Enfermedad de Ménière: síntomas, causas y tratamiento
La enfermedad de Ménière es una patología del oído interno en la que el paciente presenta pérdida de audición y, sobre todo, problemas de equilibrio.
Esta condición médica suele afectar solamente a un oído, pudiéndose presentar en la adultez y mediana edad.
Aunque no existe cura conocida para la enfermedad de Ménière, sí existen algunos tratamientos que ayudan a reducir sus síntomas y la frecuencia de los ataques de vértigo. Descubramos más a fondo cuáles son las particularidades de este trastorno auditivo.
- Artículo relacionado: "Las 10 partes del oído y el proceso de recepción del sonido"
¿Qué es la enfermedad de Ménière?
La enfermedad de Ménière es un trastorno otorrinolaringológico en el que se ve afectado el oído interno. El paciente que padece esta enfermedad sufre episodios de mareos y vértigos, además de pérdida parcial de la audición.
En la mayoría de los casos, solo hay afectación de un oído. Se puede manifestar a cualquier edad, pero suele aparecer al principio de la adultez y la mediana edad entre los 20 y 50 años. Es considerada una enfermedad crónica, aunque existen tratamientos para reducir los síntomas y el impacto a largo plazo.
Síntomas de esta patología
Entre los síntomas de la enfermedad de Ménière encontramos los siguientes.
1. Episodios recurrentes de vértigo
Los pacientes con enfermedad de Ménière tienen la sensación de estar girando con episodios recurrentes de vértigo que comienzan y finalizan espontáneamente. Estos se dan sin previo aviso, durando entre unos 20 minutos y varias horas. En algunos casos graves duran 24 horas, pero no más. Como consecuencia del vértigo intenso el paciente puede sentir náuseas.
Estos episodios de vértigo pueden hacer que el paciente pierda el equilibrio en momentos súbitos, lo cual aumenta el riesgo de caídas y accidentes. Como son impredecibles, el afectado puede padecer mucha ansiedad y estrés, condicionando mucho su calidad de vida.
2. Pérdida de la audición
La pérdida de la audición de esta enfermedad es un síntoma que puede aparecer y desaparecer, sobre todo al principio. Con el paso del tiempo, la mayoría de los pacientes con Ménière acaban perdiendo parte de la audición de forma permanente.
- Artículo relacionado: "Los 8 tipos de discapacidad auditiva (y sus características)"
3. Acúfenos
Los acúfenos son una especie de campanilleo que se oye en el interior del oído, a diferentes volúmenes y frecuencias sónicas. Pueden también manifestarse en forma de zumbido, rugido o silbido en el oído, no producido por estímulo auditivo externo aparente.
4. Congestión auditiva
Los pacientes con la enfermedad de Ménière suelen sentir una presión en el oído afectado.
Después de haber padecido un episodio asociado a la enfermedad, los signos y síntomas pueden mejorar e, incluso, desaparecer por completo temporalmente. No son pocos los casos de pacientes en los cuales disminuye la frecuencia de episodios de pérdida de audición y mareos.
- Artículo relacionado: "Tinnitus o acúfenos: síntomas, causas y tratamiento"
Causas
No se sabe muy bien qué es lo que provoca la enfermedad de Ménière, aunque sus síntomas se han asociado con una cantidad anormal de líquido en el oído, llamado endolinfa (hidropesía endolinfática). Este líquido se mantiene en una estructura en forma de bolsa llamada saco endolinfático que se secreta y reabsorbe continuamente, manteniéndose a una cantidad constante en el oído de personas sanas.
Tanto un incremento en la producción de este líquido como una disminución en su reabsorción tendrán como consecuencia un exceso de endolinfa. Pese a que se ha asociado este fenómeno a presentar la enfermedad de Ménière, no se sabe por qué ocurre esta producción y reabsorción patológica de este líquido.
Algunas posibles causas serían un drenaje inadecuado del líquido por culpa de una obstrucción o anormalidad anatómica, además de una respuesta inmune anormal e infección viral.
