¿Qué es una reacción alérgica?
Una reacción alérgica es una reacción exagerada del sistema inmunitario a una sustancia que no provoca una reacción en la mayoría de las personas. Las reacciones alérgicas más frecuentes son a la caspa de los animales, el polvo, el polen, a los medicamentos y las alergias alimentarias.
Las reacciones alérgicas son frecuentes, se estima que en los países industrializados alrededor de un tercio de la población sufre algún tipo de alergia, son una de las afecciones crónicas más comunes del mundo. Por lo general, las alergias se acompañan de síntomas leves, provocan estornudos, enrojecimiento y picor de los ojos, goteo nasal , irritación y picores cutáneos. En algunas ocasiones pueden ser graves e incluso mortales.
En el artículo de hoy vamos a detallar qué es la reacción alérgica y qué mecanismos la originan, sus causas y los síntomas más frecuentes de esta patología tan común.
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Descripción de la reacción alérgica
Como hemos mencionado en la introducción, la alergia es una reacción exagerada del sistema inmunitario. Muchas células y órganos colaboran entre sí para proteger a nuestro cuerpo, es lo que conocemos como sistema inmunitario. El sistema inmunitario es capaz de reaccionar, de forma específica, contra una gran variedad de sustancias e invasores externos, a los que se conoce como antígenos, esta especificidad de la respuesta inmunológica se da gracias a unas proteínas especializadas capaces de combatir a los extraños, los anticuerpos. El sistema inmunitario puede producir un número variado de anticuerpos diferentes para cada antígeno. Además, el sistema inmunitario tiene memoria, esto significa que puede reconocer fácil y rápidamente a un antígeno, contra el cual ya había generado una respuesta cuando este vuelve a entrar en el organismo.
Normalmente, el sistema inmunitario identifica y reacciona a sustancias extrañas no peligrosas (polen, caspa animal, polvo, alimentos etc.) sin causar ningún tipo de daño al organismo. En la alergia, el sistema inmunitario reacciona agresivamente contra las sustancias extrañas, dañando células y tejidos; estas reacciones son agrupadas bajo el nombre de reacciones de hipersensibilidad. Estas reacciones pueden ser ocasionadas tanto por los anticuerpos como por las células de nuestro sistema inmunológico. La alergia es una reacción de hipersensibilidad inmediata, esto significa que la reacción ocurre de forma rápida, en cuestión de segundos o minutos después de la exposición a la sustancia.
Los síntomas de la alergia pueden darse en cualquier órgano del cuerpo, pero son más frecuentes en zonas que tengan mayor contacto con agentes externos. Por lo tanto, es más común la inflamación de la piel, los conductos nasales, las vías respiratorias o del aparato digestivo.
La gravedad de las alergias varía según la persona, normalmente se presentan como forma leve, mostrando: irritación de la piel, estornudos, goteo nasal y picor y enrojecimiento de los ojos. Pero en algunas reacciones alérgicas, denominadas reacciones anafilácticas, los síntomas son potencialmente mortales.
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¿Por qué se producen las reacciones alérgicas?
Como ya hemos visto, el sistema inmunitario es capaz de detectar sustancias extrañas (llamadas “antígenos”) y eliminarlas. Pero además, el sistema inmunitario tiene memoria, de tal forma que puede reconocer fácil y rápidamente a un antígeno contra el cual ya había generado una respuesta, cuando este vuelve a entrar en el organismo.
La memoria inmunitaria se da a través de los linfocitos y los anticuerpos. El sistema inmunitario posee unas células especiales, los linfocitos. Tenemos billones de linfocitos en nuestro cuerpo, y cada linfocito es capaz de combatir un “invasor” concreto. Si no hemos sido expuestos a la sustancia extraña anteriormente, nuestro organismo no tiene muchos linfocitos específicos para combatirla. Pero en el proceso de batalla, los linfocitos que son capaces de luchar contra el “invasor” se multiplican para combatirlo y eliminarlo.
