Mesolítico: origen, características, arte, economía, herramientas
El Mesolítico es el periodo de la prehistoria ubicado entre el Paleolítico y el Neolítico. El nombre proviene de las palabras griegas mesos (medio) y lithos (piedra), por lo que puede traducirse como Edad media de la piedra. Esta periodización, creada por John Lubbock en 1865, ha sido objeto de controversia y algunos historiadores prefieren usar el término Epipaleolítico.
Aunque existen diferencias cronológicas según el desarrollo de cada zona del planeta se considera que el Mesolítico comenzó hace unos 12 000 años y finalizó sobre el 4 000 a. C. este periodo se ubica en la transición entre el Pleistoceno y el Holoceno, después del fin de la Era Glaciar.
Ese cambio climático fue responsable de muchos de los cambios sociales que se produjeron. El ser humano pudo abandonar las cuevas en las que se refugiaba debido al frío y, poco a poco, levantó pequeños asentamientos al aire libre. Aunque en esta etapa todavía primaba el nomadismo, el tiempo de estancia en cada campamento aumentó.
Unido a lo anterior, este periodo también significó un aumento de la recolección, con los primeros ejemplos de agricultura. La pesca fue otra de las actividades que experimentó una gran evolución, con nuevos inventos para obtener más capturas.
Índice del artículo
- 1 Origen
- 2 Características del Mesolítico
- 3 Arte mesolítico
- 4 Economía
- 5 Herramientas e inventos
- 6 Referencias
El Mesolítico comenzó en la transición entre el Pleistoceno y el Holoceno, hace alrededor de 12 000 años. Su final estuvo marcado por la aparición de nuevos modos de vidas basados en la agricultura, algo que no sucedió al mismo tiempo en todo el planeta.
De esta forma, en Oriente Medio el siguiente periodo, el Neolítico, comenzó a cobrar forma ya en el 9 000 a. C., mientras que en la Europa atlántica o Escandinavia esto no sucedió hasta el 4 000 a. C.
El término Mesolítico fue creado por el británico John Lubbock en 1865, cuando apareció en su obra Prehistoric Times. En este trabajo, el autor establecía la división de la Edad de Piedra en tres periodos diferentes: Neolítico (piedra nueva), Mesolítico (piedra media) y Neolítico (piedra nueva).
Durante mucho tiempo, el Mesolítico fue considerado solo como un periodo de transición entre las otras dos etapas. Esta consideración comenzó a cambiar a comienzos del siglo XX, cuando los investigadores descubrieron que existía una continuidad cultural clara entre los distintos periodos.
Esto provocó que se creara un nuevo término para denominar al Mesolítico: Epipaleolítico (por encima de Paleolítico). El término, no obstante, tuvo una aceptación desigual entre los científicos, algo que persiste en la actualidad.
El cambio en el clima mundial que comenzó hace unos 12 000 años fue el factor fundamental para que los seres humanos de la época fueran adoptando nuevas formas de vida.
En el final de la Era Glaciar hizo que el clima fuera más templado y permitió que la flora y la fauna se multiplicaran. Algunas de las especies adaptadas al frío, como el mamut, se extinguieron, algo en lo que la acción cazadora del hombre contribuyó de manera notable. Otras especies mejor adaptadas al nuevo clima empezaron a extenderse.
Los seres humanos pudieron salir de las cuevas que habían servido como refugio del frío que antes reinaba. Durante el Mesolítico aumentaron los campamentos al aire libre, ubicados en zonas que permitían obtener alimentos y materias primas.
El Mesolítico ha sido dividido por los historiadores en dos etapas. La primera, llamada Epipaleolítico, abarca aproximadamente su primera mitad, mientras que la segunda, el Protoneolítico, fue la que dio paso al siguiente periodo, el Neolítico.
El final de la Era Glaciar significó que la vegetación creciera en todo el mundo. Primero aparecieron las estepas y, después, bosques frondosos. Gracias a esto, los seres humanos pudieron incluir nuevos ingredientes en su dieta.
La fauna, por su parte, también sufrió varios cambios. Los animales habituados al frío y que no se extinguieron emigraron hacia al norte, como fue el caso del bisonte y el reno. Otras especies, sin embargo, proliferaron. Entre estas se encontraban el ciervo, mamíferos pequeños, gansos, jabalíes o alces.
Las condiciones climáticas anteriores causaron que el ser humano debiera refugiarse en cuevas. Con la mejora del clima, ya en el Mesolítico, los asentamientos al aire libre empezaron a crecer. Esto no significa que se abandonara el nomadismo, sino que, cuando encontraban un lugar rico en recursos, levantaban campamentos y se mantenían en ellos más tiempo.
Esos asentamientos temporales solían ubicarse en las cercanías de los ríos o en zonas en las que abundara la caza, la pesca y productos para recolectar.
Este cambio en la forma de vida provocó que aparecieran las primeras familias. Con el tiempo, estas dieron lugar a clanes y, por último, a tribus.
Por otra parte, los seres humanos de este periodo comenzaron a practicar una rudimentaria agricultura. Igualmente, se incrementaron las actividades pesqueras.
Los seres humanos del Mesolítico practicaban religiones politeístas y cultivaban el pensamiento mágico. El animismo era la creencia más frecuente entre las sociedades de ese periodo.
Los restos arqueológicos encontrados han ofrecido evidencias de que los hombres de Mesolítico creían en la existencia de seres sobrenaturales relacionados con la pesca y la caza, además de con los fenómenos naturales.