- Quizás te interese: "Los 4 tipos de agentes patógenos (y sus características)"
Diagnóstico
Son varios los procedimientos diagnósticos para ver si un paciente presenta la enfermedad de Ménière o no. El encargado de este diagnóstico debe ser un profesional médico especializado en otorrinolaringología o que posea conocimientos sobre la enfermedad de Ménière y otros trastornos del oído. El diagnóstico de esta enfermedad requiere que se cumplan los siguientes requisitos.
- Dos episodios de vértigo, cada uno de 20 minutos o más, pero de no más de 12 horas
- Pérdida auditiva verificada con una prueba de audición
- Tinnitus o sensación de tener el oído taponado
- Exclusión de otras causas conocidas para las tres problemáticas anteriores.
1. Evaluación del equilibrio
En el lapso entre episodios de vértigo el sentido del equilibrio vuelve a la normalidad en la mayoría de los casos. Sin embargo, es posible que el paciente padezca problemas constantes con el equilibrio, motivo por el cual se aplican diferentes pruebas para comprobar el grado de afectación y si hay posibilidad de recuperación.
Entre las pruebas de evaluación del equilibrio y la audición tenemos las siguientes.
2. Audiometría
En las audiometrías se evalúa si el paciente es capaz de detectar sonidos de diferentes tonos y volúmenes, además de comprobar si es capaz de distinguir entre palabras que se oyen de manera similar. Los pacientes con la enfermedad de Ménière suelen tener problemas para oír a frecuencias bajas o combinaciones de frecuencias altas y bajas. Su audición es normal para las frecuencias de rango medio.
3. Videonistagmografía
La videonistagmografía examina la función del equilibrio evaluando el movimiento ocular. En el oído interno se encuentran unos sensores que están relacionados con el equilibrio y se conectan con los músculos que controlan el movimiento de los ojos. Esta conexión es lo que hace que podamos mover la cabeza mientras mantenemos los ojos fijos en un punto.
4. Pruebas en sillón rotatorio
Las pruebas en sillón rotatorio, como su nombre sugiere, consisten en hacer que el paciente se siente en un sillón giratorio controlado por ordenador que estimulará el oído interno. Esta prueba mide la función del oído interno de acuerdo con el movimiento ocular, al igual que lo hace la prueba anterior.
- Quizás te interese: "Interocepción: escuchar al propio cuerpo"
5. Posturografía
El sentido del equilibrio humano no únicamente depende de nuestro oído interno, sino también de la visión, las sensaciones de la piel, los músculos, los tendones y las articulaciones y, si alguno de ellos falla, puede explicar el vértigo y mareos del paciente.
La posturografía es una prueba computarizada en la que se observa de qué parte del sistema del equilibrio el paciente depende más y qué partes puede que sean las que estén detrás del problema. En esta prueba se le pide al paciente que se coloque un arnés de seguridad, camine descalzo sobre una plataforma y mantenga el equilibrio en diversas condiciones.
- Artículo relacionado: "Cóclea: qué es, partes, funciones y patologías asociadas"
6. Prueba de impulso cefálico con video
La prueba de impulso cefálico consiste en medir las reacciones oculares a los movimientos abruptos.
El paciente tendrá que concentrarse en un punto, mirando un objetivo por el cual estarán registrando su comportamiento ocular. Mientras se realiza la prueba, lo harán girar la cabeza rápidamente y de forma imprevisible. En caso de que quite los ojos del objetivo mientras le giran la cabeza significará que tiene reflejos anormales.
7. Electrococleografía
La electrococleografía permite observar la respuesta del oído interno a los sonidos. Esta técnica puede ser de ayuda para determinar si hay alguna acumulación de endolinfa en el oído interno, aunque cabe decir que no es específica para la enfermedad de Ménière.
