Miedo a comer (cibofobia): causas, síntomas y tratamiento
Existen muchos tipos de fobias; estos trastornos se caracterizan por un un miedo irracional y persistente frente situaciones, objetos, actividades o personas.
El principal síntoma de este trastorno es el deseo de evitar el estímulo temido, y el desarrollo de las fobias suele ocurrir por factores ambientales, Ahora bien, algunos expertos afirman que nuestro cuerpo está programado para sentir miedo, pues es una emoción adaptativa, que nos ha sido útil a la especie humana durante siglos, por lo que sería relativamente fácil sufrir esta condición.
Los miedos irracionales pueden llegar a ser muy incapacitantes, como en el caso de la cibofobia o miedo a comer, que puede causar serios problemas para la salud de la persona. En este artículo hablaremos de esta extraña fobia y profundizaremos en sus causas, síntomas y tratamiento.
- Artículo relacionado: "Tipos de fobias: explorando los trastornos del miedo"
¿Qué es la cibofobia?
La cibofobia es un trastorno de ansiedad que provoca un gran temor y malestar a la persona que lo padece, pues ésta experimenta un gran miedo irracional a comer o a los propios alimentos.
Este trastorno debe diferenciarse de otras condiciones patológicas como la anorexia o la bulimia, que tienen su origen en las ideas que tiene la persona sobre las consecuencias estéticas de la ingesta de comida, aunque en ocasiones puede estar vinculado a estos. No obstante, el miedo irracional por poseer una imagen corporal negativa al alimentarse como pensar que los alimentos pueden contener toxina o gérmenes pueden contribuir al desarrollo de cibofobia.
Algunas características de este trastorno son:
- Las personas con cibofobia muestran una obsesión irracional hacia los alimentos, que puede llevarles obsesionarse por los nutrientes que contienen y por su procedencia.
- Pueden evitar el consumo de alimentos a pesar de ser necesarios para gozar de una buena salud.
- Evitan los platos cocinados por otros individuos, pues necesitan conocer en exactitud qué comen o cómo se ha cocinado el plato.
- Evitan comer alimentos preparados en días anteriores por el miedo a intoxicarse.
Síntomas de este trastorno fóbico
Como puedes ver, la persona que sufre esta patología tiende a evitar los alimentos debido a sus ideas irracionales sobre éstos, y pese a que en muchos casos muestran conocimiento sobre su problema, no pueden controlar esa situación.
Los síntomas de la cibofobia no difieren de otros trastornos fóbicos, pues la sintomatología se caracteriza por consecuencias a nivel cognitivo, conductual, físico y fisiológico.
A nivel cognitivo, la persona tiene ideas irracionales de miedo, sufre angusta, pérdida de concentración, desorientación y preocupación extrema. Su comportamiento también cambia, principalmente evitando el estímulo fóbico.
Los síntomas físicos y fisiológicos se caracterizan por taquicardias, opresión en el pecho, sudoración excesiva, mareos, temblores, escalofríos.
- En casos graves, la persona puede experimentar ataques de pánico. Puedes leer más sobre esta condición en este artículo: “Ataques de pánico: causas, síntomas y tratamiento”.
Causas de las fobias
Las fobias tienen su origen muchas veces en factores ambientales. De hecho, los trastornos fóbicos se aprenden y se desarrollan por un tipo de aprendizaje asociativo llamado condicionamiento clásico. Este tipo de aprendizaje fue estudiado inicialmente por Iván Pavlov, aunque lo popularizó un psicólogo norteamericano que es conocido como uno de los precursores del conductismo, John Watson.
Watson fue el primer investigador que estudió este fenómeno y consiguió que un niño pequeño aprendiera un miedo irracional hacia una rata blanca que antes adoraba. Al inicio del experimento, el niño, llamado Albert, jugaba tranquilamente y disfrutaba de la compañía de la rata blanca.
Sin embargo, en el experimento de Watson, cada vez que se presentaba la rata blanca también aparecía un fuerte ruido que asustaba al pequeño. A las pocas sesiones, el pequeño Albert asociaba el fuerte ruido a la presencia de la rata blanca, y por tanto, cada vez que aparecía la rata blanca sola Albert sentía un fuerte miedo irracional que nada tenía que ver con la inofensiva criatura.
- Si quieres profundizar en el aprendizaje por condicionamiento clásico. puedes leer este artículo: “El condicionamiento clásico y sus experimentos más importantes”.
Otras causas de este trastorno
Ahora bien, el condicionamiento clásico no es la única vía por la que una fobia puede desarrollarse, y la cibofobia puede aparecer por el aprendizaje por observación. De hecho, algunos autores hablan del condicionamiento vicario como una de las posibles vías de adquisición de los miedos irracionales. Si quieres saber más sobre este concepto, puedes leer este artículo: “Condicionamiento vicario: ¿cómo funciona este tipo de aprendizaje?”
Por otro lado, otros autores piensan que las personas estamos predispuestas biológicamente a sufrir miedo, pues es una emoción que se produce gracias al cerebro primitivo pues ha sido muy útil para nuestra supervivencia. El aprendizaje del miedo se produce por asociaciones primarias y no cognitivas, por lo que las fobias no responden a argumentos lógicos.
Tratamiento de la cibofobia
Los estudios científicos demuestran que la psicoterapia es realmente eficaz en el tratamiento de fobias, y uno de los tipos de terapia psicológica que ha dado mejor resultado en las investigaciones es la terapia cognitivo conductual.
Esta forma de terapia combina técnicas de la terapia cognitiva y de la terapia de conducta, y unas de las más empleadas para el tratamiento de las fobias son las técnicas de relajación y las técnicas de exposición. De hecho, la técnica por excelencia en el tratamiento de fobias es la desensibilización cognitiva, que combina ambas.
La desensibilización sistemática consiste en enseñar al paciente diferentes habilidades de afrontamiento (por ejemplo, técnicas de relajación) para cuando se encuentre en la situación temida, y se expone a éste al estímulo fóbico de manera gradual para que experimente él mismo la irracionalidad de su miedo.
Por otro lado, el tratamiento farmacológico está indicado en casos graves, pero siempre en combinación con la terapia psicológica.
Otros tipos de terapia que se utilizan para tratar esta patología son: la terapia cognitiva basada en Mindfulness, la terapia de aceptación y compromiso o la hipnoterapia.
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