Leyes antimonopolio

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Las Leyes antimonopolio son un conjunto de normas, aplicadas por el Gobierno de un Estado, que tienen como fin evitar el comportamiento anticompetitivo en el mercado. Pretenden evitar la aparición de monopolios que afecten a los consumidores con prácticas injustas.

Las leyes antimonopolio, por tanto, hacen referencia a las normas que todo Gobierno –en una intervenida o en una economía mixta– aplica para evitar la aparición de monopolios, así como otras situaciones de competencia imperfecta que acaban afectando a los consumidores y a la propia economía.

Por tanto, estas medidas difieren entre países. Dependiendo del país del que hablemos, estas medidas pueden contemplar una serie de medidas u otras. No obstante, todas estas medidas, como indica su nombre, nacen con el mismo objetivo: acabar con prácticas injustas y anticompetitivas en los mercados. Estas normas limitan el poder de grandes compañías que controlan una gran cuota del mercado.

Entre las medidas que contemplan este tipo de paquetes normativos, podemos señalar, por ejemplo, las leyes antimonopolio que prohíben determinados acuerdos comerciales, como los establecidos por cárteles, o que fomentan la monopolización, el intento de monopolización, la fusión anticompetitiva y los acuerdos de “vinculación”. Así, también tratan de frenar otras prácticas, como la discriminación de precios en la venta de productos.

Por tanto, hablamos de un conjunto de leyes que nacen con el fin de fomentar la competencia en el mercado. Para ello, como decíamos anteriormente, las leyes antimonopolio establecen aquellas acciones o prácticas ilegales que son consideradas dañinas para el mercado y, en última instancia, para la economía del territorio y su ciudadanía.

¿Qué es un monopolio? ¿Qué es la competencia?

Así, es conveniente recordar, de forma breve, a qué hacemos referencia cuando hablamos de monopolio, así como de competencia. Pues de poco sirve conocer para qué sirven las leyes antimonopolio, las cuales nacen para fomentar la competencia, si no conocemos ni que es un monopolio, ni que es la competencia.

Por tanto, en primer lugar, se entiende por competencia aquella situación en la que existe un indefinido número de compradores y vendedores que intentan maximizar su beneficio o satisfacción. Así, los precios están determinados únicamente por las fuerzas de la oferta y la demanda.

Los economistas, grosso modo, distinguen entre competencia perfecta e imperfecta, atendiendo a las características que presenta el mercado. Sin embargo, cuando hablamos de un mercado en el que existe competencia imperfecta, podemos hablar de muchos tipos de mercado. Entre ellos, de monopolio.

Es decir, una estructura de mercado en la que existe un único oferente de un cierto bien o servicio, es decir, una sola empresa domina todo el mercado de oferta. Y es que cuando hablamos de estructuras de mercado como esta, el poder de los consumidores es irrisorio frente al poder de la compañía, por lo que su influencia para ajustar los precios, por ejemplo, también es inexistente.

Por tanto, ya sabemos que la competencia es aquella situación en la que empresas compiten libremente en un mercado por alcanzar una determinada cuota. Mientras que el monopolio es una estructura de mercado en la que no existe competencia, pues la oferta está controlada por una única empresa.

Las leyes antimonopolio nacen para acabar con estos monopolios, así como evitar su aparición. De la misma forma que, en esencia, buscan fomentar la libre competencia y, en última instancia, la economía de mercado.

Principales leyes antimonopolio: ejemplos

Dicho sea de paso, para comprender bien el funcionamiento de estas leyes, vamos a ver qué tipo de políticas implementan estos conjuntos normativos.

Para señalar un ejemplo, hemos seleccionado las tres principales leyes federales antimonopolio de los Estados Unidos, la primera economía del mundo.

Así, estas leyes son las siguientes:

  • Ley Antimonopolios Sherman.
  • Ley Clayton.
  • La Ley de la Comisión Federal de Comercio.

Entre otras medidas, la Ley Antimonopolio Sherman declara ilegal, por ejemplo, todo contrato, combinación y conspiración que limite irrazonablemente el comercio interestatal y extranjero. Esto incluye acuerdos entre competidores para fijar precios, arreglar licitaciones y repartirse clientes, los cuales son punibles como delitos mayores.

Asimismo, la Ley Clayton entre otras cosas, prohíbe las fusiones o adquisiciones con probabilidades de debilitar la competencia. Bajo esta ley, el Gobierno disputa las fusiones con probabilidad de aumentar los precios a los consumidores.

Por último, la Ley de la Comisión Federal de Comercio prohíbe los métodos de competencia injustos en el comercio interestatal, pero no conlleva penalidades penales. Asimismo, también se creó, junto con ella, la Comisión Federal de Comercio para vigilar las violaciones de dicha ley.

Diferencia entre leyes antimonopolio y leyes de protección al consumidor

Aunque pueden encontrar similitudes en su confección, e incluso contemplar medidas similares, debemos saber que hablamos de conjuntos normativos distintos. Así, pese a que ambos persiguen objetivos similares, sus fines están definidos y señalan su diferencia.

En este sentido, mientras que el fin que persiguen las leyes antimonopolio es el de fomentar el libre mercado y la competencia, las leyes de protección al consumidor protegen al consumidor de prácticas injustas, así como acciones que afecten a los consumidores. Por tanto, pese a que hablamos de políticas muy similares en lo relativo a su confección y sus objetivos, persiguen fines distintos.

Por ello, es conveniente resaltar y hacer esta distinción. Pues un monopolio, como sabemos, tiene consecuencias para los consumidores que deben ser protegidas por las leyes de protección al consumidor. No obstante, estas leyes de protección al consumidor se centran más en la relación entre la empresa y el propio consumidor, mientras que las leyes antimonopolio buscan corregir la estructura de mercado, a la vez que fomentan la competencia entre empresas.

Excepciones en las leyes antimonopolio

Pese a que hablamos de leyes que tratan de evitar la aparición de monopolios, es conveniente resaltar que, cuando se quieren proteger los incentivos a la inversión en investigación y desarrollo, se puede permitir que la empresa lance un producto o servicio innovador, así como que mantenga un monopolio temporal a través de una patente.

De esta forma, podrá recuperar lo invertido y obtener una justa ganancia por el riesgo en que incurrió.