Ley limón

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La ley limón es un marco normativo, existente en Estados Unidos, que protege a los compradores de automóviles nuevos. Esto, cuando el vehículo adquirido presenta algún desperfecto de gravedad.

Es decir, la ley limón busca brindar garantías a quien adquiere un coche nuevo en caso se detecten fallas en el auto.

Este tipo de leyes es característico de Estados Unidos y varía en cada estado, teniendo diferentes condiciones, plazos, entre otros detalles según la zona. Pero el fin es el mismo: Resguardar los intereses del comprador.

Lo que es común a todas las leyes limón es que, si se comprueba que el coche sufre un defecto importante, el fabricante (o en algunos casos el vendedor) tiene algunos intentos para reparar el fallo. Si esto no se logra, se deberá reemplazar el coche o devolver el dinero al comprador.

Condiciones de una ley limón

Para aplicar la ley limón, deben cumplirse varias condiciones. No basta con que el coche falle.

Veamos, primero, cómo identificar un automóvil como «limón»:

  • El coche debe presentar un defecto sustancial. Es decir, el fallo debe impactar en el valor y la seguridad del vehículo. Quizás el desperfecto más grave es el de los frenos, dado que se pone en riesgo la integridad del conductor. En este caso extremo, incluso, el fabricante suele contar con hasta dos intentos para reparar el desperfecto. Pero en caso de otras fallas menos graves suele otorgarse de tres a cuatro intentos.
  • El coche debe ser nuevo. El fallo debe aparecer en el primer o segundo año luego de la compra. Incluso, en algunos estados la antigüedad no se mide por el tiempo, sino por el millaje, es decir, por el número de millas recorridas.
  • El fallo no debe haber sido causado por abuso por parte del conductor. Es decir, el desperfecto debe explicarse por error en fábrica y no por responsabilidad del comprador.

Ahora, solo una vez que se han agotado los intentos para reparar el fallo, y este sigue presentándose, se procede a ofrecer al cliente un reemplazo o la devolución de su dinero.

Otro escenario que contemplan las leyes limón en algunos estados es que, si el vehículo permanece en la tienda (para su reparación) un total de 30 días dentro de un plazo de un año, se considera un «limón». Esto quiere decir que un coche no cubre la expectativa razonable del usuario o que simplemente no es seguro o es imposible de usar.

Cabe señalar que el tiempo pasado en la tienda no debe ser necesariamente por el mismo desperfecto. Sin embargo, sí debe explicarse por un fallo cubierto por la garantía del coche.

Arbitraje y ley limón

Como habíamos mencionado anteriormente, una vez que el coche se considera un «limón», el fabricante (o el vendedor en algunos casos, dependiendo del estado), debe ofrecer un reemplazo o la devolución del dinero.

Entonces, surge la duda ¿Qué sucede si el comprador no está de acuerdo con la oferta recibida? Quizás le ofrecen un vehículo nuevo que no es del mismo modelo que el coche que compró. En esa circunstancia, puede recurrir a un proceso de arbitraje donde un tercero imparcial tomará la decisión del caso.

Una última vía puede ser la judicial, pero suele ser un proceso más lento y costoso en comparación al arbitraje.

Fuente principal del artículo: lutums.net, guialegal.com y www.dca.ca.gov.