20 Ejemplos de
Versos Cortos

Dentro de la versificación regular, los versos suelen diferenciarse de acuerdo a su extensión. Los versos más cortos se llaman de arte menor y son aquellos que se componen por ocho sílabas o menos. Se diferencian de los versos de arte mayor, que son los que están compuestos por nueve o más sílabas poéticas.

Cabe recordar que se denomina verso a la unidad métrica de ritmo, también llamada unidad rítmica, con la que se compone una poesía. Fonéticamente, se ubica entre dos pausas, que se representan visualmente por la distribución gráfica de cada verso en renglones sucesivos.

La versificación puede ser regular, cuando se miden los versos o unidades rítmicas, es decir, cuando se cuentan las sílabas que los componen. O bien puede ser irregular, cuando los versos no tienen una medida fija.

Tipos de versos de arte menor

Para los estudiosos de versificación (Rengifo, Andrés Bello y otros), los versos de arte menor pueden ser de entre cuatro y ocho sílabas. En el español existen, sin embargo, versos bisílabos y trisílabos, aunque no todos los expertos los admiten, dado que en muchos casos se considera que esos versos no cuentan con ritmo propio.

Estas formas de dos y tres sílabas suelen aparecer en combinación con otras más largas, por lo que se alega que más que versos independientes, actuarían como un estribillo.

  • Versos bisílabos. Formados por dos sílabas métricas. Por ejemplo:
  1. Gertrudis Gómez de Avellaneda, «La noche de insomnio y el alba» (fragmento)

Noche
triste
viste
ya
aire,
cielo,
suelo,
mar.
Mirando
del mundo
profundo
solaz,
Esparcen
los sueños
beleños
de paz.

  1. José Zorrilla, «La azucena silvestre» (fragmento)

Cuanto
existe,
niebla
triste
puebla
ya.

  • Versos trisílabos. Formados por tres sílabas métricas. Por ejemplo:
  1. Rubén Darío, «Tú y yo» (fragmento)

Yo en una
doncella
mi estrella
miré

Y dile,
amante,
constante
fe.

  1. José de Espronceda, «El estudiante de Salamanca» (fragmento)

Tal, dulce
suspira
la lira
que hirió
en blando
cencento
del viento
la voz

  • Versos tetrasílabos. Formados por cuatro sílabas métricas. Por ejemplo:
  1. José Juan Tablada

Del verano,
roja y fría
carcajada,
rebanada
de sandía.

  1. José de Espronceda, «Canción del pirata» (fragmento)

En las presas
yo divido
lo cogido
por igual.

Solo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.

  • Versos pentasílabos. Formados por cinco sílabas métricas. Se utiliza, mayormente, en combinación con otros versos. Por ejemplo:
  1. Pedro Salinas, «Si me llamaras» (fragmento)

Si me llamaras…
¡Si me llamaras, sí;
si me llamaras!

Lo dejaría todo,
todo lo tiraría;
los precios, los catálogos,
el azul del océano en los mapas,
los días y sus noches,
los telegramas viejos
y un amor.
Tú que no eres mi amor,
¡si me llamaras!

  1. Rafael Alberti, «Mi corza»

Mi corza, buen amigo,
mi corza blanca.

Los lobos la mataron
al pie del agua.

Los lobos, buen amigo,
que huyeron por el río.

Los lobos la mataron
dentro del agua.

  • Versos hexasílabos. Formados por seis sílabas métricas. Por ejemplo:
  1. Manuel Machado, «La toná de la fragua» (fragmento)

Las que se publican
no son grandes penas.
Las que se callan y se llevan dentro
son las verdaderas.

  1. Manuel Machado, «La toná de la fragua» (fragmento)

Pensamiento mío
¿adónde te vas?
No vayas a casa de quien tú solías
que no pues entrar.

  1. José Gorostiza, «No es agua ni arena…» (fragmento)

El agua sonora
de espuma sencilla,
el agua no puede
formarse la orilla.

Y porque descanse
en muelle lugar,
no es agua ni arena
la orilla del mar.

  • Versos heptasílabos. Formados por seis sílabas métricas. Por ejemplo:
  1. Juan Meléndez Valdés (fragmento)

Don están, graciosa noche,
tu triste faz y el miedo
que a los mortales causa
tu lóbrego silencio?

  1. Jorge Guillén, «Salvación de la primavera» (fragmento)

Ajustada a la sola
Desnudez de tu cuerpo,
Entre el aire y la luz
Eres puro elemento.

  • Versos octosílabos. Formados por seis sílabas métricas. Por ejemplo:
  1. Rosalía de Castro, «A mi madre» (fragmento)

¡Ay!, cuando los hijos mueren,
rosas tempranas de abril,
de la madre el tierno llanto
vela su eterno dormir.

  1. Miguel Hernández, «El niño yuntero» (fragmento)

Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

  1. Luis de Góngora y Argote, «Al nacimiento de Cristo Nuestro Señor»

Caído se le ha un clavel
Hoy a la Aurora del seno:
¡qué glorioso que está el heno,
porque ha caído sobre él¡
Cuando el silencio tenía
Todas las cosas del suelo,
Y coronada de hielo
Reinaba la noche fría,
En medio la monarquía
De tiniebla tan cruel,
Caído se le ha un clavel
Hoy a la Aurora del seno:
¡qué glorioso que está el heno
porque ha caído sobre él!

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