Clima polar: ubicación, características, tipos, fauna, flora
El clima polar es el más frío de todo el planeta. Se le llama la zona del frío eterno dado que tiene un invierno que se extiende durante nueve meses y un verano que escasamente supera los 0 °C. Es un ambiente gélido y se encuentra clasificado dentro de los climas fríos.
Sus elementos principales determinan sus características rigurosas y hostiles. Estos componentes están supeditados por factores del clima y por la forma e inclinación de la Tierra, que modifican o subordinan la incidencia de los rayos solares sobre su superficie.
En el círculo polar la noche más larga es de 24 horas y puede llegar a durar 6 meses en el polo debido a la incidencia de los rayos solares, que caen de forma oblicua sobre la superficie.
Este fenómeno se debe a la inclinación del axis de la Tierra que ubica su polo norte lejos de la línea ecuatorial, lo que hace que los rayos solares pierdan casi toda su energía térmica al intentar atravesar la espesura de la atmósfera.
Aun así, la permanente incidencia de los rayos eventualmente favorece el crecimiento de una vegetación muy particular que se adapta al medio.
La nieve forma capas compactas de hielo debido a que el frío intenso dura largos períodos. La temperatura oscila entre -93 °C y 0 °C, según la clasificación de Köppen.
Las regiones polares presentan características y procedencias diferentes. La zona ártica o boreal es una masa de hielo que flota y que, gracias a las bajas temperaturas, no se derrite. Por su parte, la región sur o austral es también de temperaturas sumamente bajas, pero antiguamente contó con la presencia de fauna y flora abundantes.
Índice del artículo
El clima polar se ubica en el polo norte (Ártico) y en el polo sur (Antártida). El clima polar glaciar impera en zonas permanentemente recubiertas de hielo, como el continente antártico y el centro-norte de Groenlandia.
Incluye territorios noruegos, rusos, canadienses y daneses. Algunas de las zonas específicas que se encuentran en esta región son la Isla de Edge, la Isla de los Osos y la Tierra del Nordeste, todas ubicadas en Noruega.
En territorio ruso se encuentran las Islas de Nueva Siberia, las Islas de la Soledad, la Isla de Komsomol y la Isla de Bolcheviquee, entre otras.
Es uno de los continentes más grandes y elevados del mundo, el cuarto para ser exactos. Está ubicado a unos 2000 metros sobre el nivel del mar aproximadamente.
Se encuentra en el polo sur del planeta. Se eleva desde los 60° de latitud sur y abarca archipiélagos e islas, así como el océano glaciar antártico.
Otras representaciones del clima polar están en algunas zonas de relieve montañoso como el Himalaya, las montañas de Alaska o la cordillera de los Andes. Estas presentan unas características muy parecidas a las de las regiones polares, por lo que se las suele incluir dentro de este tipo de clima.
La baja incidencia de los rayos solares se debe a la inclinación del eje axial del planeta, ocasionando temperaturas por debajo de 0 °C hasta menos de -98 °C en los lugares más helados.
Debido al fenómeno del albedo, los rayos son reflejados rápidamente y no tienen tiempo de calentar la superficie.
Debido a la falta de humedad y a las bajas temperaturas, las precipitaciones son casi nulas. En la mayoría de los casos se presentan en forma de copos de nieve, que cubren la superficie formando gruesas capas de hielo.
El viento sopla de manera continua y horizontal con mucha intensidad. Esto se genera debido a la presión atmosférica y a las bajas temperaturas; los vientos pueden alcanzar hasta 97 km/h.
La luz del día experimenta marcadas variaciones: el verano tiene 24 horas continuas de luz (el sol de medianoche) y hay 24 horas de oscuridad en invierno.
En regiones con clima polar se encuentran los icebergs, grandes témpanos de hielo que emergen por encima de la superficie del mar y que se han desprendido de los glaciares.
Las condiciones inhóspitas de este clima plantea la imposibilidad de que puedan desarrollarse variadas y profusas formas de vida animal o vegetal.
Debido a que la parte interna de los suelos está congelada permanentemente, no es posible adaptar estas superficies a condiciones mínimas para el cultivo.
Como consecuencia de las escasas precipitaciones, no se presentan acumulaciones de agua que propicien la humedad necesaria que pudiera favorecer los ciclos vitales de las especies.
Según los extremos o polos del planeta Tierra, el clima polar se clasifica en ártico y antártico. También puede existir un tipo de clima de tundra y de casquete.
