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Mapache: características, hábitat, alimentación, reproducción


El mapache (Procyon) es un tipo de mamífero placentario, que pertenece a la familia Procyonidae. La característica principal que distingue a este grupo es su máscara negra en la cara, que rodea sus ojos. Además, tiene una cola de pelaje denso y con franjas oscuras, que se alternan con un tono claro.

Además, en cada pata posee cinco dedos alargados, con garras no retráctiles y un pulgar no oponible. En las patas anteriores existen numerosas terminaciones nerviosas, que le permiten tener un sentido táctil muy desarrollado.

El género está formado por tres especies: Procyon lotor, que habita en Norteamérica y ha sido introducido en Europa, Procyon cancrivorus, localizado en Centro y Suramérica y Procyon pygmaeus, una especie endémica de la Isla Cozumel, en México.

A pesar de formar parte del orden Carnívoro, los miembros de este género son omnívoros. Así, comen frutas, verduras, nueces, bellotas, maíz, insectos, cangrejos, aves y ratas, entre otros.

Su hábitat natural son los bosques, humedales y áreas cercanas a los ríos y lagos. Sin embargo, debido a su gran capacidad de adaptarse a diferentes ecosistemas, suelen vivir en zonas urbanas y suburbanas.

Índice del artículo

Inteligencia

Los investigadores han realizado numerosos trabajos donde se determinan las destrezas mentales de mapache. La gran mayoría de estos se encuentran basados en el desarrollado sentido del tacto que poseen.

Sin embargo, en los últimos años se han llevado a cabo estudios orientados al conocimiento de su capacidad de codificar la información, para luego almacenarla y recuperarla. Los resultados demuestran que el mapache puede recordar la solución de algunas asignaciones hasta por tres años.

En un estudio realizado por los especialistas, el animal pudo diferenciar rápidamente símbolos iguales y diferentes, tres años después de haber adquirido el aprendizaje inicial.

Esperanza de vida

En la naturaleza, el mapache puede vivir hasta 16 años, aunque la gran mayoría no llega a tener dos años de vida. Aquellos que se encuentran en cautiverio, generalmente viven más de 20 años.

A pesar de ser un animal relativamente longevo, su esperanza de vida en estado salvaje es de 1,8 y 3,1 años. Si logran sobrevivir este tiempo, la tasa de mortalidad desciende entre el 10 y el 30%.

Sus depredadores naturales son los coyotes, los gatos monteses y los grandes búhos reales americanos, que principalmente cazan a los ejemplares jóvenes. También, el águila calva, el puma, el lobo, el oso negro y el lince incluyen en su dieta al mapache.

No obstante, la depredación no es la principal causa de muerte, debido a que muchos de estos depredadores han sido exterminados en varias áreas donde habitan los miembros del género Procyon.

Lo que más incide en la disminución de la población del mapache son las acciones del ser humano, quien caza y degrada el ambiente donde habita esta especie.

También, existen enfermedades mortales que atacan al organismo del mapache. Entre estas se encuentra el moquillo, que pudiera adquirir proporciones epidémicas, llegando a matar a un importante número de animales

Enfermedades

Los mapaches suelen ser portadores de la rabia, una enfermedad infecciosa letal que es transmitida por la saliva. Este virus puede ser contagiado al hombre, a través de una mordedura del animal y, de no ser tratada a tiempo, podría causar la muerte.

El moquillo es un virus epizoótico que infecta a esta especie; sin embargo, no afecta al hombre. Esta afección es la causa natural más frecuente de muerte en Norteamérica, afectando al animal en todos los grupos etarios.

Algunas de las enfermedades de tipo bacteriano que afectan a los miembros del género Procyon son la leptospirosis, el tétanos, la listeriosis y la tularemia. Las larvas del Baylisascaris procyonis, contenidas en las heces del mapache, pudieran ser ingeridas por el hombre y provocar posibles complicaciones orgánicas.

Características

Los mapaches tienen una contextura robusta, con extremidades cortas, hocico alargado y una cola espesa. Esta es utilizada como almacén de grasa y para equilibrar el cuerpo mientras escala. También, puede servir de soporte, cuando se sienta sobre sus patas.

Las patas traseras son descritas como plantígradas, similares a la de los osos y de los humanos. Cuando están de pie, las plantas de las patas están en contacto directo con el suelo. Sin embargo, a veces pueden caminar con los talones levantados.

