Síndrome talámico: síntomas, causas y tratamiento
El tálamo es una estructura cerebral que sirve como punto de entrecruzamiento de múltiples vías neuronales (es un “centro de relevo”). Su lesión origina el síndrome talámico, un cuadro clínico que desencadena diversos síntomas, con predominio del dolor talámico.
Aquí conoceremos con detalle las causas de este síndrome, así como sus síntomas y sus posibles tratamientos.
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El tálamo
El tálamo es una estructura cerebral; se trata de un núcleo gris central de la base que sirve como punto de entrecruzamiento de múltiples vías neuronales. Es una estructura par, situada a ambos lados del tercer ventrículo. Ocupa aproximadamente el 80% del diencéfalo y está dividido en cuatro grandes secciones (anterior, medial, lateral y posterior), a su vez divididas en varios núcleos.
Todas las vías sensitivas y sensoriales que nacen en la médula espinal, tronco encefálico e hipotálamo, convergen en el tálamo, donde hacen relevo (es un “centro de relevo). Además, se le añaden las diferentes vías de coordinación del sistema extrapiramidal, núcleos vestibulares, cerebelo, núcleos estriados y corteza cerebral.
Síndrome talámico: características
El síndrome talámico, también conocido como Síndrome de Déjerine-Roussy, se caracteriza por los siguientes síntomas: hemiparesia leve transitoria, hemicoreoatetosis, hemihipoestesia, hiperalgesia, alodinia y hemiataxia con astereognosia de intensidad variable. Este síndrome se presenta ante lesiones de los núcleos posteriores del tálamo.
Las manifestaciones clínicas producidas por lesiones talámicas son muy diversas (ya que abarcan muchas vías), poco sistematizables, relativamente infrecuentes y poco conocidas por el médico clínico, aunque podemos concretarlas, como veremos más adelante.
Este síndrome se describió por primera vez principios del 1903, cuando Jules Joseph Dejerine y Gustave Roussy estudiaban hechos clínicos y patológicos del síndrome talámico. Su descripción inicial del síndrome talámico se mantiene hasta la actualidad, y pocos cambios se han añadido a este en los últimos 100 años, aunque Lhermitte en 1925 y Baudouin en 1930 hicieron importantes contribuciones para definir las características de la hemorragia talámica.
Por otro lado, Fisher enfatizó los trastornos del lenguaje y alteraciones de la motilidad ocular producidos por lesiones talámicas.
Así, por otro lado, veinte años después de esa primera descripción, Foix, Massson y Hillemand, otros investigadores, demostraron que la causa más común del síndrome era la obstrucción de las arterias talamogeniculadas (ramas de la arteria cerebral posterior).
Síntomas
El síntoma más angustiante del síndrome talámico es el dolor; se trata de un dolor generalmente intratable, intenso, incapacitante y constante. El dolor talámico es de origen central, es decir, su origen se encuentra en la corteza cerebral.
El dolor, además, es refractario y desagradable, y se resiste a la medicación analgésica. Los dolores se presentan generalmente como síntoma inicial en 26 a 36% de los pacientes. La sensación de dolor es urente y lacerante, y está comúnmente asociada a hiperestesia dolorosa en la misma distribución. Esta hiperestesia se define como una sensación exagerada de los estímulos táctiles (como por ejemplo la sensación de cosquilleo).
Otros síntomas importantes en el síndrome talámico son las parestesias, una hemiparesia leve transitoria, hemicoreoatetosis, hemihipoestesia, hiperalgesia, alodinia y hemiataxia con astereognosia de intensidad variable.
Concretamente, los pacientes con este síndrome manifiestan una pérdida sensorial contralateral a la lesión en todas las modalidades. Además, también aparecen trastornos vasomotores, disestesias severas del hemicuerpo involucrado y a veces movimientos coreoatetoides o balísticos.
Causas
La causa del síndrome talámico es una lesión en el tálamo. Concretamente, dicha lesión implica a los núcleos inferior y lateral.
Las lesiones más comunes del síndrome talámico son de origen vascular (accidentes cerebrovasculares), aunque también existen lesiones de otra naturaleza, como por ejemplo las de origen metabólico, neoplásico, inflamatorio e infeccioso.
Por otro lado, haciendo alusión al origen vascular del síndrome, los infartos talámicos generalmente son debidos a la oclusión de una de las cuatro regiones vasculares mayores: posterolateral, dorsal, paramediana y anterior.
Tratamiento
El tratamiento del síndrome talámico implica principalmente el dolor asociado. Antiguamente, el tratamiento se basaba en neurocirugía, con intervenciones como talamotomías (extirpación de una pequeña área en el tálamo), mesencefalotomías (extirpación del mesencéfalo) y cingulotomías (sección del cíngulo).
Sin embargo, se han establecido nuevos tratamientos neuroquiúrgicos como la estimulación de la médula espinal, la estimulación de la corteza motora y la estimulación cerebral profunda crónica, mediante técnicas de aproximamiento con estereotaxia.
Por otro lado, también se han utilizado otros nuevos tratamientos en los últimos años, a partir de medicamentos opiáceos, antidepresivos tricíclicos y analgésicos-antiepilépticos (por ejemplo la gabapentina).
Referencias bibliográficas:
- Salazar-Zúñiga, A. y Carrasco-Vargas, H. (2006). Tratamiento del síndrome talámico (Dejerine-Roussy) secundario a infarto cerebral isquémico, con gabapentina.Reporte de cuatro casos y revisión de la literatura.Neurol Neurocir Psiquiat, 39(2): 70-75.
- De Betolaza, S., Núñez, M., y Roca, F. (2016). Lesiones talámicas: un desafío semiológico. Thalamic lesions: a semiological challenge. Revista Uruguaya de Medicina Interna, 1, 12-19.