Habilidades sociales

Cómo ser más sociable y amigable: 15 tips efectivos


Aprender a ser sociable es importante para la vida personal y profesional: el ser humano es un ser social y necesita relacionarse para sobrevivir y tener éxito en la vida. En nuestra vida diaria, la comunicación que establecemos con otras personas puede ser eficaz, productiva y llegar a su objetivo de manera satisfactoria o, por el contrario, puede dar lugar a confusión y ser ineficaz.

Hay muchas personas que son muy hábiles socialmente, que son sociables de manera natural, parece que no les cuesta nada relacionarse, comunicarse o hacer amigos. Lejos de lo que se cree, las habilidades sociales se aprenden. Está en tu mano llevar acciones a cabo que te ayuden a ser más sociable y a saber crear y mantener mayores relaciones sociales.

La sociabilidad, según la Real Academia de la Lengua Española, se puede definir como la cualidad de sociable, es decir, aquel que está naturalmente inclinado al trato y la relación con las personas.

Es importante saber tejer relaciones sociales. Las relaciones sociales con otras personas son importantes, somos seres sociales y para sobrevivir es importante saber relacionarnos y ser capaces de entender a las personas que tenemos a nuestro alrededor.

Cuando decimos que una persona es sociable es porque es capaz de interactuar y relacionarse con otras personas eficazmente. Realiza actividades con ellas, sabe moverse en ambientes donde hay mucha gente, tiene muchos amigos, sabe conocer gente nueva…

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¿Qué ventajas tiene ser más sociable?

Cada vez resulta más importante ser sociable y adaptarse al medio en el que vivimos. Las personas que tienen una buena red social o que intercambian conocimientos, emociones y experiencias con otras personas están más preparadas para afrontar dificultades.

Ahora somos más sociales que nunca y está en nuestra mano poder desarrollar y aprender mejor nuestro aprendizaje social.

Ser más sociable nos permite conocer más gente nueva, vivir más experiencia, conocer a fondo a la gente que tenemos a nuestro alrededor, compartir intereses con otras personas y por tanto alcanzar mayor bienestar.

La sociabilidad o las habilidades sociales son conductas que se aprenden y es desde la infancia desde donde se pueden impulsar.

Las personas sociables suelen comunicarse mejor, caen mejor a la gente y tienen más amigos, se abren a los demás para dejarse conocer, juzgan menos, son respetuosos y alegres.

Como ya hemos comentado, somos seres sociales y necesitamos a los otros para alcanzar muchas cosas en la vida y para ser más felices: en muchas ocasiones trabajamos en equipo, vivimos con otras personas, nos enriquecemos cuando conocemos gente, aprendemos de otras personas…

Además, el hecho de ser sociable también nos ayuda con nosotros mismos. Aprendemos quiénes somos también a partir de la manera en la que los otros nos ven. Nuestra autoestima depende también de las experiencias que tenemos con los demás, por ejemplo.

Ser sociable aporta beneficios como:

– Mayor bienestar

– Mayor autoestima

– Mayor apoyo y por tanto un buen soporte ante el estrés y las dificultades

– Emociones positivas

– Mayor conocimiento de uno mismo

– Vivir más experiencias

– Incremento de la calidad de vida

– Nos sentimos queridos, parte de un grupo, valorados

– Nos ayudan a conseguir objetivos

– Crear vínculos y mantenerlos en el tiempo

15 consejos para ser más sociable

La actitud positiva es muy importante

El optimismo y la actitud positiva ante la vida ha sido cada vez más estudiada.

En las últimas décadas se ha relacionado el optimismo con muchas variables psicológicas y de la salud, como que tienen menos estrés, enferman menos o afrontan de mejor manera los problemas diarios.

Una de las características de los optimistas es que buscan más apoyo social, y por tanto, se relacionan mejor con otras personas, además de que resuelven mejor los conflictos sociales.

El sentido del humor forma parte de la actitud positiva hacia la vida. Es importante que seas una persona alegre, optimista y con buen humor.

El sentido del humor te ayudará a confiar más en ti mismo y a conectar con los demás en las relaciones sociales.

