Tremátodos: características, especies, contagio, síntomas
Los tremátodos son un grupo de animales que pertenecen al filo Platyhelminthes, específicamente a la clase Trematoda. Son gusanos aplanados, con un cuerpo aplastado típicamente en forma de hoja.
Esta clase fue descrita por primera vez en 1808 por el zoólogo alemán Karl Rudolphi y está dividida en dos subclases: Aspidogastrea y Digenea. De estos, la más estudiada y conocida es Digenea, ya que en ella se incluyen tremátodos que ocasionan ciertas patologías en el ser humano.
Entre las enfermedades que ocasionan los tremátodos se pueden mencionar la bilharzia y la esquistosomiasis. Están relacionadas con la ingestión de agua contaminada, así como también de plantas y animales contaminados con larvas de estos parásitos. Es por esto que es de vital importancia mantener una higiene adecuada para evitar el contagio.
Índice del artículo
- 1 Características de los tremátodos
- 2 Taxonomía
- 3 Morfología
- 4 Ciclo de vida
- 5 Especies
- 6 Contagio
- 7 Síntomas
- 8 Diagnóstico
- 9 Tratamiento
- 10 Referencias
Características de los tremátodos
Los tremátodos son considerados organismos eucariotas pluricelulares, porque sus células presentan un núcleo celular que contiene al ADN en forma de cromosomas. No poseen un solo tipo de células, sino que tienen una amplia variedad que cumplen cada una funciones específicas.
Estos animales son triblásticos porque durante su desarrollo embrionario se pueden apreciar las tres capas germinativas: endodermo, mesodermo y ectodermo. Estas experimentan un proceso de diferenciación para dar lugar a los tejidos que conforman a los órganos.
Además son acelomados. Esto quiere decir que no poseen una cavidad interna conocida como celoma. También son protostomados, por lo que la boca y el ano se forman a partir de una estructura embrionaria conocida como blastoporo.
Pertenecen al grupo de animales con simetría bilateral, ya que están conformados por dos mitades iguales.
Tomando en cuenta la alimentación, los tremátodos son organismos heterótrofos porque no son capaces de sintetizar sus nutrientes, por lo que deben alimentarse de otros seres vivos o de sustancias elaborados por estos. Siguiendo con esto, la mayoría son organismos parásitos, ya que requieren obligatoriamente estar dentro de un huésped para poder subsistir.
Casi todas las especies son hermafroditas y contemplan, en su ciclo vital, los dos tipos de reproducción que existen: asexual y sexual. La fecundación es interna, son ovíparos y tienen un desarrollo indirecto.
Taxonomía
La clasificación taxonómica de los tremátodos es la siguiente:
-Dominio: Eukarya
-Reino: Animalia
-Filo: Platyhelminthes
-Clase: Trematoda
Morfología
– Anatomía externa
Los organismos que pertenecen a la clase Trematoda, son de pequeño tamaño. Miden aproximadamente unos pocos centímetros. Esta clase es tan amplia, que la morfología de los animales que la integran es bastante variada. Hay gusanos de forma alargada, ovalada y aplanada, entre otros.
En el sitio en el que se encuentra el orificio bucal, presentan una ventosa, que contribuye a que este parásito pueda fijarse a su huésped. Además, muchas de las especies de tremátodos presentan en el extremo opuesto otra ventosa que es posterior.
La pared del cuerpo de los tremátodos está conformada por varias capas. Desde afuera hacia adentro, en orden, se describen: un tegumento, que no posee cilios y es bastante grueso; una capa de células epiteliales de tipo sincitial; y por último, capas de tejido muscular, tanto circular como longitudinal.
Así mismo, dependiendo de la especie, algunos pueden presentar ciertas estructuras en su superficie corporal, como por ejemplo espinas. También se aprecian orificios como poros excretores y genitales.
– Anatomía interna
Sistema digestivo
El sistema digestivo de los tremátodos es incompleto. No presenta orificio anal. Se inicia en la cavidad bucal, la cual se continúa con la faringe y el esófago. Este último se comunica con el intestino, el cual se divide en dos tubos que son longitudinales. En estos se lleva a cabo la absorción de los nutrientes.