Tratamientos
La enfermedad de Ménière no tiene cura total por ahora, aunque sí se dispone de tratamientos que pueden ayudar a reducir la gravedad de la sintomatología y la frecuencia de los episodios de vértigo. No obstante, no existen tratamientos para la pérdida de audición asociada a esta condición médica. A continuación presentamos el conjunto de opciones terapéuticas para esta enfermedad.
1. Medicamentos para el vértigo
El médico puede recetar fármacos para los episodios de vértigo y disminuir su gravedad mientras se presenta un ataque. Entre ellos podemos destacar la meclizina o diazepam, que pueden reducir la sensación de giro y ayudar a controlar las náuseas y los vómitos. Además, también se recetan fármacos contra las náuseas como la prometazina.
En previsión de los posibles efectos de la enfermedad a largo plazo, el médico puede recetar fármacos para la retención de líquidos como diuréticos, además de sugerir limitar el consumo de sal. Para algunos pacientes, esta combinación ayuda a controlar la gravedad y la frecuencia de los síntomas de la enfermedad de Ménière.
2. Tratamientos no invasivos
Algunas personas con esta enfermedad se pueden beneficiar de terapias y procedimientos no invasivos. Los dos principales son la rehabilitación y la implantación de un audífono.
La terapia de rehabilitación vestibular podría mejorar notoriamente el equilibrio de las personas aquejadas de episodios de vértigo.
Los audífonos para el oído afectado por la enfermedad de Ménière puede mejorar la audición del paciente. Es fundamental que el médico derive a un audiólogo para que observe cuáles son las mejores opciones de audífonos para el paciente en su caso.
3. Inyecciones del oído medio
En algunos pacientes son necesarias intervenciones más invasivas, entre ellas inyecciones en el oído medio. Se inyectan fármacos en el oído medio que después serán absorbidos por el oído interno, mejorando los síntomas asociados al vértigo. Los fármacos que se usan en estas técnicas son los siguientes.
3.1. Gentamicina
La gentamicina es un antibiótico tóxico para el oído interno. Esta sustancia reduce la función de equilibrio del oído, haciendo que sea el oído no afectado el que asuma la responsabilidad del equilibrio. Se considera un tratamiento arriesgado puesto que existe el riesgo de agravar la pérdida auditiva.
3.2. Esteroides
Esteroides como la dexametasona pueden ayudar a controlar los ataques de vértigo en algunos pacientes. En el caso concreto de este fármaco, esta sustancia es menos efectiva que la gentamicina pero es menos probable que agrave la pérdida auditiva.
4. Intervenciones quirúrgicas
La cirugía es un recurso usado cuando la enfermedad de Ménière es grave y debilitante y se ha comprobado que los otros tratamientos no ayudan. Entre los procedimientos quirúrgicos para tratar esta enfermedad tenemos los siguientes.
4.1. Procedimiento de saco endolinfático
Como hemos visto antes, el saco endolinfático se encarga de regular los niveles de la endolinfa. En la enfermedad de Ménière, esta estructura se encuentra alterada, motivo por el cual un procedimiento terapéutico consiste en descomprimir esta estructura lo que puede reducir el exceso de líquido. En algunos casos, esta intervención quirúrgica se combina con la colocación de un tubo que drena el exceso de líquido del oído interno.
4.2. Laberintectomía
En la laberintectomía se extrae la porción del equilibrio del oído interno, consistiendo en un tratamiento muy agresivo puesto que se pierde tanto la función auditiva como el sentido del equilibrio del oído afectado. Este procedimiento solo se lleva a cabo cuando ya hay pérdida total en ese oído.
4.3. Sección del nervio vestibular
Por último, una de los tratamientos quirúrgicos para corregir la enfermedad de Ménière es la sección del nervio vestibular. Básicamente, consiste en cortar el nervio que conecta el equilibrio y los sensores de movimiento en el oído interno con el cerebro. Se aplica con la intención de preservar la audición en el oído afectado, pero eliminando el sentido de equilibrio del oído afectado.