Botánica

Peyote: características, hábitat, cuidados, usos


El peyote (Lophophora williamsii) es una especie de cactus perteneciente a la familia Cactaceae, que contiene el alcaloide denominado mescalina. Se trata de un pequeño cactus esférico de color verde-grisáceo con una gran raíz cónica, carente de espinas. Sus areolas están cubiertas por una pelusa blanquecina.

Es una planta endémica del noreste de México y la región suroccidental de Texas. Se localiza principalmente en el desierto de Chihuahua y en los estados de Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Querétaro, Tamaulipas y Zacatecas.

Es una planta conocida por sus alcaloides psicoactivos. Entre ellos se encuentra la mescalina, la sustancia responsable principalmente de sus efectos psicodélicos. De hecho, la corona seca contiene la mayor concentración de mescalina, estructura que se mastica y humedece para obtener el efecto alucinógeno.

El peyote tiene una amplia tradición ancestral por su uso medicinal y ritual en las ceremonias de los nativos mesoamericanos. Además, su aplicación se encuentra extendida como enteógeno por sus propiedades psicotrópicas, siendo empleado para la psicoterapia y la meditación.

A pesar de que el peyote no es considera una droga, es un delito federal extraerlo o transportarlo fuera de su lugar de origen. Esta especie se encuentra en peligro de extinción, y solo los nativos huicholes están autorizados para cultivarlo, trasportarlo y consumirlo.

Índice del artículo

Historia

La especie Lophophora williamsii, conocida en Mesoamérica como peyote (del náhuatl peyotl), es un cactus natural de México y el suroeste de Texas. Desde la antigüedad ha desempeñado un papel primordial en la cultura y religión de los nativos de América Central.

Se han encontrado evidencias de que el peyote era utilizado en las ceremonias religiosas por los mexicas y huicholes en México. Así mismo, era una planta venerada por la espiritualidad tradicional de los indios navajos al suroeste de los EE.UU.

Las imágenes arqueológicas preservadas de las culturas mesoamericanas muestran que el peyote era empleado en ceremonias religiosas hace 3.000 años. Su forma de uso tradicional y ceremonial por los grupos prehispánicos americanos se ha basado en sus propiedades medicinales, terapéuticas y alucinógenas.

Después de la conquista española, la primera referencia al peyote la realizó el misionero franciscano Bernardino de Sahagún en el siglo XVI. En sus escritos señala que los chichimecas descubrieron y emplearon el peyote de forma ceremonial por sus efectos alucinógenos.

A mediados del siglo XIX, el uso del peyote como planta medicinal y terapéutica se extendió a lo largo de los estados del sur norteamericano. Siendo promovido por el renacimiento de una nueva espiritualidad nativa, usado como “medicina” para sanar el alcoholismo y las denominadas enfermedades sociales.

En la actualidad, el peyote es sagrado para diversos pueblos indígenas mexicanos, como los huicholes y los tarahumaras. Los huicholes practican y conservan sus ceremonias ancestrales, es una cultura particular que se considera no colonizada por los hispanos.

Para los huicholes el uso del peyote es común entre sus habitantes, tanto de forma medicinal como ceremonial. En México, esta planta se comercializa de forma artesanal como analgésico y antibacteriano, así como para sanar infecciones, problemas cardiacos y para el tratamiento de la neurastenia.

Características generales

Morfología

Lophophora williamsii es un cactus de forma globular y aplastado en el centro, de 2-12 cm de diámetro por 3-5 cm de altura. El cuerpo del cactus se encuentra dividido en 5-13 gajos o costillas ligeramente marcadas, de color verde-azulado o verde-grisáceo. La raíz es gruesa y en forma de cono.

Esta especie se caracteriza por la ausencia de espinas, siendo sustituidas por una pelusa de lana blanquecina en la parte superior de las areolas. El peyote es una planta de lento crecimiento que tarda más de diez años en florecer, presentando flores pequeñas de color blanco, rosáceas o amarillentas.

Taxonomía

– Reino: Plantae.

– División: Magnoliophyta.

– Clase: Magnoliopsida.

– Orden: Caryophyllales.

– Familia: Cactaceae.

– Subfamilia: Cactoideae.

– Tribu: Cacteae.

