Nogal: características, hábitat, usos, cultivo
El nogal (Juglans regia) es un árbol de gran tamaño, monoico y de follaje caducifolio perteneciente a la familia Juglandaceae. Conocido como nogal común, nogal español, nogal europeo o nuez de Castilla, es una especie nativa de Europa y Asia.
Como lo indica su nombre, el nogal es un árbol regio y de gran tamaño, que alanza los 25-30 m de altura. Además, se encuentra coronado por una copa amplia y densa que proyecta una sombra cerrada bajo su dosel.
Las hojas compuestas están formadas por 5-9 folíolos ovalados de márgenes enteros y dispuestas de manera alterna. Las flores femeninas pequeñas y poco aparentes son poco vistosas, mientras que las masculinas se disponen en amentos colgantes que favorecen la polinización anemófila.
El fruto es una drupa que presenta una cubierta carnosa y verde que al madurar se seca y alcanza un tono pardo: la nuez. El nogal se cultiva primordialmente para la obtención de frutos, aunque también su madera es empleada en carpintería debido a su excelente calidad.
Índice del artículo
- 1 Características generales
- 2 Taxonomía
- 3 Hábitat y distribución
- 4 Usos
- 5 Cultivo
- 6 Enfermedades
- 7 Referencias
El nogal es una especie arbórea de hojas caducas que puede llegar a los 25-30 m de altura y alcanzar 2 m de diámetro. El tronco corto y robusto cuando joven tiene la corteza lisa y grisácea, cuando adulto se torna rugosa y fisurada de tono gris-plateado.
El fuste se encuentra ampliamente ramificado desde la base con ramas gruesas, arqueadas y corpulentas. A su vez, de las ramas principales emergen numerosas ramas secundarias más delgadas y de apariencia curvada.
La copa bastante amplia y de forma esferoidal y abombada, está constituida por un follaje denso de color verde brillante. De sus ramas emergen brotes glabros o yemas anchas y cortas de color marrón oscuro casi negro que promueven el crecimiento lateral.
Las hojas compuestas y alternas de 20-35 cm de longitud, se disponen en folíolos imparipinnados de 5-9 folíolos ovalados de 6-15 cm. Por lo regular, los folíolos del ápice son de mayor tamaño, decreciendo en dimensión hacia la base de la hoja.
Los márgenes se presentan enteros cuando adultos y ligeramente aserrados en folíolos tiernos, con la base asimétrica y el ápice obtuso o acuminado. Son de consistencia coriácea, glabros y de color verde brillante, con un peciolo corto inicialmente rojizo y luego verde oscuro.
El nogal es una planta monoica que florece entre abril y junio. Las flores masculinas se agrupan en amentos cilíndricos y colgantes de tonos amarillo-verdosos, de 15 cm de largo y en grupos de 1-3 unidades.
Las inflorescencias femeninas se agrupan en 2-5 flores hirsutas de estigmas amarillos en los extremos de los brotes jóvenes. De las flores femeninas emergen los frutos globulares cubiertos por brácteas suculentas de color verde, en cuyo interior se localiza la nuez.
Los frutos globosos, lisos y verdosos de 4-5 cm de longitud se agrupan de 1-4 unidades sobre un pedúnculo corto. El fruto del nogal es una nuez o drupa, con el mesocarpio carnoso y el endocarpio firme surcado en dos valvas.
El interior de la drupa está dividida en 2-4 celdas que contienen la semilla cerebriforme compuesta por los cotiledones arrugados y dividida en 2-4 lóbulos. La semilla es comestible, tiene un sabor dulce y muy agradable.
La semilla del nogal constituye un alimento de alto valor nutritivo, cuyo aporte calórico promedio oscila entre 650-690 kcal/100 gr. Además, contiene ácido linoleico (omega 6), ácido fólico (vitamina B9), sacarosa, dextrinas, dextrosa, almidones y casi el 50% de su peso es contenido graso.
La nuez contiene 4% de agua, 15% hidratos de carbono, 5% fibra, 15% proteína y 60% de lípidos, de los cuales 30% es ácido linoleico. Asimismo, posee cantidades importantes de calcio, fosforo, hierro, sodio y potasio, así como tiamina (vitamina B1) y riboflavina (vitamina B2).
– Reino: Plantae
– División: Magnoliophyta
– Clase: Magnoliopsida
– Orden: Fagales
– Familia: Juglandaceae
– Subfamilia: Juglandoideae
– Tribu: Juglandeae
– Género: Juglans
– Especie: Juglans regia L., 1753
– Juglans: el nombre del género proviene del latín «Jǒvis glans», abreviado como «Jūglans» que significa «fruto de Júpiter».
