Arqueolítico: origen, características, clima, flora y fauna
El arqueolítico es el nombre de un periodo de la historia del continente americano. Se trata de una etapa en la que el hombre empezó a manipular y elaborar herramientas básicas que ayudaron en su supervivencia. Es una de las etapas que conforma al periodo lítico y que antecede a la etapa formativa o preclásica en América.
La palabra “arqueolítico” proviene del griego, concretamente de la unión entre los términos “antiguo” y “piedra”, por lo que se usa como sinónimo de Edad de Piedra. Esta etapa comprende todo lo que sucedió en el continente americano desde que aparecieron los humanos por primera vez en él. Transcurre durante un período largo, aunque no existe un acuerdo establecido sobre su duración exacta.
Durante esta época, en distintas zonas de América se desarrollaron diferentes culturas. Por ejemplo, la cultura Chinchorro apareció en Perú y Chile. Fueron los primeros en momificar, y se dedicaban principalmente a la pesca.
Por otro lado, la cultura Caral, en Perú, se desarrolló en el Arcaico tardío llegando hasta el período Formativo. Con ellos empezaron las construcciones de grandes ciudades con monumentos.
Además, varios sitios arqueólogicos importantes se remontan al período arqueolítico. Poverty Point, en el noreste de Louisiana en Estados Unidos, es actualmente un Monumental Nacional, pero en el pasado se cree que era un lugar para realizar ceremonias religiosas. En Poverty Point se observan los movimientos de tierra prehistóricos.
En Chile se ubica el sitio de Chan Chan, donde en el arqueolitico existía la tradición de enterrar a las personas sobre una cama de ceniza y en posición fetal. También están la cueva de Coxcatlán, conocida como la Cueva del Maíz, en México, o la disposición circular de Watson Brake.
Por otro lado, algunos emplazamientos costeros que se remontaban al arqueolítico pudieron desaparecer producto del aumento del nivel de los mares.
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La arqueología ha trabajado a lo largo de los años para poder definir las fechas exactas de cada etapa de la historia humana, pero con períodos tan antiguos esta tarea es complicada de realizar.
Se sabe que el arqueolítico es la primera de las culturas tras la era postglacial. Las fechas y las características de este período varían según el lugar de América al que se haga referencia.
En Mesoamérica (México, Guatemala, El Salvador, Belice, parte de Honduras, Nicaragua y Costa Rica), el arqueolítico se estima que transcurrió entre el 3.500 a.C. hasta el 1.800 a.C. Por otro lado, al hablar de Sudamérica no es un término tan utilizado. En Perú, por ejemplo, se habla más bien del período Precerámico.
En Norteamérica, el arqueolítico se dividió en tres etapas: el arqueolítico temprano, el arqueolítico medio y el tardío. El período arqueolítico puede haber ocurrido desde el 8.000 a.C. hasta el 1.000 a.C. Durante este tiempo, en Europa se vivió lo que se conoce como periodo Neolítico.
El arqueolítico temprano se estima que empezó al terminar la última era glacial, lo que causó que los niveles del mar aumentaran e inundaran el puente de Beringia. El cambio climático se convirtió entonces en la principal causa para la transición al arqueolítico, que llegó a su fin al iniciar el periodo preclásico. En este aparecen la cerámica, la agricultura a gran escala y las primeras villas.
En el arqueolítico los grupos humanos son pequeños, y no existen diferencias a nivel social. Estos grupos aún no conocían el aspecto económico, ya que el comercio aún no existía como oficio. Durante esta etapa los humanos se dedicaban a recoger raíces y vegetales, a la caza y la pesca, que se erigieron como métodos de supervivencia.
Las herramientas que se hicieron durante esta época tuvieron gran variedad de usos. Existieron herramientas de piedra como punzones y ralladores. La madera y los huesos también fueron importantes. Se fabricaron hachas y martillos para trabajar la madera. También se crearon algunas herramientas utilizando pieles de animales.
Como la agricultura se volvió de vital importancia, apareció el sedentarismo, ya que era vital para monitorear los cultivos, aunque en la costa se mantiene la vida nómada.
La molienda de vegetales, especialmente de los granos, permitió que estos productos fueran más fáciles para masticar y digerir. Empezaron los rituales de entierro al final del arqueolítico, y con ellos surgieron los cementerios y las momificaciones.
El clima durante el periodo arqueolítico se estima que era más frío y con mayor humedad que el que existe actualmente, además de ser bastante estable.
Aunque, teniendo en cuenta que la etapa arqueolítica ocurre tras la última era glacial, el clima se había vuelto más cálido y seco comparado con las épocas anteriores. En esta etapa llovía en áreas que hoy son desiertos.
Estos grandes cambios climáticos trajeron como consecuencia importantes transformaciones en los estilos de vida de los humanos en el continente americano. El ambiente cálido y seco contribuyó a la extinción de la megafauna que habitó América durante los períodos previos al arqueolítico.
Los cambios climáticos que se experimentaron cuando comenzó el periodo arqueolítico favorecieron la multiplicación de los bosques y las praderas, así como la presencia de lagos. Se desarrollaron abundantes recursos marinos, que permitieron a los pimeros humanos sostener a sus poblaciones.
Los pueblos arqueolíticos utilizaron plantas que eran de fácil almacenaje y que, por su composición, se podían manipular sin mayor problema. El maíz, los chiles, la calabaza, y los frijoles son algunos ejemplos.
También el cultivo de plantas significó una gran ayuda para que el suministro de alimentos se prolongara a lo largo del tiempo y fuera mayor y más confiable.
En Mesoamérica se han descubierto fósiles que datan de la época del arqueolítico y que corresponden a restos de tapires, que vienen de la misma familia de los rinocerontes, o gliptodontes, emparentados con los armadillos (ambos animales característicos de climas cálidos).
Por otro lado en esta época también existieron los mastodontes y mamuts, pero el cambio climático dio pie a su extinción. También hay evidencia de la presencia de aves, anfibios y reptiles, dejando en evidencia que el medio ambiente era muy variado durante este periodo.
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