Conócete bien y confía en ti mismo

Es importante, de cara a ser más sociable, tener una buena imagen de uno mismo y confiar en las propias capacidades. Es cierto que todos nosotros solemos representarnos ante nosotros mismos y ante los demás una versión algo más “mejorada” de nosotros mismos.

Seligman, por ejemplo, un autor importante dentro de la psicología, ya indicaba que la valoración que hacemos de nosotros mismos suele ser más positiva que la que hacen otras personas.

Y esto tiene una función de adaptación, porque a través de las expectativas nos puede motivar para alcanzar metas. Sin embargo, si no somos del todo conscientes, también podría llevarnos a algunos problemas.

Dejando todo ello a un lado, es importante conocerse. Dentro de la inteligencia emocional, por ejemplo, una de las competencias necesarias es el autoconocimiento.

La inteligencia emocional puede ayudarnos también a ser más eficaces socialmente y a ser más sociables, en tanto que incluye conductas que implican conocernos bien y conocer a los demás, saber reconocer y expresar emociones propias y ajenas, entre otras cosas.

Para ser más sociable, es importante la autoconciencia y también la aceptación hacia uno mismo, de lo contrario, no podrás atender a tus necesidades y mostrarte como alguien genuino y capaz en las relaciones con otras personas.

Muéstrate amable y disponible hacia los demás

Ser amable y estar abierta a hacer favores a los demás (dentro de lo posible) es una buena manera de lograr un contacto mejor con las personas que conocemos o iniciarlo con personas que conocemos menos.

Cuando te muestres amable y disponible hacia los demás, también te sentirás más satisfecha y los demás lo estarán contigo.

Por ejemplo, sonreír es una buena manera de mostrarse amable. Ser educado, a través de fórmulas como dar las gracias o pedir las cosas por favor, también.

Cuando sonríes la gente se crea una imagen positiva de tu persona y tiene más interés en conocerte. La sonrisa incita a la otra persona a sonreír.

Saludar a otras personas, por ejemplo, también es un gesto sencillo que puede incentivar las relaciones.

Si haces críticas, que sean constructivas

Las críticas o las personas que critican y cotillean pueden tener efectos negativos en las relaciones sociales.

Sin embargo, en algunas ocasiones hacer críticas puede ser beneficioso. Lo importante es saber cómo hacerlas. Mediante las críticas podemos mejorar una relación con otra persona, corregir alguna cosa que nos molesta, lograr una meta…

Sin embargo, si no lo hacemos de la manera adecuada, puede generar conflictos con nuestro interlocutor. Puede interpretarla mal y vivirse como un ataque.

Para ello, fíjate no solo en el contenido de lo que dices, para lo que puedes utilizar técnicas como por ejemplo del emparedado (que te explico a continuación), sino también la manera en la que lo haces: el tono, los gestos, tu expresión facial…

La técnica del emparedado o sándwich implica introducir un comentario crítico que queremos transmitir entre dos comentarios positivos. Así, le dices a la persona alguna cosa que hace bien, continuas con aquello que podría mejorar y terminas resaltando algún otro aspecto positivo.

Es importante que seas honesto y sincero con la otra persona y saber cuál es el objetivo de la crítica, pregúntale, escucha a la persona.

No le ataques, no acuses a la otra persona, ni utilices el sarcasmo. Ofrece soluciones a aquello que propones y no seas ambiguo. Lo importante es que seas claro y concreto.

Preocúpate por los demás y sé empático

Para ser más sociable y conseguir más relaciones es imprescindible que la otra persona sienta que le comprendes, es decir, que te preocupas por él y que eres empático.

La empatía es la capacidad de comprender a la otra persona y de percibir de manera correcta lo que experimenta. Además, debes comunicárselo de manera verbal y no verbal en el mensaje que le transmites.

Es considerada una de las habilidades interpersonales más importantes para conseguir buenas relaciones con los demás.

Atiende a tu lenguaje corporal

El lenguaje corporal propio también es muy importante para lograr relaciones sociales eficaces. Por ejemplo, el hecho de mirar a los ojos. Cuando tengas conversaciones con otras personas debes mirarles a los ojos con el tiempo necesario para establecer un buen contacto.

