Psicología educativa

Modificación de conducta: historia, técnicas y aplicaciones


La modificación de conducta o modificación conductual se refiere a todas las técnicas que se utilizan para aumentar o disminuir la ocurrencia de un tipo particular de comportamiento o reacción. También se utiliza en otras áreas: los entrenadores de animales lo utilizan para desarrollar obediencia y enseñar “trucos” a sus mascotas y los terapeutas lo utilizan para promover comportamientos saludables en sus pacientes.

La modificación de conductas es incluso utilizada en nuestras relaciones con amigos y parejas, aunque sea de forma inconsciente. Las respuestas que proporcionamos a sus conductas les enseñan qué nos gusta y qué no.

Aunque modificar la conducta es algo que podemos hacer casi todos de manera informal y, a veces, inconsciente, en este artículo nos centraremos en la modificación de conducta en terapia psicológica.

Características de la modificación de la conducta

Como no es fácil delimitar el concepto de modificación de la conducta, veremos una lista de sus características básicas, incluyendo sus bases teóricas.

-Se basa en los principios teóricos de la psicología del aprendizaje y en los modelos derivados de la psicología científica para explicar, predecir y tratar la conducta.

-Las conductas, normales o anormales, se adquieren, mantienen y modifican por los principios del aprendizaje. De este modo, el comportamiento es, en gran parte, consecuencia del aprendizaje.

-Su objetivo es la modificación o la eliminación de comportamientos desadaptados o negativos, sustituyéndolos por otros más adaptados.

-La modificación de conducta pone el énfasis en el aquí y ahora, en los determinantes actuales del problema actual. Esto no quiere decir que se rechace la historia pasada; las causas de la conducta siempre son importantes para determinar cómo cambiarla. El objeto de actuación es la conducta problema actual.

-Se utiliza la metodología experimental en la evaluación de las conductas, el diseño del tratamiento y la valoración de los resultados.

-La modificación de conducta es activa: las tareas asignadas son cruciales para el cambio.

-Realizando el punto anterior se potencia la capacidad de autocontrol, llegando a convertirse el paciente en su propio terapeuta; ello implica enseñarle habilidades y recursos de afrontamiento.

-La modificación de conducta es individualizada: el tratamiento se adapta al sujeto y a sus circunstancias, encontrando el mejor para cada persona.

-La modificación de conducta es gradual, incrementándose progresivamente los recursos y habilidades de la persona.

Historia

Antecedentes (1938)

La modificación de la conducta se basa en el concepto del condicionamiento, que es una forma de aprendizaje. Lo que posteriormente será la modificación de conductas deriva de las leyes del condicionamiento clásico de Pavlov, la ley del efecto de Thorndike y las formulaciones de Watson sobre el conductismo.

Hay dos formas principales de condicionamiento: el clásico, basado en un estímulo o señal particular que provoca una acción; y el operante, que implica utilizar un sistema de recompensas y/o castigos para cambiar una conducta.

La modificación de conductas fue desarrollada a partir de estas teorías porque apoyaban la idea de que las conductas, de la misma forma en que se aprenden, también pueden desaprenderse. Como resultado, se desarrollaron muchas técnicas para provocar o disminuir la ocurrencia de conductas.

No obstante, estas aplicaciones esporádicas a la práctica parecieron reducirse o cesar alrededor de 1940. A partir de entonces se produjo un repliegue a los laboratorios y al desarrollo de teorías del aprendizaje más consistentes, para así derivar técnicas de intervención más eficaces.

Surgimiento y desarrollos iniciales (1938-1958)

En este período se desarrollaron las teorías neoconductistas del aprendizaje: Hull, Guthrie, Mowrer, Tolman y, sobre todo, Skinner, quien dice que la conducta debe ser explicable, predecible y controlable a partir de las relaciones funcionales con sus antecedentes y consecuentes ambientales, rechazando las explicaciones basadas en constructos internos.

La modificación de la conducta apareció como consecuencia de una serie de hechos: la insatisfacción con los resultados de los tratamientos tradicionales en psicología clínica; críticas a otros tipos de psicoterapias para tratar la neurosis…

Se comenzó a rechazar el rol del psicólogo clínico limitado solo al diagnóstico y empezó la demanda de ayuda profesional y procedimientos alternativos ante los efectos de la II Guerra Mundial, dado que los procedimientos tradicionales (ej. psicoanálisis) no servían.

