Tortuga del desierto: características, hábitat, reproducción
La tortuga del desierto (Gopherus agassizii) es un reptil que pertenece a la familia Testudinidae. Dentro de sus características se encuentra el caparazón, que tiene escudos de color marrón grisáceo o marrón negruzco. Usualmente el centro de estos es naranja o amarillo.
Esta carcasa protege al animal de los depredadores, pero también lo hace de las fuertes radiaciones solares. Así, la temperatura del caparazón suele estar entre 8 y 10 °C más alta que la temperatura corporal.
Esta especie se encuentra distribuida en California, al sur de Nevada, al oeste de Arizona y al suroeste de Utah. En México, se encuentra principalmente en Sonora, en Sinaloa y en el Golfo de California. Su hábitat incluye laderas donde abunde la cubierta vegetal de creosota y los suelos arenosos.
En cuanto a los sentidos, el olfato es uno de los más importantes en la tortuga del desierto. Los estímulos olfativos son utilizados para la alimentación, en el cortejo y en otras interacciones de tipo social.
Índice del artículo
- 1 Evolución
- 2 Características generales
- 3 Hábitat y distribución
- 4 Taxonomía y clasificación
- 5 Estado de conservación
- 6 Reproducción
- 7 Alimentación
- 8 Comportamiento
- 9 Referencias
Los ancestros de las tortugas terrestres posiblemente cruzaron el puente de Bering, llegando así a América del Norte. En dicho continente, durante el Oligoceno y el Mioceno, existieron alrededor de 50 especies de tortugas terrestres, muchas de las cuales eran gigantes.
En el Plioceno, las grandes especies se extinguieron en la mayor parte de su rango de hogar. Por otra parte, según los registros fósiles, la familia Testudinidae apareció durante el Eoceno Medio.
En cuanto al género Gopherus, pudo haber evolucionado de una especie temprana del género Stylemys, en la época del Eoceno tardío. Las primeras especies conocidas son el Gopherus laticunea y el Gopherus praextons, que data de 45 millones de años atrás.
La separación de los grupos de Gopherus pudo haber ocurrido durante el Pleistoceno tardío. En dicho período, las condiciones ambientales desfavorables ocasionaron la separación de las poblaciones occidentales de las orientales.
Con relación a la extensión geográfica del G. agassizii a Nuevo México, Arizona y Texas, probablemente ocurrió en el Pleistoceno tardío.
Durante el Eoceno, la mayoría de las tortugas vivían en regiones subtropicales o tropicales. Con relación a la transición Eoceno-Oligoceno, se encuentra asociada a diversas variaciones climáticas y vegetativas. Por esto, probablemente las plantas sufrieron un cambio, fueron más gruesas y xéricas.
El período Oligoceno está caracterizado por elevaciones continentales. Así, en esa época, el comportamiento de excavación del Gopherus sugiere la existencia de un hábitat semiárido, con regiones de matorrales espinosos y chaparrales,
Por otra parte, en el Plioceno Superior, el clima y la vegetación fue cambiante. En esta época de la prehistoria, debido a la glaciación, el rango del Gopherus se desplazó hacia el sur.
Estas condiciones ambientales ocasionaron la división de la tortuga del desierto en dos poblaciones, una oriental y otra occidental, el G. berlandieri y G. agassizii, respectivamente.
Según las investigaciones, el G. agassizii pudo haber utilizado el corredor sur de las Montañas Rocosas como una de las rutas para dispersarse.
La piel de la cabeza y de las extremidades de la tortuga del desierto es gruesa y de color marrón rojizo o gris negruzco. La piel que se encuentra en el cuello y en la cuenca de las extremidades son amarillentas.
Esta estructura es oblonga y está ligeramente plana dorsalmente. En cuanto a su largo, mide entre 215 y 335 milímetros. Los escudos son color café tostado, marrón grisáceo o marrón negruzco. Frecuentemente, estos tienen el centro amarillo o naranja.
Tiene una cúpula alta, lo que permite un mayor espacio para los pulmones. En casi todas las especies, el caparazón está formado por 50 huesos.
Con relación a los escudos, consta de uno nucal, con once marginales a cada lado. El último de estos se une para formar una placa supracaudal. También, tiene cinco escudos neurales o vertebrales y cuatro costales, donde el primero es el más largo y el último el más pequeño.
La tortuga del desierto tiene un plastrón amarillo, con el borde de las láminas de color marrón. Está formado por nueve huesos: 2 hipoplastron, 1 entoplastron, 2 epiplastron, 2 xiphiplastron y 2 hyoplastron.
La fontanela se cierra completamente cuando el plastrón tiene alrededor de 210 milímetros de longitud. En cuanto a los escudos, tiene 6 pares. Los pectorales son de menor tamaño que los abdominales y tienen una sutura mediana más corta. Las placas humerales tienen una mayor dimensión que las femorales.