El hecho de apartar la mirada suele generar desconfianza en el interlocutor, por lo que es importante que evites hacerlo.

Atiende también al volumen de tu voz, no bajes el volumen, dado que puede parecer que te sientes intimidado y puede parecer que eres una persona tímida o insegura. Tampoco es adecuado un tono excesivamente alto que puede ser molesto y agresivo.

Atiende también a la entonación, porque a través de ella puedes comunicar a la otra persona que estás interesada en él y en la comunicación que estáis teniendo. Si tienes una entonación pobre, la persona puede sentirse aburrida y desconectar pronto.

También debes atender a los silencios, muletillas, repeticiones… en ocasiones esto surge cuando la persona tiene ansiedad ante la relación social. Es importante que seas tú mismo y que logres vencer la ansiedad para poder relacionarte mejor con otras personas.

La postura y los gestos también dan información. Mantén la distancia física apropiada y no te excedas con el afecto físico dado que hay personas a quienes podría incomodarle.

Sin embargo, es importante que leas el mensaje no verbal de tu interlocutor para adaptarte a él en cierto modo.

Inicia conversaciones

Uno de los factores que pueden explicar un comportamiento social inadecuado es el hecho de que el sujeto no esté interesado en iniciar o mantener interacciones sociales con otras personas.

Si quieres ser más sociable, debes preocuparte por iniciar y mantener correctamente conversaciones con los demás.

Si no sabes de que hablar, puedes comenzar comentando aspectos neutros, de la situación o del entorno o incluso del tiempo. Es mejor que hagas preguntas abiertas y fáciles de responder, para ir progresivamente haciendo preguntas más íntimas o personales.

Propón nuevas actividades en tu grupo de amigos

Una buena manera de conocer más gente y ser más sociable es proponer nuevas actividades en tu grupo de amigos.

Muchas veces tendemos a cerrarnos en las personas que ya conocemos y acabamos realizando el mismo tipo de actividades o yendo a los mismos sitios.

Una buena alternativa es proponer a tu grupo de amigos actividades nuevas, que no hayáis hecho antes y donde tengáis la oportunidad como grupo de interaccionar y conocer a otros grupos de amigos.

Haz actividades para conocer gente nueva

También de manera individual puedes hacer actividades para conocer gente nueva. En la rutina diaria, acabamos haciendo siempre cosas similares y con el paso del tiempo, cada vez nos cuesta más conocer gente nueva.

En las etapas tempranas de la vida la gente suele indicar que es más fácil hacer amigos, pero que conforme nos hacemos mayores, los grupos suelen estar más restringidos y es más difícil conocer gente nueva.

Sin embargo, esto es cierto solo en parte. Hay muchas actividades que puedes realizar para conocer gente nueva, solo tienes que abrirte un poco más a nuevas oportunidades.

Por ejemplo, apuntarte a asociaciones u organizaciones de intereses similares a los tuyos (fotografía, manualidades, ciclismo o actividades deportivas en general, voluntariado…).

Puedes apuntarte a grupos de idiomas que quedan para practicar y es una buena manera de conocer gente. Cuando asistas a eventos donde hay gente que no conozcas, no te quedes siempre cerca de las personas conocidas y lánzate a conocer gente.

Sé asertivo

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La asertividad también es un tema importante en lo que se refiere a las habilidades sociales y a lograr ser más hábil socialmente.

El hecho de que la persona no esté segura de los derechos que tiene o de lo que piensa, o cree que no debe responder, por ejemplo, pueden llevar a las personas a dificultar sus relaciones con otros.

Ser asertivo implica actuar teniendo en cuenta los propios derechos, opiniones y necesidades, movilizándose según los propios intereses pero al mismo tiempo tener en cuenta a los demás.

Para ser más sociable es importante que desarrolles y trabajes tu asertividad. Dentro de los estilos asertivos tenemos tres: el pasivo, el asertivo y el agresivo.