Los linfocitos luchan contra el agente agresor fabricando anticuerpos. Los anticuerpos son unas proteínas especializadas que localizan e inmovilizan los antígenos. Haciendo una analogía el linfocito sería el policía y el anticuerpo sería la porra.
De este modo, en la segunda exposición a un mismo agente infeccioso, nuestro sistema inmune dispondrá de anticuerpos para combatir al invasor, de forma que seremos capaces de eliminarlo antes de que pueda causar daños más graves.
Esta memoria también explica porque las vacunas sirven para protegernos contra muchas enfermedades. Una vacuna introduce en el cuerpo el antígeno en una cantidad tan pequeña que la enfermedad no llega a desarrollarse, pero permite que el cuerpo fabrique anticuerpos para protegerse de futuros ataques.
Las reacciones alérgicas frecuentes, como determinados tipos de asma y la urticaria están relacionadas con el anticuerpo IgE (la inmunoglobulina E).
El anticuerpo, IgE, se une a un tipo de glóbulo blanco (las células de la defensa) llamado mastocito, que se encuentra en los tejidos. Cuando la persona previamente sensibilizada vuelve a exponerse al alérgeno, los mastocitos, con los IgE (los anticuerpos) en su superficie, liberan sustancias químicas, como histamina, prostaglandinas y leucotrienos.
Estas sustancias producen una reacción en cadena de reacciones que afecta a varios órganos y tejidos, que quedan irritados o dañados con diversos grados de intensidad. Esto es lo que conocemos como reacción alérgica.
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Causas
Tanto factores genéticos como ambientales están involucrados en el desarrollo de las alergias. Se cree en el factor de origen genético de las alergias porque las mutaciones son comunes en las personas con alergias, y las alergias tienden a compartirse entre miembros de una misma familia.
Los factores ambientales también pueden aumentar el riesgo de desarrollar alergias. La exposición repetida a sustancias extrañas, la dieta, y los contaminantes (como el humo del tabaco y los gases) aumentan a la larga el riesgo de sufrir algún tipo de alergia.
La reacción alérgica puede tener como origen diferentes causas:
- La exposición al polen de los árboles o de la maleza, es conocida como alergia estacional, ya que es frecuente en primavera.
- La exposición a otros alérgenos aéreos, como la caspa y proteínas de mascotas, ácaros del polvo y moho.
- La ingesta de algunos alimentos, en especial el cacahuete y otros frutos secos, también son comunes respuesta alérgicas al trigo, la soja, el pescado y el marisco.
- Las picaduras de insectos, como las de abeja o de avispa (como ocurre en las reacciones anafilácticas).
- La toma de medicamentos, sobre todo la penicilina o los antibióticos basados en esta sustancia.
- Al tocar determinados materiales o sustancias como por ejemplo el látex, se pueden dar reacciones alérgicas en la piel.
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Síntomas
Los síntomas producidos por una reacción alérgica varían en función de la exposición al alérgeno: tipo, tiempo, cantidad y modo de contacto. Pero también, de la reacción del sistema inmunitario.
Como ya vimos en el apartado de mecanismos, una primera exposición causa una reacción inflamatoria leve y la producción de anticuerpos IgE, cada reacción hará que nuestro cuerpo fabrique más anticuerpos y haya más mastocitos con estos en su superficie, liberando cada vez mayor cantidad de químicos. Una exposición incluso muy limitada podrá llegar a desencadenar una reacción grave, incluso derivar en choque anafiláctico.
Los síntomas de las alergias varían según el tipo de alergia, siendo los más comunes los siguientes.
