¿Por qué me equivoco a la hora de buscar pareja?
Las primeras citas son muy importantes pues la primera impresión que le provocamos a alguien que acabamos de conocer va a ejercer una gran influencia en las posibilidades de verse más veces.
Lo de que no nos debemos fiar de las primeras impresiones es una máxima muy dicha, conocida en la teoría pero no ejercida en la práctica. Además, está el tema de que siempre se pueden cometer errores que, al margen de si fueron en la primera o en las demás veces que quedamos con nuestra potencial pareja, arruinaron la relación.
Son varios los errores frecuentes al buscar pareja, aquellos que hacen que se desvanezca toda posibilidad de volver a ver a esa persona que, en principio, parecía que tan bien le habíamos caído. ¡Descubrámoslos para así evitar cometerlos!
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Errores comunes al buscar pareja
A todos nos ha pasado de haber quedado con alguien que conocimos en una aplicación de ligoteo o una noche en un bar, quedamos con él o ella y, después, no volvimos a saber nada más de esa persona. Es inevitable que después de esto nos preguntemos de vez en cuándo qué es lo que pudo salir mal, qué hicimos o dijimos nosotros para que esa persona perdiera el interés por nosotros.
Se dice mucho eso de que no hay que fiarse de las primeras impresiones, pero lo cierto es que es difícil no caer en esta trampa nada más conocer a alguien. Se quiera o no, lo primero que percibimos de una persona va a ejercer una gran influencia en cómo la veamos de ahora en adelante, motivo por el cual y pensando en nosotros siempre deberemos ir con cuidado con lo que decimos o hacemos en nuestras primeras citas. En caso de cometer errores en esa primera cita, lo más probable es que no haya una segunda.
Son muchas las metidas de pata que podemos cometer en nuestra búsqueda del amor. La primera cita puede ser un acontecimiento fluido que acabará en buenos resultados o, por el contrario, puede acabar en desastre. Todo depende de qué es lo que hagan quienes acudieron a tal cita, y si cometieron alguno de los errores frecuentes al buscar pareja que vienen a continuación.
1. Idealizar la primera cita
Es frecuente que seamos optimistas con la persona con la que hemos quedado y ya pensemos en un futuro con ella. Es normal plantearse posibles escenarios futuros en los que los dos ya sois una pareja, pero no debemos adelantarnos ni obsesionarnos con ello.
Obsesionarse con que, cada vez que quedamos con alguien, esa va a ser la persona definitiva, además de muy ingenuo, es algo que acabará arruinando la relación incluso antes de haberla comenzado.
La cita irá como irá, puede que bien o puede que mal, si la idealizamos y no se llega a buen puerto acabaremos muy frustrados, hundiéndonos en la miseria y sin poner mucho esfuerzo en quedar con gente nueva en las próximas semanas.
2. Mostrar desesperación
Estar desesperados es comprensible si llevamos meses y meses sin encontrar a nadie especial a pesar de haberlo intentado. No obstante, puede que ese sea nuestro problema, que nos mostramos muy desesperados.
La desesperación no es un rasgo atractivo. Ver que una persona esta ansiosa por encontrar pareja no inspira demasiada confianza, además de que la otra persona le resultará imposible no pensar en qué hemos hecho mal para que no hayamos tenido suerte en el amor a pesar de que es evidente que lo hemos intentado.
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3. Tener demasiada confianza
Hay que ir con cuidado con quién confiamos. No puede ser que, nada más conocer a alguien, en tan solo una semana ya le estemos contando de todo sobre nosotros, por mucho tiempo que pasemos con ella. Esto se puede interpretar como que nuestro concepto de intimidad es muy laxo, revelando cosas personales a cualquiera.
4. No vigilar con de qué hablas
Escoger los temas de conversación en nuestra primera cita es un aspecto fundamental para ir conociendo y desarrollando una relación de confianza con la otra persona. Hay que ir con mucho cuidado con aquello de lo que hablamos, pero sin cerrarnos en banda a cualquier pregunta que nuestra cita nos haga.
No se puede hablar siempre de intimidades, pero tampoco se debe recurrir a temas superficiales como el tiempo o lo bonitas que son las paredes del restaurante.