El sistema óseo incluye ocho vértebras cervicales, doce dorsales y ocho cervicales. Las vértebras caudales pueden tener un número variable. Esta especie tiene una quilla interclavicular muy pronunciada, que amplía el área de origen de los músculos deltoides.
Con relación a las costillas, la primera y segunda se fusionan a las placas costales. Desde la tercera hasta la octava se encuentran unidas a los escudos dorsales. Las costillas sacras están asociadas a los extremos dorsales.
Las extremidades traseras son redondeadas, gruesas, cortas y tienen cuatro dedos. Las delanteras son aplanadas, escamosas y poseen cinco dígitos. Estas extremidades son utilizadas para cavar las madrigueras y los nidos.
En cuanto a los dedos, tienen garras fuertes y anchas. Además, estos no pueden moverse de manera independiente, ya que son muy cortos y por el aplanamiento de la superficie articular entre el metacarpo y las falanges proximales.
La cabeza del Gopherus agassizii es pequeña. El ojo tiene un iris de color amarillo verdoso o amarillo con el borde exterior marrón. Con relación a las mandíbulas, se encuentran aserradas. Así, están adaptadas para triturar las plantas que consumen.
Debajo de los bulbos de las mandíbulas tiene dos glándulas conocidas como glándulas de la barbilla o subdentarias. En el macho se encuentra bien desarrollada, especialmente durante la época de la reproducción. Sin embargo, en la hembra estas estructuras puede que no sean funcionales.
La función de estas glándulas está relacionada con señales visuales y olfativas, empleadas durante el cortejo. Las secreciones masculinas contribuyen en el reconocimiento sexual. Además, los machos pueden responder de manera agresiva ante otras tortugas que tengan las mismas sustancias.
Las glándulas subdentarias tienen un tejido epitelial externo sin escamas y dos o tres aberturas externas. La sustancia que excretan está formada por ácidos grasos libres, triglicéridos, esterasa y colesterol.
En ambos sexos, el plastrón presenta una extensión en la región anterior. Esta estructura es conocida como cuerno gular y en el macho es más largo y curvado hacia arriba.
Es utilizado por el macho en su combate con otros machos. Así, este trata de insertarlo debajo del borde anterior de la coraza del contrincante, girándolo hacia un lado para tratar de voltearlo sobre su espalda. Para evitarlo, el oponente intenta mantener su cuerpo en alto.
En esta especie, el dimorfismo sexual es muy marcado. Por ejemplo, el macho posee unas garras más gruesas y la cola es de mayor longitud, que facilita que el pene sea introducido en la cloaca de la hembra durante la copulación.
Además, el plastrón del macho es cóncavo, especialmente hacia la zona femoral. Esto le permite ajustarse al caparazón de la hembra durante el apareamiento.
El Gopherus agassizi está distribuido al oeste y al norte del río Colorado, en el suroeste de los Estados Unidos y en los desiertos de Sonora y Mojave, en California. También está al noreste de Arizona, al sur de Nevada y al suroeste de Utah.
La tortuga del desierto vive la mayor parte del tiempo debajo de la tierra, en madrigueras que le proporcionan una temperatura más fresca que la externa. De esta manera puede escapar de las áridas condiciones del desierto.
Suele habitar desde colinas rocosas hasta planicies arenosas, incluyendo fondo de cañones, pastizales semiáridos y desiertos de grava, donde pueda cavar su madriguera. Además, puede encontrarse tanto en zonas muy cercanas al nivel del mar como en ecosistemas ubicados a 915 metros de altura.
Esta especie habita en diferentes regiones. En el sur, abarcando la zona norte de Sinaloa y el sur de Sonora, vive en bosques tropicales caducifolios y en matorrales espinosos. Sin embargo, hacia el norte, se localiza en los matorrales desérticos y caducifolios del desierto de Sonora.
Su hábitat suele agruparse en tres grandes grupos de poblaciones. Las tortugas que viven en el desierto de Sonora, se localizan en laderas aluviales y en los valles de las cordilleras desérticas.
En esta zona, las lluvias son regulares y abundan los cactus y la especie diente de león. También, habita en laderas rocosas y empinadas, con poblaciones de cactus saguaro y de palo verde.
En el desierto de Mojave, al sureste de California, al sur de Utah y al sur de Nevada, se distribuye en valles donde abundan los bosques de enebro y suelos arcillosos, donde puede cavar fácilmente. Además, prefiere los arbustos de creosota, el bursage blanco y el pasto.
Por otra parte, hacia el sur, las tortugas del desierto de Sinaloa se localizan en matorrales de espinas y en bosques tropicales de hoja caduca.