-Movimientos

Los mapaches pueden caminar, correr o trotar, empleado las plantas de las patas. Mientras corren, pueden alcanzar una velocidad de 16 a 24 km/h. Sin embargo, ese ritmo no pueden mantenerlo por largo tiempo.

También, suelen pararse sobre sus dos patas posteriores, para poder así examinar los objetos con las extremidades anteriores.

Ante una amenaza, escapan trepando al árbol más cercano, subiendo rápidamente a su tronco. Para descender de este, pueden girar sus patas posteriores, y de esta forma lo hacen con la cabeza hacia abajo.

Una característica resaltante es que son expertos nadadores, siendo capaces de recorrer largas distancias. De esta manera, alcanzan una velocidad promedio de 5 Km/h, pudiendo permanecer por varias horas en el agua.

-Pelaje

El pelaje tiene dos capas. Una es gruesa y de pelos largos, que lo protege de la humedad, y otra mucho más densa y de pelo corto, que funciona como aislante. Anualmente, en primavera, el mapache pierde los pelos que lo protegían del frío. Sin embargo, a finales de verano, estos vuelven a crecer.

-Coloración

Los aspectos que más destacan en el mapache son la máscara oscura en la cara y su cola anillada. Esta podría tener entre 5 y 7 bandas, en las cuales se alternan los colores crema y negro. Ambas características son propias de cada especie, lo que permite que se identifiquen entre sí.

De manera general, este grupo es más oscuro en el área dorsal que en la ventral. El color del pelo puede ser desde gris oscuro hasta negro, con tonos óxidos. No obstante, el Procyon cancrivorus es menos gris en la espalda que el Procyon lotor.

Los estudios evidencian que no existen variaciones en el color o en el grosor del pelo entre machos y hembras o entre adultos y jóvenes.

La máscara del mapache cangrejero se desvanece en la parte de atrás de los ojos, mientras que la del mapache americano llega hasta las orejas.

Con respecto a la cola, suele ser del color base del cuerpo, con franjas oscuras o en tonos más claros. En el caso del mapache de Cozumel, tiene un tono amarillo dorado.

Variaciones según la geografía

En cuanto al mapache común, el pelaje varía según el hábitat. Los que viven en las regiones boscosas suelen tener un color más oscuro que aquellos que se localizan en los desiertos y en las costas.

Así, en las áreas costeras tienen un pelo rojizo, mientras que en las zonas áridas la coloración puede ser marrón claro o rubio.

El grosor también depende del ambiente donde se encuentre. Las especies que habitan al norte poseen un pelo más grueso que los del sur. De esta manera, el mamífero puede soportar el frío intenso del invierno que ocurre en los países con latitud norte.

-Tamaño

De manera general, los miembros del género Procyon pueden medir de 50 a 100 centímetros de largo, incluyendo la cola. Esta tiene una longitud aproximada de 20 a 41 centímetros.

Con relación al peso, se encuentra alrededor de 4,5 y 16 kilogramos. Generalmente, las hembras suelen ser más pequeñas que los machos.

El peso podría variar de una temporada a otra. Así, en los primeros días del invierno, el mapache pudiera pesar casi el doble que en la primavera, debido a que ha almacenado grasa.

-Sentidos

Tacto

Este es uno de los sentidos más desarrollados. Los integrantes del género Procyon tienen cinco dígitos alargados, cada uno con una garra curva, afilada y no retráctil.

En estos animales, el dedo pulgar no es opuesto, lo que le impide tomar los objetos de la misma forma que los primates. Sin embargo, juntan ambas patas para levantar y manipular su alimento.

Así mismo, en las patas anteriores se localizan una gran concentración de terminaciones nerviosas, hasta cuatro veces más que en las posteriores.

Las sensaciones táctiles captadas, son interpretadas por el cerebro. En este, el área de percepción sensorial es amplia y altamente especializada para interpretar dichos impulsos. Gracias a esto, el mapache puede distinguir fácilmente las diferentes superficies y objetos, solo con tocarlas.

Una conducta típica es que, en presencia de un cuerpo de agua, el animal se moje las patas. Esto pudiera estar asociado a que las almohadillas se vuelven más flexibles y suaves.

También, pueden captar las vibraciones que producen algunos animales. Por lo que suelen ser exitosos al momento de localizar y capturar insectos, peces y crustáceos.

Visión

Los mapaches tienen una mala visión a larga distancia. Por el contrario, puede ver con nitidez las presas que se encuentren cerca. Los especialistas sugieren que no tienen la capacidad de distinguir los colores, pero sí pueden detectar la luz verde.