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5. Hablar de tus relaciones anteriores
Olvídate de hablar de tu pasado y de las intimidades que viviste con tus relaciones anteriores. Aceptémoslo ya: hablar de qué hacíamos con nuestra ex pareja no es ni sexy ni romántico. Nadie que se precie quiere salir con alguien que no para de hablar de su relación anterior porque, básicamente, se puede interpretar como que no se ha superado la ruptura.
Primero debemos centrarnos en la persona que tenemos delante, pensar en un “nosotros” como conjunto en el presente y lo que nos interesa en un futuro a corto plazo, obviando que anteriormente ya vivimos experiencias amorosas que no funcionaron. Una vez tu cita y tú os conozcáis mejor ya podréis abordar los detalles más profundos de vuestros respectivos historiales vitales, incluyendo también qué pasó con vuestras relaciones anteriores.
6. Tratar mal a los camareros
Hay quien dice que se conoce verdaderamente a una persona por la forma cómo trata a aquellos que están a su servicio, como un camarero. Y no solo a los camareros, sino a los empleados de cualquier tienda o a sus propios subordinados.
El ejemplo del camarero es el que mejor encaja con el mundo amoroso, pues muchas citas se dan en restaurantes. Si en nuestra cita la primera vez que quedamos con alguien nos ve tratar al mesero de una forma que no le gusta es probable que no haya una segunda vez.
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7. Pasarse con el alcohol
Cierto que no tomar ni una cerveza o copa de vino se puede percibir como ser demasiado recto y aburrido, pero lo cierto es que no debemos olvidar que el alcohol es una droga y que no se debe abusar. Como mucho, podremos tomar el mínimo socialmente aceptado, sin pasarse.
El exceso de alcohol hace que te sitúes en una posición en la que no controlas ni lo que dices ni lo que haces. Si tomas más de lo que puedes aguantar, puede que te muestres demasiado vulnerable o por el contrario tengas comportamientos agresivos, ambas situaciones sumamente malas para el desarrollo de una primera cita. El alcohol juega malas pasadas y no debemos permitirle que juegue con nosotros.
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8. Hablar solo de uno mismo
En las citas hay que evitar caer en la tentación de hablar solamente de uno mismo. Naturalmente, tendremos que darnos a conocer y explicar quienes somos, a qué nos dedicamos, cuáles son nuestras aficiones y demás cosas de por el estilo; sin embargo, no debemos convertirnos en el centro de la conversación porque al fin y al cabo es una cita, un diálogo para conocerse mutuamente, no un soliloquio.
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9. Hablar de matrimonio e hijos
Puede sonar a obviedad, pero adelantarse en la primera cita con temas tan trascendentales como casarse o tener hijos es muy, muy mala señal. Hay personas que quieren casarse y otras no, pero todas ellas comparten que no lo quieren hacer con alguien a quien acaban de conocer. Hay muchos otros temas de los que hablar, temas mucho menos atemorizantes que el de cuándo te quieres casar o cuántos hijos quieres tener.
10. Creer que tu cita te debe dar felicidad
Dejar la responsabilidad de tu felicidad a la otra persona nunca es buena opción. Lo único que conseguiremos con ello es que se sienta presionada y la pondremos en un compromiso. Nadie nos debe la felicidad, sino que somos nosotros quienes la debemos buscar en las cosas positivas que conforman nuestras vidas.
Naturalmente, cuando buscamos una pareja queremos que esa persona nos brinde felicidad, pero debemos entender que esto sucederá cuando se haya entablado una relación de confianza, intimidad y respeto mutuo, no cuando empezamos a salir con alguien y solo tenemos encuentros casuales.
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11. Mostrarse demasiado inseguro
En las primeras citas no debemos mostrar un aire de superioridad y de ser mejores que todo el mundo pues nadie le gustan las personas pedantes e insoportables. Pero, también, debemos ir con cuidado con eso de ser demasiado humildes, pues podemos caer en el error de mostrarnos demasiado inseguros y sumisos, algo que no es atractivo para la inmensa mayoría de la gente. Ir mostrando una autoestima baja repele toda oportunidad de tener pareja. El negativismo siempre echa para atrás.