Botánica

Durazno: características, hábitat, beneficios, cuidados


El durazno o melocotón (Prunus persica), es una especie frutal de clima templado perteneciente a la familia Rosáceae. Su nombre especifico (persica) sitúa su origen en la antigua Persia, aún cuando su variabilidad genética confirma su origen en China.

Esta especie es un árbol caducifolio encorvado y muy ramificado con tallos que alcanza los 8 m de altura. De hojas lanceoladas, alternas y bordes dentados, tiene abundantes flores axilares de tonalidades rosáceas o blancas.

Su fruto, el mundialmente conocido melocotón o durazno, es una drupa carnosa de agradable sabor y aroma. En las variedades comerciales suelen ser grandes, jugosos y fragantes, pero en las variedades ornamentales son pequeños y compactos.

Su área de cultivo se encuentra restringida por las condiciones ambientales, requiriendo ambientes con temperaturas particulares. Demanda bajas temperaturas, pero no tolera las heladas, y en verano requiere altas temperaturas que favorezca la maduración de los frutos.

En la actualidad, el durazno es la especie frutal con el mayor número de cultivares y variedades comercializadas a nivel mundial. Estas son procedentes en su mayoría de programas de mejoramiento y selección genética realizados en los EE.UU.

Al respecto, la producción comercial de durazno ocupa el tercer puesto a nivel global, precedida por la de manzanas y peras. En los últimos años su producción se ha duplicado debido al uso de patrones y variedades mejor adaptadas a climas intertropicales, procedentes de América y Europa.

Índice del artículo

Origen

La especie Prunus persica es originaria de la China, donde se han descubierto evidencias de su cultivo desde hace más de 4.000 años. Desde China, el duraznero fue introducido en Persia por la ruta de la Seda, y de allí paso a Grecia alrededor del año 400-300 a. C.

Durante los siglos I y II d. C. el cultivo se extendió a través del imperio Romano, y posteriormente a España. En el siglo XVI fue introducido por portugueses y españoles en América del Sur, México, Florida y toda Norteamérica.

La propagación por semillas fue el principal medio de multiplicación en Europa y los EE.UU. durante el siglo XIX, así como en Sudamérica y Centroamérica a mediados del siglo XX. Siendo este el principal motivo de la gran variedad de cultivares adaptados a diversas condiciones agroecológicas.

En su lugar de origen (China, Taiwán y Tailandia), la gran expansión de cultivares permitió la creación de germoplasmas adaptados a climas intertropicales. Estas han sido las variedades introducidos a mediados de los años 70 en la Florida, Sudamérica, norte de África y sur de Europa.

China es el mayor productor y reservorio de germoplasmas nativos de duraznos y melocotones a nivel mundial. Las provincias Beijing, Nanjing y Zhengzhou son los lugares donde se ubican el mayor número de variedades y patrones silvestres.

Características generales

Morfología

El duraznero es una especie arbórea caducifolia que puede alcanzar los 6-8 m de altura. Posee hojas lanceoladas, elípticas u oblongas, ligeramente acuminadas, de textura glabra y dientes glandulíferos, así como estípulas denticuladas.

Las flores provistas de numerosas brácteas se disponen en pares o en solitario. Se caracterizan por los pétalos dentados en los extremos, de fuerte color rosado, sépalos rectos y enteros, con ovarios glabros o pubescentes.

El fruto es una drupa globular de 4-8 cm de diámetro cubierto por un mesocarpio carnoso amarillo y aromático, de piel aterciopelada y comestible. Dentro de la fruta se localiza la semilla protegido pon un endocarpio óseo fuertemente acanalado de color pardo.

Taxonomía

– Reino: Plantae.

– División: Magnoliophyta.

– Clase: Magnoliopsida.

– Orden: Rosales.

– Familia: Rosaceae.

– Subfamilia: Amygdaloideae.

– Tribu: Amygdaleae.

– Género: Prunus.

– Especie: Prunus pérsica (L.) Stokes, 1812 non Batsch, 1801.

Hábitat y distribución

El duraznero es un árbol adaptada a ecosistemas de clima templado originalmente habilitado para suelos profundos y sueltos. No obstante, en la actualidad se cultiva sobre una amplia gama de suelos, incluidos algunos arcillosos y pesados, así como suelos arenosos y áridos.

