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Manatí: características, hábitat, alimentación, comportamiento


El manatí (Trichechus) es un mamífero marino que forma parte de la familia Trichechidae. En dicha especie, las extremidades delanteras están transformadas en aletas y las posteriores se encuentran completamente ausentes. En sustitución de estas, tiene una cola plana, que utiliza para impulsarse en el nado.

Una de sus características más destacadas es su dentición. En primer lugar, esta especie no tiene incisivos ni caninos, únicamente dientes de las mejillas. Estos molares están adaptados para triturar el material vegetal altamente fibroso que consume.

Por otra parte, debido a que el manatí se alimenta de plantas abrasivas, sus molares se desgastan, por lo que son reemplazados de manera continua. Los nuevos dientes se forman en la parte posterior y van avanzando a medida que los otros se caen.

Las especies del género Trichechus tienen una reproducción estacional, con una larga duración del periodo de gestación, entre 12 y 14 meses. Esto contribuye al lento crecimiento de sus poblaciones, que se encuentran amenazadas de extinguirse.

En la reproducción, la disponibilidad de alimentos es un factor importante. Esto es debido a que dicha abundancia garantiza una reserva energética suficiente para el mantenimiento de la gestación y para la lactancia de la cría.

Índice del artículo

Evolución

El manatí es el único miembro vivo de la familia Trichechidae que se encuentra relacionada con la familia Dugongidae. Las dos familias integran el orden Sirenia, cuyos parientes más cercanos son los elefantes de la agrupación Proboscidea.

Sirenia está conformado por un grupo de mamíferos herbívoros marinos, que son completamente acuáticos. Según el registro fósil, este orden existió hace 50 millones de años, a principios del Eoceno y a finales de ese período ya se habían diversificado.

Uno de los sirenios más primitivo es el Prorastomus, que vivió en el Eoceno Medio, hace alrededor de 40 millones de años. Este, a diferencia de los sirenios actuales, era terrestre.

Tenía fuertes patas, una cola larga y medía alrededor de 150 centímetros. La característica de su dentadura indica que se alimentaba de plantas suaves.

Otro género extinto es el Pezosiren que habitó el planeta hace 50 millones de años atrás. Su estilo de vida era similar al del hipopótamo, representando un ejemplo de transición entre los mamíferos terrestres y los marinos.

Con relación a sus características del cráneo y a la estructura corporal, guardan una estrecha relación con los dugones y los manatíes. Sin embargo, tenían cuatro patas bien desarrolladas, adaptadas para caminar en el suelo.

Cuando finalizó el Eoceno apareció la familia Dugongidae, que tenía un cuerpo aerodinámico. Además, las patas delanteras eran en forma de aletas, sin extremidades posteriores, y con una aleta caudal.

Especies

La última de las familias sinerias en evolucionar es la Trichechidae, que posiblemente surgió de los primeros dugónguidos. Comparado con sus antepasados, el manatí antillano moderno ha tenido pocas variaciones.

En cuanto al manatí africano, también ha conservado su forma ancestral. Este pudo haberse dispersado desde Suramérica a África, a través de las corrientes transoceánicas. Los manatíes amazónicos podrían ser el producto de poblaciones aisladas en una cuenca interna de Suramérica.

Características

Visión

La visión de los sirenios ha sido poco estudiada. Sin embargo, algunos investigadores han demostrado que el manatí del Amazonas es capaz de realizar el seguimiento visual de los objetos subacuáticos.

Por otra parte, la especie caribeña tiene una visión dicromática, distinguiendo así los colores verdes y azules.

Respiración

Los manatíes suben hasta la superficie para respirar. Esto lo hacen exhalando muy fuerte cuando el animal sale del agua y su nariz emerge. En cada respiración, llenan sus pulmones aproximadamente con un 90% de aire, contrariamente al hombre que solo repone alrededor del 10%.

Así, pueden mantenerse sumergidos hasta 20 minutos. En estas inmersiones, los orificios nasales se sellan gracias a unos pliegues especiales. Aunque puedan mantenerse por largo tiempo debajo del agua, es común que se desplacen fuera del agua para respirar aproximadamente cada cinco minutos.

Termorregulación

Para regular la temperatura corporal, el organismo tiene adaptaciones especiales. Entre estas se encuentra el desvío de la circulación periférica, que se encuentra en contacto cercano con el agua. También posee una capa de tejido adiposo subcutáneo que reduce la pérdida de calor.

