Tópicos Cerebro Neurociencia

Tronco del encéfalo: funciones y estructuras


El encéfalo es asociado casi siempre a una especie de óvalo de superficie rugosa llena de pliegues, pero por debajo de esta corteza cerebral hay multitud de estructuras muy importantes.

De hecho, si tuviéramos que considerar la importancia de cada una de las partes del cerebro juzgándolas según lo relevantes que son para nuestra supervivencia, llegaríamos a la conclusión de que la estructura más fundamental es una que ni tiene la forma replegada del córtex ni tiene forma de óvalo. Se trata del tronco del encéfalo, o tronco encefálico, situado en la parte más baja del encéfalo y en contacto directo con la médula espinal.

¿Qué es el tronco del encéfalo?

El tronco encefálico, llamado a veces tallo cerebral, es una parte del encéfalo con forma de cilindro o cono alargado y que está situado entre el resto del encéfalo y la médula espinal. Eso significa que el tronco del encéfalo está alineado con las fibras neuronales que recorren la médula espinal bajo recorre la columna vertebral; concretamente, pasa por delante del cerebelo.

Por tanto, es la parte del encéfalo que se encuentra en una posición anatómicamente más baja y cercana al cuello. Además, la mayor parte de los pares craneales (o nervios craneales) salen del tronco del encéfalo.

El tronco del encéfalo está compuesto tanto por partes de sustancia blanca como por algunas zonas en las que predomina la materia gris, lo cual significa que la recorren tanto áreas de conexión como zonas en las que los cuerpos de las neuronas se concentran formando núcleos de control.

Funciones del tronco del encéfalo

Aunque el tronco encefálico esté pegado a la médula espinal y por su forma pueda ser confundido con una prolongación de esta, su función principal no es actuar como un simple puente entre el cerebro y los nervios que recorren el cuerpo humano.

El tallo cerebral es la parte del cerebro humano que alberga las funciones más primitivas y ancestrales, y apareció en nuestra línea evolutiva en especies que no se parecían nada a los seres humanos. Es parte de lo que, según la teoría de los 3 cerebros de Paul MacLean, se ha llamado "cerebro reptiliano", justamente porque ha sido asociado a procesos fisiológicos ancestrales (aunque las ideas de MacLean no se consideran válidas, entre otras cosas, por basarse en una visión muy simplificada de la evolución del cerebro humano.

Así pues, el tronco del encéfalo se encarga de realizar las tareas del sistema nervioso más básicas para nuestra supervivencia, aquellas en las que apenas podemos influir voluntariamente y que han sido automatizadas a partir de millones de años de evolución justamente para que nuestras decisiones desacertadas o nuestras distracciones no nos cuesten la vida.

Manteniendo las constantes vitales

Entre las funciones en las que el tronco encefálico juega un papel fundamental se encuentran la regulación y mantenimiento del ritmo cardíaco y el control automático de la respiración. Es por eso que el tallo del encéfalo está compuesto por centros vitales que al ser dañados pueden provocar la muerte inmediata.

Otras funciones del tronco del encéfalo algo menos importantes pero prácticamente igual de primitivas son el control del hipo, el estornudo y la tos, la succión, la deglución, el vómito y la sensibilidad al dolor. También tiene un rol muy importante en la regulación de los niveles de arousal. En concreto, una red de neuronas distribuidas en parte por el tronco encefálico llamada formación reticular interviene tanto en la regulación del ciclo circadiano (sueño-vigilia) como en el mantenimiento de la consciencia.

Un puente de comunicación con la médula espinal

Además de todas estas funciones, por supuesto, el tallo cerebral sirve para comunicar los nervios craneales y la médula espinal con el cerebro, siendo así la vía de comunicación entre el encéfalo y el resto del cuerpo tanto en las aferencias como en las eferencias. Este es un papel más pasivo que los anteriores, pero igualmente imprescindible para la supervivencia del encéfalo y de todo el organismo en general.

Partes del tronco encefálico

El tallo cerebral está compuesto por tres estructuras principales: el mesencéfalo, el puente troncoencefálico y el bulbo raquídeo.

1. Mesencéfalo

El mesencéfalo es la estructura del tronco encefálico situada en una posición más alta y, por tanto, más cercana a estructuras situadas en la parte superior, como por ejemplo el tálamo. Como otras partes del tronco del encéfalo, interviene en funciones tan primitivas como la regulación del ciclo sueño-vigilia y de la temperatura corporal, pero también juega un papel a la hora de reaccionar rápidamente ante estímulos visuales y auditivos de manera refleja, así como en el control de ciertos movimientos.

Los dos componentes básicos del mesencéfalo son unas estructuras llamadas tectum y tegmentum.

2. Puente troncoencefálico

El puente troncoencefálico, o puente de Varolio, está situado justo debajo del mesencéfalo y encima del bulbo raquídeo. En su cara posterior (la más cercana a la nuca) está el cerebelo. Esta estructura es la parte del tronco del encéfalo más abultada, y su cara anterior se comba hacia afuera como si fuese la mitad de un huevo.

Esta parte del tallo cerebral interviene en el control de la respiración, en la transición entre las fases del sueño y en la regulación del nivel de consciencia, entre otros procesos básicos de supervivencia.

3. Bulbo raquídeo

El bulbo raquídeo (o médula oblonga) está situado en la parte más baja del tronco del encéfalo. Controla todo tipo de procesos automáticos totalmente necesarios para la supervivencia, como el control cardíaco o la secreción de sustancias gástricas. Además, es la parte que comunica con la médula espinal de forma directa.

Además, es en esta parte del tronco del encéfalo donde se encuentra la decusación de las pirámides, es decir, el punto en el que las fibras nerviosas cambian de hemicuerpo para pasar de derecha a izquierda y viceversa (lo cual explica que una mitad del cuerpo es controlada por la mitad opuesta del cerebro).