Investigación aplicada

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La investigación aplicada es aquella que tiene como objetivo resolver problemas concretos y prácticos de la sociedad o las empresas.

La investigación aplicada, por tanto, permite solucionar problemas reales. Además, se apoya en la investigación básica para conseguirlo. Esta le aporta los conocimientos teóricos necesarios para resolver problemas o mejorar la calidad de vida.

¿Por qué realizar la investigación aplicada?

El método científico permite explicar el mundo que nos rodea. Los conocimientos teóricos son necesarios para descubrir leyes generales, pero deben aplicarse a la realidad. Así, esto es lo que hace que mejoren nuestras vidas.

Por eso, este tipo de investigación tiene una razón de ser:

  • En primer lugar, toda teoría tiene, en definitiva, una aplicación práctica. Desde la macroeconomía, permitiendo realizar políticas económicas, hasta la medicina y los tratamientos de enfermedades.
  • Por otro lado, es de utilidad en el sector privado. Así, permite generar un nuevo conocimiento que mejora los procesos productivos o la prestación de un servicio. A su vez, puede dar lugar a un aumento en la calidad, una reducción de costes o una mayor protección medioambiental.
  • En otro orden, la propia Administración Pública también puede verse beneficiada. Las aplicaciones prácticas sirven para mejorar las vidas de los ciudadanos. Conociendo esto, puede administrar de forma racional el dinero público.

Características de la investigación aplicada

La investigación aplicada tiene una serie de características basadas en su objetivo principal:

  • Permite aplicar la ciencia a los problemas de la sociedad y las empresas. Para hacerlo, se nutre de las enseñanzas de la investigación básica, de la que toma los conocimientos necesarios.
  • Su objetivo es resolver situaciones que se presentan en la realidad. Por eso, su enfoque es claro, analizar y estudiar dichos problemas para encontrar soluciones.
  • Una vez se encuentran las respuestas, se puede aplicar en situaciones similares. Por este motivo, puede ser duplicada por otros investigadores.
  • Su fin es crear nuevo conocimiento que mejore la vida de las personas, los procesos productivos de las empresas o la prestación de servicios públicos y privados.

Ejemplo de investigación aplicada

Imaginemos que queremos crear un nuevo proceso productivo para fabricar un tipo de caramelo. Conocemos los diferentes aspectos químicos del proceso de elaboración, en parte, gracias a la investigación básica. Veamos cuáles podrían ser las fases.

Como vemos en la figura, el proceso de la investigación aplicada es similar al de otras como la correlacional, la documental o la experimental. Un problema inicial a resolver. Un marco teórico, que aporta la investigación básica. Una aplicación de un proceso determinado para mejorar la fabricación. Así como, por último, unos resultados que permiten saber si el caramelo ha sido un éxito.