– Género: Lophophora.

– Especie: Lophophora williamsii (Lem. ex Salm-Dyck) J.M.Coult. 1894.

Etimología

La palabra peyote proviene de náhuatl peyotl, que significa sedoso o capullo, haciendo alusión a la pelusa que crece sobre el cactus. Sin embargo, el origen azteca del término peyote tiene como significado “estimulación” o “disturbio”.

El nombre del género Lophophora deriva de los términos griegos λόφος = lophos (penacho o cresta) y Φόρους = phoros (que lleva). Esto hace alousión a que la planta no posee espinas, sino areolas pilosas en apariencia de penachos o crestas.

Fitoquímica

En su composición el peyote posee diversos alcaloides (6%), siendo el principal compuesto activo la mescalina (3,4,5-trimetoxi-β-feniletilamina), una sustancia con propiedades alucinógenas y psicoactivas. Además, contiene analonidina, analaninina, hordenina, lopoporina, n-acetil mescalina, n-metil mescalina, o-metilalonidina, peyotina y tiramina.

Hábitat y distribución

La especie Lophophora williamsii es una cactácea endémica del desierto chihuahuense, desde Querétaro hasta el norte Chihuahua y Coahuila. Su distribución abarca los estados de Coahuila, Chihuahua, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí, Querétaro, Tamaulipas y Zacatecas en México, y el sur de Texas en los EE.UU.

El peyote se localiza sobre suelos calizos en matorrales xerófilos y desérticos. Siendo habitual en matorrales espinosos, donde se ha asociado efectivamente con el objeto de evitar la presencia de depredadores.

Generalmente se ubica a niveles altitudinales entre los 100 y 1.500 msnm, siendo particular su presencia en el desierto de Chihuahua a 1.900 msnm. Asimismo, se ubica en zonas de clima templado característico del estado de Tamaulipas.

Cuidados

El peyote es un cactus que crece y se desarrolla en climas cálidos, a plena exposición solar, altas temperaturas y ambientes secos. No tolera las heladas o temperaturas inferiores a los 3º C, las altas precipitaciones ni los suelos compactos que tiendan a acumular agua o anegarse.

Como cultivo ornamental el peyote se siembra sobre un sustrato bien drenado, elaborando por una mezcla a partes iguales de arena, turba y hojas descompuestas. El trasplante se realiza a partir del corte o esqueje de la corona con suficientes raíces durante la primavera, procurando regar solo cuando el sustrato se encuentre seco.

Esta especie es muy resistente a la sequía y escasez de agua, por lo que se recomienda disminuir el riego a mediados del otoño y durante el invierno. De hecho, no requiere abonado o fertilización especial, ni podas de formación o mantenimiento.

Es una planta rústica y muy resistente, poco afectada por plagas y enfermedades si se mantienen las condiciones de humedad controladas. De hecho, se puede sembrar en jardines o roquedales, siempre que las condiciones ambientales sean adecuadas.

Son especies de lento crecimiento, pero de fácil cultivo que se pueden sembrar en macetas profundas debido a su gran raíz cónica o napiforme. Además, se propagan a partir de semillas, por separación de hijuelos o esquejes de la corona y raíz.

En macetas, los pequeños cactus pueden ser afectados por hongos del suelo que causan pudriciones de la raíz. En este caso, se puede desarraigar la planta, aplicar un fungicida y espaciar los riegos para evitar el encharcamiento.

La raíz del peyote carece de mescalina, pero es un excelente medio de propagación de la planta. Al momento de cosechar el cactus, se realiza un corte a nivel del cuello, procurando dejar suficiente tejido vegetal que favorezca la proliferación de brotes o nuevas coronas.

Plagas y enfermedades

El peyote es una planta rustica que en su hábitat natural tiene poca incidencia de plagas y enfermedades. Como ornamental, cultivada en macetas en ambientes extremadamente secos es atacada por la cochinilla algodonosa (Planococcus sp.), siendo esta fácilmente controlada por medios físicos.

En condiciones de alta humedad ambiental o exceso de riego puede ocurrir el ataque de hongos fitopatógenos del género Phytophthora, que ocasionan pudriciones radiculares.

