Ignacio Allende: biografía, conspiraciones, batallas, muerte
Ignacio Allende fue uno de los primeros líderes del movimiento que condujo a la independencia de México. Nacido en 1769, pertenecía a una familia que gozaba de buena posición social y económica. Desde muy joven demostró un carácter muy fuerte y unas grandes dotes militares que le llevaron a ser nombrado capitán en 1797.
A pesar de formar parte del ejército virreinal, Allende simpatizó desde muy pronto con aquellos que pretendían un mayor autogobierno para México. En 1809, formó parte de los conjurados en Valladolid y, cuando esta conspiración fue descubierta, volvió a su pueblo natal para organizar una junta local que luchara contra el gobierno colonial.
El fracaso de una nueva conspiración, en esta ocasión organizada en Querétaro, desembocó en el Grito de Dolores, el llamamiento con el que comenzó la Guerra de Independencia. Allende, nombrado Teniente General, fue uno de los líderes de la primera etapa de este proceso y condujo a sus tropas a varias victorias importantes.
El contraataque realista se tradujo en una serie de derrotas que obligó a los sublevados a retirarse de sus posiciones. Allende, Hidalgo y otros líderes independentistas intentaron trasladarse a Estados Unidos para buscar apoyos, pero fueron traicionados, capturados y ejecutados.
Índice del artículo
- 1 Primeros años
- 2 Comienzo del proceso independentista
- 3 Guerra de Independencia
- 4 Traición y muerte
- 5 Referencias
Ignacio José de Jesús María Pedro de Allende y Unzaga, nombre con el que fue bautizado el futuro líder independentista, vino al mundo el 21 de enero de 1769 en San Miguel el Grande, Guanajuato. La localidad fue posteriormente renombrada como San Miguel de Allende en su honor.
Su padre era un acaudalado comerciante y, además, también se dedicaba a la agricultura, con lo que la familia gozaba de una muy buena posición económica y social.
El joven Allende demostró durante sus primeros años una gran afición a las faenas del campo y a la charrería. A pesar de que la información sobre esta etapa de su vida es escasa, comúnmente se acepta que estudió en el Colegio de San Francisco de Sales de su ciudad natal.
En ese centro educativo, regido por los salesianos, trabó amistad con los hermanos Aldama, que después participarían junto con Allende en el movimiento independentista.
Uno de los puntos en el que coinciden los biógrafos de Allende es en el fuerte carácter que demostró desde que era muy joven. Las anécdotas que demuestran su forma de ser son variadas y todas coinciden en su predilección por el esfuerzo físico y por demostrar a sus compañeros su valentía.
Algunas de esas historias afirman que era aficionado a actividades que ponían su vida en riesgo. En muchas ocasiones, solo por divertirse.
Una de esas anécdotas, relatadas por sus vecinos, afirma que en una ocasión salvó la vida de un tendero bastante mal considerado en el pueblo. A su actitud tacaña, se le unía el alto precio que ponía a los productos más necesarios.
Un día, mientras el tendero descansaba en la trastienda, un incendio se declaró en el local. El hombre se vio pronto rodeado por el fuego, que le impedía acercarse a la salida. Allende se enteró de lo que ocurría y no dudo en dirigirse a ayudar al afectado, sin importarle sus antecedentes.
Finalmente, Allende entró en la tienda atravesando las llamas y rescató al tendero sin hacer caso a las advertencias de los demás y poniendo el riesgo su propia seguridad.
Ignacio Allende ingresó por vocación en el ejército en 1795. Después de dos años de sólida formación, se convirtió en capitán en 1797, un puesto para el que compitió con su amigo y paisano Juan Aldama.
El virrey Félix Berenguer lo nombró en 1801 teniente del Cuerpo de Granaderos. Bajo el mando de Félix María Calleja, Allende fue trasladado el norte del virreinato de Nueva España.
En el ámbito personal, Allende se casó en 1802 con maría de la Luz Agustina de las Fuentes. A pesar de que su esposa falleció pocos años después, la pareja tuvo tres hijos.
En uno de los destinos a los que fue enviado como militar, en el Cantón de Jalapa, Allende entró en contacto con criollos de ideología liberal y con oficiales del ejército que coincidían con sus ideas de libertad.
Pronto empezó a intentar convencer a sus contactos para que se unieran a sus ideas. En alguna de sus cartas se puede leer su tristeza porque, a pesar de sus esfuerzos, “no se unen como yo quisiera”.
En enero de 1808, su destacamento se encontraba cerca de Jalapa preparando unas maniobras y simulacros para el virrey Iturrigaray. Se cuenta que Allende no pudo reprimir sus ansias de cambio y pintó en un muro la siguiente frase: “¡¡¡Independencia, cobardes criollos!!!”
Ese mismo año, después de pasar un tiempo en Texas, entonces parte del virreinato, Allende regresó a San Miguel con su destacamento. Sus superiores lo habían enviado para comandar a los Dragones de la Reina, un regimiento de élite de la caballería.
