30 Ejemplos de
Retrato

Retrato

El retrato es una figura retórica que consiste en describir las características físicas, psicológicas y de la personalidad de un personaje. Por ejemplo: A pesar de tener cara de rudo, era un hombre muy amable y siempre ayudaba a los demás.

El retrato puede ser:

Estático. Describe las características físicas o las permanentes.
Dinámico. Describe cómo es un personaje haciendo algo o pasando por determinada situación.

Para realizar un retrato, es muy común que se utilicen otras figuras retóricas:

Prosopografía. Es una descripción de las características físicas de un personaje. Por ejemplo: Mariano era alto, muy delgado, pelirrojo y tenía los ojos marrones.
Etopeya. Es una descripción de las costumbres y de los rasgos psicológicos de un personaje. Por ejemplo: Él hacía todo con mucha tranquilidad y siempre estaba en paz.
Carácter. Es una descripción de la forma de ser y del comportamiento de un personaje. Por ejemplo: Era una mujer muy amable que siempre decía las cosas con mucha calma.
Paralelo. Es una descripción que se utiliza para resaltar las similitudes y las diferencias que tiene un personaje en comparación con otros otros. Por ejemplo: Todos en la fábrica se veían muy parecidos, pero Andrés tenía un bigote que llamaba la atención.

Características del retrato

Se utiliza para presentar a un personaje, ya que se muestran sus características internas y externas.
Sirve para que el lector pueda imaginar cómo es física y psicológicamente un personaje.
El personaje puede ser una persona, un dios, un animal, un monstruo, entre otros.
Es un tipo de descripción que puede ser realizada tanto por un narrador como por un personaje.
Suele utilizarse en prosa, es decir, en novelas y cuentos, aunque también se puede usar en poesía.
Esta figura retórica es muy utilizada en el autorretrato, que es un género literario en el que un autor hace una descripción de sí mismo.

