15 efectos de la heroína a corto y largo plazo
Los efectos de la heroína tienen unas nocivas repercusiones tanto en el individuo como en la sociedad, llevándose cada año miles de vidas o suponiendo un gran impacto económico en la cobertura sanitaria.
La heroína es un tipo de opiáceo semisintético que viene derivado de la morfina. Existen dos tipos: la heroína blanca y la heroína marrón. La primera es de mayor pureza, mientras que la segunda tiene efectos más tóxicos por ser de una pureza menor.
De este adictivo opiáceo pueden derivar algunas enfermedades como la hepatitis o el sida, además de ser fuente de violencia y actividades delictivas. Aunque son muchas las instituciones y gobiernos que luchan contra esta droga dura, la demanda ha aumentado considerablemente en este siglo.
Pero, ¿por qué es tan letal este opiáceo ilegal? ¿cuáles son los efectos en el organismo para provocar una sobredosis? ¿quiénes corren mayor riesgo de ser adictos?
A lo largo de este artículo desarrollaremos los principales efectos de la heroína a corto y largo plazo. Desde la primera sensación que experimenta nuestro cuerpo hasta la fatal muerte o estado de coma en el que puede acabar un consumidor habitual.
Índice del artículo
- 1 ¿De qué dependen los efectos de la heroína?
- 2 Efectos a corto plazo
- 3 Efectos a largo plazo
- 4 Algunos datos interesantes
- 5 Referencias
¿De qué dependen los efectos de la heroína?
Antes de pasar a describir los efectos de la heroína, es necesario reseñar que los mismos dependen de varios factores.
Por ejemplo, la duración en la que se mantengan activos los efectos será mayor o menos dependiendo de la dosis, su pureza y la vía de administración (inhalada, fumada o inyectada).
Desde los años 80, la opción favorita ha sido consumirla por vía intravenosa, la cual resultaba más placentera para el heroinómano. Sin embargo, el riesgo de adquirir enfermedades víricas como la hepatitis o el sida derivó en que desde hace algún tiempo se haya optado por la vía nasal o pulmonar.
El tipo de consumidor es otro factor clave. No experimentan las mismas sensaciones la persona que consume habitualmente y por necesidad fisiológica (dependencia) que el que la prueba por primera vez en búsqueda de placer.
La heroína, al igual que la morfina, actúa en el sistema nervioso central. Concretamente en los receptores de opioides localizados en las zonas de percepción del dolor o la gratificación, así como en el tallo central, localización de los procesos importantes como la excitación, la presión arterial o la respiración.
Efectos a corto plazo
1-Sensación desagradable
Vómitos, nauseas o mareos son las primeras sensaciones que provoca la heroína al ser consumida. Es más habitual que estos efectos se produzcan en las personas que consumen de manera más periódica que las que la ingieren las primeras veces.
2- Luna de miel
Conocida también como ‘flash’ o ‘rush’. Se produce después de las primeras sensaciones incomodas y provoca un estado de placer dominado por un estado de sedación, euforia y alivio.
Calidez, relajación, tranquilidad… Esto se debe a que, una vez que la heroína llega al cerebro, se convierte en morfina y actúa en los citados receptores de los opioides.
Durante esta fase se experimenta también sequedad bucal, contracción de las pupilas y humedecimiento de los ojos, pérdida de apetito, disminución de sensibilidad al dolor y depresión del sistema respiratorio.
Además, el ritmo cardíaco, la temperatura corporal y la tensión descienden.
3- Etapa de “fiebre”
Llegado a cierto pico de placer, las sensaciones adquieren unas características similares a la fiebre. Suele darse a las dos horas de ser ingerida la dosis de heroína y su efecto persiste solo unos minutos.
La intensidad de la fiebre varía según la cantidad de droga consumida y con la rapidez que llegue al cerebro y a los receptores opioides.
4- Sensación de pesadez en las extremidades
Es habitual que el cerebro active o desactive parte de sus funciones durante la ingesta de heroína. Por ejemplo, la corteza cerebral no envía los impulsos nerviosos suficientes para que las extremidades actúen de manera normal, produciéndose esa sensación de pesadez.
5- Somnolencia
El estado de alerta en el cerebro puede desaparecer y los consumidores pueden entrar en un estado de somnolencia. Esto desencadena en un estado de vigilia que puede provocar alucinaciones (visuales o auditivas, agradables u horrorosas), cierto estado de hipnosis, un pensamiento nada claro y la sensación de aturdido.
