Redistribución

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La redistribución es la modificación del modo en el que están distribuidos determinados recursos o activos. En el ámbito económico, suele referirse a la redistribución de los ingresos o del patrimonio.

La redistribución es, entonces, conseguir un nuevo reparto de ciertos bienes, o de dinero, entre los miembros de una sociedad.

Para ser más concretos, la redistribución suele referirse a las políticas económicas que apuntan a una mayor equidad salarial y de recursos en una comunidad. Esto se logra de distintas maneras, como lo veremos en el siguiente apartado.

Mecanismos para la redistribución

Los mecanismos para la redistribución son principalmente los siguientes:

Impuestos

Los tributos son una herramienta de redistribución, pues con la recaudación, el Estado debería financiar los servicios públicos, la seguridad, programas sociales, entre otros. Estrictamente, podríamos decir que un impuesto sobre la renta implica una redistribución de los ingresos, pues se aplica sobre las entradas de dinero que recibe el contribuyente. En cambio, la redistribución sobre el patrimonio debería aplicarse a través de un impuesto a la herencia o al patrimonio (acumulado) del individuo.

Otro punto a tener en cuenta es que un impuesto progresivo es aquel que, en principio, está diseñado para obtener una mayor redistribución, pues la tasa impositiva aumenta en tanto en cuanto se incrementa la base imponible, es decir, los ingresos. En otras palabras, cuando una persona supera, por ejemplo, cierto nivel de ingresos, paga un mayor impuesto.

Subsidios

Los subsidios pueden aplicarse directamente a ciertos servicios públicos, cuando estos van dirigidos a las personas de menores ingresos.

Por ejemplo, puede ser que los individuos de los estratos más bajos paguen menos por la electricidad, lo cual es compensado con mayores tarifas a los individuos de ingresos más altos.

A esto se le conoce como subsidio cruzado.

Seguridad Social

Es el sistema que se ocupa de garantizar el Estado del Bienestar en una sociedad. 

Así, se trata de la mayor plataforma de protección que ofrece el Estado a sus ciudadanos, brindando prestaciones por desempleo, jubilación o pensiones por discapacidad, seguro médico (universal y gratuito), servicio de educación, entre otros.

Todo esto, financiado con lo recaudado de los contribuyentes. Vale aclarar que no todos los países cuentan con un sistema completo de este tipo.

Defensa y crítica a la redistribución

Por un lado, existe una postura en defensa de la redistribución basada en que permite que los países puedan consolidar una clase media que impulse el consumo. A su vez, al registrar una menor inequidad, la sociedad debería enfrentarse a menos conflictos políticos, pudiendo trazarse objetivos a más largo plazo y hacia un mayor desarrollo.

Sin embargo, como contraparte, hay quienes aseguran que imponer, por ejemplo, impuestos más altos a las personas con mayores ingresos, desincentiva la generación de riqueza, afectando a la economía en su conjunto.

Dado este debate, un grupo importante de especialistas coincide en que lo más probable es que todos los países deban apuntar a cierto nivel de redistribución y equidad, pues grandes desigualdades suelen derivar, con el tiempo, conflictos sociales que terminan frenando el desarrollo.