Vibrisas

El Trichechus tiene pelos táctiles sensibles, conocidos como vibrisas. Estos recubren su cara y el cuerpo. Cada pelo tiene una cápsula de tejido conectivo con innumerables terminaciones nerviosas, que le proporciona al animal información sobre el medio ambiente.

Generalmente, los animales que cuentan con estas estructuras sensoriales las tienen en el área de la cara, y se les llaman bigotes. No obstante, en el manatí se encuentran en todo el organismo. Las que están en la zona facial, son alrededor de 30 veces más densas que las del resto del cuerpo.

Las vibrisas ubicadas en los labios giran hacia afuera durante el agarre del alimento y son utilizadas para localizar la vegetación. Las investigaciones realizadas indican que las vibrisas son de un alto nivel de sensibilidad, que le permiten al manatí realizar una discriminación táctil de las texturas.

Gracias a estos pelos especializados, dicho mamífero puede detectar diferentes estímulos hidrodinámicos, que le permiten navegar eficientemente en las aguas turbias de su entorno.

Cara

El cerebro es pequeño, comparado con el resto de los mamíferos que tiene un tamaño corporal similar. La cabeza de este Trichechus es pequeña y su cuello no se puede distinguir. Tiene un hocico corto, engrosado y cuadrado. En la parte delantera se encuentran dos fosas nasales semicirculares.

En cuanto a la boca, posee labios carnosos y prensiles. El superior es más grande y flexible. Además, está dividido profundamente. Así, puede mover cada lado de manera independiente, mientras el animal se alimenta.

Los labios son utilizados para agarrar los alimentos y otros objetos. Además, son empleados para comunicarse y en las diferentes interacciones sociales.

Coloración

Generalmente, la piel es de color es gris. No obstante, con frecuencia en el cuerpo de este mamífero crecen numerosos organismos y algas, debido a lo cual la coloración pudiera tener un tinte marrón o verdoso.

Externamente, el manatí africano no puede distinguirse del americano, puesto que tienen los mismos tonos de piel. Sin embargo, el manatí amazónico es diferente, ya que tiene en el pecho una mancha rosa brillante o blanca.

Cuerpo

El cuerpo del manatí es robusto y tiene forma cónica. Termina en una cola plana y redondeada, similar a una palet, que es utilizada para propulsarse hacia adelante. Las extremidades delanteras están modificadas en forma de aletas y las posteriores no están presentes.

Las aletas son flexibles y contribuyen en el desplazamiento del animal. Así mismo, las utilizan para rascarse, para tocar los objetos, para movilizar los alimentos de un lado al otro y limpiarse la boca. Inclusive, con estas, pueden abrazarse entre sí.

Cada aleta tiene en la punta tres o cuatro dedos, excepto el manatí amazónico, que carece de estos.

Con relación a las vértebras cervicales, el Trichechus tienen solo seis, a diferencia de casi todos los demás mamíferos que poseen siete. Esta diferencia en el número de vértebras puede deberse a mutaciones en los genes homeóticos.

Tamaño

Los manatíes pesan entre 400 y 550 kilogramos, aunque el Trichechus manatus pudiera llegar a pesar 1590 kilogramos. Con relación al largo, miden de 2,8 a 3 metros, sin embargo, el manatí africano puede llegar a medir hasta 4,5 metros.

El más pequeño de las tres especies es el manatí amazónico (Trichechus inunguis), pesando alrededor de 120 a 170 kilogramos y con un largo aproximado de 162 a 230 centímetros.

Sistema digestivo

El sistema digestivo del manatí se caracteriza por tener un estómago simple, con un ciego grande, en el cual se realiza la digestión de la materia vegetal de mayor dureza. En cuanto a los intestinos, miden aproximadamente 45 metros de largo, algo inusual en un animal de su tamaño.

Dentición

Los adultos de esta especie no tienen caninos ni incisivos, solo un grupo de dientes de las mejillas, que no se encuentran diferenciados. Así, en este conjunto de dientes no pueden distinguirse los premolares y los molares.

En cada lado de la mandíbula tiene entre 6 y 8 dientes de alta corona y raíz abierta, lo que hace un total de 24 a 32 dientes.

El tipo de vegetación que forma su dieta, erosiona el esmalte de la dentadura, que particularmente en el manatí es bastante débil. Para compensar esta situación, los dientes son reemplazados continuamente. Así, cuando los molares anteriores se desgastan, se caen.

