Biografías de personajes históricos

Félix Calleja: biografía de un virrey de Nueva España


Félix María Calleja del Rey (1753-1828) fue un oficial militar español y virrey de la Nueva España, desde el 4 de marzo de 1813 al 20 de septiembre de 1816, durante la Guerra de Independencia de México. Por su servicio en la Nueva España, se le concedió el título de Conde de Calderón.

En 1775, participó en la fracasada expedición contra Argel y en el asedio a Gibraltar en 1779. En 1782, cuando era teniente, intervino en la reconquista del puerto de Mahón. Más tarde, en 1784, fue director de estudios en el Colegio Militar del puerto de Santa María, donde instruyó varias compañías de cadetes hasta el año 1788, en el que dicho centro se extinguió.

Félix Calleja

Calleja es famoso por haber acabado con las mayores insurrecciones de su época, las de 1811 y 1813. Al mando del puesto de San Luis Potosí, cuando estalló la revolución bajo Hidalgo y Costilla, lideró una gran fuerza en el campo y derrotó a Hidalgo en Aculco y en el Puente Calderón y sitió a Morelos y Pavón en Cuautla en 1812.

Como virrey, Calleja continuó reprimiendo la revolución, y para cuando salió de México la mayoría de los insurrectos fueron derrotados. A su regreso a España, el Rey lo nombró conde de Calderón, y le concedió la Gran Cruz de Isabel la Católica y de San Hermenegildo, además de permitirle formar parte del Consejo Militar Asesor de ultramar.

El 6 de agosto de 1819 recibió el nombramiento de capitán general de Andalucía, gobernador de Cádiz. Con el retorno del absolutismo se mantuvo alejado en Valencia, donde fue sentenciado a un juicio de purificación en 1825. Murió en esta ciudad el 24 de julio de 1828.

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Biografía

Nacimiento e infancia

Félix María Calleja nació el 1 de noviembre de 1753 en Medina del Campo, Valladolid. En 1773, se alistó como cadete en el Regimiento de Infantería de Saboya y alcanzó el rango de capitán. Su primera acción de guerra fue la fallida expedición contra Argel, el 8 de julio de 1775.

Viaje a Nueva España

En 1789, Calleja acompañó al conde de Revillagigedo a la Nueva España, cuando este asumió el cargo de virrey. Desembarcó en Veracruz con destino a la ciudad de Puebla. Allí actuó como instructor de cadetes, sargentos y oficiales.

Por ello, se ganó la confianza del virrey, que le encargó la inspección y el estudio de la situación militar en los territorios fronterizos, lo que le permitió explorar diferentes regiones.

En 1795, el nuevo virrey Marqués de Branciforte encargó la inspección de los territorios del nuevo Santander y del nuevo Reino de León. Para intensificar la amenaza de invasión de los barcos ingleses, el virrey ordenó los planes para la defensa de los puertos y costas del Golfo de México, y los completó proponiendo que se establecieran patrullas militares permanentes.

Comandante de brigada

Más tarde, con la reorganización militar llevada a cabo por el virrey Miguel Azanza, Calleja se convirtió en comandante de una brigada de infantería en la intendencia de San Luis Potosí.

Bajo este nuevo gobierno, Calleja luchó con rigor y crueldad para someter a los indios de la zona. También luchó contra los filibusteros angloamericanos que estaban invadiendo el deshabitado territorio de Texas.

El 26 de enero de 1807, Calleja se casó con María Francisca de la Gándara, una criolla que pertenecía a una de las familias más poderosas de San Luis de Potosí. Era hija de Manuel Jerónimo de la Gándara, propietario de la hacienda de Bledos.

Retirada de Hidalgo e insurgentes

En el Monte de las Cruces, a las puertas de la Ciudad de México, con el Grito de Dolores de Miguel Hidalgo el 16 de septiembre de 1810, los partidarios de la independencia se levantaron en muchos lugares de la Nueva España.

El 30 de octubre de 1810, 80 000 insurgentes bajo el mando de Hidalgo e Ignacio Allende derrotaron a los realistas. Sin embargo, en un momento de aparente indecisión, el cura Hidalgo ordenó una retirada hacia Valladolid.

Después de la retirada de los insurgentes, el virrey Francisco Javier Venegas ordenó a Calleja, ahora brigadier al mando de una división de caballería, que acudiera desde San Luis Potosí a defender la capital.

Conflictos directos con insurgentes

En la marcha entre Querétaro y la Ciudad de México, Calleja se encontró con los insurgentes en las llanuras de San Jerónimo Aculco, donde los derrotó el 7 de noviembre de 1810.

De nuevo, en la Batalla del Puente de Calderón el 17 de enero de 1811, Calleja derrotó a los insurgentes. Luego retomó Guanajuato el 25 de noviembre y Guadalajara el 21 de enero de 1811.

Los insurgentes estaban a punto de ganar la batalla cuando una granada encendió un carro de municiones en su campamento, lo que sembró la confusión. Los relalistas aprovecharon esta oportunidad para derrotar definitivamente a los insurgentes.

Algunos rebeldes, entre los que se encontraban Hidalgo y otros líderes, se estaban retirando hacia los Estados Unidos, cuando los capturaron y ejecutaron.