Ejemplos de retratos

El dueño del hotel tenía cincuenta años, el pelo canoso y todas las mañanas pasaba por el hotel para ver que el trabajo funcionara bien, porque era un hombre que se preocupaba por cuidar su negocio.
La artesana era muy hábil con sus manos, siempre hacía los collares muy rápido y muy concentrada. Era una persona muy querida por todos en el pueblo, porque era muy amable y muy simpática.
A pesar de ser un anciano, el herrero trabajaba todos los días y era el que fabricaba las mejores espadas en todo el reino. Él estaba muy orgulloso de su trabajo, pero también era una persona muy humilde.
La princesa siempre usaba vestidos muy coloridos para asistir a los bailes que organizaban otros nobles. En estos eventos siempre conversaba sobre arte y comercio, porque era muy culta y porque le interesaba conocer la opinión de las otras personas.
El caballero tenía una característica que lo diferenciaba de los demás: una cicatriz, que, según cuenta la leyenda, la había obtenido tras demostrar que era un hombre muy valiente y honorable.
El comerciante tenía pelo rubio y ojos marrones, siempre trabajaba mucho y era muy responsable.
El rey recibía a los campesinos sentado en su trono. Todos sabían que era un hombre muy justo, pero su semblante era muy serio y, por eso, era un poco intimidante.
Según cuenta la leyenda, el dragón medía quince metros de largo, echaba fuego por su boca y tenía escamas de muchos colores. Vivía en la cima de una montaña porque tenía miedo de los hombres.
El perro era muy querido en el pueblo, porque jugaba con todos y porque siempre esperaba a que le dieran comida sin ladrar. Era distinto a otros perros porque tenía una oreja caída y la otra para arriba.
Ningún animal entraba en esa parte de la selva, porque allí vivía la serpiente azul, que era gigante, traicionera, envidiosa y mentirosa.
Se dice que a menudo las personas se parecen a sus mascotas y este caso no era la excepción: Mario tenía el pelo negro y los ojos verdes como su gato. Además, era tranquilo y pacífico como el felino.
La líder de la banda era muy simpática cuando le hacían entrevistas y siempre decía que ella creía que se podía hacer un mundo mejor con la música y que las letras de sus canciones promovían la paz y la tolerancia.
El bibliotecario era un hombre muy serio, porque con sus canas y sus lentes tenía aspecto de intelectual. Él se levantaba temprano para tomar un café y leer el periódico y después se iba a la biblioteca, lugar que le encantaba porque siempre podía leer mucho.
La pintora era una artista impresionante. Siempre que pintaba tenía el pelo atado y se podía quedar varios minutos mirando el cuadro antes de dar otra pincelada. Era una persona muy ordenada y prolija y siempre estaba pensando en hacer obras innovadoras.
La adivina siempre tenía el pelo despeinado y sus ojos cambiaban de color miel a verde con el clima. El rey confiaba mucho en ella y en sus profecías y, además, era muy buena consejera.
Patricio era melómano, le encantaba escuchar música e ir a ver bandas en vivo. Sabía mucho de distintos estilos musicales y siempre estaba buscando nuevas bandas para escuchar. Por eso, él trabajaba en una disquería, a la que siempre iba muy bien vestido y con muchas ganas de trabajar.
Andrea era rubia y siempre llevaba el pelo corto, porque le gustaba más que el pelo largo. Era la médica más respetada del hospital y siempre estaba pensando en cómo mejorar su trabajo y en cómo ser mejor persona.
Cuando vieron al gatito en la calle decidieron adoptarlo. Era muy pequeño, con el pelaje naranja y blanco, no tendría más de tres meses y enseguida demostró ser muy cariñoso y divertido.
Él era un hombre muy solitario, casi no hablaba con nadie, porque era muy intimidante, ya que tenía una mirada muy seria y medía más de un metro ochenta. Pero poco a poco, la gente del pueblo comenzó a hablar con él y se dieron cuenta que era un hombre muy amable y generoso.
Soy un escritor de poesía, tengo mucha imaginación y soy muy perceptivo. Me gusta hacer deporte, leer y el cine. Suelo despertarme, tomar café y leer y escribir todo el día. Tengo el pelo negro, ojos marrones y arrugas en la frente.
Su caballo favorito era el marrón, porque era muy veloz, pero también muy tranquilo.
El detective era un hombre de estatura media, tenía barba y siempre llevaba lentes de sol. Siempre hacía todo muy rápido, porque siempre estaba apresurado. Sin embargo, cuando tenía que trabajar, lo hacía reflexionando sobre cada detalle.
El actor hizo una película sobre la vida del músico, no solo porque era un gran actor, sino, también, porque se parecía mucho a él: tenía rizos marrones, cejas finas, nariz pequeña, ojos azules y cara redonda.
Sí, era un fantasma, pero no daba miedo. Parecía más un ángel que otra cosa, porque tenía una luz brillante a su alrededor. Cuando José lo vio, no se asustó y supo que el fantasma estaba ahí para ayudarlo, porque era un espíritu bueno y simpático.
Era un campesino muy trabajador. Se levantaba todas las mañanas muy temprano y pensaba que le gustaba mucho estar allí, en el campo. Usaba una camisa, un pantalón holgado y un sombrero para protegerse del sol.
María Elena tenía setenta años, el pelo blanco y la cara triangular, con unos ojos muy pequeños. Todas las mañanas llevaba a su perro al parque y era muy simpática con todas las personas del vecindario.
La abogada era una mujer muy responsable con su trabajo y siempre estaba haciendo cursos para ser una mejor profesional. De lunes a viernes iba a su oficina, los días que tenía que ir a los tribunales se vestía muy elegante; los otros días, iba prolija, pero con ropa común.
El pescador tenía las manos y la cara de una persona mayor a pesar de tener un poco más de cuarenta años. Le encantaba embarcarse para pescar, porque tenía tiempo para pensar en cosas importantes.
El rey de los dioses tenía ojos de color cielo, el pelo del color de las nubes y la piel del color del trigo. Había creado todo y era muy justo con los otros dioses, con los hombres y con los animales.
El superhéroe era muy flaco, pero tenía mucha fuerza. Tenía el pelo marrón y corto, los ojos marrones y una nariz pronunciada. Él sabía que su trabajo era muy importante, porque ayudaba a que el mundo fuera un lugar mejor.

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