– regia: el epíteto especifico proviene del latín «rēgǐa», que significa «real o rey».
– Juglans duclouxiana Dode
– Juglans fallax Dode
– J. kamaonia (DC.) Dode
– J. orientis Dode
– Juglans regia var. sinensis DC.
– Juglans regia subsp. fallax Popov
– J. regia var. kamaonia DC.
– J. sinensis (DC.) Dode
El nogal crece sobre suelos fértiles, profundos, bien drenados y poco ácidos, lo que facilita el despliegue de su extenso sistema radicular. En condiciones silvestres tolera bien el frío, pero es susceptible a las heladas ocasionales, la falta de humedad y las podas severas.
Es común observar que el área que ocupa la sombra que proyecta la copa del nogal carece de otras especies vegetales. En efecto, se presenta un efecto alelopático, ya que los taninos presentes en las hojas que caen inhiben la germinación y desarrollo de otras plantas.
El nogal es originario del sudeste de Europa y el oeste de Asia. Su distribución actual se ubica desde Europa central y meridional, hasta Asia central y suroccidental.
En la península ibérica se localiza hasta niveles altitudinales de 1.500 msnm. Sobre todo, en suelos de origen calcáreo, profundos, sueltos y con gran contenido de materia orgánica.
Es un árbol adaptado a condiciones de media sombra o plena exposición solar, que requiere humedad y riego regular sin llegar a ser excesivo. En las fases iniciales de crecimiento es susceptible al frío y las heladas, siendo una especie muy longeva, incluso centenaria.
La nuez del nogal es un fruto seco de alto valor nutritivo, contenido energético y grasas. En efecto, contiene grasas poliinsaturadas (68%), grasas monoinsaturadas (16%) y grasas saturadas (11%) entre los que destaca el ácido graso esencial omega.
Por otra parte, contiene proteínas (14%), altos niveles de fibra, fósforo y magnesio, y menor proporción de calcio, hierro, potasio, selenio y zinc. Así como vitaminas B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacina), B6 (piridoxina) y B9 (ácido fólico).
El equilibrio del aporte de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas de las nueces contribuye con diversos procesos fisiológicos y bioquímicos del organismo. Su consumo habitual controla la presión arterial, los problemas de diabetes, las arritmias y evita la muerte súbita.
Los ácidos grasos omega-3 mejoran los síntomas ocasionados por enfermedades inflamatorias, como artritis reumatoide y psoriasis. Además, disminuye el riesgo de padecer algún tipo de cáncer.
Las proteínas contienen diversos aminoácidos como la arginina, elemento esencial para la prevención de malestares cardiovasculares. Por su parte, la vitamina B6 (piridoxina) influye en el desarrollo cerebral, e incrementa el nivel de hematíes en la sangre.
El nogal es una especie de alto valor económico, gracias a la producción de nueces comestibles y la calidad de su madera. La madera firme de tono marrón grisáceo con vetas oscuras se emplea en ebanistería y tornería; la leña se utiliza para combustión.
Las hojas y la cascara de la nuez poseen alto contenido de taninos, siendo utilizados en tintorería para teñir tejidos de color oscuro. En la medicina tradicional se emplea para regular la glicemia, cicatrizar heridas y aliviar cólicos nefríticos. De la corteza se obtienen un esmalte llamado «nogalina».
De manera silvestre los nogales se propagan por semilla. Sin embargo, a nivel comercial su multiplicación se realiza a través de brotes o injertos sobre portainjertos resistentes y vigorosos.
La propagación por semilla es un método poco utilizado debido al enorme tiempo que se tarda para obtener una planta nueva. Sin embargo, las semillas se seleccionan de árboles adaptados a las condiciones ambientales de la región, de excelente producción y calidad.
Las nueces requieren estratificación en arena para aflojar la corteza externa, posteriormente se maceran para que abra la cascara. Se colocan 2-3 semillas por punto en macetas con sustrato fértil, bajo condiciones de vivero se esperan dos años hasta la aparición de la plántula.
La propagación vegetativa se realiza en vivero por injerto de yemas, de púas o de parche. El injerto de yema se realiza sobre portainjertos cortos, con el objeto de evitar quemaduras y la incidencia de patógenos a través de la raíz.
En portainjertos de mayor tamaño se realiza el injerto de pie, procurando insertar la púa por debajo del nivel de suelo. De esta manera se obtienen plantas con un eje central recto, robusto y firme sin ramas laterales.