Los nuevos molares emergen en la parte posterior y avanzan lentamente para reemplazar a los otros. Este proceso ocurre a todo lo largo de la vida del animal.

La velocidad con la que los dientes migran hacia adelante va a depender de la rapidez con que se desgasten los otros dientes. Las investigaciones indican que esta tasa puede ser de 0,1 a 1 centímetro por mes.

Hábitat y distribución

Los miembros del género Trichechus se encuentran distribuidos a todo lo largo de las costas atlánticas subtropicales y tropicales y en las aguas internas asociadas, incluyendo las cuencas hidrográficas de los ríos Níger y Amazonas. 

Manatí amazónico

El manatí amazónico (Trichechus inunguis) vive en el río Amazonas, al norte de Suramérica y en las áreas de drenaje relacionadas con este, abarcando los bosques inundados estacionalmente.

Esta especie habita únicamente en agua dulce y puede encontrarse desde las islas Marajó, en Brasil, hasta Colombia, Ecuador y Perú. De manera ocasional, su hábitat pudiera superponerse, en las costas de Brasil, con el del manatí antillano.

Contrariamente a las otras subespecies, el manatí amazónico nunca está en contacto con el agua salada, por lo que es el único que vive exclusivamente en agua dulce. Tiene varios hábitats favoritos, como las lagunas conectadas a los ríos ricos en vegetación acuática y los lagos de remanso.

Puede realizar migraciones estacionales, movilizándose desde áreas inundadas, en la estación húmeda, hasta ríos o lagos profundos, durante la época de sequía.

Manatí africano

La especie Trichechus senegalensis, conocido como manatí africano, vive en las zonas costeras y en los ríos de aguas lentas, desde Senegal hasta Angola. Además, suele extenderse hacia el interior, en algunos ríos de esas regiones.

Así, se localiza a todo lo largo de la zona costera oeste de África, desde el río Senegal hasta el río Cuanza, ubicado en Angola. Puede encontrarse tanto en el río Níger, como en Koulikoro, en Mali, a unos 2.000 km de la costa.

El manatí africano se localiza en Angola, Benín, Chad, Camerún, la República del Congo, Costa de Marfil, la República Democrática del Congo y Guinea Ecuatorial También vive en Gabón, Ghana, Gambia, Guinea, Liberia, Guinea Bissau, Mali, Mauritania, Nigeria, Níger, Sierra Leona, Senegal y Togo.

Esta especie habita en estuarios y en regiones costeras marinas, así como también en ríos de agua dulce. Por lo que puede encontrarse desde agua salobres hasta dulces, con temperaturas superiores a los 18°C. Así, vive en lagos, ríos, estuarios costeros, lagunas, manglares, embalses y bahías costeras.

Se han avistado manatíes africanos hasta 75 kilómetros de la costa, donde existen arroyos de manglares con abundantes pastos marinos. Durante la sequía, el caudal de los ríos varía, por lo que puede conectarse con algunos lagos como sucede con el Volta y el Léré. De esta manera, estos cuerpos de agua se convierten en refugios hasta que las aguas del río vuelvan a su nivel normal.

Algunos de los sistemas fluviales donde viven los manatíes son: Senegal, Gambia, Casamance, Mansôa, Buba, Cacine, Congo, Kondou, Sierra Leona, Sherbro, y Malem. Estos mamíferos nadan por estos ríos hasta que no pueden avanzar, debido a que el agua se torna poco profunda o por la presencia de cascadas fuertes.

Manatí antillano

En cuanto al manatí antillano (Trichechus manatus) se distribuye en áreas salobres, en zonas costeras marinas y de agua dulce, localizadas al sureste subtropical y tropical del Golfo de México, de los Estados Unidos, el Mar Caribe y la costa atlántica, al sudeste de Suramérica.

La subespecie Trichechus manatus latirostris, llamada manatí de la Florida, vive desde Louisiana hasta Virginia, en el área norte del Golfo de México. También se encuentra al sureste de los Estados Unidos. La otra subespecie, Trichechus manatus manatus, habita desde el norte de México hasta Brasil y las islas caribeñas.

De esta manera, se encuentra en Guayana Francesa, Bahamas, Suriname, Trinidad, Guyana, Venezuela y Panamá. También está en Colombia, Nicaragua, Costa Rica, Honduras, Belice, Guatemala, México, Haití, República Dominicana, Puerto Rico y Jamaica.

