Test de idoneidad (MiFID)
El Test de idoneidad MIFID (Suitability test) es un documento, en forma de cuestionario, que evalúa los objetivos de inversión, la situación financiera y los conocimientos sobre los mercados financieros del inversor. El test de idoneidad determina el perfil de riesgo del inversor.
El test de idoneidad se exige para todos los clientes minoristas a los que se les vaya a prestar un servicio de asesoramiento financiero o de gestión de carteras de inversión.
A través del test de idoneidad, las entidades financieras evalúan a sus clientes sobre:
- Sus objetivos de inversión.
- Su situación financiera.
- Sus conocimientos y experiencia en los mercados financieros.
En función de los resultados obtenidos en el test, se le atribuye al cliente un determinado perfil de riesgo.
Perfil de riesgo del Test de idoneidad
Refleja el grado de aversión al riesgo de un cliente en relación a los productos o servicios financieros que demanda en el mercado. La entidad utilizará este perfil como medida del grado de riesgo que está dispuesto a asumir cada cliente. Se suelen clasificar del siguiente modo:
- Conservador o de riesgo bajo
- Moderado o de riesgo medio
- Arriesgado, audaz o de riesgo alto
La entidad no propondrá productos de alto riesgo, a clientes muy conservadores. Este tipo de productos, por ejemplo, emisiones de renta variable, están destinados a clientes con perfiles más arriesgados.
La Directiva MIFID pretende garantizar la protección del inversor, teniendo en cuenta el entorno complejo y cambiante de los mercados financieros. A través del test de idoneidad, se intenta evitar que un cliente contrate un producto que realmente no comprende ni es consciente de los riesgos inherentes que conlleva.
Test de idoneidad vs test de conveniencia
Ambos tests suelen ser presentados de manera conjunta por las entidades. No obstante, presentan diferencias:
TEST DE IDONEIDAD | ||
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¿Para qué productos y servicios? | Contenido de las preguntas | Resultado |
Asesoramiento personalizado
Gestión de carteras | Objetivos de inversión del cliente
Situación financiera Conocimientos y experiencia financiera | Perfil de riesgo del cliente:
Conservador Moderado Arriesgado Otros |
Test de conveniencia | ||
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¿Para qué productos y servicios? | Contenido de las preguntas | Resultado |
Productos complejos (renta fija con estructura, deuda subordinada, preferentes, derivados, etc)
Algunos productos no complejos si la iniciativa de contratación es de la entidad (fondos, deuda pública de determinados países, etc). | Conocimientos sobre los mercados financieros del cliente
Experiencia inversora previa | Productos convenientes para el cliente
Productos no convenientes |
Cumplimiento normativa MIFID
Desde el año 2007, todas las entidades financieras de los estados miembros de la Unión Europea deben cumplir con las exigencias de la normativa MIFID. Su ámbito se extiende a las actividades financieras de asesoramiento personalizado, gestión discrecional de carteras y contratación de fondos y valores. Además, MIFID exige a las entidades financieras la clasificación de sus clientes en las siguientes categorías:
- Contraparte elegible (eligible counterparty): Clientes que por su naturaleza jurídica pueden actuar directamente en los mercados financieros. Por ejemplo, grandes entidades de crédito o sociedades gestoras de institución de inversión colectiva (IIC). Por normativa, se considera que no es necesario realizar test de idoneidad y test de conveniencia para este tipo de clientes puesto que se presume que poseen el máximo nivel de conocimiento y experiencia financiera.
- Profesional (professional): Clientes en los que se presume que poseen también grandes conocimientos financieros para valorar los riesgos de una determinada decisión de inversión, pero en un nivel inferior a los categorizados como contraparte elegible. Por ejemplo, entidades prestadoras de servicios de inversión de tamaño medio. La normativa tampoco considera necesario realizar test de idoneidad y test de conveniencia para este tipo de clientes.
- Minoristas (retail): El resto de clientes no incluidos en las categorías anteriores y que no poseen amplios conocimientos financieros. Realmente, la mayoría de los clientes personas físicas y pymes son clientes minoristas. En este caso, MIFID exige el máximo nivel de protección y siempre será necesario realizar tanto el test de idoneidad como el test de conveniencia. De hecho, ambos tests deberán ser revisados periódicamente para cada uno de los clientes y, en su caso, modificados si los conocimientos financieros del cliente cambian.