Durante esta etapa se produce un grave deterioro de la memoria, detallándose en varios estudios como se producen alteraciones en la concentración, la atención y el procesamiento de la información. El resultado es un bajo rendimiento en la memoria verbal y visual a corto plazo.
6- Ralentización del ritmo respiratorio
La heroína afecta a la respiración modificando la actividad neuroquímica en el tronco cerebral, zona dedicada a controlar el ritmo respiratorio y también cardíaco.
Si este descenso en el ritmo respiratorio se estabiliza se denomina bradipnea. Problema muy frecuente en personas obesas o fumadoras. Sus consecuencias a la larga pueden ser fatales.
7- Estreñimiento y constipación intestinal
Además del sistema nervioso central, el sistema nervioso periférico también se ve dañado, siendo el causante de las náuseas y vómitos que experimentan los consumidores novatos y esporádicos.
El tracto gastrointestinal, cuyo funcionamiento depende de ambos sistemas nerviosos, es víctima del daño de la heroína.
El proceso es un mal funcionamiento de la peristalsis del intestino, inhibición de las secreciones basales, aumento de la absorción del agua en el intestino y de la densidad de las heces y finalmente desarrollo del estreñimiento.
Sin embargo, aún se mantiene en discusión entre la comunidad científica el verdadero papel de la heroína en este fatal proceso intestinal.
Efectos a largo plazo
Cada vez que administramos una dosis de una sustancia adictiva, nuestro cerebro se vuelve más vulnerable y se ve en la necesidad de consumir más y más de ese elemento que provoca efectos a corto plazo tan placenteros.
El motivo de esto se debe a la dopamina, el neutrotransmisor que procesa los estados positivos de la emoción. La dopamina en situaciones de placer o riesgo se segrega, manteniéndose un control por parte del cerebro para no provocar un desequilibrio emocional.
Sin embargo, en el caso de las drogas es diferente, ya que rompe ese equilibrio de la dopamina. Esto provoca una lucha entre el cerebro y las sustancias químicas por el control de los receptores sensibles.
Al principio el cerebro compensa el flujo de heroína, por lo que la cantidad inicial empieza a no suponerle placer al consumidor que, deseoso por conseguir el efecto deseado, recurre a dosis más altas.
Esto deriva en que el cerebro comience a confundirse y se formen nuevas rutas neuronales que conectan directamente la heroína y el placer. Con ello comienza el primer síntoma a largo plazo: la adicción.
8- Adicción
La adicción es el proceso por el que el cerebro comienza a demandar la droga por encima del resto de sus necesidades fisiológicas o de supervivencia, como puede ser comer, beber o tener sexo.
Para su desarrollo es necesario mantener una consolidación del consumo, hasta tal punto que la heroína o cualquier otro adictivo modifique los niveles de dopamina, manteniéndolos bajos.
Esto establece unas conexiones neuronales que se activan tras un proceso de aprendizaje en el que se asocia el placer a la droga, convirtiéndose en recompensa.
9- Enfermedades infecciosas y bacterianas
En los casos más graves, lo normal es que el adicto acabe recurriendo a la vía intravenosa para consumir la heroína. Esta es la forma más potente para sentir los efectos deseados, pero a la par la más peligrosa por todos los riesgos que supone, entre ellos las distintas enfermedades infecciosas y bacterianas.
El uso de jeringuillas para administrarse y el intercambio de estos equipos de inyección entre los consumidores, acarrea la posibilidad de adquirir enfermedades tan graves como el sida (VIH) o la hepatitis B y C, enfermedades crónicas que solo se pueden sobrellevar con ciertos tratamientos.
Un ejemplo de la gravedad del asunto es que se calcula que aproximadamente un 80% de los 35.000 casos anuales que se producen de hepatitis C en Estados Unidos se deben al intercambio de drogas inyectables.
En España, cerca del 59% de los afectados por sida entre 1981 y 1998 se debió a una infección por vía parental.
10- Venas colapsadas
De nuevo, el uso de jeringuillas afecta de manera grave al físico de la persona. El ya heroinómano necesita inyectarse la sustancia nociva vía intravenosa para adquirir mayor placer, derivando a la larga un deterioro en sus venas.
La constante necesidad de pincharse conlleva que las venas se debiliten formándose varices. Esto provoca que se colapsen y que la sangre se acumule, evitando la fluidez de la misma. ¿Resultado? La sangre desoxigenada se amontona sin poder ser oxigenada por los pulmones y se produce una coloración azul o morada en la piel que bordea las venas.