En esta etapa histórica aparecieron los primeros cementerios. El culto a la muerte y a los antepasados empezó a desarrollarse.
Como se ha señalado, el cambio en el clima mundial permitió que se levantaran los primeros asentamientos al aire libre y, por lo tanto, que comenzaran a elaborarse las primeras viviendas. Estas eran muy sencillas y se construían usando solo madera y ramas de árboles.
Estas primeras casas solo tenían una habitación. Para que fueran más resistentes se edificaban semi-excavadas.
Muchos de los animales que formaban parte de la dieta humana durante el Paleolítico se extinguieron o emigraron debido a las temperaturas más templadas. Además, aumentó la vegetación, dando más opciones a los humanos para alimentarse.
Ambos factores provocaron un cambio en los hábitos alimentarios. Así, los humanos comenzaron a cazar mamíferos más pequeños y la pesca experimentó un gran auge.
Aunque tradicionalmente los historiadores han hablado de revolución neolítica para describir los grandes cambios producidos por la aparición de la agricultura, muchos autores apuntan que, en realidad, esa transformación comenzó durante el Mesolítico.
Fue en este periodo cuando empieza a aparecer el sedentarismo y fueron domesticados algunos animales. Además, se produjo la primera expansión demográfica, favorecida por la invención de nuevas herramientas que aumentaron la producción de alimentos.
El final del Paleolítico Superior supuso también la desaparecieron de sus manifestaciones artísticas y la aparición de nuevas temáticas y estilos. Los expertos señalan que es complicado datar el arte mesolítico, por lo que existen diversas periodizaciones.
Los principales cambios en el arte se presentaron en el arte parietal, aquel que se elaboraba en las paredes de las cuevas, y en el arte mueble, el de los objetos personales. Además, también aparecieron los primeros artículos de cerámica.
El arte mesolítico tenía un estilo racionalista y conceptual y estaba basado en lo abstracto y en lo geométrico.
Algunos de los mejores ejemplos de esta transformación estilística se deben a la cultura aziliense, ubicada en los Pirineos franceses y en la cornisa cantábrica española. Los hallazgos arqueológicos muestras cantos rodados decorados con bandas, serie ramiformes o puntos, todos de carácter abstracto y con un simbolismo mágico.
La temática en el arte rupestre evolucionó para representar escenas de caza, de la vida cotidiana y de rituales. Igualmente, también se han encontrado representaciones de antepasados.
En España, en la zona del Levante, los artistas del Mesolítico dejaron escenas con modelos más esquemáticos que representaban movimiento. Dentro de las cuevas, se pintaban escenas de caza, danza y ritos muy complejas. Algunas de estas pinturas reflejan enfrentamientos bélicos.
La economía en el Mesolítico era puramente de subsistencia. Las principales actividades siguieron siendo las mismas que durante el Paleolítico: la recolección y la caza, a las que se unió con fuerza la pesca.
Sin embargo, comenzaron a aparecer otras actividades que, más adelante, provocaron la llamada revolución neolítica: la agricultura y la ganadería.
Otra de las transformaciones económicas que tuvieron lugar durante el Mesolítico tuvo que ver con la industria lítica o de la piedra. Los seres humanos de la época desarrollaron una industria microlítica, con piezas más pequeñas.
Estas nuevas herramientas estaban destinadas a la caza y la pesca. Entre ellas se encontraban puntas de flecha, raspadores, anzuelos o buriles.
Los seres humanos del Mesolítico pudieron contar con más recursos naturales para fabricar sus herramientas. Esto conllevó una mejora en su calidad y cantidad, con la invención de nuevos utensilios para procesar alimentos, como las hoces, los molinos de mano o los morteros.
La gran mayoría de estas herramientas estaban elaboradas con piedra, al igual que durante el Paleolítico. La principal diferencia fue, con se ha señalado, el aumento de su calidad.
El ser humano debió adaptarse a la desaparición de las especies animales grandes y normalmente lentas y a su sustitución por otras más pequeñas y rápidas.
Para poder cazar esas nuevas y escurridizas presas, debieron fabricar nuevos tipos de armas. Gracias a la microlítica, las herramientas podían reducir su tamaño y ser más manejables. Por otra parte, el hueso, más ligero, comenzó a cobrar importancia como materia prima.
Una de las mejoras más importantes fue el desarrollo de puntas de flecha construidas con hueso y madera. Esto permitía cazar a sus presas sin dañar las pieles para que estas pudieran utilizarse.
Entre los inventos que permitieron el auge de la pesca destacó el barco de remos. Estas primeras embarcaciones eran muy simples y estaban construidas con troncos que se unían para conformar una barca. Otra técnica era vaciar un tronco para convertirlo en una canoa.
El hilado con rueca fue una herramienta que permitió coser pieles de manera más eficiente. Para ello se incorporó un mecanismo que se activaba al pisar un pedal inferior.
Durante el Mesolítico se inventaron algunos de los primeros medios de transporte de la historia, lo que facilitó algunas actividades económicas y el traslado de la caza y la pesca.
Uno de estos transportes, además de los ya mencionados barcos, fueron los trineos. En un primer momento eran tirados por personas, pero luego comenzaron a usarse animales.
Como se ha señalado, el Mesolítico no se desarrolló a la misma velocidad en todas las zonas del planeta. En concreto, los avances llegaron mucho más rápido en el Medio Oriente.
En Sumer, por ejemplo, empezaron a usar el riego por acequias sobre el 5 000 a C. Este sistema permitía llevar el agua a los campos de cultivo de una manera mucho más eficiente, lo que provocó una gran mejora en la productividad.
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