Que seas asertivo implica que te tengas en cuenta, que sepas defender tus derechos y no te dejes manipular, pero también que no manipules a los demás.

Capta las señales verbales y no verbales de tus interlocutores

Al igual que en un apartado anterior hacíamos referencia al mensaje no verbal que transmites a tu interlocutor, debes también estar atento a sus señales, tanto verbales como no verbales.

La persona tiene una entonación, unos gestos, etc., que debes saber leer para poder adaptarte.

Por ejemplo, en el rostro es donde más puedes manifestar como se siente la persona. Puedes fijarte en los ojos, en la boca, en las cejas. Las emociones básicas, por ejemplo, nos dan información a través del rostro.

Fíjate en lo que dice, en cómo lo dice, en si es congruente lo que dice verbalmente con las señales no verbales, y todo ello puede darte mucha información.

Da información sobre ti mismo a los demás

Muchas personas con baja autoestima, de manera equivocada, consideran que a los demás no les importan las cosas que les pasan o sus gustos, experiencias u opiniones.

Por este motivo, son personas que se comunican menos con los demás, escuchan más pero hablan menos. Consideran que esta es una vía adecuada para no molestar a los demás. Pero esto es ineficaz para establecer relaciones sociales.

Para crear nuevas relaciones sociales es importante que te intereses por la otra persona, pero también que muestres una parte de ti. A las personas nos gusta la reciprocidad.

Por ello, quédate con datos de lo que le gusta o hace la otra persona y pregúntale, pero aprovecha para contar también lo que te gusta a ti, lo que te interesa, etc.

No pretendas valorar si estás actuando bien o mal: “el rol del espectador”

Uno de los factores que explica el comportamiento social inadaptado de las personas o que pueden dificultar a la persona el hecho de tener una conducta hábil socialmente es la valoración que hace la persona de su actuación.

Algunas veces, los sujetos están pendientes de valorar cómo actúan y lo hacen de manera negativa, a través de autoverbalizaciones negativas, o temiendo en otros casos las consecuencias de su actuación.

Es importante que no juzgues la interacción conforme sucede, porque esto incrementará tu ansiedad y las posibilidades de que te bloquees. Es más importante que te centres en los demás consejos y que seas tú mismo.

Descubre los intereses de tus interlocutores y muéstrate interesado por ellos

Es importante que te intereses y conozcas a tus interlocutores, sus gustos, sus preferencias, lo que hacen, etc.

De este modo, te será más fácil iniciar y mantener conversaciones. Para ello, haz preguntas sobre la otra persona y cuando te comience a contar cosas, continúa la conversación interesándote por ello.

Presta atención a lo que dice, escucha mirando a los ojos, haciendo señales de que captas lo que te dice y después, en turno, muestra una parte de información sobre ti.

En cualquier caso, no seas entrometido ni hagas preguntas incómodas. Y si una persona prefiere no hablar, es mejor que no insistas.

Aprender a escuchar

Saber escuchar a las personas es un factor importante para ser más sociable y conseguir tener más éxito en las relaciones con los demás.

Si escuchas a los demás serás capaz de entender a la otra persona, de comprenderla, de saber acerca de sus gustos e intereses, preocuparte por ella y tener temas de conversación para iniciar.

Escuchar es un proceso psicológico que parte de la audición pero no debemos confundirlo. Escuchar implica tener en cuenta otras variables como la atención a la otra persona, la observación y el interés hacia ella.

La escucha activa es atender con gran atención la importancia de los mensajes verbales y no verbales de nuestro interlocutor.

Si escuchas a la otra persona, ésta lo captará y se sentirá más dispuesta a entablar conversaciones, a conocerte y a relacionarse más contigo.

¿Y tú, qué haces para ser más sociable?

Referencias

  1. Castanyer, O. La asertividad, expresión de una sana autoestima.
  2. Del Prette, A., Del Prette, Z., Mendes, M. C. (1999). Habilidades sociales en la formación profesional del psicólogo: análisis de un programa de intervención. Psicología Conductual, 7(1), 27-47.
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  7. Roca, E. Cómo mejorar tus habilidades sociales.
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