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Psicosis puerperal o posparto: causas, síntomas y qué hacer


En raras ocasiones aparecen síntomas de psicosis en mujeres que se encuentran en el periodo inmediatamente posterior a un parto. Aunque los manuales psiquiátricos no recogen la psicosis puerperal como un trastorno específico, muchos profesionales utilizan este concepto para hacer referencia a tales situaciones.

En este artículo analizaremos los síntomas y las causas principales de la psicosis puerperal, así como otras de sus características básicas. También haremos un breve repaso a las opciones terapéuticas de que se dispone en la actualidad para manejar este problema.

¿Qué es la psicosis puerperal?

La psicosis puerperal o posparto es un tipo de trastorno psicótico que aparece en mujeres que acaban de tener un bebé, generalmente en las dos semanas que siguen al parto. Se caracteriza por síntomas típicos de la psicosis como alucinaciones, delirios, desorganización del pensamiento, desinhibición conductual y catatonia.

En los trastornos psicóticos se da una pérdida de contacto con la realidad que puede manifestarse en distintas áreas y tiene una gravedad variable. Se cree que existe una fuerte influencia genética que determina el desarrollo de síntomas de psicosis.

Esta forma de psicosis fue descrita por el médico obstétrico alemán Friedrich Benjamin Osiander en 1797. En el pasado se atribuía la psicosis puerperal a infecciones, a alteraciones tiroideas o a la eclampsia, un trastorno convulsivo del embarazo; aunque estas hipótesis se han descartado (excepto la tiroidea), las causas siguen sin estar del todo claras.

Es una alteración relativamente poco frecuente, dado que afecta a 1 de cada 1000 mujeres que dan a luz. En comparación la depresión posparto, un subtipo del trastorno depresivo mayor, se presenta en aproximadamente el 15% de las madres. Aunque pueden aparecer síntomas psicóticos en el marco de una depresión posparto, se trata de trastornos diferentes.

Los manuales DSM no incluyen el diagnóstico de psicosis puerperal; utilizando estas guías habría que clasificar estos casos como “Trastornos psicótico no especificado”. En la CIE-10 encontramos la categoría “Trastornos mentales y del comportamiento en el puerperio”, en la que se incluye también la depresión posparto.

Síntomas y signos habituales

Los síntomas referidos y signos observables de la psicosis puerperal varían en gran medida en función del caso concreto, e incluso a lo largo del curso del trastorno en una misma persona. Síntomas opuestos, como la euforia y el estado depresivo, se dan en ocasiones de forma conjunta.

Los signos iniciales más frecuentes de la psicosis posparto incluyen la aparición de sensaciones de euforia, la reducción en la cantidad de sueño, la confusión mental y la verborrea.

Además de ser clasificables en un cuadro de tipo psicótico de naturaleza similar a la de la esquizofrenia o el trastorno esquizoafectivo, los síntomas habituales de la psicosis puerperal en ocasiones también se asemejan a los de la manía y la depresión, las principales alteraciones del estado de ánimo.

  • Delirios y otras creencias extrañas
  • Alucinaciones, especialmente de tipo auditivo
  • Paranoia y suspicacia
  • Irritabilidad e inestabilidad emocional
  • Estado de ánimo bajo, incluso depresivo
  • Manía: sensación de euforia, aumento de energía y agitación psicológica
  • Pensamiento acelerado y confusión grave
  • Dificultades para la comunicación
  • Hiperactividad motora y desinhibición conductual
  • Disminución de la necesidad o de la capacidad para dormir
  • Falta de reconocimiento de las alteraciones
  • Aumento del riesgo de suicidio y de infanticidio

Causas y factores de riesgo

La investigación revela que la psicosis puerperal se asocia a la esquizofrenia, al trastorno bipolar y al esquizoafectivo; alrededor de un tercio de mujeres con estos trastornos sufren episodios psicóticos graves tras el parto. Además las personas que presentan psicosis posparto tienen un 30% de posibilidades de tener otro episodio en embarazos subsiguientes.

Se cree que existe un componente genético en este trastorno, puesto que el hecho de que una pariente cercana haya sido diagnosticada de psicosis puerperal aumenta el riesgo de desarrollarlo en aproximadamente un 3%. La historia familiar de depresión en el embarazo o el posparto, trastornos psicótico-afectivos y disfunciones tiroideas también son factores de riesgo.

No obstante, la mitad de mujeres que sufren psicosis puerperal no presentan ningún factor de riesgo; una hipótesis que podría explicar esto sería la que asocia este trastorno a los cambios hormonales y del ciclo de sueño que se producen después del parto. Las madres primerizas parecen tener una probabilidad mayor de desarrollar este tipo de psicosis.

Tratamiento de la psicosis posparto

Cuando se detecta un caso de psicosis posparto lo más habitual es que la estancia en el hospital se alargue, o bien que la madre sea hospitalizada de nuevo. En general el manejo de esta alteración se lleva a cabo mediante farmacoterapia, aunque existen programas de intervención psicológica de emergencia para la psicosis que pueden ser muy útiles como complemento.

Entre los medicamentos utilizados para tratar esta alteración destacan dos categorías: los antipsicóticos y los estabilizadores del estado de ánimo, psicofármacos de referencia en el trastorno bipolar. Los antidepresivos también pueden ser útiles para manejar síntomas como el estado de ánimo depresivo, la irritabilidad, las dificultades para dormir y los problemas cognitivos.

Los casos resistentes al tratamiento farmacológico que además son graves, como los que conllevan un riesgo manifiesto de suicidio, son tratados en ocasiones con terapia electroconvulsiva.

La mayoría de personas que sufren esta alteración se recuperan de forma completa al cabo de entre seis meses y un año, mientras que la gravedad de los síntomas suele disminuir de forma clara antes de los tres meses tras el parto. El riesgo de suicidio sigue siendo elevado durante el periodo de recuperación.