Biología

DHA: estructura, función, beneficios, alimentos


El ácido docosahexaenoico (DHA, del inglés Docosahexaenoic Acid) es un ácido graso de cadena larga del grupo de los omega-3 que está presente especialmente en el tejido cerebral, por lo que es esencial para el desarrollo normal de las neuronas y para el aprendizaje y la memoria.

Recientemente se ha clasificado como un ácido graso esencial perteneciente al grupo del ácido linoléico y el ácido araquidónico. Hasta la fecha, se ha reconocido como el ácido graso insaturado con la mayor cantidad de átomos de carbono encontrado en los sistemas biológicos, es decir, el de mayor longitud.

Diversos estudios experimentales han revelado que el DHA tiene efectos positivos en gran cantidad de afecciones humanas como el cáncer, algunas enfermedades del corazón, artritis reumatoide, enfermedades hepáticas y respiratorias, fibrosis cística, dermatitis, esquizofrenia, depresión, esclerosis múltiple, migraña, etc.

Se encuentra en los alimentos provenientes del mar, tanto en la carne de pescado y mariscos como en las algas marinas.

Influye directamente sobre la estructura y la función de las membranas celulares, así como en los procesos de señalización celular, expresión genética y producción de lípidos mensajeros. En el cuerpo humano es muy abundante en los ojos y en el tejido cerebral.

Su consumo es necesario, especialmente durante el desarrollo fetal y neonatal, pues se ha comprobado que una cantidad insuficiente del mismo puede impactar negativamente el desarrollo y el desempeño mental y visual de los niños.

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Estructura

El ácido docosahexaenoico es un ácido graso insaturado de cadena larga compuesto por 22 átomos de carbono. Posee 6 dobles enlaces (insaturaciones) ubicados en las posiciones 4, 7, 10, 13, 16 y 19, por lo que también se dice que es un ácido graso omega-3 poliinsaturado; todas sus insaturaciones se encuentran en posición cis.

Su fórmula molecular es C22H32O2 y tiene un peso molecular aproximado de 328 g/mol. La presencia de gran cantidad de dobles enlaces en su estructura hace que la misma no sea “lineal” o “derecha”, sino que tenga “pliegues” o que sea “retorcida”, lo que hace más difícil su empaquetamiento y disminuye su punto de fusión (-44 °C).

Se encuentra predominantemente en la membrana de los sinaptosomas, el esperma y la retina del ojo, pudiendo hallarse en proporciones cercanas al 50% del total de ácidos grasos asociados con los fosfolípidos constituyentes de las membranas celulares de dichos tejidos.

El DHA puede ser sintetizado en los tejidos corporales animales por desaturación y elongación del ácido graso de 20 átomos de carbono conocido como ácido eicosapentanoico o por la elongación del ácido linoléico, que tiene 18 átomos de carbono y que enriquece a las semillas de linaza, chía, nuez y otras.

No obstante, también puede ser obtenido de los alimentos ingeridos en la dieta, especialmente de la carne de distintos tipos de pescado y frutos del mar.

En el cerebro, las células endoteliales y las células gliales pueden sintetizarlo a partir del ácido alfa linoléico y de otro precursor triinsaturado, pero no se sabe con certeza cuánto suple la demanda necesaria de este ácido graso para el tejido neuronal.

Síntesis a partir de ácido linoléico (ALA)

La síntesis de este ácido puede ocurrir, tanto en plantas como en humanos, a partir del ácido linoléico. En los humanos esta ocurre principalmente en el retículo endoplásmico de las células hepáticas, pero también parece ocurrir en los testículos y en el cerebro, a partir del ALA proveniente de la dieta (consumo de vegetales).

El primer paso de esta ruta consiste en la conversión del ácido linoleico en ácido estearidónico, que es un ácido de 18 átomos de carbono con 4 dobles enlaces o insaturaciones. Esta reacción es catalizada por la enzima ∆-6-desaturasa y es el paso limitante de todo el proceso enzimático.

Posteriormente, el ácido estearidónico es convertido en un ácido de 20 átomos de carbono gracias a la adición de 2 carbonos por medio de la enzima elongasa-5. El ácido graso resultante se convierte luego en el ácido eicosapentanoico, que también tiene 20 átomos de carbono, pero 5 insaturaciones.

Esta última reacción es catalizada por la enzima ∆-5-desaturasa. El ácido eicosapentanoico es elongado dos átomos de carbono para producir el ácido n-3 docosapentanoico, con 22 átomos de carbono y 5 insaturaciones; la enzima responsable de esta elongación es la elongasa 2.

La elongasa 2 convierte también el ácido n-3 docosapenanoico en un ácido de 24 carbonos. La sexta insaturación, característica del ácido docosahexanoico, es introducida por la misma enzima, que también tiene actividad ∆-6-desaturasa.