Es un árbol que tiene una vida útil o de producción efectiva de 8-10 años. Generalmente las plantaciones son renovadas y sustituidas por cultivares nuevos adaptados a las condiciones locales de cada plantación.

El duraznero es tolerante a las heladas y requiere fríos invernales para su óptimo desarrollo, condiciones que muchas veces no se obtienen en climas subtropicales. Sin embargo, en la actualidad se han desarrollado variedades y cultivares con bajos requerimientos de frío.

Durante el verano la planta necesita temperaturas entre 20-25º C que favorezcan el desarrollo de nuevos brotes. De esta forma se incrementa el crecimiento de la planta, la floración y maduración de los frutos.

Su cultivo se distribuye a través de Europa Meridional, en España, Francia, Italia y Grecia, incluso Turquía e Israel. Igualmente se localiza en Sudamérica y Norteamérica, el norte de África (Marruecos) y Asia, incluido su lugar de origen en China.

Beneficios para la salud

Aspectos nutritivos

El fruto del duraznero presenta un alto porcentaje de fibras y carotenoides, asociado a su alto contenido de agua (85%). Es ideal para mantener regímenes alimenticios y dietas de adelgazamiento, por su bajo nivel calórico y alto contenido de carbohidratos.

El durazno posee vitaminas A, B1, B2, B6 y C, y los minerales azufre, calcio, cloro, cobre, fosforo, hierro, magnesio, manganeso y potasio. Además de b-caroneto y antioxidantes naturales como el ácido cítrico, ácido nicotínico, ácido málico y ácido pantoténico.

Los nutricionistas recomiendan el consumo de duraznos frescos para reforzar los tejidos óseos y musculares, así como el sistema nervioso en jóvenes y niños. Además, esta fruta tiene propiedades digestivas y laxantes, regulando el tránsito intestinal y aliviando el estreñimiento.

Aspectos medicinales

En el plano medicinal, el melocotón es una fruta recomendada para mejorar la visión, dar resistencia al pelo y uñas, sanar las mucosas y fortalecer huesos y dientes. Es aconsejada para combatir el estrés y aliviar inflamaciones en articulaciones o gota.

Por otro lado, existen evidencias científicas que garantizan el beneficio del durazno sobre el sistema nervioso, previniendo trastornos cardiovasculares y degenerativos. De igual forma contribuye con la regulación del sistema inmunológico, controlando los niveles de glucosa en la sangre y el colesterol.

Su consumo frecuente protege las paredes intestinales evitando la formación de úlceras, ya que regula el efecto nocivo de los radicales libres. Gracias a su alto contenido de carotenoides, vitamina C y selenio, el durazno es considerado un excelente antioxidante.

Desde el punto de vista digestivo el durazno es un alimento liviano que favorece la función digestiva del hígado. En este sentido, contribuye con la producción de bilis, facilitando igualmente la absorción y descomposición de grasas.

El melocotón es un fruto colerético, ya que activa la producción de la bilis durante la función hepática, contribuyendo a mejorar la insuficiencia biliar. Por otra parte, el zumo de durazno posee propiedades ácidas y diuréticas, siendo empleado para disolver cálculos biliares y renales.

De igual forma, el melocotón tiene propiedades laxantes, por lo que resulta efectivo para aliviar el estreñimiento. En general, el fruto del duraznero es considerado como uno de los principales alimentos esenciales para mantenerse saludable.

Usos

De la planta del duraznero se aprovechan tanto las hojas, la corteza y las flores, como los frutos y las semillas. En efecto, las infusiones de hojas, corteza y flores son recomendadas para expulsar parásitos intestinales, aliviar dolores de pecho y calmar el estreñimiento.

Al durazno se le atribuyen diversas propiedades medicinales como diurético, laxante, astringente y sedante. En la medicina tradicional el cocimiento de las hojas es empleado como remedio casero para combatir sarpullidos o eczemas en la piel, y las hemorroides.

Así mismo, es empleado para combatir los síntomas de la malaria. No obstante, se debe tener cuidado con las semillas, ya que contienen glucósidos cianogénicos de efecto tóxico que pueden resultar nocivos para la salud.

