración de población en grandes urbes comenzó en el siglo XIX. Los inmigrantes, tanto interiores como exteriores, elegían las ciudades para establecerse. Era allí donde había más posibilidad de encontrar trabajo, lo que supuso que el campo fuera despoblándose.
No solo es el idioma el que diferencia a la América anglosajona de la hispana. El resto de las manifestaciones culturales suelen ser, también muy diferentes.
En este aspecto, no obstante, la potencia de la industria cultural estadounidense está provocando que el resto del continente y del planeta esté adoptando muchas de sus costumbres.
Como en otros aspectos, existe una gran diferencia en el ámbito cultural entre los países que componen la América anglosajona. Incluso entre los dos más grandes, Estados Unidos y Canadá, se pueden encontrar visiones contrapuestas sobre muchos temas.
La sociedad estadounidense, excepto en las dos costas, suele ser más conservadora y religiosa que la canadiense. Esto provoca que las manifestaciones culturales se vean de manera diferente en ambos países. Mientras que en los EE.UU hay temas, como el sexo o el cuerpo humano, que son prácticamente excluidos, en Canadá esto no es tan frecuente.
De acuerdo a algunos expertos, la sociedad canadiense es más similar en este ámbito a la europea que la estadounidense.
Los esclavos africanos empezaron a llegar a la América anglosajona para cultivar las plantaciones que fueron la base económica de algunas de las trece colonias. A pesar de sus duras condiciones de vida, estos esclavos llevaron consigo sus tradiciones culturales y las introdujeron en el país.
La música fue uno de los campos en los que esa cultura tuvo más influencia, hasta el punto de que varios géneros musicales, hoy considerados típicamente estadounidenses, fueron generados por la población afroamericana. Entre esos géneros destacan el blues, el gospel, el jazz y el mismo rock and roll.
Dejando a un lado las islas caribeñas que forman parte de la América Anglosajona, que por su menor tamaño tienen un relieve más homogéneo, la gran extensión de Canadá y de los EE.UU provoca que las variaciones sean enormes.
La América anglosajona conformada por Estados Unidos y Canadá está compuesta por cuatro grandes estructuras: las grandes llanuras, el Plegado del Oeste, los Apalache y el Escudo Canádico.
Esta última estructura está ubicada en la zona central y oriental de Canadá. Está formada por rocas de gran dureza, aunque presentan un alto grado de erosión. Esta fue provocada por los glaciares que se formaron durante en Pleistoceno, que, al derretirse, dieron lugar a una gran cantidad de lagos. Los más importantes son los denominados Grandes Lagos.
Las montañas que presentan más altura están situadas en el sistema Plegado del Oeste, que va desde Alaska hasta México. Las cordilleras más importantes de este sistema son las Rocosas y la Cadena Costera.
Otra característica del Plegado del Oeste son los desiertos y mesetas situados entre las cadenas montañosas.
Por otra parte, en la costa este se encuentran los montes Apalaches. La erosión que han sufrido durante millones de años ha provocado que su altitud máxima no sobrepase los 2040 metros que tiene el monte Mitchell.
Por último, las grandes llanuras sedimentarias se extienden por la zona oriental de las Rocosas y cubren desde el centro de Canadá hasta el centro-sur de los EE.UU.
Como sucede con el relieve, la extensión de la América anglosajona provoca que en su territorio aparezcan casi todos los tipos de climas.
Así, en el norte el clima es frío, especialmente en Alaska o en la zona septentrional de Canadá. En el sur, en cambio, el clima en bastante cálido y húmedo, como en Florida, o desértico, como en la frontera con México.
No solo el eje norte-sur influye en las diferencias climáticas, sino que desde en este hasta el oeste también se pueden encontrar climas muy variados. Las costas sueles ser más estables térmicamente, con menos pluviosidad. En el centro, en cambio, las temperaturas suelen tener un rango más amplio y la lluvia se presenta con menos frecuencia.
Dividiendo la región por países, Canadá se caracteriza por tener temperaturas más bajas, especialmente durante el invierno. En el norte se extienden grandes superficies de tundra, con apenas vegetación. En el sur, la taiga, conformada por bosques boreales, es el ecosistema más común.
Por su parte, en los Estados Unidos (excepto en el Golfo de México y las costas del Pacífico) predomina el llamado clima templado continental. Por otra parte, también existen zonas desérticas (como Nevada) o con un alto grado de humedad (Florida).
- Historia Universal. Colonización Anglosajona en América. Obtenido de mihistoriauniversal.com
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