La alergia alimentaria presenta:
- Hormigueo en la boca
- Hinchazón en los labios, lengua, rostro o garganta
- Urticaria
- Anafilaxia
La alergia por picadura de insecto presenta:
- Una zona de una gran hinchazón (edema) en el lugar de la picadura
- Picazón o urticaria en todo el cuerpo
- Tos y dificultades para respirar
- Anafilaxia
La alergia a un medicamento presenta:
- Sibilancia (sonido silbante y chillón durante la respiración)
- Urticaria
- Picazón en la piel
- Erupción cutánea
- Hinchazón en la cara
- Anafilaxia
La rinitis alérgica (fiebre del heno) presenta:
- Estornudos
- Picores en los ojos, en la nariz y/o en la boca
- Mocos, nariz congestionada
- Ojos llorosos, irritados o hinchados (conjuntivitis)
- Eccema (dermatitis atópica) trastorno alérgico de la piel presenta:
- Picazón
- Enrojecimiento
- Hojuelas o escamas
¿Qué es un choque anafiláctico?
Un choque anafiláctico es una emergencia médica, ya que pone en riesgo la vida de la persona. Es una reacción donde los tejidos corporales se estrechan incluidos los de la garganta, dificultando la respiración. También se presenta un descenso de la presión arterial, que puede provocar que la sangre no llegue a todos los órganos. Estos dos síntomas son potencialmente mortales.
Ante la más mínima sospecha de shock anafiláctico, hay que actuar de inmediato llamando al 112 para informar del padecimiento y buscar atención médica lo antes posible.
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Diagnóstico
El principal objetivo del diagnóstico es identificar el alergeno responsable de la reacción. Para ello se hace una evaluación médica, donde se intenta determinar a través de preguntas cuando se inició la alergia y su frecuencia.
Por ejemplo, la época del año en el caso de las alergias estacionales, o determinar qué tipo de comidas provocan la alergia en el caso de las alergias alimentarias.
La evaluación es la principal herramienta de diagnóstico, ya que los análisis de sangre y la prueba de piel suelen dar bastantes falsos positivos y negativos.
La prueba de piel consiste en exponer al paciente a una pequeña cantidad de la proteína de un alérgeno candidato. Si el paciente es alérgico, normalmente aparecen ronchas características en la piel.
En el análisis de sangre se buscará la cantidad de anticuerpos IgE del paciente en el torrente sanguíneo. No es una prueba suficientemente específica.
Tratamiento
Hoy por hoy, la mejor manera de tratar y prevenir las alergias consiste en la abstención, es decir, en evitar la exposición a la sustancia que las provoca.
Para combatir los síntomas provocados por la reacción alérgica se suelen emplear medicamentos como los antihistamínicos o los corticosteroides, pero son una solución temporal, ya que actúan sólo sobre los síntomas y no sobre el origen de la alergia.
En algunos casos se puede utilizar la inmunoterapia, consiste generalmente en vacunas, a base de inyecciones de extractos de alérgenos purificados. Estas vacunas se administran normalmente durante un periodo de dos años. El objetivo es la desensibilización del paciente al alérgeno. Este tipo de tratamiento se utiliza sobre todo en alergias en las que es muy difícil o imposible evitar el contacto con el alérgeno, como por ejemplo con los aeroalérgenos, fundamentalmente pólenes y ácaros.
Prevención
La prevención varía en función de la alergia, pero algunas medidas generales recomendadas incluyen:
- Retirar y evitar el alérgeno en la medida de lo posible. Evitar el bosque o zonas verdes en primavera para el polen, cambiar frecuentemente sábanas y aspirar para la alergia al polvo.
- Escribir un diario. Si todavía no se ha determinado el alérgeno, un diario puede ayudar a su identificación.
- Minimizar la exposición a ciertos productos irritantes (tabaco, humedad, olores fuertes)
- Utilizar un brazalete de alerta médica. El uso de este brazalete es recomendable si se ha sufrido una reacción grave.
- Si tienes una alergia grave, debes llevar contigo una inyección de epinefrina de emergencia
Esperamos que con el artículo de hoy hayas entendido cual es el mecanismo por el que se produce la alergia y sus consecuencias.