El durazno es una fruta muy apetecida para su consumo fresco y como materia prima para la elaboración de conservas, néctares y zumos. Por otro lado, es empleado para la elaboración de tortas y postres, como en la destilación de licores y aguardientes de durazno.

Las flores del duraznero son empleadas como aderezos para ensaladas y guarniciones. Además, los melocotones en almíbar enlatado constituyen uno de los postres más solicitados en los supermercados.

El fruto del durazno es un alimento muy digestible, con grandes aportes de vitaminas, minerales y fibras dietéticas. De hecho, la mayor concentración de nutrientes se localiza en la piel, por lo que se recomienda lavarlo y comerlo directamente sin pelar.

Cuidados

Siembra

La plantación comercial del duraznero requiere plena exposición solar y suficiente espaciamiento que garantice una buena aireación, con el objeto de permitir la circulación de aire frío durante las noches y que el cultivo se mantenga fresco durante el verano.

La mejor estación para establecer el cultivo es a principios de invierno. Así, en este lapso las raíces tienen tiempo para fijarse para nutrir los brotes que se producen en primavera.

Fertilización

Obtener una óptima producción en un cultivo de duraznos requiere altas dosis de fertilizante, principalmente de abonos nitrogenados durante la etapa de floración. El manejo agronómico del cultivo demanda aplicaciones frecuentes de abonos químicos con alto contenido de nitrógeno, fósforo y potasio.

Asimismo, es conveniente realizar un aporte complementario de abono orgánico a base de estiércol de bovino compostado al finalizar cada cosecha. En cultivos con riego localizado o por goteo, la fertilización se puede realizar por fertirrigación fraccionada durante los meses de primavera y verano.

En el caso de realizar la plantación en secano asociado a un riego por inundación, es conveniente realizar dos o tres fertilizaciones. Al respecto, se realiza una durante primavera y dos durante el verano, siendo recomendable aplicar 80-140 U.F. de N, 50-60 U.F. de P y 100-140 U.F. de K.

Tipos de riego

El duraznero requiere riego continuo, el cual debe incrementarse de 15 a 30 días antes de la cosecha. El riego por goteo es la mejor forma de trabajar con este cultivo: las frutas de mejor aroma y sabor se obtienen de campos con riego permanente.

Las tuberías del sistema del riego por goteo se distribuyen en el terreno a lo largo del cultivo, manteniendo una separación de 80-120 cm. La cantidad de agua varía de acuerdo al tipo de suelo y las condiciones ambientales, siendo frecuente un caudal de 2-3 m3/Ha con una presión de 1-1,5 atm.

En suelos sueltos y secos, el riego constante asegura la uniformidad, productividad y calidad de los frutos. Siendo los requerimientos anuales de agua de 2.500-4.000 m3/Ha durante el periodo vegetativo.

En caso de usar riego por inundación, surcos o manta, la profundidad efectiva de riego es de 80 cm de profundidad. El volumen de agua para este método oscila de 10.000-12.000 m3/Ha, fundamentalmente para obtener un calibre comercial del fruto en cultivares tardíos.

El riego por aspersión es utilizado de acuerdo al tipo de terreno, siendo adecuado en aquellas zonas con altas temperaturas durante el verano. De hecho, este tipo de riego favorece el crecimiento y desarrollo del sistema radical, aunque en ocasiones incrementa la incidencia de patógenos.

Podas

La planta del duraznero requiere una poda de formación para favorecer el crecimiento, así como potenciar la floración y la producción de frutos. Existen dos tipos de poda de formación: en vaso o en palmeta. Ambas requieren bastante mano de obra y tienden a retrasar el inicio de la producción.

Otros sistemas empleados en plantaciones de densidades medias y altas, son las podas en palmeta libre, ypsilon y fusseto. La palmeta simple representa un menor costo de producción, incrementa la producción inicial y es necesaria la poda en verde.

La poda ypsilon incrementa la precocidad del cultivo y la producción inicial del mismo, siendo indispensable la poda en verde. El sistema fusseto se emplea en altas densidades, es muy productivo, y requiere bajo mantenimiento, pero es difícil de controlar a largo plazo.