Sistema excretor
Es protonefridial, conformado por dos conductos que se encuentran a ambos lados del cuerpo. En estos conductos desembocan unos túbulos que proceden de las llamadas células en flama. A su vez, presentan una vejiga que desemboca en un poro excretor.
Sistema nervioso
Es bastante simple. Se encuentra constituido por varios cordones nerviosos, entre los que se establece cierta comunicación mediante comisuras. Esos cordones tienen su punto de origen en un conglomerado nervioso tipo plexo que se localiza en la parte cefálica del animal.
Sistema reproductor
La gran mayoría de los tremátodos son hermafroditas. Debido a esto presentan órganos reproductores tanto femeninos como masculinos.
El sistema reproductor masculino, generalmente está constituido por un par de testículos, a partir de los cuales surgen los conductos deferentes, los cuales terminan en el órgano copulador.
Por otra parte, el sistema reproductor femenino consta de un único ovario, del cual surge un conducto (oviducto) que llega a la vesícula seminal. Además de estas estructuras, está el útero que se encuentra muy cerca del poro masculino.
Ciclo de vida
El ciclo de vida de los tremátodos es bastante complejo, ya que involucra una serie de transformaciones hasta alcanzar la adultez. Así mismo, este ciclo de vida también contempla la intervención de varios intermediarios, que pueden ser moluscos y crustáceos.
Para explicar los eventos del ciclo de vida de este parásito, se va a tomar como punto de partida la liberación de los huevos mediante las heces o la orina por parte del hospedador definitivo.
Cuando los huevos son liberados del cuerpo del hospedador, ya sea a través de las heces o por la orina, estos deben alcanzar un medio acuoso, ya que requiere de ciertas condiciones de humedad y temperatura para poder eclosionar.
Miracidio
Cuando el huevo se encuentra en las condiciones ideales, en su interior se forma una larva que se conoce con el nombre de miracidio, la cual, generalmente está rodeada de cilios, que le facilitan el movimiento y desplazamiento por el medio acuoso.
Una característica distintiva de esta larva es que no tiene boca, lo cual trae como consecuencia que no tiene como alimentarse. Debido a esto, esta larva debe moverse con el uso de sus cilios, hasta encontrar un huésped antes de que se le acaben la reserva de nutrientes.
Al encontrar a su huésped ideal, que de manera general siempre es un caracol, la larva penetra su piel y entra en su torrente sanguíneo. Dentro de este hospedador, la larva no tiene un órgano favorito para fijarse y desarrollarse allí. Lo que si toma en cuenta es la disponibilidad de nutrientes.
Esporocisto y redias
Ya una vez asentada la larva en los tejidos del caracol, experimenta otra transformación, convirtiéndose en la siguiente fase: el esporocisto. Este corresponde a una larva, que tiene la peculiaridad de generar en su interior unas estructuras llamadas masas germinativas.
Inmediatamente después, se forman las redias, que constituyen el siguiente estadio. Estas se originan a partir de cada masa germinativa del esporocisto. Las redias ya presentan una estructura un poco más compleja, con una faringe fácilmente identificable e indicios del intestino y del sistema excretor.
Estas rompen la membrana del esporocisto y continúan desarrollándose en el interior del huésped (caracol). Es importante destacar que en la pared de las redias comienzan a formarse varias masas germinativas (más de 40), a partir de las cuales se forma el siguiente estadio conocido como cercaría. Por supuesto, esto ocurre cuando las condiciones de temperatura son las adecuadas.
Cercaría
Estructuralmente hablando, la cercaría tiene la misma estructura interna que un trematodo adulto, con la salvedad de que el sistema reproductor aún no se encuentra del todo maduro. Así mismo presentan una cola que les permite desplazarse libremente por el medio.
Metacercarías
Ahora bien, la cercaría puede fijarse a alguna superficie dura como por ejemplo alguna planta y transformarse en metacercarías. Estas pueden pasar a un huésped nuevo si este ingiere las plantas. Por ejemplo, si el ser humano se alimenta de alguna planta que contenga metacercarias, estas transitan por las vías digestivas hasta llegar al duodeno.
En el ser humano
En el duodeno experimentan un proceso de desenquistamiento y entran al torrente sanguíneo para iniciar la migración hacia otros órganos, como por ejemplo el hígado. Allí maduran completamente y se convierten en parásitos adultos.
