Siniestro
Un siniestro es un hecho impredecible y aislado que supone un perjuicio o daño para una persona u organización. Los mismos, a menudo, están recogidos en pólizas de seguro.
Conceptualmente, un siniestro actúa como fenómeno individual e imposible de estimar en el tiempo. Suelen ser averías, roturas y otras clases de infortunios que acontecen sin premeditación ni voluntariedad, respondiendo a explicación natural o azarosa.
Ocurre en un determinado momento, que si bien es esperado por su probabilidad, no puede definirse y anticiparse por completo.
Los siniestros, al mismo tiempo, cuentan con la característica esencial de producir daños en diferente grado en personas, instalaciones o intereses económicos de las sociedades mercantiles.
Por otro lado, la existencia de estos eventos de todo tipo es la clave para explicar la existencia de los seguros.
Esto sucede porque tanto las personas como organizaciones, empresas o instituciones se protegen de estas adversidades por medio de instrumentos con los que poder compensar posibles pérdidas económicas.
Tipos de siniestro
Las diversas contingencias existentes son identificables en todo tipo de agentes económicos. Todos ellas, siendo susceptibles de considerarse como un siniestro, pueden clasificarse del siguiente modo:
- Vida o personal: Engloba aquellas contingencias relacionadas con la salud de los individuos o, incluso, el fallecimiento. Existen también contingencias relacionadas con bajas temporales o despidos laborales.
- Material y físico: Comprende daños tanto reparables como irreparables en un bien físico o material. Ejemplo de ello son los percances y accidentes entre automóviles, la pérdida o extravío de mercancías, una explosión de gas o un incendio en una instalación.
- Con carácter financiero: Existen ámbitos como la economía y las finanzas que cuentan con causas específicas. Así ocurre en el mercado bursátil, donde se establecen seguros específicos para sufragar eventos y pérdidas impredecibles. A menudo están relacionados con distintos tipos de ratios económicos.
Siniestro como elemento clave en seguros
Cada póliza de seguros contempla una serie de posibles contingencias, o causas, a la hora de cubrir los elementos asegurados. La concurrencia de alguno de dichos hechos es en sí mismo un siniestro.
El estudio en un determinado periodo de tiempo de la aparición de siniestros se conoce como siniestralidad. Este concepto favorece la anticipación de sucesos y permite el cálculo de tarifas aseguradoras.
Cuando un siniestro aparece, este debe ser notificado a la compañía aseguradora correspondiente de cara a formalizar su expediente.
Estas compañías regularmente realizan labores de peritaje para evaluar el suceso y conocer la magnitud de los daños causados a garantizar.
En la mayoría de los casos, los costes ocasionados por el mismo son recuperables atendiendo al contrato de seguro en particular.
En ese sentido, y en ocasiones, la totalidad de los daños producidos no es recuperable, sino solamente una parte de estos. Dicha magnitud debe estar estipulada, según garantías, a la hora de firmar un contrato de seguro.