Tiempo continuo

En términos concretos, el tiempo continuo es aquel que no debe limitarse a una medición periodo a periodo, como en el tiempo discreto donde se puede medir, por ejemplo, de unidad en unidad.

Entonces, con el tiempo discreto, asignaríamos el valor a una variable X en tramos definidos (año 1, año 2, año 3, etc)

En cambio, evaluando con el tiempo continuo, se podría mostrar el valor de X para el año 2,75.

Visto de otro modo, cuanto más pequeño sea el intervalo de tiempo en el modelo de tiempo discreto, más se asemejará a uno de tiempo continuo.

En economía las ecuaciones no suelen considerar un tiempo continuo pues las variables suelen estar medidas en tiempo discreto. Por ejemplo, el producto interior bruto (PIB) se suele medir de forma anual, trimestral, o incluso mensual.

Sin embargo, sí podríamos considerar al tiempo como una variable continua si tomamos intervalos cortos, es decir, si analizamos, por ejemplo, el comportamiento de una acción durante un día, considerando la cotización promedio en periodos de cada dos horas.

Hora	Precio de la acción (US$)
09:00-10:00	2,3
10:00-11:00	2,45
11:00-12:00	2,55
12:00-13:00	2,56
13,00-14:00	2,54
14:00-15:00	2,55
15:00-16:00	2,53

Otro contexto en el que podríamos observar el tiempo continuo es en las materias primas y en los tipos de cambio, cuya cotización se evalúa en espacios de tiempo muy cortos (segundos). Esto, dentro de las horas del día en que los mercados financieros están operativos.

Debemos reiterar además que el tiempo continuo puede no solo expresarse en forma de números enteros, sino de números reales, incluyendo fracciones e incluso números negativos. Aunque esto último podría aplicarse al tiempo solo si estamos definiendo la variable del tiempo en función a otro hecho o momento histórico. Por ejemplo, el tiempo -2 podría ser dos años antes de realizar una inversión.