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6 actividades para potenciar las funciones ejecutivas


Tras el auge en las últimas décadas de las investigaciones científicas basadas en técnicas de neuroimagen y en metodologías computacionales, se han podido establecer los mecanismos sobre cómo opera la mente humana a la hora de activar procedimientos de razonamiento cognitivo.

De esta manera, hoy en día existe un gran consenso en definir las funciones ejecutivas (FFEE) como un conjunto de procesos cuya finalidad última es supervisar la ejecución y determinar el control de dicha actividad cognitiva y, por ende comportamental, en el individuo.

Las funciones ejecutivas y su importancia en los procesos mentales

Las denominadas funciones ejecutivas se encuentran localizadas en los lóbulos frontales e intervienen fundamentalmente en operaciones cognitivas específicas como la memorización, la metacognición, el aprendizaje y el razonamiento.

A nivel práctico, por tanto, las funciones ejecutivas permiten acciones como planificar eventos o situaciones, elegir y decidir entre distintas opciones, discriminar entre estímulos relevantes y descartar los irrelevantes, mantener la atención en una tarea de manera sostenida, decidir qué tipo de movimiento motor es el apropiado en cada momento, etc. Todas ellas se incluyen en tres clases de funciones más generales (Tirapu-Ustárroz et al, 2008):

  • Capacidad para formular metas.
  • Facultad para planificar procesos y establecimiento de estrategias para lograr dichos objetivos.
  • Aptitud para llevar a cabo propósitos y plantearlos eficazmente.

Parece ser, por tanto, que un buen funcionamiento de las funciones ejecutivas permiten una mayor competencia para el individuo a la hora de regular su comportamiento y efectuarlo de una manera eficiente.

Actividades para entrenar y potenciar las funciones ejecutivas

Veamos de qué manera pueden entrenarse este tipo de facultades a través de la puesta en marcha de sencillos ejercicios y actividades cotidianas:

1. Descripción de la apariencia de un objeto o una persona

En esta actividad están implicadas numerosas capacidades como el establecimiento de características diferenciales, elaboración de categorías, estructuración del discurso lingüístico, vocabulario, focalización de la atención en los detalles relevantes. Por otra parte se estimula el pensamiento alternativo, ya que se valora dicho objeto desde una perspectiva objetiva (según su origen, material, historia, uso actual y futuro) eliminando prejuicios o valoraciones subjetivas.

2. Descubrimiento de pautas

La continuación de series incompletas, por ejemplo, implica procesos de razonamiento abstracto deductivo e inductivo. Así, nuestra mente debe analizar todas las características físicas de los elementos disponibles para encontrar patrones y rasgos comunes a fin de deducir cuál va a ser el siguiente componente. Este proceso es fundamental para el ser humano puesto que deviene un gran recurso en la generación de expectativas y en la toma de decisiones, ambas capacidades esenciales para nuestra psique y nuestra supervivencia.

3. Generación de planes de acción alternativos

Uno de los procedimientos básicos de las funciones ejecutivas se vincula a la flexibilidad mental a la hora de reflexionar sobre las situaciones o acontecimientos del día a día. Por ello, una práctica que ejercita sobremanera esta habilidad se encuentra en elaborar diversas explicaciones alternativas sobre las causas de las experiencias que se nos presentan o en contemplar otras opciones distintas a un plan inicial establecido.

Cuando generamos varias perspectivas sobre un hecho conseguimos adoptar una postura más objetiva, puesto que recurrimos una vez más al análisis profundo de los pros y los contras de cada una de las opciones y nos posibilita extraer conclusiones más fundamentadas racionalmente. Así, el hecho de detallar todos los pasos a seguir en cada plan propuesto implica también la puesta en práctica de procesos como el razonamiento abstracto, la búsqueda de analogías, la categorización o la creación de expectativas.

4. Práctica de la capacidad creativa

Las investigaciones demuestran como la creatividad deviene un componente central de la inteligencia humana. Esta habilidad puede estimularse de manera cotidiana sencillamente realizando una tarea habitual de una forma distinta, alterando los procedimientos que se encuentran automatizados en su ejecución.

Un ejemplo de ello sería ir al trabajo utilizando caminos distintos, resolver un problema de una forma innovadora o modificar el recorrido en el supermercado al hacer la compra. Se dice que es proceso creativo se compone de las fases de exploración y aplicación. Así, el hecho de buscar metodologías alternativas a resolver situaciones es fundamental para la puesta en práctica de la primera de las fases indicadas.

A nivel biológico, ello facilita la generación de nuevas conexiones neuronales y, por consiguiente, nuevos aprendizajes. Cabe señalar que los automatismos y rutinas son formas de ahorro de energía a las que nuestro cerebro recurre debido al gran volumen de actividad mental que debe procesar constantemente. Es decir, que pueden considerarse como mecanismos adaptativos, en principio. Aún así, un exceso en este estilo de funcionamiento basado en la inercia disminuye la competencia en la ejercitación óptima de nuestra capacidad intelectual.

5. Utilización de metáforas

La utilización de este tipo de recurso cuando comunicamos nuestras ideas implica un proceso previo donde se combinan distintas habilidades complejas. Por una parte, deben ejecutarse los procedimientos de recuperación de la información almacenada en nuestra memoria relativa a experiencias pasadas y referidas a los elementos empleados en la metáfora. Por otra parte, se activa el establecimiento de analogías donde se vinculan las similitudes entre la información contenida en el mensaje concreto y el contenido de la metáfora. Para ello deben analizarse aspectos comunes, establecer categorías y activar la capacidad atencional para discriminar entre la información relevante de la irrelevante.

6. Ejercitación de la capacidad atencional selectiva y sostenida

Tda actividad novedosa requiere entre otros procesos, la inversión de una gran intensidad de la capacidad de atención y concentración. Actividades como hallar diferencias entre estímulos recibidos, aprender un idioma nuevo o tocar un instrumento musical, por ejemplo, implican:

  • Una gran activación de la memoria de trabajo, que es aquella que opera con la información que se tiene delante durante un tiempo determinado y permite generar un resultado o respuesta concreta -memorizar un número de teléfono para marcarlo en pocos segundos, por ejemplo.
  • La creación de conexiones nuevas que favorece un incremento de la flexibilidad cognitiva y del volumen de información nueva y discrepante a almacenar.
  • La puesta en marcha del denominado control inhibitorio (a capacidad para controlar las respuestas impulsivas o inadecuadas a la situación en cuestión) El control inhibitorio guarda una estrecha relación con la habilidad atencional discriminatoria, puesto que cuando se presenta estimulación no relevante, las funciones ejecutivas son las encargadas de enviar la orden de no reaccionar ante tal tipo de información.

Referencias bibliográficas:

  • Kolb, B. & Wishaw I. Q. (2006) Neuropsicología Humana, 5a edición. Editorial Médica Panamericana: Madrid.
  • Tirapu-Ustarroz, J., & Luna-Lario, P. (2008). Neuropsicología de las funciones ejecutivas. Manual de neuropsicología, 219-249.
  • Wujec, T. (2006). Gimnasia Mental. Ediciones Planeta: Madrid.