Ley de Say
La Ley de Say indica que es la oferta la que crea a la demanda, por lo que no puede existir una demanda sin haber oferta.
También conocida como ley de los mercados, fue formulada por Jean Baptiste Say (1767-1832) y señala que no puede haber un exceso de oferta porque este es absorbido por la propia demanda que genera.
Base de la ley de Say
La teoría de Say defiende que las recesiones o crisis no se producen como consecuencia de fallos en la demanda o falta de dinero, sino al revés, por anomalías en la oferta. Como el autor sostenía, al producirse más bienes se genera más riqueza, lo que a la vez provoca que al producir otros bienes estos sean demandados. De tal forma que automática y cíclicamente, la oferta crea su propia demanda, generando un círculo vicioso que mantenga la relación entre oferta y demanda de manera continua.
La imposible sobreproducción o exceso de oferta y desaprovechamiento de los recursos productivos viene dada por el hecho de que producir bienes ya es en sí misma una fuente de generación de ganancias, aunque sea bajando los precios. Con ese dinero se podrán comprar otros bienes, creando indefinidamente un sostenimiento de la oferta a través del movimiento de la demanda, siendo ésta la base de la ley de Say.
En este caso, se une producción y riqueza, de tal forma que todo lo que se produzca está predestinado a ser consumido. Así pues, siempre que se produzca se creará riqueza, no dejando la demanda nunca que la oferta quede anclada y parada. Por lo que es una explicación al problema del equilibrio económico, contando con que oferta y demanda se van retroalimentando sobre un bien concreto y otros adyacentes.