Las 4.000 tropas de Calleja se convirtieron en la base leal a la Corona y lucharían contra Hidalgo, Ignacio López Rayón y el Padre José María Morelos.

Retirada a Ciudad de México

Calleja se retiró a la Ciudad de México después de un asedio infructuoso de 72 días contra Morelos en Cuautla. En su residencia de la Ciudad de México recibió a realistas que estaban descontentos con la incapacidad del Virrey Venegas para reprimir la insurrección.

Cargo de virrey de la Nueva España

Calleja fue nombrado sustituto de Venegas el 28 de enero de 1813, pero en realidad no asumió el cargo hasta el 4 de marzo. Al principio, la situación no fue muy alentadora. Las arcas del gobierno estaban vacías, y había una gran deuda. Las tropas carecían de uniformes y calzado adecuados. Además, el estado del armamento era muy deficiente y se necesitaban más caballos.

Con la energía que lo caracterizaba, se entregó por completo a resolver la situación. Confiscó la propiedad de la Inquisición, que había sido abolida por la Constitución española de 1812. Solicitó un préstamo de dos millones de pesos al sector comercial, además de hipotecar las alcabalas (el impuesto sobre las ventas) para mejorar su recaudación.

También reorganizó el tesoro público y exigió una contabilidad estricta de los ingresos y gastos del virreinato. Restableció el comercio y el servicio postal, que había sido interrumpido por la guerra con los insurgentes. Con el dinero que recaudó formó un ejército poderoso, bien equipado, pagado, armado y disciplinado.

Fin del virreinato

A finales de 1813, una epidemia de fiebre acabó con la vida de decenas de miles de personas. Morelos capturó Acapulco el 20 de abril de 1813. El 6 de noviembre de 1813 el Congreso rebelde de Anáhuac, reunido en Chilpancingo, proclamó la independencia de México. El 22 de octubre de 1814 el Congreso rebelde de Apatzingán promulgó una constitución.

Mientras tanto, en España, Fernando VII había vuelto al trono. Derogó la Constitución española el 14 de mayo de 1814 y restableció las instituciones de gobierno tal como lo habían hecho en 1808.

Vuelta de la Inquisicion

Por decreto del 21 de julio de 1814, restableció la Inquisición. El 19 de mayo de 1816, autorizó a los jesuitas a regresar a México, que habían sido expulsados a finales del siglo XVIII.

Calleja desterraba a muchos insurgentes a Cuba, y comenzó a exiliarlos a las Filipinas. Con la captura y posterior ejecución de Morelos el 22 de diciembre de 1815, la insurrección pareció haber terminado una vez más. Pero pronto estalló de nuevo con la revuelta de Vicente Guerrero en el sur. El gobierno de Calleja se volvió más dictatorial.

Calleja era un gobernante decidido, sin escrúpulos y cruel que toleraba los numerosos abusos de sus comandantes. Lo temían incluso algunos de los realistas más liberales.

Lo culpaban a él y a sus brutales métodos de provocar más rebelión después de la muerte de Morelos. Las quejas contra sus métodos dictatoriales se presentaron ante la corte española y el 20 de septiembre de 1816 fue relevado de su cargo.

De vuelta a España

Durante toda su vida, Calleja destacó por sus métodos crueles, pero también por sus dotes para la organización. En los años de la invasión francesa y también con la preocupación existente entre la sociedad criolla, Calleja logró dominar la región con astucia y promover la fidelidad al Rey. Movilizó donaciones de apoyo a los fondos de la guerra contra los invasores franceses y creó cuerpos de soldados voluntarios.

Calleja está considerado por algunos historiadores como uno de los más grandes comandantes militares que han luchado en México, debido a sus métodos astutos y a veces bárbaros.

Conde de Calderón

A su regresó a España recibió el título de Conde de Calderón, caballero gran cruz de la Orden de Isabel la Católica y caballero gran cruz de la Orden de San Hermenegildo, por sus acciones contra los insurgentes. Lo nombraron comandante militar en Andalucía y gobernador de Cádiz.

Se le encargó la organización de un ejército expedicionario a América con la intención de reconquistar territorios de España. Sin embargo, fue capturado por Rafael Riego, cuyo levantamiento contra Fernando VII inició la Restauración Liberal de 1820.

Muerte

Calleja estuvo encarcelado en Mallorca hasta la restauración absolutista de 1823. Cuando volvió fue comandante en Valencia hasta el momento de su muerte en 1828.

Referencias

  1. Benavides Martinez, J. (2019). Bastión Realista. Félix Calleja y la Independencia de México. Revista Historia y Vida, agosto 2016. Tomado de academia.edu
  2. Espinosa Aguirre, J. (2019). El instante de la política. Félix María Calleja y su bando para prever los abusos militares (1813). Tomado de academia.edu
  3. Félix María Calleja del Rey. (2019). Tomado de ibero.mienciclo.com
  4. Félix María Calleja del Rey | Real Academia de la Historia. (2019). Tomado de dbe.rah.es
  5. Martínez, J. (2019). El germen de un ejército: Félix Calleja y la creación de la fuerza realista potosina en 1810. Tomado de https://revistas.ucm.es