Punto muerto

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El punto muerto, o umbral de rentabilidad, determina el número de unidades producidas para el cual se igualan los ingresos y los costes totales.

Produciendo un nivel de unidades superior al del punto muerto se obtendrán beneficios. Mientras que si se produce una cantidad de unidades inferior al punto muerto, se incurrirá en pérdidas.

Para poder realizar un análisis basado en el cálculo del punto muerto se deben cumplir estas dos condiciones:

  1. El coste variable unitario debe permanecer constante para cualquier nivel de producción.
  2. Estamos ante un mercado de competencia perfecta, por lo que todas las unidades se podrán vender a ese precio.

¿Cómo se calcula el punto muerto o umbral de rentabilidad?

El cálculo del punto muerto corresponde al llamado “direct costing” o modelo de los costes directos en contabilidad de costes porque clasifica los costes en fijos y variables.

P = Precio unitario

Q = Volumen de venta (en unidades físicas)

CF = Costes fijos totales

CVU = Coste variable unitario

Q = CF/ (P-CVU)

Ejemplo de cálculo del punto muerto o umbral de rentabilidad

Una empresa tiene unos costes fijos de 30.000 unidades monetarias, mientras que el precio de venta es de 15 unidades monetarias. Por otra parte, se estima que sus costes variables unitarios son de 6 unidades monetarias. ¿Cuál será el punto muerto de la empresa?

Q=CF/ (P-CVU)= 30.000/(15-6)= 3.333 unidades físicas.

Si la empresa vende una cantidad superior a las 3.333 unidades físicas obtendrá beneficio, pero si vende por debajo, incurrirá en pérdidas.

Ventajas del punto muerto

Entre las ventajas del punto muerto conviene destacar las siguientes:

  • Ofrece información sobre los riesgos derivados de las variaciones en los volúmenes de producción.
  • Proporciona una visión clara de los efectos del aumento de los costes fijos.
  • Sirve para determinar el cambio en los beneficios ante los cambios de precios y costes.

Limitaciones del punto muerto

Sin embargo, el punto muerto tiene limitaciones como las que se muestran a continuación:

  • Producción y ventas no suelen ser procesos simultáneos. Así, el retraso del uno frente al otro produce efectos sobre el nivel de existencias.
  • El volumen de productos vendidos no es, normalmente, independiente del precio de venta.
  • Los costes variables, surgidos en el entorno de la plena capacidad, pueden variar más que, proporcionalmente, el incremento de producción.
  • Clasificar a los costes en fijos y variables depende del horizonte de tiempo contemplado.
  • Si la gama de producción considerada es extensa, los costes fijos pueden no permanecer constantes y aumentar.
  • En producciones diversificadas, el punto de equilibrio puede fluctuar por variados y diversos motivos (áreas geográficas, canales, tipos de clientes).
  • La extrapolación de los datos históricos, si estos no son estables, puede ser arriesgada, y las conclusiones erróneas.
  • En el análisis tradicional no se tienen en cuenta ni el riesgo ni la incertidumbre al realizar estimaciones futuras.
  • Este análisis solo es válido para el corto plazo.