Leasing inmobiliario
El leasing inmobiliario es una herramienta para financiar la adquisición de bienes raíces. En simple, consiste en establecer un periodo de alquiler con una opción a compra al final del contrato.
En otras palabras, este tipo de leasing fija, en primer lugar, un plazo durante el cual el arrendador cede el uso del activo a cambio del pago de una cuota periódica, por ejemplo, cada mes. Así, culminado el contrato, el arrendatario tiene la opción de adquirir el inmueble pagando un valor residual.
Cabe recalcar que la opción de compra es, como dice su nombre, una alternativa, pero no una obligación por parte del arrendatario.
Características del leasing inmobiliario
Entre las características del leasing inmobiliario destacan:
- A diferencia de lo que sucede en una compraventa, en el leasing inmobiliario la titularidad no se transfiere. En cambio, tan solo se concede el derecho a usar los bienes raíces en cuestión.
- En el leasing inmobiliario, cada cuota pueda distinguir dos componentes, el de amortización (un porcentaje de valor del bien) y los gastos financieros (intereses).
- Tiene como característica principal la opción de compra, que no es una obligación en los contratos de alquiler.
- El arrendatario tiene la oportunidad de beneficiarse del inmueble, mientras no esté seguro si quiere adquirirlo o no, lo que representa una ventaja porque gana tiempo para tomar una decisión. Mientras tanto, va financiando durante el periodo de alquiler una parte de la posible compraventa.
- En España, los contratos de leasing sobre bienes inmuebles o establecimientos industriales deben tener un plazo mínimo de diez años.
¿Alquiler, compraventa o leasing inmobiliario?
El leasing inmobiliario puede ser una interesante alternativa para financiar la adquisición de un activo fijo. Esto, en lugar de solicitar un crédito hipotecario al banco para poder efectuar la compraventa del bien. En todo caso, la empresa tendría que comparar ambas alternativas, tanto en las cuotas como los intereses que generaría cada una.
Asimismo, otra opción es el alquiler, pero este no incluye necesariamente una opción de compra al final del contrato. Entonces, solo se obtiene el derecho a usar el bien.
Sin embargo, el alquiler sí podría ser más conveniente que el leasing inmobiliario si la empresa no tiene muy clara la dimensión de las instalaciones que requiere. En ese caso, la firma no querrá comprometerse con un alquiler a largo plazo.