En las hembras, el promedio del rango de hogar es de 2,6 a 23,3 hectáreas, mientras que para el macho es de 9,2 a 25,8 hectáreas. Esta especie no es territorial, por lo que las áreas pueden superponerse.
Las que viven en el desierto, generalmente amplían su área en los meses de verano y primavera, cuando se encuentran más activas. Durante el invierno o en las temporadas muy secas y calurosas, el reptil permanece en su madriguera subterránea.
El Gopherus agassizi cava la madriguera en el suelo arenoso, en grava seca o en la base de un arbusto. Esta tiene forma de semicírculo y generalmente mide entre 92 y 275 centímetros.
Las madrigueras son construidas con diversos propósitos. Así, las de primavera tienen poca profundidad, ya que, durante esa época del año, la tortuga del desierto puede descansar bajo de la sombra de un arbusto.
Con relación a las de verano suelen ser cortas, mientras que el refugio de invernada es más largo y con frecuencia es excavado en la zona superior de un banco escarpado.
-Reino: Animal.
-Subreino: Bilateria
-Filum: Cordado.
-Subfilum Vertebrado.
-Superclase: Tetrapoda.
-Clase: Reptilia.
-Orden: Testudines.
-Suborden: Cryptodira.
-Superfamilia: Testudinoidea.
-Familia: Testudinidae.
-Género: Gopherus.
-Especie: Gopherus agassizii.
En los últimos años, las poblaciones de las tortugas del desierto han sufrido una importante disminución. Esta situación ha conllevado a que la UICN catalogue al Gopherus agassizi como una especie vulnerable de extinguirse.
Así mismo, en 1990, el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos clasificó a este reptil dentro del grupo peligro de extinción. En 1994, México declara como amenazada a la tortuga del desierto.
Uno de los principales factores que aquejan a esta especie es la pérdida de su hábitat. El hombre ha talado y modificado el medio ambiente donde se desarrolla esta tortuga. Esto ha traído como consecuencia la expansión del área urbana y la creación de nuevos espacios agrícolas.
Además, la construcción de las carreteras ha ocasionado que los vehículos que por ahí transitan maten a las tortugas que intentan cruzar la vía. Otra amenaza lo constituye la pérdida de las plantas forrajeras. Esto se debe a su reemplazo por especies invasoras y por la competencia con el ganado por el pastoreo.
El desarrollo urbano del desierto provoca un incremento en las fuentes de agua y de alimentos, incluyendo la basura que estos producen. Esto trae como consecuencia que los cuervos nativos se acerquen, lo que representa una seria amenaza de este depredador hacia las tortugas.
También, este reptil es capturado para ser vendido como mascota. Además, es vulnerable ante el ataque de los perros salvajes, los zorros, los coyotes y los tejones.
El Gopherus agassizi se encuentra incluido dentro del Apéndice II de CITES. Dicha especie está bajo la protección de los organismos federales y estatales. Estas agencias han desarrollado programas orientados hacia la recuperación de las poblaciones.
Además, se han creado santuarios, donde, entre otras acciones conservacionistas, está prohibida la entrada a los vehículos. El plan de manejo incluye el monitoreo de las comunidades y la construcción de cercas o elevados, que mantengan a este reptil fuera de las carreteras.
Durante la vida reproductiva de la tortuga del desierto, que se inicia entre los 15 y 20 años, esta pudiera tener varias parejas. Además, en este período, el macho tiene un alto nivel de testosterona, con valores más elevados que la gran mayoría de los vertebrados.
Antes de aparearse, los machos luchan entre sí para tener acceso a una hembra en celo. En el combate, los machos mueven sus cabezas, chocan sus caparazones y se persiguen.
Con frecuencia, durante la lucha, intentan voltearse, utilizando su cuerno gular. Si uno lo logra, el perdedor se endereza y se retira del lugar. Luego de esto, el macho ganador corteja a la hembra. Para esto, la rodea e impide su desplazamiento, la golpea y trata de morderla.
Durante el acoplamiento, las tortugas del desierto vocalizan prolongados gemidos y gruñidos. Además, los movimientos de golpe entre los caparazones emiten un sonido similar al de un tambor.
Una vez que la hembra se ha apareado, puede almacenar el esperma en su tracto reproductivo. El líquido seminal pudiera permanecer viable alrededor de 18 meses después de la cópula.
Dependiendo del estado físico y de la edad de la hembra, esta puede poner al año hasta 3 nidadas. En cada camada, deposita entre 2 y 14 huevos. Un tiempo antes de poner los huevos, la hembra selecciona el sitio donde va a construir el nido. Este suele localizarse cerca del sitio de descanso o de la madriguera.