El precursor de 24 átomos de carbono así sintetizado es translocado desde el retículo endoplásmico hacia la membrana del peroxisoma, donde sufre una ronda de oxidación, que termina eliminando el par adicional de carbonos y formando el DHA.

Función biológica

La estructura del DHA le proporciona propiedades y funciones muy particulares. Este ácido circula en el torrente sanguíneo en forma de complejo lipídico esterificado, es almacenado en los tejidos adiposos y se encuentra en las membranas de muchas células corporales.

Muchos textos científicos concuerdan con que la principal función sistémica del ácido docosahexaenoico en los seres humanos y otros mamíferos radica en su participación en el desarrollo del sistema nervioso central, donde mantiene la función celular de las neuronas y contribuye al desarrollo cognitivo.

En la materia gris, el DHA está implicado en la señalización neuronal y es un factor antiapoptótico para las células nerviosas (promueve su supervivencia), mientras que en la retina se relaciona con la calidad de la visión, específicamente con la fotosensibilidad.

Sus funciones se relacionan principalmente con su capacidad de afectar la fisiología celular y de los tejidos a través de la modificación de la estructura y la función de las membranas, de la función de las proteínas transmembranales, por medio de señalización celular y la producción de lípidos mensajeros.

¿Cómo actúa?

La presencia del DHA en las membranas biológicas afecta significativamente la fluidez de las mismas, así como la función de las proteínas que se insertan en estas. Del mismo modo, la estabilidad de la membrana influye directamente en sus funciones en la señalización celular.

Por ende, el contenido de DHA en la membrana de una célula influye directamente en su comportamiento y capacidad de respuesta frente a distintos estímulos y señales (químicas, eléctricas, hormonales, de naturaleza antigénica, etc.).

Además, se sabe que este ácido graso de cadena larga actúa en la superficie celular a través de receptores intracelulares como los acoplados a proteína G, por ejemplo.

Otra de sus funciones consiste en proporcionar mediadores bioactivos para la señalización intracelular, lo que logra gracias a que este ácido graso funciona como sustrato de las rutas de la ciclooxigenasa y la lipooxigenasa.

Tales mediadores participan activamente en la inflamación, en la reactividad plaquetaria y en la contracción del músculo liso, por lo tanto, el DHA sirve en la disminución de la inflamación (promoviendo la función inmune) y en la coagulación sanguínea, por nombrar algunas.

Beneficios para la salud

El ácido docosahexaenoico es un elemento esencial para el crecimiento y el desarrollo cognitivo de los neonatos y de los niños en las primeras etapas del desarrollo. Su consumo es necesario en el adulto para el funcionamiento cerebral y los procesos relacionados con el aprendizaje y la memoria.

Además, es necesario para la salud visual y cardiovascular. Concretamente, los beneficios cardiovasculares se relacionan con la regulación lipídica, la modulación de la presión sanguínea y la normalización del pulso o ritmo cardíaco.

Algunos estudios experimentales sugieren que la ingesta regular de alimentos ricos en DHA puede tener efectos positivos en contra de diversos casos de demencia (el Alzheimer entre estos), así como en la prevención de la degeneración macular relacionada con el progreso de la edad (pérdida de la visión).

Aparentemente, el DHA reduce los riesgos de padecimiento de enfermedades cardíacas y circulatorias, pues disminuye el espesor de la sangre y también el contenido de triglicéridos en la misma.

Este ácido graso del grupo omega-3 tiene efectos antiinflamatorios y

Alimentos ricos en DHA

El ácido docosahexaenoico es transmitido de una madre a su hijo a través de la leche materna y entre los alimentos que poseen mayor cantidad de este se encuentran el pescado y los frutos del mar.

El atún, el salmón, las ostras, la trucha, los mejillones, el bacalao, el caviar (las huevas de pescado), los arenques, las almejas, el pulpo y los cangrejos son algunos de los alimentos más ricos en ácido docosahexaenoico.

Los huevos, la quinoa, el yogurt griego, el queso, los plátanos, las algas marinas y las cremas lácteas también son alimentos con alto contenido de DHA.

El DHA es sintetizado en muchas plantas de hojas verdes, se encuentra en algunas nueces, semillas y aceites vegetales y, en general, todas las leches producidas por animales mamíferos son ricas en DHA.

Las dietas veganas y vegetarianas normalmente se asocian con bajos niveles plasmáticos y corporales de DHA, por lo que las personas que se someten a estas, especialmente las mujeres embarazadas durante la gestación, deben consumir suplementos alimenticios con alto contenido de DHA para suplir las demandas corporales.

Referencias

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