Este clima presenta temperaturas que en invierno pueden llegar a -68 °C, aunque el promedio en esta temporada es de -45 °C. Los vientos tienen a ser de leve velocidad, aunque bastante fríos.
Dentro de esta categoría destacan dos subtipos: clima ártico continental y clima ártico marítimo. El continental tiene la particularidad de ser bastante seco y se ubica en zonas alejadas de las costas.
Por su parte, el clima ártico marítimo puede encontrarse cerca del océano Ártico. En invierno puede llegar a llover hasta 120 centímetros anualmente, y en verano es posible encontrar temperaturas que rondan los 10 °C.
Este clima se encuentra en la Antártida, el continente más frío del planeta. En esta región también se encuentran varios subtipos climáticos: marítimo, continental y de la península antártica.
En la zona continental se presentan los climas más fríos y ventosos; en cambio, cerca de las costas las temperaturas aumentan un poco y hay mayor presencia de lluvias.
Por último, el clima de la península antártica es un poco más húmedo y cálido; durante verano es posible experimentar temperaturas que superan los 0 °C.
El clima polar de tundra se produce en los meses menos gélidos del año y sus temperaturas oscilan entre 0 y 10 °C. Las áreas geográficas con este tipo de clima se dan con mayor frecuencia en la Siberia occidental, en Noruega y en Rusia.
El clima de casquete polar es más frecuente durante todo el año y presenta temperaturas medias por debajo de 0 °C. Los lugares más representativos con este clima son Groenlandia y el estrecho de Mcmurdo en la Antártida.
Los ecosistemas de cada polo tienen características diferentes que repercuten en la vida animal que habita en cada uno. Mientras que el polo norte es un océano rodeado de islas y continentes, el polo sur es un espacio rodeado por aguas oceánicas, lo que le hace ser más frío que el norte.
Con respecto a la fauna, pocas especies se desarrollan o acuden a estas zonas esporádicamente.
El oso blanco es uno de los habitantes más asiduos del Polo Norte debido a que se ha adaptado a los desafíos climáticos de la región polar. Es una especie única de fuertes patas que le permiten recorrer grandes distancias; además, es un predador que consume especialmente focas.
Las grandes migraciones huyendo del frío y la oscuridad son un fenómeno impresionante en esta región. Bandadas enormes de gansos, patos, gaviotas y araos viajan miles de kilómetros hacia el Ártico. Por el contrario, otros animales como los charranes viajan hacia la Antártida en vísperas del verano austral.
El zorro ártico es uno de los principales predadores visitantes. Tiene orejas pequeñas, una cola muy peluda y su pelo blanco lo camufla dentro de la nieve. Come aves y pequeños mamíferos.
En el sur los lobos y pingüinos emperador son especies representativas de este lugar, así como la foca leopardo y las comadrejas.
Las especies marinas que habitan los océanos Ártico y Antártico son sujetos de profundas y constantes investigaciones dada su diversidad y variedad, a pesar de las características particulares de estas aguas. Además de focas, morsas y peces, el agua que rodea la región tiene grandes cantidades de plancton que atrae a las ballenas.
Extrañas criaturas marinas viven y llaman la atención de investigadores. Estos han descrito curiosas formas de vida en las gélidas aguas polares, que inclusive pueden atravesar el planeta de un extremo a otro a través de aguas de diversas temperaturas, y aun así sobrevivir.
En ambos océanos polares pueden apreciarse algunas especies como el Clione limacina (caracol sin caparazón), el crustáceo cazador de medusas (Mimonectes sphaericus), el gusano el forma de flecha (Heterokrohnia involucrum) y otras formas de vida u organismos unicelulares como el Diphyes dispar.
La fauna en general ha tenido que desarrollar cualidades para adaptarse; ejemplo de ello son los densos pelajes, la acumulación de grasa subcutánea y las fuertes patas.
Aquellas especies menos favorecidas (como los roedores) se protegen de las rigurosas condiciones del clima construyendo refugios y túneles en el subsuelo; también hay otros seres que prefieren migrar.
El corto verano en la tundra aloja a los insectos y a algunos mamíferos procedentes del bosque boreal, como el reno, la ardilla, el lobo y el alce, entre otros. Así mismo, es frecuente la migración de aves como ocas, verderones y patos.
Existe gran cantidad de fauna marina, ya que la abundante proliferación de krill y plancton las atrae. También hay variedad de peces y moluscos, así como enormes mamíferos como los ocelotes y los leones marinos.