A los primeros síntomas de ablandamiento se procede a cortar la corona por la parte sana y se rocía con fungicida sistémico. Este nuevo esqueje se deja secar por unos días y se procede a plantar sobre un sustrato con alto contenido de arena.

Usos

Desde tiempos ancestrales el peyote ha sido utilizado por las culturas mesoamericanas con fines medicinales y rituales. En efecto, las crónicas de Indias describen cómo los nativos idolatraban las plantas de peyote con ofrendas de incienso, tabaco y maíz.

Sus aplicaciones medicinales son variadas. Consumido fresco o seco es un calmante efectivo contra el estreñimiento. Macerado en alcohol es un poderoso tónico de acción analgésica, siendo usado para combatir dolores reumáticos, magulladuras, contusiones, e incluso la artritis.

Como medicina tradicional se ha usado ampliamente por las comunidades indígenas para el tratamiento del cáncer, diabetes, hipertensión y neumonía. Igualmente, también se ha usado como analgésico para calmar dolores de parto, aliviar los dolores estomacales, para aumentar la líbido y curar la influenza.

En el tratamiento de enfermedades psicológicas el peyote es administrado bajo prescripción facultativa con muy buenos resultados. Es un poderoso antibacteriano, que tiene la propiedad de destruir cepas resistentes a la penicilina. Así mismo es un efectivo antiofídico contra el veneno de alacranes o víboras.

Sin embargo, su uso por las comunidades del pueblo huicholes (Jalisco, Nayarit y Zacatecas) en sus ceremonias religiosas es el más extendido. Los nativos de esta etnia practican cada año una peregrinación ancestral al desierto Wirikuta en Real de Catorce para la recolección ritual del peyote.

Este ritual es precedido por un chamán o mara’akame, encargado de preparar las plantas, relatar historias, y presidir la iniciación de nuevos chamanes y matrimonios. En estas ceremonias es preciso realizar ritos de purificación antes de consumir el peyote o espíritu de hikuri, como ayuno, baños rituales y confesiones.

Cada participante ingiere un promedio de tres a diez botones, experimentando los primeros efectos psicoactivos a los 40 minutos, que se prolongan por más de 10 horas. Los síntomas van acompañados de vómitos –purga-, hipertermia, dilatación de las pupilas e incremento de potencia física.

Consumo

Generalmente el peyote se consume de forma directa -fresco o seco-, masticando la pulpa del cactus. De esta forma la mescalina penetra el cuerpo a través de las mucosas bucales, siendo esta una forma poco agradable por su sabor amargo.

Debido a ello, es común acompañar la ingesta del peyote con jugo de piña, para reducir en cierta forma su sabor amargo, pero sigue siendo desagradable. Una forma cómoda de ingerir el peyote es a través de cápsulas rellenas con peyote seco y molido.

Se recomienda no consumir alimentos seis horas antes de ingerir el peyote, ya que se pueden sentir náuseas y mareos al momento en que el alucinógeno hace efecto. Esta sensación de náuseas se reduce consumiendo algún antiemético como el jengibre o aspirando cannabis.

Con el peyote se puede elaborar un cocimiento o té mezclado con otras hierbas, como la Brugmansia suaveolens -floripondio- o Coleus blumei -coleos, cretona-. De hecho, esta bebida es consumida por los chamanes al momento de entrar en éxtasis al realizar los rituales religiosos.

La ingesta se realiza de forma pausada, prolongando su consumo por una hora o más, para evitar una reacción violenta en el organismo. La dosis de mescalina por cada cactus de peyote depende de la edad, tamaño y condiciones ambientales.

A mayor edad y tamaño se incrementa el contenido de mescalina en cada cactus. Se requieren de 6-15 cactus de 2 gr para suplir una dosis medio de 120-300 mg de mescalina.

Al respecto, una dosis media de mescalina es de 100 mg, pero para un viaje más intenso se precisan 350 mg. Su potencia tiene un amplio rango de variabilidad. En general, la experiencia alucinógena puede durar entre 6-12 horas, dependiendo de la dosis, fortaleza o sensibilidad del organismo.

Efectos en el organismo

El peyote contiene sustancias alucinógenas que ocasionan en el organismo efectos similares a los ocasionados por el LSD (dietilamida de ácido lisérgico). En efecto, es una sustancia psicodélica, que similar a la lisérgida o ácido no es adictiva, ya que no produce un comportamiento compulsivo.