El manatí antillano vive en áreas costeras de poca profundidad. Sin embargo, los estudios indican que tiene la capacidad de soportar los cambios en la salinidad del agua. Debido a esto, también habita en ríos y en estuarios poco profundos. Así, dicha especie puede vivir en agua salobre, dulce y salina.

Motivado a que tiene una baja tasa metabólica y a que posee una delgada capa de grasa aislante, su hábitat se limita al subtrópico y al trópico. Por esto prefieren aguas poco profundas y cálidas.

Frecuentemente, el manatí antillano migra a través del estuario de agua salobre hacia el manantial de agua dulce. Los estudios indican que los manatíes de Florida necesitan tener acceso al agua dulce con la finalidad de regular las sales en su cuerpo.

Así mismo, este mamífero no tolera aguas con temperaturas inferiores a los 15 °C, por lo que durante el invierno busca refugiarse en los ríos cálidos, que están alimentados por los manantiales.

Peligro de extinción

Desde la década de 1980 las tres especies de manatíes se encuentran categorizados por la UICN como vulnerables de extinguirse. Según las investigaciones realizadas por esta organización internacional, se espera que, en los próximos 20 años, sus poblaciones disminuyan hasta en un 30% más.

– Amenazas

Colisión con los barcos

La naturaleza curiosa y los movimientos lentos, conjuntamente con el gran desarrollo de las costas, traen como consecuencia el choque de estos animales contra las embarcaciones.

Estos accidentes pueden mutilar algunas partes de su cuerpo e inclusive causar hasta su muerte. Inclusive, los desgarros en su piel le podrían ocasionar graves infecciones que resultarían fatales.

Las especies del género Trichechus puede escuchar sonidos ubicados a una alta frecuencia. Algunos barcos grandes emiten frecuencias bajas, lo que puede confundir al manatí y lo lleva a chocar contra los buques.

Las investigaciones realizadas sobre este tema señalan que, cuando la embarcación tiene una frecuencia alta, el animal se aleja rápidamente.

En Florida, las colisiones con lanchas de motor y el aplastamiento contra las puertas de los canales son las principales causas de muerte. Algunos especialistas estiman que alrededor del 25 al 35 por ciento de las muertes de manatíes en ese estado norteamericano son ocasionadas por este motivo.

Marea roja

Otro factor que causa la muerte del manatí es la marea roja, un término que se refiere a la proliferación de las algas Karenia brevis. Este dinoflagelado microscópico produce brevetoxinas que podrían afectar el sistema nervioso central de los animales, debido a su toxicidad.

En 1996, esto ocasionó la muerte de 151 manatíes. La floración de dicha alga ocurrió desde los primeros días de marzo hasta abril, matando alrededor del 15% de la población de manatíes de la costa sur de la Florida. Otras floraciones, en 1982 y 2005, desencadenaron aproximadamente 37 y 44 decesos, respectivamente.

Caza

El manatí ha sido cazado de manera tradicional, inclusive desde la época prehispánica. Actualmente continúa siendo capturado en América del Sur y en Centroamérica. Los principales productos comercializados son la piel y su carne.

Los nativos americanos usaban la piel para hacer escudos de guerra y zapatos. Sin embargo, el principal motivo de su caza es su carne.

Condiciones ambientales

El manatí se ve afectado por las bajas temperaturas del agua, lo que podría producir un choque térmico. Durante el invierno, el agua puede estar por debajo de los 20° C, lo que pudiera ocasionar la muerte de este mamífero, ya que su organismo no tolera dicha temperatura.

Para tratar de calentarse, algunos suelen congregarse en las costas de Florida, muy cerca de las salidas de las aguas calientes provenientes de las centrales eléctricas. Esto ha llamado poderosamente la atención a los expertos, debido a que ese grupo de manatíes ya no migra hacia el sur como hacía anteriormente.

En el 2010, la Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Florida señaló que, de las 237 muertes, el 42% fueron a consecuencia de este síndrome de estrés por frío.

Contaminación ambiental

Uno de los riesgos que afecta cada vez más la supervivencia del Trichechus son los derrames de petróleo que degradan su hábitat natural. Así mismo, dicha actividad económica trae consigo un incremento en el tráfico de las embarcaciones.

– Acciones para su protección

La Sociedad para la Biología de la Conservación propone que los objetivos de los planes de conservación del manatí deben contemplar la educación de la población, además de políticas y gestiones proteccionistas.