La flora de las regiones polares tiene la peculiaridad de ser muy pequeña. Esto se debe a que la intensidad de los vientos arrastra todo aquello que no esté lo suficientemente cerca del suelo.
Aun siendo pequeño es difícil sobrevivir en este espacio, ya que el frío perenne en el subsuelo apenas permite que crezcan algunas colonias de musgos, líquenes, algas y matorrales durante el corto periodo estival.
Pocas flores se pueden encontrar en la península; tal es el caso del pasto tussok y algunos clavelillos. El pasto poa fue plantado por el hombre en lugares sin hielo, ya que hay una ausencia total de árboles.
Las extensas regiones glaciares, que son desiertas, blancas y frías, no cuentan con las condiciones necesarias para que la vida prospere.
Es posible hallar vegetación solo en la tundra, un hábitat resistente a las extremas condiciones climáticas de estas latitudes. En esta región proliferan plantas de poco tamaño muy sencillas: musgos, algas, líquenes y ericáceas cubren los suelos.
En cambio, en los valles y lugares con menos viento se forman bosques de sauces, abedules, juncos, hierba de algodón y brezo.
Las plantas de los Alpes del Polo Norte se desarrollan sobre un relieve de montaña formando alfombras, matorrales y otras forma con una apariencia de almohadilla, con raíces largas y hojas pilosas muy pequeñas. También se pueden ver grupos de racimos de plantas que crecen una al lado de la otra, con el objeto de protegerse entre sí.
Los riscos han sido lugares propicios para la supervivencia de esta vegetación, ya que son lugares a los que el hombre y los animales que pastan no tienen acceso. Además, allí encuentran un poco de humedad en las grietas y la incidencia de los rayos solares es menor.
Como parte de otro fenómeno adaptativo, algunas plantas se tornan blanquecinas o grises para reflejar los rayos solares y las radiaciones durante la noche.
Gran parte de las plantas de la tundra del Polo Norte se caracteriza por exhibir una pigmentación oscura en sus hojas; algunas son de color rojo oscuro.
El albedo —o el porcentaje de radiación que es reflejado luego de percibir la luz del Sol— es lo que le permite a esta vegetación realizar la fotosíntesis a pesar de las bajas temperaturas.
La forma de vida de los esquimales tiene características particulares. Se trata de comunidades que han debido adaptar su vestimenta, su transportación, su alimentación, la economía de la región y sus costumbres a las condiciones hostiles del clima polar.
En general, la cantidad poblacional en estas zonas no es grande. Existen pocos asentamientos humanos debido a las condiciones de vida que generan las temperaturas y el relieve de la zona. Entre las regiones con población más destacadas se encuentran Alaska, Noruega, Groenlandia y Rusia.
Suelen alimentarse de carnes y grasas animales de ballenas, morsas, peces y focas para protegerse del frío. Su consumo vegetal es menor, ya que no poseen muchas zonas de cultivos.
En cuanto a las formas de desplazamiento, anteriormente solían usar trineos construidos con huesos de animales, halados por fuertes perros huskies. Ahora se observan motos de nieve y otros vehículos con accesorios especiales que impiden el atascamiento en la nieve.
En el ámbito acuático, los pobladores de estos espacios utilizan pequeñas embarcaciones para pescar, como kayaks, umiaqs y botes a motor.
Actualmente la tecnología ha permitido que los buques puedan navegar por ambos polos, aun en condiciones de alto riesgo generadas por las características meteorológicas de la zona. Este tipo de transporte ha ido en aumento y se ha diversificado en los últimos años, y se espera que continúe siendo de esta forma.
La economía en esta región tiene su base en los recursos de cada zona. Destaca la explotación petrolífera, carbonífera, de oro y de hierro. Así mismo, se han desarrollado otros sectores como la pesca y el comercio de pieles de zorro y bisón.
Los inuit son los pobladores del polo Ártico. Tienen una cultura única que abarca desde la construcción de sus viviendas tipo igloo, hasta sus ceremonias en las que destacan los bailes, así como sus cuentos y mitos.
Su vestuario está hecho de pieles y pelaje de animales para mayor protección del frío. También usan botas altas y gruesas para poder desplazarse mejor.
A pesar de las distancias y lo inaccesible de las regiones polares, la aviación ha logrado acercar a estos pobladores y les ha permitido conectarse con las regiones y países adyacentes.
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