Su consumo es relativamente seguro, siempre y cuando se respeten las dosificaciones recomendadas. No obstante, muchas veces resulta difícil determinar la dosis adecuada, por lo que se recomienda ir consumiendo el peyote en partes, siempre acompañado de una persona que no esté tomándolo.

La cantidad de mescalina en cada cactus es variable, y depende del tamaño, edad y condiciones del medio ambiente. Al respecto, una media aproximada de 25-30 gr de peyote seco contienen 250-300 mg de mescalina, siendo la dosis recomendada de 100-150 mg.

Efectos psicológicos

Los efectos psicológicos que experimenta una persona al consumir el peyote dependen de la dosis, así como del estado físico y anímico del paciente. Entre otras cosas, la ingesta del hongo psicotrópico, aún en dosis bajas, puede ocasionar alteraciones en el sistema sensorial.

Así, la persona experimenta una despersonalización total, alucinaciones auditivas, gustativas y visuales, deterioro de la percepción temporal y desaparición de la conciencia individual. En algunas ocasiones, la persona padece el denominado “mal viaje”, que puede llevar a sufrir todo tipo de experiencias desagradables e incluso a poner en riesgo la vida del individuo.

La experiencia que percibe cada individuo está relacionada con su estado anímico personal, la vida en general y con la naturaleza. El consumo del peyote permite la curación de heridas psíquicas, traumas de la infancia y favorece la mejoría del estrés postraumático.

Efectos físicos

El peyote posee diversos metabolitos que actúan como antiinflamatorios, antibióticos y analgésicos, que permiten sanar eficazmente cicatrices, golpes y contusiones. Así mismo, aplicaciones tópicas del macerado del cactus se emplean en el tratamiento de la artritis y dolores reumáticos.

Las cremas, pomadas o ungüentos del peyote mezclados con marihuana son efectivas para sanar problemas de la piel, como el acné. Las aplicaciones tópicas, así como las infusiones o té permiten aliviar dolores musculares, óseos y articulares.

Efectos en el Sistema Nervioso Central

Los efectos que causa el peyote en el sistema nervioso central destacan a partir de los 30 minutos posteriores a su consumo. Estos efectos se alargan por más de 12 horas, ocasionando alteraciones sensoriales, particularmente en el sentido de la vista.

Los efectos se caracterizan por la visión de formas geométricas entrelazadas, con infinidad de trazos y puntos, con luces intermitentes y vivos colores. Al mismo tiempo, ocurren alteraciones cognitivas, siendo las experiencias místicas, alucinaciones, relajación y la paz interior, los principales efectos.

Contraindicaciones

El peyote presenta un sabor amargo y tiene efectos eméticos, por lo que induce el vómito y las náuseas antes de promover los efectos psicoactivos. Al producirse las alucinaciones, el individuo percibe el incremento de la temperatura corporal, se acelera el ritmo cardiaco y aumenta la transpiración.

La presencia de diversos metabolitos psicoactivos ocasiona diferentes alucinaciones, que en muchos casos ocasionan efectos secundarios como las náuseas, vomito y dolor de cabeza. Igualmente puede producir ansiedad, paranoia, palpitaciones, sudoración, salivación, temblores, visión borrosa y perdida de la coordinación sensorial y motora.

El consumo del peyote en dosis altas puede ser tan peligroso como el estramonio (Datura stramonium), que es una planta psicoactiva. Así mismo, como la belladona (Atropa belladonna), contiene alto contenido de alcaloides tóxicos por sus propiedades anticolinérgicas.

Por otro lado, la actividad psicotrópica del peyote puede ocasionar trastornos psíquicos en personas con alteraciones psicológicas o mentales. Su uso ritual no ha reportado alteraciones cognitivas a largo plazo, pero sin embargo, se ha observado que algunas personas sufren episodios psicóticos después de consumirlo.

El consumo del peyote no es recomendable en personas con trastornos de hipertensión o hipotensión. En este caso, esto se debe a la capacidad de la mescalina de alterar los valores de la presión arterial.

