Ejemplos de
Texto Literario

Texto Literario

Un texto literario es una forma de producción oral o escrita que privilegia las formas estéticas, poéticas y lúdicas por encima del contenido informativo u objetivo del mensaje.

Los textos literarios plantean abordajes subjetivos y libres de un contenido reflexivo, vivencial o contemplativo de la realidad, con el objetivo de generar emociones en el lector.

De hecho, una de las características principales de todo texto literario, así como de otras formas artísticas, es que carece de una función clara o un objetivo puntual determinado. En otras palabras, no tiene ninguna utilidad práctica y esa es su principal diferencia respecto a los textos no literarios.

En la antigua Grecia, considerada la cuna literaria de Occidente, la tragedia (precursora del teatro contemporáneo) era indispensable en la formación emocional y cívica del ciudadano, dado que transmitía valores políticos, religiosos y morales considerados necesarios. Al mismo tiempo, la epopeya (precursora de la narrativa actual) era el medio de transmisión de los grandes mitos fundacionales de la civilización helénica, como los contenidos en La Ilíada y La Odisea.

En la actualidad, los textos literarios se consideran parte de las actividades de ocio, recreación y de formación dado su amplio contenido humano, expresado como referencias y guiños a acontecimientos históricos, relatos populares, símbolos y arquetipos de la cultura, así como experiencias reales transformadas o embellecidas a través de la ficción.

Ver además:

Tipos de textos literarios

En la actualidad los textos literarios se clasifican de acuerdo a su empleo específico del lenguaje, en un conjunto de órdenes denominados géneros literarios. Éstos son:

  • Narrativa. Este género comprende el cuento breve, la novela, el microcuento, la crónica literaria y otras formas del relato, real o imaginario, fantástico o realista, que hace énfasis en los personajes, el entramado de la acción y la figura del narrador para generar en el lector expectativa, tensión y otras emociones semejantes.
  • Poesía. Es la más libre de las artes literarias, pues no comprende prácticamente ninguna regla que defina lo que es o no es un poema, excepto su propósito de plasmar sentimientos, perspectivas existenciales, reflexiones o incluso cierto grado de narración pero en ausencia de personajes definidos, narradores o instancias bien definidas. Antiguamente se elaboraba en rimas y versos contabilizados por cantidad de sílabas, pero hoy se considera que un poema puede adquirir cualquier tipo de forma y estructura establecida, obedeciendo a una musicalidad propia e inexplicable.
  • Dramaturgia. La escritura dramática es aquella cuya representación está destinada a un teatro, un escenario cinematográfico o de televisión. Normalmente comprende personajes y escenarios, en situaciones que ocurren delante del espectador sin estar mediadas por un narrador.
  • Ensayo. El ensayo consiste en el abordaje reflexivo y explicativo de un tema cualquiera, a través de un ejercicio de argumentación subjetiva que busca ofrecer puntos de vista o perspectivas inéditas.

Ejemplos de texto literario

  1. “La poesía” de Eugenio Montejo (poema)

La poesía cruza la tierra sola,
apoya su voz en el dolor del mundo
y nada pide
-ni siquiera palabras.

Llega de lejos y sin hora, nunca avisa;
tiene la llave de la puerta.
Al entrar siempre se detiene a mirarnos.
Después abre su mano y nos entrega
una flor o un guijarro, algo secreto,
pero tan intenso que el corazón palpita
demasiado veloz. Y despertamos.

  1. “El mundo” de Augusto Monterroso (microcuento)

Dios todavía no ha creado el mundo; solo está imaginándolo, como entre sueños. Por eso el mundo es perfecto, pero confuso.

  1. “El avaro” de Moliére (dramaturgia)

VALERIO. ¡Cómo, encantadora Elisa, os sentís melancólica después de las amables seguridades que habéis tenido la bondad de darme sobre vuestra felicidad! Os veo suspirar, ¡ay!, en medio de mi alegría. ¿Es que acaso lamentáis, decidme, haberme hecho dichoso? ¿Y os arrepentís de esta promesa, a la que mi pasión ha podido obligaros?

ELISA. No, Valerio; no puedo arrepentirme de todo cuanto hago por vos. Me siento movida a ello por un poder demasiado dulce, y no tengo siquiera fuerza para desear que las cosas no sucedieran así. Mas, a deciros verdad, el buen fin me causa inquietud, y temo grandemente amaros algo más de lo que debiera.

VALERIO. ¡Eh! ¿Qué podéis temer, Elisa, de las bondades que habéis tenido conmigo?

  1. “La trama celeste” de Adolfo Bioy Casares (cuento corto, fragmento)

Cuando el capitán Ireneo Morris y el doctor Carlos Alberto Servian, médico homeópata, desaparecieron, un 20 de diciembre, de Buenos Aires, los diarios apenas comentaron el hecho. Se dijo que había gente engañada, gente complicada y que una comisión estaba investigando; se dijo también que el escaso radio de acción del aeroplano utilizado por los fugitivos permitía afirmar que éstos no habían ido muy lejos. Yo recibí en esos días una encomienda; contenía: tres volúmenes in quarto (las obras completas del comunista Luis Augusto Blanqui); un anillo de escaso valor (un aguamarina en cuyo fondo se veía la efigie de una diosa con cabeza de caballo); unas cuantas páginas escritas a máquina —Las aventuras del capitán Morris— firmadas C. A. S. Transcribiré esas páginas. (…)

  1. “Lolita” de Vladimir Nabokov (novela, fragmento)

Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta. Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita. (…)

  1. “Paseando mi cigarro” de Gay Talese (crónica literaria, fragmento)

Todas las noches después de la cena salgo, en compañía de mis dos perros, hasta Park Avenue, para darle un paseo a mi cigarro. Mi cigarro es del mismo color que mis dos perros, y a mis perros también los atrae su aroma: me saltan por las piernas cuando lo enciendo antes de echar a andar, con los hocicos ensanchados y los ojos estrechamente enfocados, con esa mirada glotona que ponen cada vez que les ofrezco galletas para mascotas o una bandeja de canapés condimentados que haya sobrado de uno de nuestros cocteles. (…)

  1. “El laberinto de la soledad” de Octavio Paz (ensayo, fragmento)

A todos, en algún momento, se nos ha revelado nuestra existencia como algo particular, intransferible y precioso. Casi siempre esta revelación se sitúa en la adolescencia. El descubrimiento de nosotros mismos se manifiesta como un sabernos solos; entre el mundo y nosotros se abre una impalpable, transparente muralla: la de nuestra conciencia. Es cierto que apenas nacemos nos sentimos solos; pero niños y adultos pueden trascender su soledad y olvidarse de sí mismos a través de juego o trabajo. En cambio, el adolescente, vacilante entre la infancia y la juventud, queda suspenso un instante ante la infinita riqueza del mundo. El adolescente se asombra de ser. (…)



Compartir en Facebook
Twittear