Luego que cava el agujero, lo orina. Este comportamiento pudiera estar asociado con la intención de alejar a los depredadores o de tratar de mantener húmedo a los huevos. Una vez que estos se encuentran en el nido, los cubre de tierra y orina de nuevo.
La hembra suele proteger los huevos durante un tiempo, evitando que algunos de los depredadores naturales, como el cuervo, el águila y el zorro, los consuman. Una vez que ocurre la eclosión, alrededor de 90 y 120 días después de la anidación, la madre abandona a las crías.
La temperatura del suelo puede influir en el desarrollo del embrión. Los expertos señalan que, en las temperaturas más bajas, entre 26 y 29 °C, la gran mayoría de las crías son machos. Por otra parte, si durante la incubación la temperatura es de 30 a 32 °C, las hembras abundarán en la manada.
Las crían utilizan el diente de huevo para romper el cascarón. Al nacer, tienen un tapón de yema, que le proporciona alimento. En cuanto a su tamaño, mide de 4,5 a 5 centímetros de largo y pesa aproximadamente de 20 a 27 gramos. Su caparazón es suave y permanecerá así hasta aproximadamente los cinco años.
Su coloración es marrón, con el centro de los escudos de un tono amarillo opaco. Con relación a su esqueleto, está incompleto. Además, tiene una fontanela a cada lado de la carcasa y entre el par de costillas.
El saco vitelino seco se mantiene adherido a la zona umbilical del plastrón, pero es absorbido a los dos días de haber eclosionado.
El Gopherus agassizzi es herbívoro selectivo, que modifica su alimentación de acuerdo con la disponibilidad de las plantas. Así, elige plantas suculentas hasta los últimos días de la primavera, época en la cual la gran mayoría de las plantas herbáceas y anuales están secas.
Su dieta consiste en hojas, flores, tallos, raíces, cortezas y frutas. Estas provienen de arbustos, árboles, plantas suculentas, enredaderas leñosas, cactus, herbáceas anuales y perennes. Ocasionalmente, pudiera comer carroña o algunos insectos.
Entre las especies preferidas están Cassia armata, Euphorbia sp., Eriogonum sp., Opuntia basilaris, Erodium cicutarium, Bouteloua barbata, Festuca octoflora y Bromus rubens. Dentro del grupo de pastos perennes se encuentra Hilaria rigida, Oryzopsis hymenoides y Muhlenbergia porteri.
La época más importante, en cuanto a nutrición se refiere, es la primavera. En dicho período, las tortugas del desierto requieren vegetación verde, que le permita reponer las reservas de grasa que fueron utilizadas durante la hibernación. Con relación al verano, las hierbas perennes son importantes, debido a su suculencia.
Por otra parte, el hábitat natural de este reptil se caracteriza por largos períodos de sequía. Debido a esto, el animal obtiene el agua que requiere de la vegetación y de las lagunas temporales.
Esta especie tiene adaptaciones que le permiten su alimentación “lingual”. Dentro de estas se incluyen una lengua móvil y de gran tamaño y una superficie de masticación aserrada. También, tiene un paladar arqueado y una acentuada flexión craneal. Esto permite que cuando la boca está cerrada el animal puede respirar libremente.
La tortuga del desierto forrajea mientras vaga de una planta a otra, olfateando la planta antes de comerla. Cuando selecciona un pasto, lo recorta a nivel del suelo y traga el pedazo, luego de masticarlo pocas veces.
Además, puede elevar su cuerpo, apoyándose en las fuertes patas traseras. De esta manera puede acceder a las vainas y ramas del Lotus sp.
El Gopherus agassizi es más activo durante los meses de marzo a septiembre. Durante los primeros meses de verano y en la primavera pasan la mayor parte del tiempo alimentándose de las hierbas nativas de la zona. Desde el final del otoño hasta el invierno, se retiran a su guarida invernal.
Dicha especie afronta otra problemática, la escasez de agua. Para maximizar la poca cantidad de agua producto de la lluvia, este reptil cava en el suelo unas cuencas de captación. Gracias a que puede recordar el lugar, suele ir frecuentemente a tomar agua de estas.
Además, para sobrevivir, la tortuga del desierto concentra y almacena orina en su vejiga. De esta manera, el organismo puede extraer el agua que esta contiene, según lo necesite. En tiempos muy secos, su orina puede tener una consistencia pastosa y blanca, debido a la poca cantidad de agua y al alto contenido de sal.
Cada especie puede emitir vocalizaciones que la caracterizan, de esta manera dichos sonidos pueden utilizarse para identificarla. Algunas de las llamadas son gemidos, silbidos, maullidos débiles y gritos.
Las llamadas son comunes durante los combates y en el apareamiento. También suelen utilizarlas mientras buscan su alimento. Los especialistas sostienen que la frecuencia y la complejidad de estas aumentan con la edad.
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