En cuanto al pelaje oscuro que rodea a los ojos, se cree que es una evolución adaptativa a su comportamiento nocturno. Así, este absorberá la luminosidad de la noche, y, al reducir el brillo, la visión en la oscuridad es más eficiente.

Gusto y olfato

Como algunos mamíferos, el mapache posee una estructura altamente sensorial, conocida como órgano de Jacobson. Este se encuentra alojado entre la boca y la nariz, en el hueso volmer. Su función es actuar como auxiliar del sentido del olfato, detectando distintas sustancias químicas.

Gracias a esta gran ventaja, podría identificar a los miembros de su especie, a las posibles amenazas e incluso a los animales que conforman su dieta.

Audición

En los animales de conductas nocturnas, el sentido de la audición es sumamente importante. De esta manera, pueden cazar y evitar a los depredadores. Aunque el mapache no posee el oído más desarrollado de los Procyonids, está lo suficientemente especializado para captar sonidos entre 50 y 85 kHz.

Evolución

Pseudobassaris riggsi es el primer registro fósil prociónido conocido. Fue localizado en Europa Occidental y data del período Oligoceno tardío, hace alrededor de 25 millones de años.

Las estructuras craneales y dentales podrían indicar que las comadrejas y los prociónidos tenían un ancestro común. No obstante, el análisis molecular establece una relación más estrecha entre los osos y los mapaches.

La diversificación de este género ocurrió en el Mioceno, al sur de América del Norte y en los bosques tropicales centroamericanos.

Probablemente el mecanismo de especiación estuvo relacionado con la competencia por los recursos alimenticios. Esto podría explicar la coexistencia en un mismo hábitat de diferentes géneros de la familia Procyonidae.

Los ancestros del mapache común (Procyon lotor) abandonaron los mares tropicales y emigraron al norte. Dicha migración queda corroborada con el descubrimiento de un registro fósil correspondiente al Plioceno, localizado en las Grandes Llanuras, en el continente americano.

A principios del Pleistoceno, el género Procyon se encontraba en casi todo el territorio de América del Norte, abarcando desde las aguas del Océano Atlántico hasta el Pacífico, en el actual territorio de Estados Unidos.

América del Sur

La primera agrupación de prociónidos llegó a Suramérica durante el Huayqueriense – Montehermosense, entre 9 y 4 millones de años atrás. Estos formaban parte de los géneros Chapalmalania y Cyonasua y fueron considerados parte de la fauna que antecedió el Gran Intercambio Biótico Americano (GABI).

Con relación a lo clados actuales, únicamente se han encontrado muestras fosilizadas del Procyon y Nasua, con una ocurrencia del Lujanense.

Existen dos planteamientos que tratan de explicar el origen de dichos géneros. El primero sugiere que formaban parte del grupo de prociónidos que precedió al GABI. La otra hipótesis ubica a estos mamíferos como los últimos inmigrantes, dentro del contexto de ese importante evento migratorio.

Con respecto a esto, los hallazgos encontrados en El Breal de Orocual, un importante yacimiento fosilífero ubicado en el estado Monagas (Venezuela), refutan el planteamiento del ingreso tardío de los coatíes y mapaches a Sudamérica.

Así mismo, dichos fósiles representan las muestras más antiguas de Procyon sp. y N. nasua reseñadas actualmente en América del Sur.

Los estudios de las evidencias plantean que posiblemente estas especies sufrieron de una fragmentación en su hábitat, durante el Pleistoceno temprano. Esto pudo deberse a las variaciones ambientales que ocurrieron durante la prehistoria.

Hábitat y distribución

Las especies que conforman el género Procyon se distribuyen desde Norteamérica hasta América del Sur.

Así, el mapache come cangrejo (P. cancrivorus) se encuentra en las áreas selváticas y pantanosas de América Central y Sudamérica, incluyendo a Trinidad y Tobago. De esta manera, abarca desde Costa Rica hasta los territorios situados al este de los Andes, al oeste y este de Paraguay y al norte de Uruguay y Argentina.

El mapache de Cozumel (P. pygmaeus), es nativo de la isla de Cozumel, localizada en la costa caribeña de Yucatán, en México.

En cuanto al mapache común (P. lotor), es el que posee un mayor rango natural, localizándose desde la zona sur de Canadá hasta Panamá. En Centroamérica, el rango de esta especie se superpone con el Procyon cancrivorus.

