Tipos de gestión empresarial

5 min

Los tipos de gestión empresarial son las diferentes formas como se realizan las actividades, funciones y los procesos dentro de una empresa para alcanzar las metas establecidas.

Desde luego, en toda gestión empresarial la gerencia juega un papel muy importante. Puesto que, desde la gerencia se orienta y se guía a todas las personas que laboran en la organización. Esto, con el fin de que los esfuerzos de todas estas personas se dirijan al logro del objetivo común que persigue la organización.

En otras palabras, cada tipo de gestión empresarial busca que el personal trabaje de manera conjunta y se alcancen los objetivos de la forma más eficiente y efectiva posible. Cada forma de gestión pretende utilizar los recursos humanos, materiales y financieros de forma óptima. Por ello cada tipo de gestión emplea una forma particular de dirigir, coordinar y controlar todos sus recursos para obtener el objetivo esperado.

Tipos de gestión empresarial

Los principales tipos de gestión empresarial son:

1. Gestión laissez faire

Para empezar, el tipo de gestión laissez faire se fundamenta en la confianza que se tiene en los empleados. Por esa razón, se da libertad a los trabajadores, dado que la gerencia confía en que ellos saben hacer las cosas.

Es importante destacar, que lo que cuenta es el resultado y no el proceso que siga el empleado. La gerencia en este caso puede aconsejar o sugerir, pero nunca imponer criterios, haciendo que el personal trabaje más motivado y sea más productivo.

No obstante, en esta gestión no se realiza el proceso de supervisión durante la producción, dado que las personas o equipos se autodirigen. El gerente solo interviene si algo no sale bien o cuando se lo solicitan. El gerente está presente al principio y al final del proceso. Este proceso de gestión es utilizado por empresas como Google.

2. Gestión democrática

Por su parte, la gestión democrática se basa en motivar la participación de sus empleados. La idea es que cada persona externe sus opiniones y estas son tomadas en cuenta por la gerencia. Esta forma de gestión promueve la comunicación interna y el trabajo de equipo.

De hecho, todos expresan sus opiniones, aunque la decisión final la toma el gerente. Por ese motivo, esta gestión es conocida como un tipo de gestión consultiva, participativa, colaborativa o de consenso. Esto, dado que todos pueden opinar sin importar el puesto que ocupan. El objetivo fundamental es que todos compartan ideas, opiniones, sugerencias y soluciones ante diferentes situaciones.

3. Gestión autoritaria

Ahora bien, la gestión autoritaria es totalmente contraria a la gestión democrática. En este caso la gerencia toma todas las decisiones en la empresa sin importar lo que piensan los demás. Los empleados se limitan a cumplir las tareas que se les ordena realizar.

El empleado puede manifestar estrés laboral y un bajo nivel de autoestima. Por esta razón, el nivel de productividad suele ser bajo. El sistema de comunicación es descendente del gerente al empleado, puesto que el superior manda.

4. Gestión transaccional

La gestión transaccional se basa en sistemas de recompensas del gerente hacia el empleado por hacer bien su tarea. Por lo regular las recompensas son de tipo económico y se otorgan cuando los empleados logran alcanzar los objetivos propuestos. Las recompensas ayudan a que los empleados mejoren su desempeño.

Generalmente, el gerente y el empleado ganan en esta gestión. El gerente logra las metas y los resultados propuestos y los empleados se benefician con la recompensa de su esfuerzo. Funciona de manera positiva porque genera nexos de pertenencia de los empleados hacia la empresa, favoreciendo el clima laboral y la productividad de los trabajadores. Es un tipo de gestión gana-gana.

5. Gestión transformacional

No cabe duda de que la gestión transformacional le da valor al capital humano que posee una empresa. Esto, considerando que el éxito de la organización solo se puede lograr con la entrega y el compromiso de sus trabajadores. Por esa razón prevalece la comunicación y la confianza entre la gerencia y los empleados.

Naturalmente, en este tipo de gestión los empleados se encuentran motivados a asumir riesgos, puesto que son personas que tienen autoconfianza y eso les permite ser más creativos. Es una gestión visionaria porque busca comunicar la visión de la empresa, departamento o proyecto a sus empleados. Todos, gerencia y empleados, se enfocan en la misma dirección para transformar la organización.

6. Gestión de servicio

Por otro lado, la gestión de servicios se fundamenta en el apoyo que la gerencia debe brindar a sus empleados. Los gerentes se preocupan del entrenamiento, la capacitación y la asesoría de su equipo de trabajo. Los empleados no son únicamente ejecutores de órdenes, sino que, por el contrario, reciben el apoyo y la ayuda de la gerencia.

En efecto, prevalecen las relaciones interpersonales del gerente con su equipo. Claro que, para que esta gestión funcione. el gerente debe tener mucha experiencia en el trabajo, en el proceso de entrenamiento y en el establecimiento de relaciones.

7. Gestión de marcapasos

Finalmente, tenemos la gestión de marcapasos. En este tipo de gestión el gerente se pone al frente de su equipo. Así, comunica las instrucciones y la disciplina del trabajo para que los empleados sigan sus pasos, marcando el ritmo de trabajo que impulsa a todo el equipo.

Habitualmente, se requiere que el equipo de trabajo esté altamente motivado para seguir al gerente e igualar su ritmo de trabajo, sobre todo, cuando el ritmo requerido es muy exigente y persistente.

Para concluir, se puede decir que el tipo de gestión empresarial es determinante para lograr el éxito o el fracaso de una organización. Aunque en una empresa se pueden aplicar diferentes tipos de gestión dependiendo del equipo, el negocio, el proyecto o la tarea que se trate.

Lo que sí es cierto es que una mala gestión empresarial perjudica el desempeño de los trabajadores y de la organización en general. En cambio, una buena gestión logra empleados más motivados, más productivos y, como consecuencia, el logro de las metas empresariales.