Esta coloración irá ensanchándose a lo largo del brazo provocando graves hematomas.
11- Abscesos cutáneos
La acción de la heroína puede infectar un área del tejido blando, quedándose aislada y produciendo la acumulación de pus y demás bacterias o tejidos muertos.
Estos forúnculos pueden desarrollarse en cualquier parte del cuerpo.
12- Daños en los pulmones y el corazón
Los pulmones y el corazón son, después del cerebro, los órganos más afectados por este opiáceo. Si estos se ven inundados por el fluido de la heroína, su función disminuye y puede provocarle enfermedades como neumonía, tuberculosis, infecciones del endocardio o en las válvulas del corazón y abscesos en el pulmón.
13- Problemas reumatológicos
Los problemas de articulaciones son bastante frecuentes en los adictos a la heroína. La hinchazón, dolor o tumefacción son algunos de los síntomas de estos problemas reumatológicos, entre los que destaca la artritis.
14- Sobredosis
Fase más crítica del consumo de heroína. La intoxicación por esta sustancia se debe, según la OMS, a la “triada por sobredosis opioides”, compuesta por pupilas puntiformes (miosis), pérdida de consciencia y depresión respiratoria.
Esta combinación sirve como impulso a un paro cardíaco respiratorio que puede llevar a la persona a un estado de coma o, en el peor de los casos, a la muerte.
Se calcula que cerca de 69.000 personas mueren por sobredosis de opioides cada año.
15- Síndrome de abstinencia
Creada la dependencia a la heroína, el organismo se acostumbra a su presencia, es tolerada y la exige.
Si en algún momento el drogadicto decide interrumpir o reducir las dosis a las que tiene acostumbrado a su cuerpo, se produce el síndrome de abstinencia, suponiendo una abrupta serie de reacciones físicas o mentales de gran intensidad.
Los primeros síntomas son desasosiego, sudores, agobio, sensación de ahogo, nerviosismo, agitación, insomnio, diarrea, vómitos o movimiento incontrolado de sus extremidades. Normalmente comienzan a las dos horas de la última dosis ingerida y dura entre 24 y 48 horas. A partir de entonces se pasa a la fase más crítica, que dura aproximadamente una semana.
La abstinencia puede tener reacciones muy graves como aumento de la frecuencia cardíaca, arritmias, ataques del corazón, convulsiones, accidentes cardiovasculares, ansiedad, estrés y depresión extrema y finalmente tendencias suicidas.
Algunos datos interesantes
La heroína fue comercializada en 1898 por la farmacéutica Bayer como un medicamento para la tos sin consecuencias adictivas. Su venta fue legal hasta el año 1910.
Según un estudio llevado a cabo por el Instituto de Abuso de Drogas de Estados Unidos, la heroína es la droga ilegal con mayor capacidad adictiva. El único compuesto que la supera es la nicotina, de uso legal y que podemos encontrar en el tabaco.
Según un estudio sobre los efectos del abuso de la heroína (Cicero, 2012), en Estados Unidos, el perfil del consumidor habitual es un varón blanco de 23 años que vive acomodado en zonas rurales o suburbanas y que pertenece a una familia de clase media.
En 2010, en Estados Unidos murieron 3.036 personas por sobredosis de heroína que tenían prescripción médica para tratar sus problemas de dolor crónico con opioides.
Artistas o celebridades como Amy Winehouse, Heath Ledger, Philip Seymour Hoffman, Jim Morrison, Janis Joplin, Jimmy Hendrix, Whitney Houston o Cory Monteith han fallecido por sobredosis de heroína.
Afganistán es el centro neurálgico de la producción de heroína en el mundo ocupando el 92% del mercado. A una larga distancia le siguen el Sudeste Asiático, Colombia y México.
Referencias
- National Institute on Drug Abuse (2014). What is heroin and how is it used?
- Cicero, T.J.; Ellis, M.S.; and Surratt, H.L. Effect of abuse-deterrent formulation of OxyContin. N Engl J Med 367(2):187–189, 2012.
- Rodés, J. M. Piqué, Antoni Trilla (2007). Libro de la salud del Hospital Clínic de Barcelona y la Fundación BBVA
- Substance Abuse and Mental Health Services Administration. Results from the 2012 National Survey on Drug Use and Health: Summary of National Findings. Rockville, MD: Substance Abuse and Mental Health Services Administration, 2013.
- Darke S, Sims J, McDonald S, Wickes W. (2000). Cognitive impairment among methadone maintenance patients. May;95(5):687-95.