Además, ha sido introducido en diversas regiones de la Europa continental. Se han registrado avistamientos en varios países limítrofes con Alemania, donde se alberga la mayor población, fuera de Norteamérica.

También se encuentra estable en Francia y está presente en España e Italia, con un grupo reproductivo muy importante en Lombardía. El mapache común fue también introducido con éxito en Bielorrusia y en Azerbaiyán.

Área urbana

Debido a su gran adaptabilidad, el mapache utiliza diversas áreas urbanas como hábitat. Los primeros registros ocurrieron en Cincinnati, en el decenio de 1920. A partir de 1950, han estado presentes en zonas metropolitanas como Chicago, Washington D.C. y en Toronto.

Desde 2010, comparten espacios urbanos en Albuquerque, Nuevo México. Con relación a Europa, la ciudad alemana de Kassel alberga la mayor población de Procyon lotor.

Hábitat

El mapache come cangrejo vive en diversos ecosistemas, incluyendo los bosques. Sin embargo, prefiere aquellas áreas situadas alrededor de los cuerpos de agua, como los ríos, lagunas y lagos.

En la isla Cozumel, los mapaches endémicos de esa región existen únicamente en dos hábitats, con condiciones específicas. Así, se encuentran en los humedales y en los bosques de manglares situados al extremo norte de la isla, prefiriendo los suelos de tipo arenoso.

Además, han sido avistados en algunas áreas de los bosques semi-perennes, rodeados por tierras inundadas. La especificidad de ambiente natural de esta especie puede estar asociada a los alimentos que conforman su dieta, basada en cangrejos.

El mapache común vive en los bosques mixtos y caducifolios de Norteamérica. No obstante, debido a su gran adaptabilidad, su área se ha extendido a pantanos costeros, regiones montañosas, llanuras y zonas urbanas.

Los mapaches evitan los terrenos abiertos, ya que necesitan de árboles para escalar y resguardarse en caso de sentirse amenazados. Además, utilizan los huecos de los árboles para su guarida, aunque también viven en las grietas de las rocas, en las cuevas y en las madrigueras abandonadas por otros animales.

Taxonomía y especies

– Reino Animal.

– Subreino Bilateria.

– Filum Cordado.

– Subfilum Vertebrado.

– Superclase Tetrapoda.

– Clase Mamífero.

– Subclase Theria.

– Orden Carnivora.

– Suborden Caniformia.

– Familia Procyonidae.

– Género Procyon.

-Especies

Procyon cancrivorus

El mapache come cangrejos es nocturno, refugiándose en los huecos de los árboles durante el día. Su dieta no se encuentra restringida a los cangrejos, aunque es su alimento preferido. También come verduras, ranas, peces e insectos, entre otros.

Este animal es un experto nadador, por lo que su cuerpo está cubierto de pelos que repelen el agua. Además, para nadar se ayuda con sus patas posteriores, que son palmeadas.

Procyon lotor

Esta especie es conocida como mapache común, mapache norteamericano, mapache del norte o simplemente como mapache. Se extiende ampliamente por Norteamérica, en llanuras y bosques. Sin embargo, también se encuentra en áreas urbanas, como pequeños suburbios o en pueblos o aldeas.

Procyon pygmaeus

Este es conocido como mapache pigmeo. Habita endémicamente en la isla Cozumel, en la península de Yucatán. Además de ser la especie de menor tamaño, se distingue por tener una banda negra en la garganta, los dientes reducidos y la cola en un tono dorado amarillento.

Alimentación

El mapache tiene hábitos nocturnos, por lo que suele dormir en el día y buscar su comida durante la noche. Dentro de su dieta consume tanto alimentos de origen vegetal como provenientes de otros animales.

En cuanto a los vegetales, come nueces, bayas, maíz, hongos y frutas, como fresas, manzanas, frambuesas y cerezas negras.

Dentro del grupo de las aves que conforman su alimentación están los patos y sus huevos. También cazan reptiles, como tortugas y pequeñas serpientes, y algunos anfibios, dentro de los cuales se encuentran las ranas.

Con relación al grupo de los invertebrados, se incluyen los insectos, mejillones de agua dulce, lombrices de tierra y cangrejos de río. También, se alimenta de peces, murciélagos, ratones y carroña.

Métodos alimenticios

La manera de alimentarse va a depender del tipo de comida. Por ejemplo, si se trata de semillas y nueces, el mapache puede tomarlas o llevárselas rodando hasta el lugar donde las va a ingerir. Allí las examina detalladamente con sus manos y luego las consume.

