Baby blues: la tristeza después del parto
Hay algunas mujeres que, después de dar a luz, entran en un estado de tristeza inexplicable. Aparece la irritabilidad, el decaimiento emocional, los cambios bruscos de humor, el cansancio y, en algunos casos, aparecen llantos espontáneos.
Este fenómeno no tiene por qué ser siempre un caso de depresión postparto; también podría ser algo que se conoce como baby blues y que, de hecho, es muy frecuente.
¿Qué es el baby blues?
El baby blues es un fenómeno psicológico que implica la entrada en un estado de tristeza que puede durar entre unas horas, unos días y las dos semanas siguientes al parto. Se considera que es especialmente frecuente en las madres primerizas, y sus síntomas no llegan a ser tan intensos como para interferir significativamente en los quehaceres de la persona que ha dado a luz.
Eso significa que aunque el baby blues resulta molesto y genera malestar (o, más bien, es el propio malestar en sí mismo) no vuelve a las mujeres incapaces de llevar a cabo sus tareas diarias y no les resta autonomía.
El baby blues es, más que nada, un fenómeno que afecta a la subjetividad de la persona, y que más allá del propio malestar no tiene unas plasmaciones objetivas muy claras y evidentes. Desde un punto de vista clínico, no tiene mucha importancia.
En definitiva, el baby blues no es un trastorno psicológico, sino un conjunto de síntomas poco intensos y que, sumados, no llegan a comprometer la salud mental de la madre.
¿Cómo se manifiesta?
Entre los síntomas del baby blues más frecuentes se encuentran estos:
- Pérdida del apetito
- Problemas para dormir
- Irritabilidad
- Sensación de malestar y tristeza en general
- Fatiga
- Llanto espontáneo cuyas causas son difíciles de determinar
Las causas del baby blues
¿A qué se debe la aparición del baby blues? No es fácil saberlo, pero los especialistas lo atribuyen a los cambios hormonales bruscos que se producen en la madre después del nacimiento. Concretamente, las hormonas y sustancias que intervienen en estos cambios son los estrógenos, la serotonina, la progesterona y la prolactina.
Sin embargo, no todas las causas están aisladas en el interior de la biología de la madre: el modo en el que es afectada por el entorno también produce efectos importantes. En concreto, la necesidad de atender al bebé durante las primeras dos semanas produce un desgaste físico y psicológico importante que, muchas veces, se traduce en falta de sueño.
A su vez, los efectos que produce el entorno en el organismo se mezclan con los cambios hormonales generados por el parto, y de ese torbellino neuroquímico nace el baby blues.
La versión leve de la depresión postparto
Es muy frecuente confundir el baby blues con la depresión post parto, ya que ambos fenómenos están relacionados con la tristeza. Sin embargo, las diferencias entre ambos fenómenos son notables. De hecho, el baby blues a veces es llamado tristeza postparto para diferenciarlo de esta otra.
El baby blues es un conjunto de síntomas, mientras que la depresión postparto sí es una amenaza para la salud mental y es motivo de tratamiento clínico psicológico y psiquiátrico que en ocasiones requiere el uso de psicofármacos. Además, el primero desaparece solo, pero la segunda debe ser tratada por especialistas de la salud.
Además, mientras que el baby blues puede durar un máximo de dos semanas y solo puede aparecer durante los siguientes días después del nacimiento, la depresión postparto puede durar un año y aparecer en una etapa más adelantada, semanas después del momento de dar a luz.
Por otro lado, el baby blues es mucho más frecuente, ya que puede llegar a aparecer hasta en un 80% de los casos de parto, mientras que la depresión postparto en cualquiera de sus grados de intensidad no supera el 15%.
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Cómo lidiar con el baby blues
Para saber gestionar el baby blues, es recomendable seguir estas sencilla pautas:
1. Comprende que es algo hormonal
Es inútil tratar de racionalizar tus emociones y tu malestar, culpando a los demás. Es preferible tener presente que ese malestar se debe a un desajuste hormonal muy común, y que pasará solo.
2. Encuentra momentos para descansar
Si puedes tener la oportunidad de descansar y dormir bien, gran parte del malestar si irá pronto.
3. Sigue rutinas
No te expongas a dinámicas de comportamiento muy caóticas e imprevisibles: sigue hábitos bien definidos para facilitar que tus niveles de hormonas vuelvan a equilibrarse.
4. Acepta la ayuda de los demás
Tener un parto no es fácil, y los demás lo saben. El baby blues no es más que una de las muchas pruebas de eso. Por eso mismo, es buena idea aceptar la ayuda de aquellos que estén en situación de poder prestar ayuda en las tareas.