Chaga: características, reproducción, propiedades, contraindicaciones
El chaga (Inonotus obliquus) es un hongo Basidiomycota de la familia Hymenochaetaceae, fitopatógeno del abedul que se caracteriza entre otros aspectos por presentar un sistema hifal monomítico y tener una reproducción sexual muy infrecuente, que solo ocurre dos o tres años después de la muerte de la planta hospedera.
Es una especie de amplia distribución en el hemisferio norte, que causa la enfermedad conocida como chaga del abedul, aunque ocasionalmente puede atacar otras especies de árboles caducifolios. Esta enfermedad es del tipo de las podredumbres blancas que descomponen principalmente la lignina y en menor grado la celulosa.
El hongo posee propiedades medicinales que han sido aprovechadas por el hombre desde la antigüedad. Entre las dolencias que pueden ser aliviadas o curadas por Inonotus obliquus están las úlceras gástricas y duodenales, gastritis, tuberculosis, reuma, diversas enfermedades hepáticas y del corazón, así como también diferentes tipos de cáncer.
Sin embargo, no existen o son muy pocos los estudios médicos realizados para comprobar las propiedades medicinales del chaga. En algunos casos su ingesta puede tener efectos colaterales perjudiciales, por ejemplo en personas con enfermedades autoinmunes o que tomen medicamentos contra la diabetes o para la circulación sanguínea.
Índice del artículo
- 1 Características
- 2 Taxonomía
- 3 Reproducción y ciclo de vida
- 4 Composición
- 5 Cultivo
- 6 Propiedades
- 7 Contraindicaciones
- 8 Referencias
Inonotus obliquus es un parasitoide del abedul que vive a expensas de su hospedero sin matarlo originalmente, pero que completa su desarrollo luego de la muerte del mismo. Causa una enfermedad de tipo podredumbre blanca en el abedul o, en contadas ocasiones, otras especies de plantas caducifolias.
El esclerocio (masa de micelio) puede alcanzar 30 cm de ancho y 30 cm de alto, siendo negro y fraccionado en trozos parecidos a trozos de carbón, secos, de hasta 5 cm. La carne es de consistencia leñosa y presenta una coloración marrón naranja.
El hongo está formado por un solo tipo de hifas (monomítico) las cuales son ramificadas y miden de 2,5 a 5 µm, carecen de conexiones de abrazaderas y presentan paredes celulares moderadamente gruesas.
El cuerpo fructífero se comienza a formar y transcurre casi toda su vida bajo la corteza del árbol. Las setas aparecen raras veces y solo luego de la muerte del hospedero, siendo cortas, resupinadas y fusiformes. Los poros de la superficie son circulares, de color pardos rojizos a rojo oscuro. Las esporas son elipsoides y miden de 8 a10 µm por 5 a 7,5 µm.
El chaga es un hongo Basidiomycota perteneciente a la clase Agaricomycetes, orden Hymenochaetales, familia Hymenochaetaceae. Originalmente estaba ubicado entre los hongos poliporales, pero recientemente fue reubicado con base en estudios morfológicos y moleculares.
El género Inonotus fue erigido por P. Karst en 1879 para agrupar hongos poliporales que poseían hábito pileado y basidiosporas pigmentadas. Este género fue posteriormente enmendado para incluir los hongos de contexto marrón, pues era una característica presente en la especie seleccionada como tipo del género (Inonotus cuticularis).
Nuevas modificaciones a lo largo del tiempo ampliaron el concepto del género y permitieron añadir caracteres variables como hábito del basidiocarpo, forma y color de las basidiosporas, entre otros.
Estudios sistemáticos recientes, empleando datos de biología molecular en conjunto con caracteres morfológicos tradicionales, revelaron que Inonotus era un grupo polifilético o heterogéneo de hongos con distintos grados de proximidad entre ellos, por lo cual el taxón fue fraccionado en cinco géneros, incluyendo a Inonotus en sentido estricto.
Por su parte, el nombre específico del chaga fue propuesto originalmente como Boletus obliquus por el botánico sueco Erich Acharius y publicado por el micólogo surafricano Christiaan Hendrik Persoon en 1801.
La especie fue posteriormente reubicada en diversos géneros, incluyendo por ejemplo a Polyburus,Physisporus, Poria, y Fomes, entre otros. Pilát, en 1942, fue quien colocó a la especie dentro del género Inonotus.
Las basidiosporas que alcanzan heridas en un árbol (ramas rotas, por ejemplo), germinan en el interior de estas y se extenderán por el duramen durante varios años e incluso durante varias décadas, descomponiendo la lignina y en menor medida la celulosa, causando una podredumbre blanca.
Luego de aproximadamente cuatro años de la infección, el micelio del hongo fractura la corteza del hospedero y se originan unas excrecencias duras, de superficie agrietada y coloración negra que puede alcanzar hasta 1,5 m de largo y 15 cm de grosor y pueden llegar a pesar hasta 5 kg.
Estas estructuras pueden producir esporas asexuales (clamidosporas) que ayudan en la propagación de la enfermedad. En un mismo lugar pueden aparecer hasta 3 excrecencias o chagas.