Además, no es remedable el uso del peyote por mujeres embarazadas o que se encuentren en proceso de lactancia, ya que la mescalina es una sustancia alucinógena que puede ocasionar malformaciones congénitas, afectando al feto a través de la placenta o al lactante a través de la leche materna.

Interacciones con otras sustancias

Los metabolitos presentes en el peyote son químicamente similares a los alcaloides dopamina, noradrenalina y serotonina, derivados de la neuroamina. Estos derivados de las neuroaminas son neurotransmisores del sistema nervioso central que actúan cuando se produce una intoxicación por alcohol.

Por esta razón se recomienda evitar el consumo de alcohol cuando se ingiere el cactus del peyote. De igual manera, el principio bioactivo de la planta puede alterar las funciones de cualquier medicamento que se ingiera para controlar la presión arterial; su consumo está restringido en estos pacientes.

La ingesta del peyote está condicionada cuando se mantiene un tratamiento a base de inmunomoduladores o reguladores del sistema inmune. De hecho, el peyote estimula los leucocitos y linfocitos, lo que puede ocasionar un efecto acumulativo.

Medicamentos neurolépticos de efecto antipsicótico como la clorpromazina afectan a la disposición de mescalina, dañando el hígado y el cerebro de la madre o el niño. Por eso, el consumo del peyote está limitado en personas que consumen el medicamento fenotiazina empleado para el tratamiento de trastornos mentales.

Por último, el peyote incrementa la somnolencia que ocasionan algún tipo de medicamentos neurológicos. Sus propiedades psicotrópicas pueden ocasionar efectos acumulativos con otros medicamentos, por lo que se recomienda restringir su uso en pacientes mentales.

Interacciones con otras plantas 

Los efectos psicoactivos del peyote en combinación con otras hierbas o sustancias alucinógenas pueden ocasionar efectos acumulativos. Al respecto, se recomienda moderación en personas con alteraciones psíquicas o mentales.

Las personas que ingieren algún tipo de hierba para regular la presión arterial o controlar trastornos cardiacos deben limitar el consumo de peyote. De hecho, el peyote actúa sobre el sistema cardiaco y la presión sanguínea, ocasionando un efecto antagónico con algunos medicamentos.

En algunos casos, los efectos secundarios del peyote son aceptables si la persona logra una experiencia alucinógena positiva. Sin embargo es preciso determinar la dosis exacta de mescalina que se quiere consumir, ya que una sobredosis puede incrementar la frecuencia cardiaca, e incluso provocar un paro cardiaco.

Legalidad

En primer lugar, se debe ser consciente de la acción que se va a realizar al momento de decidir consumir el peyote. El peyote es una planta de lento crecimiento, que actualmente se encuentra en peligro de extinción; y su consumo es ilegal en muchos países.

Hoy día su uso está autorizado solo para algunas tribus nativas el sur de los EE.UU. y en algunos estados de México. Sin embargo, esta planta puede ser utilizada de manera ornamental sin restricciones.

A nivel internacional, la Convención sobre Sustancias Psicotrópicas de las Naciones Unidas establece en su artículo 32º la legalidad del consumo de ciertas sustancias tradicionales. Esta resolución actualmente se aplica solamente para algunos compuestos químicos, estando el peyote y otras plantas alucinógenas fuera de esta resolución.

En México, el gobierno ha otorgado permisos especiales a las comunidades huicholes con el objeto de regular su consumo en sus ceremonias ancestrales. Asimismo, han establecido convenios internacionales con el objeto de preservar las costumbres y tradiciones de los nativos mesoamericanos.

En la actualidad existe una Ley Estatal que reconoce al peyote como una planta sagrada empleada por las comunidades indígenas. En esta Ley para el Desarrollo de las Comunidades y Pueblos Indígenas se limita el cultivo, transporte y uso del peyote.

En los EE.UU. las Leyes Federales aprueban el uso del peyote solo a los miembros de la Native American Church. En efecto, para los afiliados a la Iglesia Nativa Americana su consumo no se encuentra condicionado y es legal.

En Canadá la mescalina es considerada una sustancia de uso controlado, y se encuentra bajo restricción por el estatuto federal de sustancias y drogas. No obstante, el peyote como cactus ornamental se encuentra exento de estas restricciones.

Referencias

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