Pueden permanecer en el mismo sitio durante períodos largos de tiempo. Incluso se han registrado casos de parásitos que han vivido allí hasta varios años.
Posteriormente los adultos se reproducen y comienzan a poner huevos, los cuales son liberados principalmente a través de las heces.
Especies
Fasciola hepática
Es una especie de trematodo que pertenece a la subclase Digenea. Se encuentra ampliamente distribuida por todo el mundo y es un parásito que afecta a algunos mamíferos, especialmente caprinos, bovinos y ovinos.
Es el agente causal de una enfermedad que se conoce con el nombre de fasciolosis. Se aloja principalmente en el conducto biliar, por lo que la sintomatología de la infección por este parásito se centra en el hígado, siendo los síntomas más representativos dolor en el hipocondrio derecho y crecimiento desproporcionado y doloroso del hígado.
Schistosoma mansoni
Este es un parásito que pertenece a la subclase Digenea. Se encuentra principalmente en países en vías de desarrollo como los africanos, algunos de Asia como Yemen y otros de Sudamérica como Venezuela y Surinam.
Schistosoma mansoni es un parásito de importancia médica para el ser humano, ya que es el responsable de una enfermedad llamada Bilharziasis hepática. Los órganos que resultan más afectados por este parásito son el colon, el recto y por supuesto, el hígado.
A pesar de que sus huéspedes naturales son otros mamíferos como gatos, perros, cerdos y vacas, también es posible que el hombre se infecte mediante el contacto con agua infectada.
Schistosoma mekongi
Es un parásito endémico de la cuenca del río Mekong, en Camboya. Es el causante del mayor porcentaje de casos de infección por Schistosoma en dicha región.
Schistosoma mekongi causa graves daños en el organismo, ya que se alimenta de los nutrientes que circulan en la sangre, así como también de los glóbulos rojos y de las proteínas sanguíneas como las globulinas. Por supuesto, esto trae consecuencias nefastas para el huésped, ya que deja de percibir los nutrientes.
Fasciolopsis buski
Es la especie de trematodo más grande que existe. Pertenece al orden Echinostomida y puede llegar a alcanzar los 75 mm de longitud. Morfológicamente es muy similar a Fasciola hepática y tiene un tiempo de vida estimado de unos 6 meses aproximadamente.
Puede afectar, tanto al hombre como al cerdo. Este parásito es conocido por causar una enfermedad llamada fasciolopsosis, la cual es endémica de países del sur de Asia como Indonesia, Vietnam y Tailandia.
Paragonimus westermani
Este es un parásito endémico de algunas zonas de Asia como Indonesia, Corea, Japón y China, entre otras. Es el principal responsable de la enfermedad conocida como paragonimiasis. Esta afecta a varios órganos como el hígado, generando hepatomegalia, o los pulmones, ocasionando que su función se vea alterada. También ocasiona tos, diarrea y urticaria.
Clonorchis sinensis
Es un parásito perteneciente a la subclase Digenea que se encuentra principalmente en países asiáticos como China, Japón y Taiwán. La forma más común de transmisión de este parásito es a través del consumo de pescado infectado por las larvas enquistadas del mismo.
Estas se alojan en los conductos biliares, donde alcanzan la adultez, por lo que presentan síntomas relacionados con el hígado como hepatomegalia dolorosa, ictericia y fiebre muy elevada.
Contagio
El contagio por algún parásito perteneciente a la clase trematoda tiene que ver, en todos los casos, con la ingestión de uno de sus estadios larvarios conocidos como metacercarias. Dependiendo de la especie de trematodo, el vehículo de infección es variado.
Para algunos, como los que pertenecen al género Schistosoma, el contagio ocurre por ingestión de agua contaminada con las larvas del parásito. Por otra parte, en los tremátodos del género Paragonimus, el contagio se da por ingestión de cangrejos de ríos, los cuales constituyen uno de los huéspedes del parásito.
En otros géneros, también se involucra el consumo de peces que estén infectados por las larvas de los parásitos.
Síntomas
Las infecciones por tremátodos originan una sintomatología compleja que depende en gran medida del órgano específico que resulta afectado por el parásito.