El hongo continúa invadiendo los tejidos del hospedero y debilitándolo hasta causarle la muerte. La reproducción sexual del hongo se iniciará solo cuando el árbol esté moribundo o totalmente muerto, los cuerpos fructíferos comienzan a producirse debajo de la corteza e inicialmente son una masa micelial blanquecina.
A medida que los cuerpos fructíferos se desarrollan, ejercen presión sobre la corteza, la cual termina por romperse y los basidiocarpos entran en contacto con el exterior, es en ese momento cuando inican la formación de basidiosporas.
Los cuerpos fructíferos emergen en verano y son invertidos o resupinados, duros y quebradizos cuando están secos, y pueden desprenderse fácilmente del hospedero. Los basidios del himenio son tetraspóricos y efímeros pues son consumidos rápidamente por insectos que ayudan en la dispersión de las basidiosporas.
El chaga está compuesto principalmente de carbohidratos, conformando más del 70% del peso seco del mismo. A su vez, enttre los carbohidratos, el principal componente es la lignina (32,6%). Su contenido de proteína es bajo 2,4%, pero también contiene sustancias importantes como la glicina, el ácido aspártico, el ácido glutámico y otras nueve vitaminas.
Contiene lanosterol, einotodiol, ergosterol, fungisterol, ácido trametenólico y otros terpenos, cuyas cantidades dependen de las condiciones ambientales y de la localidad donde se desarrolle el hongo.
Otros bioactivos de interés farmacológico que han sido aislados del chaga incluyen los ácidos agarícico, siríngico y vanillico, así como la betulina, un compuesto fácilmente transformable en ácido betulínico el cual presenta mayor bioactividad.
El cultivo de Inonotus obliquus se realiza principalmente como un cultivo micelial in vitro para la obtención de bioactivos producidos por el hongo, como por ejemplo la betulina. En estos cultivos, generalmente se prueban distintas sustancias que optimicen la producción de tales bioactivos.
Por ejemplo la adición de MgSO4 al medio de cultivo potencia la producción de betulina, mientras que la glucosa, peptona y el cloruro de calcio afectan significativamente la producción de triterpenoides por parte de Inonotus obliquus.
El chaga es un adaptógeno, es decir un elemento que suministra al cuerpo diversos nutrientes que le ayudan a adaptarse a condiciones de estrés. Entre los efectos que tiene la ingesta de Inonotus obliquus o extractos del hongo se encuentran:
Los polisacáridos presentes en los hongos tienen actividad biológica inhibidora del crecimiento tumoral, así como también poseen capacidad inmunomoduladora. El chaga es empleado en la medicina tradicional para prevenir el cáncer y su efecto es superior si se consume en las fases tempranas de desarrollo de las enfermedades tumorales.
El hongo es de uso frecuente en la medicina tradicional de Rusia, Polonia y Bielorrusia, y los estudios han demostrado que en las regiones donde su uso está extendido, la incidencia de cáncer es menor que en otras zonas donde no se consume. Incluso en Rusia está científicamente reconocido su uso para el tratamiento de cáncer gástrico y pulmonar.
Los triterpenos, endopolisacáridos y esteroles sintetizados por Inonotus obliquus han demostrado tener efectos antimicrobianos, moduladores de crecimiento celular, especialmente de linfocitos B y macrófagos, inductores de apoptosis o antitumorales entre otros, no solo en estudios in vitro, sino también in vivo.
Los polifenoles, polisacáridos y esteroides presentes en el chaga poseen capacidad antioxidante. Los investigadores han demostrado tales efectos en cultivos in vitro de células de ratones y de seres humanos, así como in vivo en ratones de laboratorio. La melanina que también posee el chaga, protege la piel contra los efectos de los rayos ultravioleta.
Ensayos con ratones han mostrado la capacidad de Inonotus obliquus de bajar la concentración de azúcar en la sangre. También reduce la resistencia a la insulina. Estos estudios han mostrado que el chaga puede disminuir en más de un 30% los niveles de azúcar presente en la sangre, ayudando a prevenir o controlar la diabetes.
Los investigadores han encontrado resultados similares en estudios sobre los efectos del hongo en la concentración de colesterol en la sangre de ratones. Extractos de Inonotus obliquus suministrados a ratones, disminuyeron la concentración de colesterol “malo” y triglicéridos.
Los científicos, sin embargo, no han comprobado aun estos efectos en seres humanos.
Extractos de Inonotus obliquus han mostrado otros efectos, entre ellos, actividad analgésica, antiinflamatoria, antihipertensiva, inhibitoria sobre las proteasas del virus VIH-1, protectora contra las gripes humanas A y B, entre otras.
Particularmente, la betulina y el ácido betulínico sintetizados por Inonotus obliquus presentan actividad antitumoral, antiviral, antibacteriana, antiinflamatoria y antimalárica.
Los científicos aún no han demostrado los posibles efectos que pudiesen existir sobre el feto y el lactante. Debido a ello no es recomendable que las mujeres embarazadas o amamantando utilicen productos derivados de Inonotus obliquus ni que consuman directamente el hongo.
El chaga podría interactuar con medicamentos para controlar la glicemia o con la insulina, por lo cual tampoco se recomienda su aplicación en estos casos. El efecto anticoagulante del chaga podría interactuar con medicamentos similares. Asimismo el efecto potenciador del sistema inmune podría perjudicar a personas con enfermedades autoinmunes.
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