Bajo estas condiciones, surgió la modificación de conducta en distintos puntos: Estados Unidos, Sudáfrica e Inglaterra.

Consolidación de la modificación de la conducta: fundamentación teórica (1958-1970)

Se trata de una etapa muy conductista, en la que se ponía mucho énfasis en los eventos y conductas observables. La intervención se dirigió a modificar las conductas desadaptativas y no se consideraba la posibilidad de que hubiera procesos mentales subyacentes a dichas conductas. Todos los trastornos se explicaban en términos de relaciones estímulo-respuesta.

El énfasis se centraba en la demostración objetiva de la eficacia del tratamiento: era necesario observar cambios verificables para comprobar que una terapia o un tratamiento habían sido eficaces. Los programas de tratamiento y los modelos explicativos de los trastornos eran simples y con pocas variables.

Por otro lado, las aportaciones teóricas derivan de autores procedentes del aprendizaje social: Bandura, Kanfer, Mischel, Staats. Todos ellos enfatizan la importancia de aspectos cognitivos, mediacionales en la explicación del comportamiento.

Expansión y fundamentación metodológica (1970-1990)

Se trata de una etapa mucho más práctica, aplicada, caracterizada por definiciones de la modificación de conductas ya más epistemológicas. Se separaron las aplicaciones de la fundamentación en la investigación y las teorías derivadas.

Comenzó el desarrollo de las técnicas cognitivas como la terapia racional-emotiva y la reestructuración cognitiva, así como las técnicas de autocontrol, modelado y feedback.

En esta etapa empezó a importar el entrenamiento en habilidades de autocontrol para una mayor generalización de lo aprendido en terapia y para dotar al paciente de recursos frente a los problemas.

Los tratamientos se hicieron más complejos, integrando diversas técnicas, y se aplicaron a patrones conductuales más globales y generalizados. Se enfatizó el papel de las relaciones terapeuta-cliente y las habilidades del terapeuta.

Variables como los estilos atribucionales, la autoeficacia y los repertorios básicos de conducta adquirieron más importancia en las terapias y las teorías relacionadas con la modificación de la conducta en esta época.

El campo de aplicación de la modificación de la conducta se vio ampliado, ya que no había limitaciones teóricas, a muchas áreas de la salud aparte de la salud mental y al ámbito educativo, laboral y comunitario. Las intervenciones se empezaron a aplicar en formato individual, grupal o comunitario.

Reconceptualización (1990-actualidad)

En esta etapa se ha intentado poner la teoría a la práctica con la elaboración de diversos modelos explicativos. El énfasis se ha centrado en la fundamentación teórica de las técnicas y en los modelos explicativos de los trastornos para guiar la evaluación y la intervención.

Se comienzan a utilizar los conocimientos de la psicología como ciencia, sobre todo de la psicología cognitiva experimental (investigaciones sobre percepción, atención, memoria, pensamiento, etc).

Se mantiene el énfasis en la evaluación de la eficacia de los procedimientos terapéuticos, ya que no tiene sentido estudiar los procesos subyacentes de las técnicas si no se demuestran eficaces.

Además de los conocimientos de la psicología cognitiva, se integran los conocimientos de otras disciplinas como la fisiología, neuropsicología y la farmacología.

Variables ambientales como el contexto adquieren más importancia, así como el autocontrol emocional.

Técnicas

El propósito de la modificación de conductas no es entender por qué o cómo comenzó una conducta particular, a pesar de que son datos relevantes. Esta área se centra en cambiar la conducta, para lo cual se utilizan diversas técnicas, entre las cuales se incluyen las que describiremos a continuación:

Refuerzo positivo

Esta técnica, basada en teorías conductistas, consiste en emparejar un estímulo positivo con una conducta específica. Un buen ejemplo de refuerzo positivo sería cuando los profesores recompensan a sus alumnos con pegatinas por obtener buenas notas.

El refuerzo positivo también se suele utilizar en el entrenamiento de perros. Recompensar la conducta de los animales con algo de comer es reforzar positivamente el comportamiento emitido.