Debido a que la mayoría de los parásitos se alojan en las vías digestivas, los síntomas más comunes tienen que ver con estas. En este sentido, los síntomas intestinales más representativos de la infección por tremátodos son los siguientes:
– Dolor abdominal, muy especialmente en el hipocondrio derecho
– Ictericia
– Incremento exagerado del tamaño del hígado
– Cólico biliar
– Eructos repetitivos
– Diarrea
Igualmente, cuando los órganos afectados son otros, como el pulmón, el sistema nervioso central, la piel o la vejiga, los síntomas son:
– Infecciones urinarias frecuentes
– Ardor al orinar
– Ganas de orinar con mucha frecuencia
– Prurito intenso
– Tos crónica, la cual puede estar acompañada de expectoración sanguinolenta.
– Disnea o dificultad para respirar.
– Convulsiones
– Debilidad muscular
– Parálisis, la cual puede ser transitoria o permanente.
Diagnóstico
El diagnóstico de las infecciones ocasionadas por tremátodos es sencillo, ya que el médico, al conocer los síntomas manifestados por el paciente, puede orientar su diagnóstico hacia una parasitosis intestinal. De manera tal que los exámenes que se realizan son solo para establecer un diagnóstico diferencial. Los exámenes más empleados son los siguientes:
Coprocultivo
Este es el examen que se utiliza con más frecuencia para diagnosticar de manera específica infecciones por parásitos intestinales. Debido a que la mayoría de estos liberan sus huevos utilizando como vehículo a las heces, al examinarlas se determina la presencia de los huevos y por lo tanto se demuestra la infección.
En este test se examinan las heces a nivel microscópico y se realiza un estudio histológico. Es un examen no invasivo y, generalmente, bastante accesible desde el punto de vista económico.
Cultivo de esputo
En el caso de los pacientes que presentan síntomas pulmonares, el médico puede recolectar una muestra de la expectoración y enviarla a un laboratorio para examinarla y verificar si hay presencia de huevos en ella.
Este examen también tiene una alta confiabilidad, aunque es usado con menos frecuencia, ya que la mayoría de los pacientes presentan síntomas digestivos.
Exámenes de sangre
A través de un sencillo examen de sangre, es posible identificar anticuerpos frente a este parásito. Este tipo de examen también resulta ser eficaz, aunque, generalmente, el examen de heces es el más común.
Exámenes de imágenes
A través de exámenes como las radiografías, ecografías o una tomografía axial computarizada se pueden evidenciar lesiones en algunos órganos internos. Estos exámenes no se utilizan para un diagnóstico, sino más bien de manera complementaria para evaluar el alcance de los daños ocasionados por el parásito.
Tratamiento
Debido a que los tremátodos son parásitos, la principal opción de tratamiento son los medicamentos antihelmínticos. Los que se recetan con mayor frecuencia son el albendazol y el prazicuantel. Estos medicamentos tienen un efecto nocivo sobre el parásito, interviniendo en su metabolismo, ocasionando eventualmente su muerte.
También se pueden recetar medicamentos que alivien los síntomas ocasionados por el parásito, como analgésicos y antiinflamatorios, entre otros.
Referencias
- Baños, R., Alemán, F., Serrano, A., Alajarín, M., Alberca, F., Mollina, J. y Carballo, F. (2008). Esquistosomiasis con afectación rectal y hepática. Revista Española de Enfermedades Digestivas. 100 (1).
- Brusca, R. C. & Brusca, G. J., (2005). Invertebrados, 2ª edición. McGraw-Hill-Interamericana, Madrid
- Curtis, H., Barnes, S., Schneck, A. y Massarini, A. (2008). Biología. Editorial Médica Panamericana. 7° edición
- García, J. y Delgado, E. (2014). Esquistosomiasis intestinal. Revista de Ciencias Médicas de Pinar del Día. 18 (4).
- Hickman, C. P., Roberts, L. S., Larson, A., Ober, W. C., & Garrison, C. (2001). Integrated principles of zoology (Vol. 15). McGraw-Hill.
- Ramos, L., García, S., Alcuaz, R., Jiménez, M. y Santana, B. (2010). Esquistosomiasis: una enfermedad importada. Pediatría Atención Primaria 12 (47).
- The editors of Encyclopaedia Britannica. Fluke (Flatworm). Obtenido de: britannica.com