En su pueblo, Allende frecuentó círculos en los que se empezaba a preparar un levantamiento contra las autoridades virreinales.
En 1808, las tropas francesas de Napoleón Bonaparte habían invadido España. El emperador había logrado que el rey español abdicara y había nombrado en su lugar a su hermano, José Bonaparte. Los que trataban de resistir a la invasión se organizaron en Juntas de Gobierno leales a Fernando VII.
En Nueva España, las noticias de la invasión fueron recibidas de manera negativa. Antes de eso, ya existía un descontento generalizado hacia las autoridades del virreinato, especialmente entre los criollos. Con la nueva situación política, muchos de ellos empezaron a luchar por un mayor autogobierno, aunque en principio con fidelidad al monarca español
Los primeros conspiradores del virreinato empezaron a organizarse siguiendo el esquema de Juntas que los españoles estaban usando contra los franceses.
Una de esas conjuras iniciales se desarrolló en Valladolid, donde los participantes querían crear una junta constitutiva que actuara como un gobierno propio. En esos momentos, su intención era jurar fidelidad a Fernando VII, aunque ya empezaban a aparecer opiniones que reclamaban ir más lejos.
Allende participó, aunque de manera secundaria, en esa conspiración de Valladolid. Cuando el gobierno virreinal descubrió la conjura, detuvo a parte de sus miembros para intentar desmantelar al movimiento independentista.
Allende y Mariano Abasolo, un compañero suyo en los Dragones de la Reina, pudieron escapar de las redadas realizadas por los españoles en Valladolid. Tras regresar a San Miguel, Allende organizó una junta local para enfrentarse al gobierno virreinal.
Ya en 1810, una nueva conspiración comenzó a fraguarse en Querétaro. Ignacio Allende y el resto de los participantes se reunían en la casa del corregidor y su esposa, Miguel Domínguez y Josefa Ortiz.
En un primer momento, tomaron la decisión de iniciar un levantamiento armado en diciembre de ese mismo año, en la población de San Juan de los Lagos. Por su experiencia militar, Allende debía ponerse al mando de la misma.
Sin embargo, las autoridades del virreinato acabaron conociendo esos planes, aunque no se conoce a ciencia cierta cómo se filtraron. No obstante, la denuncia no detallaba a los participantes en la conspiración, con lo que los españoles solo pudieron arrestar un sospechoso.
Antes de que los realistas pudieran continuar realizando detenciones, Josefa Ortiz se las arregló para avisar a Allende. Gracias a eso, este pudo ponerse a salvo junto con otros compañeros.
Allende, que había logrado involucrar a Miguel Hidalgo, cura de Dolores, en la conspiración, se apresuró a avisarlo de lo que había sucedido.
En la noche del 16 de septiembre de 1810, Hidalgo y Allende se reunieron en la casa del cura. Durante esa conversación decidieron no esperar más y tomar las armas para lograr sus objetivos.
Al día siguiente, por la mañana, el sacerdote lanzó el conocido como Grito de Dolores, en el que llamaba a toda la nación a levantarse contra las autoridades coloniales. Con ese llamamiento dio comienzo la Guerra de Independencia.
Hidalgo, muy popular entre los indígenas y campesinos, y Allende lograron reunir a un pequeño ejército, cuyos efectivos fueron aumentando constantemente.
El 22 de septiembre, Allende fue nombrado teniente general del ejército insurgente, mientras que Hidalgo asumió el cargo de capitán general. Cinco días más tarde, el virrey ofreció una recompensa de 10 000 pesos a quien entregara a los líderes del movimiento, vivos o muertos.
Las primeras semanas de la guerra fueron muy positivas para los insurgentes, en buena parte gracias a los conocimientos militares de Allende.
El 28 de septiembre, el ejército insurgente tomó Guanajuato. A pesar de los intentos de Hidalgo para que el intendente realista se rindiera, este decidió tratar de resistirse. Esto provocó una gran matanza en la Alhóndiga de Granaditas, donde los soldados de Allende asesinaron sin piedad a los españoles y sus familias.
Esta masacre provocó el primer enfrentamiento entre Hidalgo y Allende, en desacuerdo por cómo se había resuelto el asalto a la ciudad.
Tras esta victoria, los insurgentes pusieron rumbo a Valladolid, ciudad que tomaron el 18 de octubre sin encontrar resistencia.
En esos momentos, el ejército contaba ya con 80 mil hombres. El plan de los líderes sublevados era tomar Toluca y, desde allí, atacar la capital, Ciudad de México. Fue en ese contexto en el que tuvo lugar la batalla del Monte de las Cruces.
Esta batalla está considerada como el mayor triunfo de los insurgentes en la primera etapa de la guerra de independencia. Según los historiadores, Allende demostró grandes capacidades estratégicas que fueron fundamentales para lograr la victoria.