Refuerzo negativo

Esta técnica es la contraria al refuerzo positivo. Consiste en emparejar la desaparición de un estímulo negativo o aversivo con un comportamiento concreto.

Un niño que se enrabieta cada vez que le ponen verdura de comer y finalmente consigue comer otra cosa es un buen ejemplo de refuerzo negativo. El niño está consiguiendo, mediante su rabieta, la desaparición del estímulo negativo que es la verdura.

Castigo

El castigo está diseñado para debilitar conductas emparejando un estímulo desagradable con una conducta. Recibir una multa por un exceso de velocidad es un buen ejemplo de castigo.

Inundación

Las técnicas de inundación (flooding) implican exponer a la persona a los objetos, estímulos o situaciones que les provoquen miedo, de forma intensa y rápida: por ejemplo, forzar a alguien con miedo a las serpientes a sostener una durante diez minutos.

Desensibilización sistemática

Se utiliza también para tratar fobias, e implica enseñar al individuo a permanecer tranquilo mientras se centra en su temor particular. Por ejemplo, alguien con miedo a los puentes podría empezar mirando una foto de un puente, después podría continuar pensando en permanecer sobre un puente y, finalmente, andaría sobre un puente de verdad.

Terapia aversiva

Consiste en emparejar un estímulo desagradable con una conducta indeseada para eliminar dicha conducta. Para dejar de morderse las uñas, por ejemplo, hay una sustancia que se aplica y hace que las uñas sepan mal. Pintarse las uñas con esta sustancia ayuda a eliminar la conducta de morderse las uñas.

Aplicaciones

La utilización de técnicas de modificación de la conducta puede parecer bastante obvia en niños y en animales, pero también se aplica en adultos, a niveles más complejos.

Trastornos mentales

Desde el punto de vista clínico, la modificación de conductas se aplica a prácticamente todos los trastornos o problemas clínicos del DSM-IV-TR y la CIE-10, y también a los problemas de relaciones interpersonales (dificultades de pareja, mediación familiar, violencia de género, etc.), en los que ha demostrado resultados satisfactorios.

Enfermedades físicas

Asimismo, se ha aplicado al ámbito de las enfermedades físicas, tanto en promoción de la salud, prevención y tratamiento, como en la mejora de los sistemas de asistencia y política sanitaria.

Recursos humanos

Otros ámbitos en los que se aplica son el área industrial y en los recursos humanos, con el fin de mejorar el rendimiento y la seguridad en el trabajo y para la prevención de riesgos laborales, o en la psicología del deporte para mejorar rendimiento. Además, se aplica a poblaciones específicas: ancianos, niños, discapacitados…

En definitiva, la modificación de conducta se aplica a personas de todas las edades, culturas, y con todo tipo de problemas psicológicos. Sus técnicas son eficaces para muchos problemas y grupos de personas para los que la psicoterapia tradicional no tenía respuesta.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que ciertas técnicas de modificación de conductas podrían no ser el tratamiento óptimo o más eficaz para algunos individuos.

Crítica a la modificación de conducta

Una de las críticas más extendidas sobre las teorías subyacentes a esta área es escéptica con la asunción de que la probabilidad de la conducta aumenta solo cuando es reforzada.

Esta premisa es contraria a la evidencia mostrada por las investigaciones de Albert Bandura en la Universidad de Stanford. Sus hallazgos indican que los comportamientos violentos son imitados, sin ser reforzados, en estudios conducidos con niños que han visto películas mostrando a varios individuos siendo violentos.

Bandura cree que la personalidad humana y el aprendizaje son el resultado de la interacción entre el ambiente, la conducta y los procesos psicológicos. Hay evidencia, sin embargo, de que la imitación es un tipo de conducta que puede ser aprendida como cualquier otra.

Se ha demostrado que los niños imitan comportamientos que nunca han emitido anteriormente o que nunca han sido recompensados, tras haber sido instruidos para imitar, en general.

Referencias

  1. What Is Behavior Modification? – Definition, Techniques & Examples – Video & Lesson Transcript | Study.com.
  2. Behavior Modification. Boundless.com
  3. Elizabeth Halper, P. & Elizabeth Halper, P. What Is Behavior Modification?. LIVESTRONG.COM.