Definición de misiva
Del latín missus, una conjugación del verbo mittere (“enviar”), misiva es la carta o el papel que se envía a alguien. Una misiva es un mensaje escrito que un remitente (emisor) le manda a un destinatario (receptor).
Por ejemplo: “Acabo de recibir una misiva de mis primos italianos”, “El joven se sonrojó y, ante el pedido de la princesa, le confesó que nunca había escrito una misiva de amor”, “Las misivas que intercambiaron ambos diplomáticos salvaron al mundo de una nueva guerra”.
Lo habitual es que la misiva se envíe dentro de un sobre. En el frente del sobre, se indica el nombre y la dirección del destinatario, mientras que en el reverso deben figurar el nombre y la dirección del remitente. Estos datos permiten que el servicio de correo pueda entregar la carta al destinatario y que éste sepa quién es el emisor.
Las misivas pueden tener diferentes características de acuerdo a la distancia entre el emisor y el receptor. Así puede distinguirse entre las misivas familiares (destinadas a un integrante de la familia), las misivas informales (dirigidas a amigos, con lenguaje coloquial) y las misivas formales (con fórmulas de cortesía y un lenguaje que marca una distancia entre el emisor y el destinatario). Una misiva informal suele contener un lenguaje coloquial, más propio de una conversación que de un documento, mientras que una de carácter formal suele contener saludos de cortesía e indicar títulos tales como «Doctor» o «Señor», además de expresiones como «quien suscribe» o «a la espera de una respuesta».
La comunicación escrita resulta especialmente fascinante desde un punto de vista sociológico, ya que abre las puertas a muchas posibilidades que no son propias del habla. En primer lugar, la redacción de una misiva nos permite pensar detenidamente nuestras palabras antes de plasmarlas sobre el papel, o bien de corregirlas durante una lectura de revisión.
Pero esto no quiere decir que una carta no pueda contener declaraciones espontáneas de sentimientos, especialmente considerando que la corrección es un paso opcional y más propio del ámbito formal.
A pesar de la diferencia de ritmo y de espontaneidad que puede haber entre la comunicación oral y la escrita, una misiva puede contener información muy íntima acerca de quien la escribe, confesiones que no es capaz de hacer en persona frente a su receptor, y esto la convierte en un medio muy particular, que muchas veces ofrece la posibilidad de exteriorizar sentimientos y sensaciones que llevan mucho tiempo en lo más profundo de nuestro ser.
Si bien las cartas suelen ser privadas para la mayoría de las personas, existen intercambios epistolares muy conocidos por el mundo entero que tuvieron lugar en el pasado por algunas de las grandes figuras de la literatura y la música, entre otros ámbitos, que se han convertido en auténticos legados culturales que han enriquecido sus obras e investigaciones, sacando a la luz ideas y teorías que, ya sea porque sus autores fallecieron demasiado jóvenes o porque no las consideraron tan relevantes, habrían quedado sepultadas en el olvido si no hubieran sido publicadas.
En la actualidad, las misivas tradicionales (impresas) han caído en desuso ante las ventajas que ofrece el correo electrónico o email. Este último nos da la posibilidad de comunicarnos de manera inmediata, lo cual resulta muy positivo tanto para las relaciones comerciales como para las personales, pero dicho aumento de eficiencia lo ubicó demasiado cerca de la comunicación oral, razón por la cual ha perdido popularidad hasta ser opacado por el chat y las videoconferencias.
Dada la naturaleza inmediata del correo electrónico, no suele poseer el nivel de dedicación y revisión propios de una misiva. Por otro lado, sobre todo cuando el intercambio se realiza entre personas de diferentes puntos del planeta, no deja de ofrecer la posibilidad de abrirse emocionalmente tal y como ocurría décadas atrás.