Por otra parte, cuando caza cangrejos o peces, introduce sus patas anteriores en el agua, tocando de manera entusiasta toda la superficie, en búsqueda de sus presas. De esta manera, examina, frota, recoge y hasta puede eliminar algunas partes no deseadas del alimento.

Esta conducta suele ser interpretada de manera errónea, pues es asociada con la acción de “lavar” los alimentos. La intención, aparte de obtener el alimento, es aumentar la sensibilidad táctil de las patas.

Esto ocurre debido a que, al mojarlas, la capa dura que las cubre se ablanda y así se incrementa la capacidad de percepción.

En cautiverio, el mapache, antes de ingerir la comida, la sumerge en el agua para “mojarla”. Este comportamiento no ocurre en la naturaleza. Según las investigaciones, lo realiza para simular el hecho habitual de buscar su comida en los ríos o lagos.

Reproducción

La etapa adulta de los miembros del género Procyon se inicia alrededor del año de edad, volviéndose sexualmente maduros. Son polígamos y su apareamiento está estimulado por las temperaturas cálidas del ambiente.

Así, usualmente se reproducen a finales de enero y a mediados del mes de marzo, cuando existe un incremento de la luz solar durante el día. No obstante, en algunos lugares, los patrones de apareamiento no dependen de la luz.

Cuando es momento de buscar pareja, los machos vagan sin descanso por el territorio, en búsqueda de hembras en celo, con las que puedan unirse.

Apareamiento

En cuanto a la copulación, puede durar más de una hora, incluyendo un juego previo como parte del cortejo. Además, puede ocurrir durante varios días. Según los estudios, alrededor de un tercio de las hembras se aparean, en la misma temporada, con más de un macho.

En este tipo de reproducción, los machos más débiles tienen la oportunidad de unirse a las hembras, ya que los más fuertes se ven imposibilitados de reproducirse con todas las hembras que se encuentran disponibles.

El período de gestación del Procyon es de 63 a 65 días. Las hembras poseen seis mamas y el tamaño de la camada puede variar de 1 a 8 cachorros, con un solo parto por año. Sin embargo, esto podría variar según el hábitat.

Por ejemplo, los que viven en Alabama tienen, en promedio, tres cachorros, mientras que en Dakota del Norte nacen cinco mapaches en cada parto.

Crías

Los cachorros pesan entre 60 y 75 gramos. Al nacer son sordos y ciegos, pudiendo abrir los ojos de 18 a 24 días después. Tienen poco pelaje, pero sin embargo, la máscara de sus ojos es visible. Su cuidado depende casi exclusivamente de la madre puesto que el padre no participa durante la crianza.

Las crías pueden emitir diversas llamadas, entre las que se incluyen lamentos, maullidos, gruñidos y ronroneos. En la sexta semana, ya pueden caminar y en la séptima corren y escalan los árboles.

Los jóvenes comienzan a abandonar la madriguera cuando tienen entre 8 y 12 semanas de edad, coincidiendo con el proceso de destete. No obstante, algunos continúan siendo amamantados por varios meses, aunque también consumen alimentos sólidos.

Estado de conservación

Las tres especies que conforman el género Procyon han venido presentando una disminución en su población. Por esto, la IUCN los ha incluido dentro de su lista de animales con riesgo de extinguirse. No obstante, Procyon cancrivorus y Procyon lotor presentan un riesgo menor y actualmente su población presenta un leve crecimiento.

Con relación al mapache pigmeo (Procyon pygmaeus), la condición es crítica. Considerando toda la superficie de la Isla de Cozumel, su hábitat se encuentra reducido a un área muy pequeña, ubicada en la costa donde existe la mayor área destinada al turismo.

-Amenazas

De manera general, existen varias causas que influyen en el descenso del número de estas especies. Entre estas se encuentra la caza, por deporte o con la finalidad de comercializar su piel. Además, suelen ser capturados para ser vendidos como mascotas.

También, como habita en zonas urbanas y suburbanas, es frecuente que el mapache sea arrollado por los vehículos, cuando el animal intenta cruzar por las carreteras.

Otro factor que amenaza a este mamífero placentario, es la destrucción de su hábitat. Esto afecta especialmente al Procyon pygmaeus, debido a que sus biomas naturales se han fragmentado por los diversos desarrollos turísticos de las costas y la degradación de los manglares.

