Objeto del seguro

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El objeto del seguro es aquello que la póliza busca cubrir. Es decir, es lo que la aseguradora prevé compensar con una indemnización en caso se concrete un siniestro.

En otras palabras, el objeto del seguro es el elemento que se apunta a proteger, y su naturaleza varía según el tipo de póliza a la que nos estemos refiriendo.

Es importante identificar el objeto del seguro porque de eso dependerá la indemnización a la que se compromete la aseguradora en el contrato en caso de siniestro. Así, no tiene el mismo valor de reposición, por ejemplo, una vivienda que un coche.

Asimismo, al determinar el objeto del seguro quedan claras cuáles son las exclusiones. Por ejemplo, si se trata de un seguro contra incendios que protege una vivienda, este no contempla los daños que pueda sufrir el asegurado en su salud por el mismo siniestro.

Otra forma entender el objeto del seguro es como la compensación ante el perjuicio económico ocasionado por un determinado hecho. Esto, en el marco de un contrato firmado entre la aseguradora y su cliente.

El objeto de la póliza es tan importante para el mercado de seguros que en base a él surgen distintas categorías, particularmente, las dos principales, los seguros personales y los seguros patrimoniales. Estos últimos, por ejemplo, tienen como objeto del seguro bienes muebles o inmuebles que pueden sufrir eventuales daños.

Ejemplos de objeto de seguro

Algunos ejemplos de objeto de seguro son:

  • En el caso de un seguro personal, se trata del propio individuo. Así, se cubren las diversas circunstancias que pudieran afectarlo como un accidente, enfermedad o desempleo.
  • En un seguro patrimonial, como mencionamos líneas arriba, el objeto protegido es un bien. Por ejemplo, en un seguro vehicular, sería el coche, mientras que en un seguro de hogar sería la vivienda.
  • Para una póliza de responsabilidad civil, el objeto del seguro correspondería a las consecuencias de una negligencia. Puede tratarse, por ejemplo, de un seguro profesional que cubra frente a fallos en el ejercicio de una labor. Estas equivocaciones pueden ocasionar una eventual demanda judicial al trabajador.