Tras su victoria en la batalla del Monte de las Cruces, Allende estaba decidido a marchar sobre la capital del virreinato para ganar la güera. Sin embargo, Hidalgo se opuso a esta decisión, ya que temía que se produjera otra matanza como la acaecida en Guanajuato.
La decisión de Hidalgo de ordenar retroceder ahondó aún más las diferencias entre los líderes insurgentes.
La situación empeoró cuando el ejército independentista fue derrotado por las tropas realistas de Félix María Calleja en Aculco.
Allende intentó resistir en Guanajuato, pero debió abandonar la ciudad ante el asedio del ejército realista.
El siguiente enfrentamiento armado tuvo lugar en el Puente de Calderón, a las afueras de Guadalajara, el 17 de enero de 1811. A pesar de que Allende logró rechazar a las tropas realistas en tres ocasiones, finalmente fue, de nuevo, derrotado.
Para esos momentos, la relación entre los líderes insurgentes estaba muy deteriorada. De hecho, Allende llegó a confesar que había tratado de envenenar a Miguel Hidalgo, al que llamaba “el bribón del cura”.
Las derrotas en Aculco y en Puente de Calderón provocaron que Miguel Hidalgo fuera destituido como jefe de los independentistas. Allende fue entonces proclamado como generalísimo.
El ejército se dividió entonces en dos facciones: la primera, encabezada por Ignacio López Rayón; y la segunda liderada por el propio Allende. El primero se dirigió hacia Michoacán, mientras que Allende decidió marchar hacia el norte para buscar armas, nuevas tropas y dinero. Su propósito era cruzas la frontera y buscar ayuda en Estados Unidos.
El virrey Venegas había ofrecido en marzo de 1811 un indulto a los jefes insurgentes si abandonaban las armas. Estos, sin embargo, se negaron y, el 11 de marzo abandonaron Saltillo con destino a Monclova.
Cerca de ese lugar, en un paraje llamado Norias de Baján o Acatira, debían encontrarse con Ignacio Elizondo, un antiguo militar realista que se había pasado al bando independentista.
Elizondo había alcanzado en grado de teniente coronel, pero Allende le negó el ascenso a teniente general. Una teoría afirma que esa fue la causa por la que el militar organizó un plan para capturar a todos los jefes insurgentes y entregarlos a las autoridades virreinales.
La caravana que partió de Saltillo estaba compuesta por más de mil hombres y varios cañones. En ella viajaban Ignacio Allende, Miguel Hidalgo, Abasolo y otros líderes insurgentes.
A la escasez de las provisiones se unió la falta de agua, ya que Elizondo había ordenado tapiar las siete fuentes que había en el camino. El día 19, el traidor partió al encuentro de la caravana con 350 hombres.
A las 9 de la mañana, los dos grupos se encontraron. Elizondo dejó pasar sin problemas a los que iban en la vanguardia de la caravana y, por sorpresa, empezó a detener y desarmar a los ocupantes de cada coche.
En el último carruaje viajaban Allende y su joven hijo, Indalecio. Cuando intentaron detenerlos, Allende disparó sobre Elizondo llamándole traidor, aunque no pudo ni tan siquiera herirlo.
Elizondo ordenó a los suyos abrir fuego, causando la muerte de Indalecio. Después, detuvo a Ignacio y lo condujo a Monclova, junto con el resto de los insurgentes apresados.
En esa localidad, el comandante general Nemesio Salcedo procedió a levantar los cargos contra los detenidos. Algunos insurgentes fueron sentenciados y ejecutados allí mismo, mientras que Allende, Hidalgo, Aldama y Jiménez fueron trasladados a Chihuahua.
El juicio contra Ignacio Allende se desarrolló el día 6 de mayo. El líder independentista fue condenado a muerte.
El 26 de junio, Allende y el resto de los jefes insurgentes fueron fusilados en Chihuahua. Su cadáver fue decapitado y su cabeza expuesta en la Alhóndiga de Granaditas como aviso a quienes quisieran continuar su lucha.
En 1821, una vez lograda la independencia, los cuerpos de esos primeros luchadores fueron recuperados. Sus restos mortales fueron enterrados en la Catedral de la Ciudad de México. Más adelante, fueron trasladados a la Columna de la Independencia de la capital.
- Betancourt Cid, Carlos. Ignacio Allende, el primer insurgente. Obtenido de inehrm.gob.mx
- Secretaría de la Defensa Nacional. 21 de enero de 1769, natalicio del General Ignacio Allende. Obtenido de gob.mx
- México Desconocido. Biografía de Ignacio Allende corta: ¿dónde nació y cuándo murió?. Obtenido de mexicodesconocido.com.mx
- Minster, Christopher. Biography of Ignacio Allende, Champion of Mexican Independence. Obtenido de thoughtco.com
- Encyclopedia of Latin American History and Culture. Allende, Ignacio (1769–1811). Obtenido de encyclopedia.com
- The Biography. Biography of Ignacio María de Allende y Unzaga (1769-1811). Obtenido de thebiography.us