El injerto de parche o de chapa se realiza sobre plantas de más de un año de edad y de rápido crecimiento. El proceso consiste en levantar del patrón una porción de corteza que se reemplaza por una parte similar del injerto dotada de 1-2 yemas.
En este método es recomendable premadurar las yemas, eliminando las hojas y dejando solo el raquis unos 8-10 días antes del proceso. Así como emplear cinta plástica o gomas para sujetar firmemente las yemas al pie o portainjerto.
El nogal se adapta a diferentes tipos de suelos, aunque prefiere los suelos fértiles, sueltos, profundos y de buen drenaje. En efecto, prefiere los suelos de origen calizo con suficiente arena y cantos rodados, así como pH de 6-7,5 o ligeramente alcalino.
La buena retención de humedad precisa suelos con un contenido de 1-2% de materia orgánica y un 18-25% de arcilla. El pH del suelo determina el tipo de patrón utilizado en propagación, para suelos ácidos su emplea Juglans nigra y en alcalinos Juglans regia.
En cuando a las condiciones ambientales, el nogal es susceptible a las heladas tardías durante la primavera. Se debe restringir su cultivo en lugares donde la temperatura desciende a -1 ºC, ya que afecta la formación de nuevos brotes y la floración.
Las heladas en primavera y otoño interfieren en el buen desarrollo de la planta y tienden a mermar sustancialmente la cosecha. De hecho, durante la fase juvenil, el frío intenso puede ocasionar la muerte de todo su follaje.
En caso contrario, condiciones de baja humedad y temperatura superior a los 38 ºC puede ocasionar quemaduras en las nueces tiernas. Como consecuencia, las nueces pueden resultar vacías, pero si las semillas han madurado, la nuez tiende a deshidratarse, arrugarse y oscurecerse.
Los requerimientos pluviométricos del cultivo oscilan entre 1.000-1.200 mm al año, con mínimos necesarios de 700 mm. Cuando las precipitaciones son irregulares e insuficientes, se debe recurrir al riego para lograr el buen desarrollo de la planta e incrementar la producción de nueces.
En ambientes fríos, el nogal requiere una ubicación abierta donde reciba de manera directa la radiación solar. De lo contrario, en ambientes cálidos se adapta a condiciones de semisombra.
El nogal es una planta de crecimiento rápido que no se desarrolla bien sobre suelos arcillosos ya que es susceptible al exceso de humedad. Durante su fase de crecimiento requiere un ambiente cálido sin excederse, ya que el calor extremo puede quemar sus hojas.
No obstante, durante su fase productiva la disposición de humedad de manera frecuente permite obtener mayores rendimientos durante la cosecha. La aplicación de un mantillo orgánico alrededor del árbol favorece la conservación de la humedad y evita la aparición de malezas.
En la fase de crecimiento es recomendable realizar podas de formación, con el objeto de establecer un tallo central con 4-5 ramas principales. No se recomiendan las podas severas, solo podas de mantenimiento o saneamiento durante la primavera o el verano.
Suelos pobres y húmedos promueven la aparición de enfermedades bacterianas, que ocasionan defoliación, caída de los frutos y muerte de la planta. Altos niveles de humedad relativa durante el crecimiento de los brotes foliares favorecen la aparición de la roya del nogal.
En regiones de clima templado, azotado por vientos cálidos y secos procedentes de sur, ocurre la defoliación prematura del follaje. Además, es el ambiente propicio para la incidencia de la polilla carpocapsa (Cydia pomonella), plaga que ocasiona el agusanado del fruto.
Por otra parte, a pesar de que el nogal es una especie rústica, es una planta muy susceptible a la falta de humedad. En efecto, no se recomienda su siembra en terrenos de secano y en condiciones extremas de sequía.
La estructura micelar del hongo penetra las raíces produciendo un fluido amarillento que puede derivar en la muerte de los tejidos. Los síntomas externos se manifiestan por el amarillamiento del follaje, ramas secas, frutos pequeños y baja producción de nueces.
El principal síntoma se manifiesta en las hojas como manchas circulares de color marrón rodeadas de un halo amarillo. Una fuerte incidencia de la enfermedad ocasiona que las manchas crezcan hasta unirse, ocasionado el secado y caída de las hojas.
Patógeno presente en suelos ácidos, el hongo afecta las raíces provocando lesiones que pueden ocasionar la destrucción del tejido afectado. En ataques severos las lesiones llegan hasta la zona del cuello y el tronco, provocando la muerte del árbol.
Enfermedad causada por una bacteria que se reproduce fácilmente en condiciones de abundante humedad y temperaturas elevadas. La mayor incidencia afecta la producción de yemas, brotes, flores y frutos, reduciendo la producción sustancialmente.
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