Situación del mapache pigmeo

La situación de esta especie es particular. Debido a que habita en una isla donde el turismo es una actividad económica importante, el desarrollo de complejos turísticos ha alterado el ecosistema.

Así mismo, la ampliación del sistema vial ha dividido el territorio en tres áreas. De esta manera, se crea un efecto de barrera entre los biomas.

Otro problema lo constituyen los depredadores invasores, como Boa constrictor y los perros salvajes y domésticos. También, la introducción del Procyon lotor podría representar un riesgo de introgresión genética.

Los huracanes son una amenaza natural para la biota de la isla Cozumel, causando una drástica disminución de la población y graves cambios en el ecosistema.

-Acciones

Las legislaciones de los diferentes países donde habita, conjuntamente con diversas organizaciones internacionales, protegen al mapache. Desde el 2010, en México, el mapache pigmeo está incluido en la lista de especies amenazadas, según resolución de SEMARNAT.

Así mismo, se han establecido nuevas áreas de resguardo en la Isla Cozumel. Además, está en curso un programa de control de animales invasivos, específicamente de gatos y perros en condición de calle.

Comportamiento

Social

Anteriormente, el mapache era considerado un animal solitario. No obstante, en la actualidad existe evidencia de que suele establecer relaciones sociales. En este sentido, las hembras con crías viven en un modelo social conocido como fusión por fisión. Así, comparten una zona en común, reuniéndose de manera ocasional en las áreas de descanso o de alimentación.

Los machos forman grupos sueltos, para mantener, durante la época de apareamiento, su posición ante los machos de otros grupos. Esto se debe a que estos pudieran mostrarse agresivos ante los cachorros, por lo que las hembras se aíslan con sus crías hasta que crezcan y puedan defenderse por sí mismos.

Las hembras prefieren habitar aquellas áreas que les ofrecen refugio y recursos alimenticios. Por otra parte, los machos ocupan los espacios que les permiten tener acceso a las hembras.

Las estaciones influyen en la sociabilidad del mapache. Desde el inicio del otoño, estos se vuelven poco sociales. Contrariamente, en la época de invierno y primavera, estos animales suelen compartir con los miembros de los grupos que habitan el territorio donde viven.

Comunicación

Los mapaches tienen llamadas muy particulares, que son utilizadas entre las madres y sus crías. Una de estas es el gorjeo, caracterizado por sonidos agudos prolongados. También, las conductas agresivas suelen estar acompañadas por gritos, silbidos, gruñidos, y aullidos.

Cuando se sienten amenazados pueden asumir algunas posturas, como desnudar los dientes, el amarre de la cola, arquear la espalda y levantar los pelos del área dorsal. Para demostrar sumisión, el mapache suele bajar la cabeza.

Las glándulas de olor dejan marcas, que permiten establecer el rango del hogar, así como identificar a otros miembros del grupo. Las heces y la orina que permanecen en las letrinas proporcionan información a los mapaches referente a las áreas de alimentación.

De esta forma, los investigadores han corroborado que el animal regresa a la zona para dormir, comer y realizar actividades colectivas, entre las que se encuentran algunos juegos.

Cría en cautividad

Los mapaches son animales exóticos. En este sentido, las regulaciones legales varían en cada país, por lo que resulta oportuno verificar la legalidad de tenerlos en cautiverio. Además, en caso de que su tenencia cuente con el amparo legal, es importante el conocimiento sobre las regulaciones establecidas al respecto.

Espacio

Estos animales son muy activos, por lo que el recinto debe tener una excelente ventilación, ser amplio y estar al aire libre. En el interior de este, son necesarios troncos, árboles o estructuras donde pueda escalar y saltar. Además, no pueden faltar amplios envases de comida y agua.

Además, es importante que exista un refugio, debido a que naturalmente suelen descansar en los huecos de los árboles.

Comida y agua

Debido a que su dieta es omnívora, la alimentación debe incluir verduras, frutas, huevos, insectos, pollo y pescado. Un elemento importante es el agua. Es necesario que el espacio donde se encuentre el mapache cuente con un envase que contenga agua fresca y en cantidad suficiente.

Problemas de salud

Los miembros del género Procyon son susceptibles a la rabia y al moquillo. Aunque algunos especialistas pudieran vacunarlos, no existe la certeza de que esto realmente proteja al animal contra estas enfermedades.

Otros problemas de tipo médico que podrían desarrollar son la obesidad, infecciones en el tracto urinario, pulgas y parásitos intestinales.

Referencias

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