Protocolo de Kioto

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El Protocolo de Kioto es un gran consenso internacional alcanzado en la lucha contra el cambio climático. Para ello, los países firmantes, aceptaron reducir las emisiones de gases contaminantes en torno a un 5% (en el periodo comprendido entre 2008 y 2012) con respecto a los niveles de 1990.

A modo de resumen, el Protocolo de Kioto es una forma de actuar respecto al cambio climático.

Como consecuencia de las actividades industriales y de las constantes emisiones de gases de efecto invernadero, el cambio climático pasó a ser un reto que debía ser afrontado. Por ello, en 1997, en la ciudad japonesa de Kioto y bajo el auspicio de Naciones Unidas los países más industrializados, y también los más contaminantes, firmaron un gran acuerdo para disminuir sus emisiones.

Entre los gases cuyas emisiones deben ser reducidas se encuentran el dióxido de carbono (CO2), el óxido nitroso, el gas metano, los hidrofluorocarbonos, perfluorocarbonos y hexafluorocarbono de azufre. En definitiva, se pretende luchar por la reducción de los gases emitidos por la quema de combustible, por los fertilizantes empleados en la agricultura y de los gases contaminantes que tienen lugar en las numerosas actividades industriales.

Primera etapa (1997-2013)

En su fase inicial fue ratificado por un total de 156 países. Sin embargo, su aplicación y la salida del acuerdo de muchas naciones no ha estado exenta de controversia. Y es que, Estados Unidos, Canadá, Japón, Nueva Zelanda y Australia lo abandonaron, pues se situaban entre los países más contaminantes. En este sentido, el presidente estadounidense George W. Bush prefirió apostar por las empresas norteamericanas en lugar de decantarse por la lucha contra el cambio climático. Por su parte, España, como firmante del Protocolo de Kioto, ha sido uno de los países que en mayor medida han incumplido el acuerdo.

A pesar de sus reticencias iniciales, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Japón y una dubitativa Rusia terminaron por sumarse definitivamente al protocolo de Kioto. Y es que, para la adhesión de Rusia fue necesario que la Unión Europea accediese a financiar la reconversión industrial rusa y, en especial, la adaptación de las instalaciones petrolíferas. También algunos de los países más contaminantes se sumaron al gran acuerdo, como ocurrió con China e India, sin olvidar importantes economías en desarrollo como Brasil. Por fin, llegado el año 2005, el protocolo de Kioto entraba en vigor.

Encontramos que, en la primera fase del protocolo de Kioto, los objetivos se centraron principalmente en la reducción de las emisiones de dióxido de carbono en los siguientes sectores:

  • Sector energético.
  • Industria del metal.
  • Instalaciones de fabricación de papel.
  • Empresas dedicadas a la cerámica, el vidrio y el cemento.

Segunda etapa (2013-2020)

La segunda fase del protocolo de Kioto comprende un periodo que abarca desde 2013 hasta 2020. El problema de esta segunda etapa del Protocolo de Kioto, ratificada en Doha en la 18ª Cumbre sobre Cambio Climático es que contó con poco respaldo por parte de los países más industrializados. Por ello, se posponían importantes cuestiones para la Cumbre sobre Cambio Climático de París en 2015.

No obstante, como parte de esta segunda fase del protocolo de Kioto, se acordó la aportación de un fondo de 100.000 millones de dólares anuales por parte de los países industrializados para contribuir a mitigar los perjuicios provocados por el cambio climático.

Más ambiciosa fue la 21ª Cumbre sobre Cambio Climático de París (2015), en la que un total de 195 países acordaron destinar un mayor nivel de recursos financieros para luchar contra el calentamiento global. Como parte de la lucha contra el cambio climático, se buscaba una estrategia de inversión con vistas a una transición hacia una economía respetuosa con el medio ambiente. Por ello, cada país debía presentar su propio programa nacional, abordando unos compromisos mucho más ambiciosos en cuanto a la reducción de emisiones.

La retirada de Estados Unidos del protocolo de Kioto

Sin embargo, el ascenso de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, supuso una importante baja en los Acuerdos de París. Así pues, el presidente Trump abogaba por una política que primase los intereses económicos norteamericanos en detrimento de la lucha contra el cambio climático.

A pesar de la decisión del gobierno de Estados Unidos de abandonar el tratado, debido a una cláusula de los Acuerdos de París, los estadounidenses no podrán abandonar definitivamente el acuerdo hasta 2020. Esta decisión no solo provocó controversia en todo el mundo, sino en el seno de Estados Unidos. Así, empresas como Google, Amazon, Apple o Nike mostraron su determinación de continuar con la reducción de emisiones. Incluso líderes empresariales como Elon Musk (Tesla), fueron muy críticos con la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París.

Las consecuencias de la retirada de Estados Unidos de la lucha contra el cambio climático son:

  • Mayor dificultad para contener el incremento de las temperaturas globales.
  • Incremento del protagonismo de China y la Unión Europea en la lucha contra el cambio climático.
  • Controversia en el mundo empresarial, pues hay líderes empresariales que consideran que Estados Unidos se encuentra en una buena posición para competir en una economía más respetuosa con el medio ambiente.
  • A pesar de la apuesta de Trump por combustibles fósiles como el carbón, esta industria está en declive en Estados Unidos. Los norteamericanos se están inclinando por el gas.

Bien es cierto que la determinación de Estados Unidos ha sido una importante ausencia en la batalla contra el cambio climático, pero el resto de países han mostrado su compromiso de cumplir con lo pactado en París en el año 2015.