Aunque este animal está bajo la protección legal en los países donde habita, su población sigue disminuyendo. Esto es debido a que la tasa reproductiva es mucho menor que las pérdidas que sufre por las diversas amenazas que lo aquejan.

Los miembros de este género se encuentran incluidos en el apéndice I de CITES, por lo que su comercio internacional está prohibido, con la excepción que esta no sea con fines comerciales.

Taxonomía y subespecie

Reino: Animal.

Subreino: Bilateria.

Filum: Cordado.

Subfilum: Vertebrado.

Superclase: Tetrapoda.

Clase: Mamífero.

Subclase: Theria.

Infraclase: Eutheria.

Orden: Sirenia.

Familia: Trichechidae.

Género: Trichechus.

Especies:

Trichechus inunguis.

Trichechus senegalensis.

Trichechus manatus.

Reproducción

El manatí hembra alcanza la madurez sexual a los tres años de edad, pero puede reproducirse de manera exitosa entre los siete y nueve años. Sin embargo, el macho es apto para concebir mucho más tarde, alrededor de los 9 o 10 años.

Generalmente, el apareamiento puede producirse todo el año, aunque los mayores picos reproductivos podrían ocurrir en la primavera y los más bajos durante el invierno.

Una hembra suele aparearse con varios machos. Estos lucharán entre sí empujándose, para que el vencedor tenga la oportunidad de unirse a la hembra. Así mismo, estos forman manadas de apareamiento alrededor de la hembra en celo.

El período de gestación dura entre 12 y 14 meses, naciendo normalmente una cría, aunque de manera ocasional pudieran nacer dos.

La cría pesa entre 27 y 32 kilogramos y puede llegar a medir de 1,2 y 1,4 metros de largo. La familia está integrada por la madre y su cría, el macho no contribuye con el cuidado de este.

El recién nacido nace con molares, lo que le permite consumir pastos marinos cuando tiene tres semanas. Sin embargo, todavía a esa edad es amamantado por su madre, a quien acompaña hasta por dos años.

Alimentación

El manatí es un herbívoro con un apetito voraz, que pasa casi un cuarto de su tiempo alimentándose. La cantidad de comida que ingiere va a depender del tamaño de su cuerpo. Así, podría consumir diariamente entre el 4 y el 10% de su peso corporal.

Entre las especies que consume hay una diversidad de macrófitos acuáticos. Con relación a las que viven en aguas dulces, se encuentran las lechugas de agua, nenúfares, pastos, lecho de caimán, hydrilla, hierba de almizcle, hojas de mangle y jacinto flotante.

En cuanto a las plantas que viven en aguas saladas están las algas, las hierbas marinas, la hierba de tortuga, el trébol de mar y la hierba de manatí. Cuando el nivel del agua está alto puede comer pastos y hojas, así como también los frutos de palmera que caen en el agua.

Así mismo, pudiera comer almejas, peces, y moluscos. Esto probablemente se encuentra asociado a la necesidad de cubrir sus requerimientos minerales. Sin embargo, algunas investigaciones señalan que el manatí africano es el único sirenio que probablemente incluye, intencionalmente, animales en su dieta.

Comportamiento

El manatí suele nadar en pareja o solo. Cuando forma agrupaciones, generalmente se trata de una manada de apareamiento o simplemente de un grupo que está compartiendo un área cálida, con abundancia de alimentos.

Los especialistas han estudiado las conductas de estos mamíferos y afirman que utilizan diversos patrones de vocalización para comunicarse. Estos pueden variar con el sexo y la edad, indicando una individualidad vocal entre los manatíes. Así, cuando entre una pareja reproductora se reconocen, las vocalizaciones aumentan.

A pesar que las llamadas ocurren frecuentemente entre la madre y su cría, también forma parte de las interacciones sociales. En el caso que el entorno se torne ruidoso, el manatí aumenta el esfuerzo vocal para emitir los sonidos.

Según las pruebas anatómicas y acústicas, los pliegues vocales pudieran ser los responsables del mecanismo de producción de los sonidos.

Para desplazarse, puede nadar de 5 a 8 kilómetros por hora, aunque pudiera realizar movimiento cortos y rápidos, alcanzando hasta 30 kilómetros por hora. Sus aletas son utilizadas para recorrer el fondo marino y para cavar en él, cuando consigue plantas o raíces que pueda consumir.

Referencias

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