Le tendencia en el cultivo de durazno es emplear patrones enanizantes de cerezo o ciruelo. Esto tiene el objeto de obtener plantas vigorosas, de alta producción y de estructura foliar manejable.

Las podas de regeneración se realizan cuando la planta ha sufrido daños mecánicos o existe incidencia de plagas o enfermedades. Al respecto, se eliminan 60-75% de ramas y follaje, siendo necesario aplicar posteriormente macro y micronutriente que promuevan nuevos brotes.

Cosecha

No es recomendable dejar todos los frutos sobre el árbol de durazno, ya que serán de menor tamaño y calidad, carentes de aroma y sabor. Para evitar esta situación, se realiza una practica agronómica denominada “raleo” o “aclareo” que consiste en eliminar determinados frutos de la planta.

Así, con el raleo se seleccionan aquellos frutos cuajados menores de 3 cm de diámetro que presenten menos vigor o síntomas de debilidad. En algunas plantaciones el raleo se realiza en época de floración, eliminando flores muy agrupadas en sustitución de los frutos cuajados.

Con esta práctica, a mayor número de frutos cuajados o flores eliminadas, se obtendrán frutos de mayor tamaño, aroma y sabor. Al aplicar este método es primordial mantener el riego en condiciones secas para fomentar el crecimiento del fruto.

Plagas y enfermedades

Plagas

Anarsia (Anarsia lineatella Zell.)

La larva de este lepidóptero es la causante del daño en hojas y yemas, minando los brotes tiernos y causando su marchitamiento. Además, provoca la deformación de las yemas recién formadas, y a menudo causa deterioro en los frutos.

Araña roja (Pamonychus ulmi Koch.)

Las picadoras en las hojas causadas por esta plaga producen manchas de color ocre, ocasionando la deformación de los foliolos y tejidos vegetales. El control se realiza con pesticidas químicos con el objeto de eliminar huevos y adultos de la especie.

Polilla oriental del melocotonero (Cydia molesta Busck)

La larva de esta pequeña mariposa de color gris pardo, es un gusano de 10 mm de longitud y de color rosa-amarillento. Es considerada una plaga nociva para el durazno, ya que lesiona las yemas y los frutos tiernos.

Pulgones

Los principales pulgones que afectan el durazno son el Myzus persicae (pulgón verde del durazno), Hyalopterus pruni (pulgón algodonoso del durazno) y Brachycaudus persicae (pulgón negro del durazno). La mayoría de las lesiones de estos insectos afectan a yemas, brotes, hojas, flores y frutos.

Enfermedades

Abolladura (Taphrina deformans (Berk), Tul.)

Los síntomas se presentan en hojas, las cuales toman un aspecto abollado o aplastado, generalmente a lo largo de las nerviaciones. A medida que el ataque se incrementa las abolladuras se expanden por la superficie de la hoja tomando una coloración rojiza.

El daño puede ocasionar la deformación de brotes y yemas, el aborto de las flores y que los frutos no cuajen. El control se realiza mediante la aplicación de producto a base de cobre.

Moniliosis (Monilia laxa y Monilia fructigena)

Los síntomas suelen aparecen en hojas, brotes, flores y frutos, ocasionando chancros o exudaciones cancerosas que ocasionan la muerte de los tejidos. Los daños se manifiestan cuando las condiciones ambientales presentan una alta humedad relativa.

En los frutos se desarrolla un micelio pardo sobre el que se desarrollan granulaciones de tonos grisáceos. El control se realiza eliminado las fuentes de contaminación, control de insectos vectores de la enfermedad, regulación de la humedad ambiental y controles químicos de mantenimiento.

Oidio (Sphaerotecha pannosa (Wallr.) Lév.)

El ataque se manifiesta como un polvillo de color blanco y compacto que cubre el área foliar a nivel de vivero o en plantaciones frágiles. Posteriormente los brotes tienden a deformarse y secarse, ocurre defoliación prematura y los frutos se agrietan longitudinalmente.

Las altas temperatura, la humedad ambiental y la escasa ventilación son condiciones adecuadas para el desarrollo de esta enfermedad. El mejor control es el manejo del cultivo, eliminado brotes enfermos, aclarando frutos afectados, regulando el riego y usando patrones resistentes.

Referencias

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